Publicado en LA REPÚBLICA – EL GRAN SUR, martes 14 de diciembre de 2010, p. 9.
► Venta de votos, poder, prebendas, son algunos factores que alimentarían decisión para aspirar a uno de los 130 escaños.
Cada cinco años el Congreso peruano cambia de inquilinos. Hombres y mujeres se inscriben como candidatos en todas las regiones y se lanzan al ruedo para competir por una de las curules, que en el próximo periodo legislativo aumentarán de 120 a 130. Pero, ¿qué los motiva a postular?
Los especialistas Carlo Magno Salcedo y César Mímbela, comentan que la vocación de servicio habría quedado de lado, por otros factores o intereses de quienes se animan a disputar un escaño. Salcedo indicó que muchos de los aspirantes no tienen buenas intenciones, como hacer una buena gestión o cumplir sus funciones: legislar y fiscalizar.
César Mímbela dividió a los candidatos, entre los de Lima y los de provincias. Los primeros se presentan –dijo– por un afán de poder, y los segundos por uno de representación o figuración. “No creo que el interés vaya por ganar más sino por tener poder, figuración”, precisó.
Para Salcedo, la búsqueda de reconocimiento no es equivocada. “Recordemos que todos los políticos buscan la gloria”, acotó. El problema radicaría en que, al confundir la motivación, varios ingresaron al terreno de las prebendas, venta de votos e incluso ilícitos.
Culpa de los partidos
Salcedo y Mímbela concuerdan que el origen de una mala representación en el Parlamento radica en la crisis y pérdida de la institucionalidad de los partidos políticos.
Y es que dichas organizaciones son las responsables de promover a los candidatos al Congreso. “Considero que el problema pasa por cómo eligen sus cuadros de candidatos y en ese sentido, los partidos no son muy democráticos. Las bases pueden proponer algunos candidatos, pero al final las cúpulas o los dirigentes terminan decidiendo”.
Según Salcedo, la solución es que los nuevos cuadros propicien una reconstrucción social dentro de sus agrupaciones políticas, impulsando procesos diferentes de elección de representantes, entre otros. Mencionó que algunos partidos dieron pasos como contratar empresas privadas que investiguen a los que se presentan como candidatos. “Es un paliativo, pero no la solución”. Mímbela cree que mientras el proceso se concrete, los medios de comunicación juegan un rol trascendental para informar a los electores sobre el currículum de quienes postulan.
REACCIÓN
“La solución integral a la crisis de los partidos pasa por el proceso social de reconstrucción, que los nuevos cuadros cambien la dinámica.”
Carlo Magno Salcedo. ESPECIALISTA EN TEMAS ELECTORALES.
Mayores de 25 pueden postular
1] La Constitución del Perú establece tres requisitos para postular al Congreso. Ser peruano de nacimiento, tener 25 años y derecho a sufragio y estar inscrito en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil.
2] El analista César Mímbela no cree que una solución para mejorar la representación parlamentaria, pasa por endurecer los requisitos, antes de inscribir una candidatura. “En el Perú, no todos son eruditos, toda la masa (población) tiene que estar representada”, indicó.
3] En otros países existen más condiciones para aspirar a ser congresistas (en algunos casos, diputados o senadores). Por ejemplo, en Brasil es requisito clave estar afiliado a un partido político, o como en Chile, tener un nivel medio de enseñanza.
a muchos creo que el sueldaso y las gollerias q tienen los congresistas, eso que vienen a servir al pueblo….ni ellos se lo creen, casi todos tienen gente q los patricino para buscar leyes a su favor, muy pero muy pocos son los que realmente van a buscar la mejoria de todos.
Yo quiero mi curul!!!!!
algunos, los menos, lo hacen por querer hacer algo por su region, y otros, la gran mayoria, lo hacen por esa vanidad perversa del PODER, mal concebido y peor usado..
