Publicado en la web de noticias Spacio Libre (16 de diciembre de 2013)
En enero es invierno en Europa. Más o menos así lucirá el edificio de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El 4 de febrero de 2007, mientras yo me encontraba por vez primera en Santiago, Nicolás Massú, el entonces número uno del tenis chileno, perdió ante Luis Horna la final del torneo ATP de Viña del Mar. Aunque este resultado fue especialmente sentido por el tenista viñamarino, ya que era derrotado en su propia casa por un peruano a quien antes había tenido de entenado (en las seis anteriores ocasiones en que se enfrentaron en torneos oficiales el triunfo siempre había sido de Massú), tuvo que reconocer hidalgamente su derrota ante Horna.
Mientras eso ocurría, este peruano, de vacaciones en Chile, tuvo que celebrar discretamente el título de Horna, encerrado en la habitación del pequeño hotel en que estaba hospedado, en el centro de Santiago, muy cerca de la zona de La Providencia. Estaba en absoluta minoría y no era necesario hacer demasiado alarde del triunfo de nuestro compatriota en suelo chileno.
Ahora, mientras me encuentro por segunda vez en mi vida en Santiago, coincidentemente alojado en otro hotel del centro de Santiago que está muy cerca de La Providencia, la Corte Internacional de Justicia de La Haya anuncia al mundo que el próximo 27 de enero dará a conocer su fallo sobre el diferendo de límites marítimo entre Perú y Chile. La sentencia ya ha sido votada y sólo se está haciendo la redacción final de la misma.
Creo que el resultado de este “torneo” jurídico internacional es también favorable al Perú. En verdad, incluso en el supuesto que la Corte Internacional no atienda todos los extremos de nuestra pretensión, el solo hecho que la acepte parcialmente será un triunfo de la postura peruana.
Al igual que ocurrió en la lid deportiva entre los tenistas peruano y chileno, confío en que ambas partes aceptaremos con hidalguía la decisión de La Haya, más allá de ciertas posiciones belicistas de algunos sectores de ambos países, especialmente del país del sur. Cabe recordar que en reiteradas oportunidades los presidentes Piñera y Humala han manifestado que acatarán la decisión de la Corte, sea cual sea el resultado.
¿Debemos temer los peruanos que Chile no acate la decisión de La Haya en caso la sentencia le sea desfavorable? Algunas declaraciones fuera de lugar podrían generar dudas. Sin embargo, más allá de algunos mensajes que los gobernantes podrían hacer para calmar a su tribuna interna, creemos que Chile finalmente cumplirá con la decisión de La Haya. Por un lado, se juega en ello el prestigio internacional que siempre ha querido preservar; y, por otro lado, la integración económica entre ambos países ha avanzado tanto en los últimos años que sería absolutamente contraproducente para ambos no acatar la sentencia. Por el contrario, una situación belicista a los únicos a los que beneficiaría es a los vendedores de armas, al costo de un inmenso perjuicio a nuestros pueblos.
Sea cual sea el resultado, esta sentencia debería servir como un hecho simbólico para cerrar de una vez por todas las heridas que se han mantenido abiertas por más de un siglo; para conjurar definitivamente los traumas históricos de nuestro complicado pasado. Y para que a partir del fallo ambos países miremos juntos para adelante, complementándonos y afianzando nuestra integración en lugar de seguir alimentando desconfianzas recíprocas. Como muy bien destaca Daniel Parodi, finalmente el fallo de La Haya “sólo será favorable si dispara la integración binacional para el beneficio de sus colectividades.”
En todo este proceso corresponde destacar el esfuerzo de diversos sectores de ambos países por construir una agenda común que permita que el post La Haya nos sea mutuamente conveniente. Como recuerda Álvarez Rodrich, “ha sido muy importante el avance de las relaciones de políticos, parlamentarios, empresarios, jueces, militares y periodistas, entre muchos otros sectores, de los dos países.” Y ese es un esfuerzo que inclusive ha comprometido a artistas como la peruana Dámaris y el chileno Américo, que hace casi un año nos regalaron una hermosa canción de integración: vientos de amistad.
Debemos confiar en que nuestras respectivas dirigencias políticas (más allá de algunas de sus debilidades) se comporten con madurez y con perspectiva histórica. Y que desde el día siguiente del fallo de La Haya, mirando hacia adelante, construyamos una relación de hermandad, una nueva historia. Se lo debemos a nuestros hijos y a nosotros mismos.
El problema es mayor de lo que parece. Lo mas probable es que el jurado internacional de la haya tome el justo medio como forma de solución de los conflictos. El punto es que nuestros amiguitos del sur no estarán tranquilos. Ahora el problema es que la frontera se pondrá caliente. Yo me pregunto LAN PERU llevara a nuestras tropas al sur ?. Eso será humor negro, para los chilenos, su propia línea aérea llevando tropas peruanas para la frontera…. de Ripley. Lo mas probable es que LAN PERU se niegue a llevar tropas peruanas, y por lo tanto se le suspenderá su licencia y en consecuencia se retirara de los cielos peruanos, el epilogo de aquello será la quiebra de LAN CHILE.
Acto seguido las empresas chilenas tendrán que liquidar….. mmmmm eso si esta complicado…. son aproximadamente 50 mil millones de dólares de inversión, gran parte de las pensiones de las afps chilenas están en peru, y que pasara ? … CREO QUE AQUI SI LE GANAMOS A NUESTROS AMIGOS BELICOSOS DEL SUR… NUNCA SE ESPERARON QUE LA POLITICA DE ECONOMIA ABIERTA DE PERU FUERA UN BOOMERANG Y FINALMENTE LES HICIERA DAÑO.
POR LO TANTO:
Dudo que CHILE no respete el fallo de la haya, perderían no solo la zona marítima, si no también sus inversiones en PERU, y su credibilidad como estado de derecho para la comunidad internacional.