Se reproduce este informe, publicado en la web de noticias Spacio Libre (06 de marzo de 2013), en el cual Steve Levitsky, Ángel Páez, Jose Alejandro Godoy y yo, analizamos la continuidad del proyecto bolivariano de Hugo Chávez tras su fallecimiento; y si puede haber un chavismo sin Chávez.
Por: Francisco Pérez García
Tras el fallecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez, incluso desde que desapareció de la esfera pública durante la evolución de su enfermedad, empezó toda una discusión sobre quién sería el sucesor natural del líder de la autodenominada Revolución Bolivariana en Venezuela.
Dentro del partido de Chávez se tejió todo un enfrentamiento entre Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y Nicolás Maduro, vicepresidente de la República, que culminó con la “bendición” de Chávez a su segundo en el mando y una foto de los dos “benjamines” abrazados en pos de la “revolución”.
Sin embargo, la otra gran pregunta que ronda en el ambiente es ¿habrá un chavismo sin Chávez en América Latina?, ¿el modelo del proyecto bolivariano que Chávez Frías proponía podrá perdurar en la región? En síntesis, ¿alguno de los presidentes amigos y seguidores de Chávez puede ser su heredero?, ¿su sucesor?
En Spacio Libre le planteamos la consulta a algunos analistas políticos y decidimos revisar con ellos qué se viene en materia de la “Revolución Bolivariana”.
Para Steve Levitsky, politólogo estadounidense no hay ningún mandatario que pueda heredar lo que algunos llaman “el legado” de Hugo Chávez.
“No existe. Ni siquiera Chávez ha sido Chávez en los ultimos años”, señala Levitsky. Y argumenta esa ausencia del fenecido mandatario al manifestar que “nunca llegó a ser líder del bloque más importante en América Latina” toda vez que “su influencia empezó a declinar hace cinco o seis años”.
Levitsky señala que la suma de los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua, no tienen un resultado positivo en cuanto a influencia política.
Finalmente considera que en la región “nadie tiene los recursos (económicos) que tenía Chávez y nadie tiene las ambiciones que él tenía… no veo un sucesor”, sentencia.
Falta de liderazgo, principal escollo
Para José Alejandro Godoy, analista político, el principal problema para hablar de un “heredero” de Hugo Chávez en la región es que no hay alguien concreto con un liderazgo internacional tan fuerte.
“Evo Morales (Bolivia) es el más cercano a Chávez, pero carece de las dotes de liderazgo que tenía el expresidente venezolano. Rafael Correa intentará serlo, considerando que comparte algunas características del liderazgo chavista”, señala Godoy.
En otro aspecto, Godoy coincide con Levitsky al señalar que el “proyecto bolivariano” que impulsaba Chávez “va a tener un declive aun más profundo en influencia continental, pues Brasil ha asumido el rol de fuerza regional, sin el lenguaje flamígero contra Estados Unidos que tenía Chávez y con menos cuestionamientos en materia de derechos humanos”.
El proyecto bolivariano ¿ya fue?
Para el periodista Angel Paez, el gran problema que tuvo Chávez “a diferencia de Fidel Castro que en vida pudo organizar su retiro y asegurar la sucesión del poder a su hermano Raúl Castro”, fue que la enfermedad le ganó el tiempo que necesitaba para “encarrilar el relevo”.
Páez considera que si bien Chávez armó una ceremonia de transferencia para designar a Maduro como el continuador del règimen “el vicepresidente carece del perfil de caudillo, está despojado del carisma del populista de plazuela y tampoco cuenta con formación castrense, componentes básicos del culto a la personalidad sobre el que se construyó el chavismo”.
Por su parte, Carlo Magno Salcedo, profesor de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Marcos, considera que “la eventual continuidad del proyecto bolivariano más dependerá de lo que pase en la propia Venezuela que lo que ocurra en los países de la “órbita chavista””
Entonces, si no es Maduro, ¿quién?
La pregunta cae (valga el juego de palabras) de madura y se ensayan más respuestas. Si no es Maduro, ¿quién puede influir en América Latina, política y económicamente como la hecho Chávez? Nos atrevemos a preguntar si Humala, pese a su propia “gran transformación” aún está en condiciones de presidir el proyecto de Chávez en la región.
Godoy es tajante para negarlo: “No sólo porque está un tanto lejano del esquema bolivariano, a pesar de sus buenas relaciones con ellos, sino porque no ha demostrado vocación de ejercer ningún tipo de liderazgo regional”.
Insistimos entonces: ¿Correa?, ¿Morales?, ¿Ortega?, ¿Fernández?
“Ninguno de los mencionados ha creado una ideología ni un programa político como Chávez. Son afines, pero eso no quiere decir que pueden ocupar su lugar”, sentencia Páez y volteamos la página a otro tema.
Para Salcedo “si la “revolución” (con su gran disposición de recursos provenientes del petróleo) fracasa, no veo [que] ninguno de los otros [líderes] de esos países tenga la fuerza suficiente para ser el “sucesor” de Chávez”.
¿Es el fin del proyecto bolivariano?
Levitsky se permite criticar la propuesta chavista, lo que seguro generará más de un rechazo. “El proyecto no fue tan fuerte como decian los pro y antibolivarianos.
Basta mirar: Venezuela, más Ecuador, Bolivia y Nicaragua ¿qué resulta?, sin Brasil, ni México, y ni siquiera Argentina o Colombia es muy poco en términos de poder real”.
Incluso considera que el proyecto en 2012 ya era débil, sin la fuerza del 2006, pero esto no significa que el proyecto fallezca con Chávez “Seguirá existiendo, seguramente, mientras los gobiernos de Bolivia, Ecuador, y Venezuela sigan siendo pro-bolivariano. Pero ¿cómo actor de importancia? No lo veo”.
Godoy coincide en que el proyecto puede perdurar a nivel local pero a nivel internacional no lo ve con fuerza. “En términos internacionales, es su declive. En términos locales, creo que van a tener una trascendencia. El chavismo va a sobrevivir a Chávez”.
No se puede negar que hay instancias regionales que existen por iniciativa de Chávez. El proyecto de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) es una de ellas, pero seguirá quedando la duda si el chavismo, o la revolución bolivariana, podrá atravesar las fronteras de Venezuela e instalarse en otros puntos de la región y consolidar un proyecto, para algunos autoritario, para otros integrador… lo cierto es que a primera vista se ve difícil encontrar al presidente que quiera tomar la posta.