Su alto deseo de servir a su país y su preocupación por los problemas centrales de la gente, sobre todo de los mas necesitados. 😀
Bueno John, hay ciudadanos y ciudadanos. En verdad, la mayoría de quienes postula lo hace para servirse de la política. Como dice Guadalupe, son los menos que lo hacen para servir. Claro que estos últimos son los verdaderos ciudadanos, aquellos que conciben la ciudadanía básicamente como un compromiso con su comunidad política, con la República, como civismo, como los antiguos griegos.
Así es Carlo… había algo de ironía en ese post. 😉
Así lo he entendido John. Sólo quería aprovechar para precisar. Varios de los amigos que tengo en esta red, entre ellos tú, son de esos buenos ciudadanos.
¿Verdaderos ciudadanos = buenos ciudadanos? Se puede analizar políticamente poniendo a un lado los buenos y a otro lado los malos??
Bueno Paulo, ciertamente mi comentario de respuesta a John (que no es un análisis político) contiene un juego de palabras, considerando las dos principales acepciones del término CIUDADANO, la moderna liberal que lo concibe básicamente como la titularidad de derechos, especialmente políticos, frente al Estado; y la antigua griega, que lo concibe fundamentalmente como los deberes que los ciudadanos tienen con la comunidad política y que, por ello, está vinculado al concepto de VIRTUDES CÍVICAS. Para mí, sin negar el carácter de derechos de la ciudadanía, la ciudadanía debe entenderse, en un sentido republicano, como ese compromiso virtuoso con la comunidad política. Ciertamente, es más una apuesta política, un deseo normativo, que un análisis científico social.
No obstante, a tu segunda pregunta respondo que por su puesto sí se puede hacer análisis político utilizando categorías como la bondad o la maldad (o la virtud y el vicio); aunque, en general, los fenómenos tengan más bien matices entre uno y otro. Después de todo, ideas como el BUEN GOBIERNO, aunque se relacionan con la filosofía política o la ética política, no son ajenas al ejercicio político y, por tanto, al análisis político. A partir del análisis político, por ejemplo, se puede concluir que un gobierno ha sido básicamente bueno o malo, o mediocre o intrascendente.
A mí, por ejemplo, me parece que la gran mayoría de nuestros actuales congresistas son malos representantes, porque no ejercen con idoneidad su función de representación, o lo traicionan deliberadamente, porque anteponen sus intereses y apetitos personales por encima de su función de representar los intereses de sus electores. Es decir, muchos de ellos son ciudadanos no virtuosos, que no lo serían en el sentido griego o republicano del término. Ciertamente, nadie les puede quitar su condición jurídica de ciudadanos (en Grecia los habrían mandado al ostracismo), pero ello no quita que su desempeño sea perjudicial para la comunidad política.
Tienes razón, Carlo Magno, exageré al referirme al comentario como un análisis.
Ciertamente poner las cosas en blanco y negro no necesariamente ayuda a verlas en su real dimensión, aunque estas categorías sí sean útiles para el deber ser (lo que nos lleva a otro punto, ya que para empezar no somos griegos y menos antiguos).
Se agradecen tus agudas observaciones.
para mi es importante que el que postule al congreso sea una persona que tenga seos de servir al país, de desprenderse de sus conocimientos a fin de proponer leyes que favorezcan a todos los peruanos, es fácil criticar sin embargo difícil proponer y aceptar propuestas nuevas, definitivamente la preparación academica es importante a fin de que los futuros congresistas tengan una visión integral de desarrollo del país.
yo tomo una consideración que la política de un ser humano lo lleva dentro como peruano o como provinciano de llevar el cargo de congresista, y es elegido por el pueblo, la ocurrencia en donde pierden son con las mafias en entorno,el hombre pierde su dignidad de ser humano , que hacer con las mas grandes mafias que existe amenazas de todo y muchos políticos fracasan o ganan y ahí esta los padres de la patria claro no todos supuesta mente.