Al momento de escribir estas líneas, no es ninguna novedad la noticia de que nuestro querido y destacadísimo escritor Mario Vargas Llosa ha sido galardonado, ¡por fin!, con el premio Nobel de Literatura. La buena nueva, sin embargo, nos cogió de sorpresa a todos, incluyendo al propio Vargas Llosa, ya que, para la premiación de este año, el “escribidor” de la tía Julia, las visitadoras y la niña mala no estaba voceado como uno de los candidatos favoritos al premio, como sí había ocurrido en otras oportunidades.
Ciertamente, como muy bien lo recuerda la revista Caretas en su edición de hoy, el premio Nobel de Literatura no siempre se ha concedido a los mejores escritores del mundo; siendo más una excepción que una regla que los galardonados con el Nobel sean autores realmente memorables. Según refiere la revista, “de 100 premios concedidos por lo menos dos tercios fueron a autores intrascendentes, ahora olvidados.”
De hecho, son muchos autores cuyos méritos literarios debieron haberles hecho acreedores del Nobel, pero que fueron desdeñados por la Academia Sueca. León Tolstói, Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka, Vladimir Nabokov, Federico García Lorca, Rubén Darío, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, son sólo algunos de los extraordinarios hombres de letras que fueron ignorados por los académicos suecos.
Sin embargo, en algunas pocas ocasiones la Academia Sueca sí ha concedido premios absolutamente merecidos. Es el caso de los galardones otorgados a William Faulkner, Albert Camus, Hermann Hesse, Thomas Mann, Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, José Saramago, Günter Grass, Octavio Paz o Pablo Neruda. Estos autores sí tienen todo el derecho de habitar el Parnaso de los mejores literatos del mundo.
El premio Nobel de Literatura 2010, otorgado este año a Mario Vargas Llosa, es uno de esos pocos realmente merecidos, ya que reconoce la trayectoria, el trabajo y los méritos de uno de los mejores escritores de habla hispana de todos los tiempos, cuya obra ya es trascendente y, sin duda, lo seguirá siendo.
De este modo, Mario Vargas Llosa sigue acumulando reconocimientos justos y bien merecidos. Antes recibió el Premio Miguel de Cervantes (1994), el Premio Planeta de Novela (1993), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana (1967), el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (1967), el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana (1964) y el Premio Biblioteca Breve de Novela (1962).
Personalmente, he tenido el placer de leer la mayor parte de la obra novelística de Vargas Llosa. De su vasta producción, en el siguiente orden, mis favoritas son:
1. Conversación en La catedral.
2. La casa verde.
3. La ciudad y los perros.
4. La guerra del fin del mundo.
5. Pantaleón y las visitadoras
6. Lituma en los Andes.
7. La fiesta del Chivo.
8. La tía Julia y el escribidor.
9. El Paraíso en la otra esquina.
10. Elogio de la madrastra.
Sirvan estas breves líneas como homenaje a nuestro peruano más universal y sirva la ocasión para volver a leer sus mejores novelas, y completar aquellas que aún no hemos tenido la oportunidad de disfrutar.