Robert Castillo, en su programa de Arroba Radio (www.arrobaradio.pe), del 29 de agosto pasado, entrevistó a Carlo Magno Salcedo y Virgilio Hurtado, expertos en temas electorales, exfuncionarios electorales y profesores universitarios, sobre la Reforma Electoral en el Perú. Reseñamos y reproducimos la entrevista.
Según Carlo Magno Salcedo, el tiempo para hacer reformas importantes, aquellas que inciden en la generación de la representación como las relacionadas a la Ley de Partidos Políticos: democracia partidaria, financiamiento y voto preferencial, ya está agotado por estar demasiado próximo el proceso electoral. Aunque el cronograma electoral formalmente no ha empezado aún, el cronograma político relacionado a las elecciones [generales 2016] ya empezó.
Sería preocupante que se cambien las reglas sobre cómo los partidos afrontan las elecciones, ya que eso implicaría la modificación de sus reglamentos y estatutos. Hay algunas reformas que se podrían seguir haciendo, como las relacionadas con mejorar la organización de las elecciones, que no afecten la forma cómo los partidas entran al juego político.
Virgilio Hurtado, por su parte, ratifica lo señalado por Salcedo, precisando que hay un calendario formal y uno real. En términos formales, el proceso de selección de candidatos a la presidencia y al Congreso empieza el próximo 13 de octubre; pero si se modifica la Ley de Partidos Políticos, tendría que haber un tiempo para la adecuación de los reglamentos electorales y estatutos a la nueva ley. Por tanto, si existe la voluntad política de hacer la reforma, debe hacerse con una vacatio legis para que no se aplique en estas elecciones.
Hurtado señala que es debido al gran fraccionamiento de los partidos en el Congreso, que no se ha podido hacer reformas electorales importantes, ya que estas reformas requieren un gran consenso y exigen votación calificada (la mitad más uno del número legal de congresistas).
Salcedo se refiere al problema de la baja calidad de la representación, lo que no tiene que ver con el nivel académico de los representantes o con establecer filtros legales, sino obedece a que los partidos, muchos de los cuales funcionan como “vientres de alquiler”, no funcionan, sino “subastan” las curules en una especie de mercado negro de la política, y los puestos en las listas parlamentarias son “comprados” por gente con capacidad económica, muchas veces proveniente de fuentes ilícitas.
En otro momento, Salcedo complementa que, en ese contexto, la “democracia interna” de los partidos, a través del mecanismo de la elección por asamblea, solo sirve para validar las listas que la cúpula cerrada del partido previamente ha elaborado. Es por eso que a los partidos no les interesa la intervención de los organismos electorales.
Ante ello, lo que se propone es establecer como única modalidad obligatoria de selección de candidatos de los partidos las elecciones primarias abiertas, organizadas por los organismos electorales (ONPE, JNE y RENIEC); y que, asimismo, el financiamiento de los partidos y campañas electorales sea exclusivamente público. Sin embargo, precisa Salcedo, eso debe ser parte de una reforma política y electoral mucho más integral, tarea que debe emprender el próximo Congreso en sus primeras legislaturas.
Salcedo también hace hincapié en que para esta elección no hay necesidad de reformar la ley si los partidos están dispuestos a dar un buen mensaje a la sociedad, haciendo uso del inciso a) del artículo 24 de la Ley de Partidos Políticos vigente, que prevé elecciones primarias abiertas tanto para la conformación de la fórmula presidencial como para las listas parlamentarias. Para ello, la propia ley establece que se le puede pedir apoyo y asistencia al Sistema Electoral, a través de la ONPE.
Por su parte, en otro momento Hurtado señala la importancia que tiene el voto preferencial como elemento corrector de las deficiencias y excesos de los partidos al elegir a sus candidatos. En tal sentido, la supresión del voto preferencial debe ir de la mano con establecer la participación obligatoria de los organismos electorales en las elecciones internas.
Salcedo señala cómo es que los caudillos se han esmerado en debilitar a sus partidos, por su temor de que se generen liderazgos alternativos. Aunque, precisa, se debe distinguir entre algunos partidos que tienen algún nivel de institucionalidad (como por ejemplo el PPC o Acción Popular), respecto de partidos absolutamente personalistas como podría ser uno que llega al extremo de denominarse como su candidato, o de los “vientres de alquiler” que condicionan a potenciales buenos candidatos (como César Villanueva, Sergio Tejada, Gonzalo García o Rómulo Mucho), a quienes pretenden someter a sus reglas y condiciones.
La única posibilidad de mejorar todo esto es que hayan elecciones primarias abiertas de verdad. Señala, por ejemplo, el compromiso político suscrito entre casi todos los grupos de izquierda y parte del centro, que proponen como bandera de lucha hacer elecciones primarias abiertas con el Sistema Electoral. Eso es ofrecer institucionalidad. Aunque por allí ahora no hay aún un liderazgo suficientemente conocido, en dicho proceso de primarias abiertas emergerá el liderazgo. La competencia misma genera atracción.
Finalmente, Hurtado señala cómo es que los organismos electorales proactivamente han suplido las deficiencias de las normas electorales, como el RENIEC al ofrecer asistencia técnica para la elaboración de los padrones electorales de los partidos, o el JNE al señalar fechas límites para que los partidos definan sus reglamentos electorales.
Algunas frases de Carlo Magno Salcedo:
- “Me parece escandaloso que un partido se llame igual que el candidato, ‘partido PPK’. Esa es la máxima expresión de la desinstitucionalización de la política.” (minuto 55:45)
- “Cornejo debería competir con Alan en unas primarias en el Apra. Así pierda, ya es trabajar en la posibilidad de un reemplazo.” (minuto 01:00:20).
- “La política democrática consiste en que tú no puedes tener un resultado predeterminado, te tienes que arriesgar, primero gana en tu primaria.” (minuto 01:01:01).