Aunque con un carácter provocador y beligerante, y un estilo irreverente y a veces furibundo, y quizá precisamente por ello, César Hildebrandt es, sin duda, el periodista político más respetado e influyente del Perú y el que goza de mayor credibilidad. Y así como se ha ganado el respeto de la mayoría de la gente, de sus lectores, oyentes y televidentes; se ha granjeado también no pocas enemistades y odios viscerales, sobre todo por parte de mucha “gentita” de la clase política, del gremio periodístico y de la argolla literaria limeña, a la que ha desnudado con su pluma o con su lengua.
Como botón de muestra de los odios pasionales que ha despertado este gran periodista, está el que le profesa impúdicamente Fernando Ampuero, quien se dio el trabajo de escribir el libelo «El Enano. Historia de una enemistad», pretendiendo descalificarlo apelando a un supuesto complejo de inferioridad, resentimiento, envidia y amargura que este tendría por ser “chato”, es decir, de baja estatura, frente a un “alto, guapo y exitoso narrador” (que vendría a ser el propio Ampuero). La verdad, en este asunto lo chato, y deleznable, fue el argumento de Ampuero, no obstante lo cual este no dejó de ser elogiado hasta el hartazgo por sus amigotes.
Las enemistades que Hildebrandt ha generado, se las ha ganado a pulso, al haber sido y ser un crítico feroz e implacable del poder y de quienes lo detentan, del rol que desempeñan los medios de comunicación y los líderes de opinión en la sociedad contemporánea, así como un desmitificador de autores sobrevalorados por sus amigos de la argolla literaria.
Ciertamente, por lo señalado y por otras razones, Hildebrandt es un periodista bastante polémico, y no necesariamente siempre se puede estar de acuerdo con sus posturas. Sin embargo, su presencia en los medios de comunicación resulta indispensable, más aún en un país en que son muy pocos los periodistas que tienen el coraje de enfrentarse tan directa y frontalmente con los detentadores del poder político, económico o cultural.
Tal como reseña sobre él, muy a su estilo, la fresquísima y divertidísima revista Dedomedio, en su último número: «Puede no caerte bien, o hasta caerte en verdad mal. Puede que la mayor de las veces estés en desacuerdo con él, algo entendible pues él suele estar el desacuerdo consigo mismo. Incluso es posible que exclames “What-
the-fuck?” ante algunos despropósitos que suelta al aire (sobre todo cuando disfruta denigrar a muchos), pero al final de cuentas, la necesidad de tener a Hildebrant [sic] en la televisión es comparable a la de terminar una semana agotadora con un trago, ir al sauna o tirarle una bolsa con agua sucia a un presidente barrigón.»
Si bien Hildebrandt es actualmente más conocido por haber sido conductor de muchísimos programas de televisión —la mayoría de los cuales se canceló en medio de tensas situaciones que el periodista vivió con el respectivo dueño de la televisora de turno—, en sus inicios periodísticos destacó sobre todo en la prensa escrita. Y es en la prensa escrita donde el periodista parece sentirse más a sus anchas. Como él mismo lo declara: «De lo que sí estoy seguro es que regresaré a la prensa escrita, donde me siento mejor, donde puedo frasear, encontrar aunque penosamente algo que es muy importante: un estilo. Además, la prensa escrita es mucho más duradera, pues de la televisión podríamos decir como Juan Gonzalo Rose del rey o de sí mismo: esta fugacidad es todo mi reino. Porque la televisión es volátil, pasajera.»
Fue precisamente en los predios de la prensa escrita donde Hildebrandt llegó a convertirse tempranamente en el más agudo e inquisidor entrevistador de Caretas, semanario para el que trabajó por más de una década. Y fue a partir de sus mejores entrevistas realizadas por encargo de Caretas, y motivado por editorial Mosca Azul, que en 1981 publicó «Cambio de palabras», libro en que reunió más de veinte cambios de palabras que sostuvo, entre los años 1971 y 1980, con las más destacadas personalidades de la política, la literatura y la intelectualidad peruana y, también, con un monstruo de la literatura universal de la talla de Borges. Según he podido informarme, este libro se convirtió prácticamente en un libro de culto, muy requerido por los estudiantes de periodismo, al punto que —como señala el propio Hildebrandt— tras agotarse empezó a circular en fotocopias.
Tras 27 años de que salir a la luz su primera edición, la editorial loretana Tierra Nueva ha publicado la segunda edición, corregida y aumentada, de «Cambio de palabras». Esta nueva edición contiene 25 entrevistas realizadas entre 1971 y 1992. Entre sus novedades se encuentran los cambios de palabras que el periodista sostuvo con Julio Cortázar, Manuel Scorza, Mario Vargas Llosa y Javier Valle Riestra. Estas dos últimas entrevistas se realizaron después de publicada la primera edición y para medios distintos a Caretas. Asimismo, como anexo del libro se incluye el texto “Así preparo una entrevista” que, según Hildebrandt, los editores han incluido por su cuenta y riesgo, y que en verdad consiste en una entrevista que le hiciera Reynaldo Naranjo para sus “Talleres de Comunicación”.
En esta segunda edición, las personalidades de la política con los que Hildebrandt conversa son Víctor Raúl Haya de La Torre, Jorge del Prado, Juan Velasco Alvarado, Héctor Cornejo Chávez, Armando Villanueva, Andrés Townsend Escurra, Enrique Chirinos Soto, Hugo Blanco Galdós, Alfonso Barrantes Lingán, Luis Alberto Sánchez, Leonidas Rodríguez Figueroa, Fernando Belaúnde Terry, Luis Bedoya Reyes, Javier Valle Riestra. Y también incluimos entre estas personalidades de la política a dos novelistas: Manuel Scorza, a quien entrevistó fundamentalmente en su condición de candidato a la primera vicepresidencia por el Focep (Frente Obrero Campesino del Perú) de Genaro Ledesma, y a Mario Vargas Llosa, a quien entrevistó en su condición de candidato frustrado a la presidencia de nuestro país en las elecciones de 1990.
Las personalidades estrictamente de la literatura entrevistadas por Hildebrandt son Alfredo Bryce Echenique, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Juan Gonzalo Rose. Los intelectuales que conversan con Hildebrandt son Aníbal Quijano, Julio Cotler y Pablo Macera. Y, finalmente, se encuentran las entrevistas a los patricios de dos de los más grandes e influyentes medios de prensa del siglo XX, Luis Miró Quesada de la Guerra (quien según Hildebrandt fue el fundador de la era moderna de El Comercio y quien llevó a dicho medio a convertirse en “antiimperialista” al luchar contra la derecha fisiocrática de su tiempo) y Pedro Beltrán Espantoso, el dueño de La Prensa.
A propósito de esa lista de personajes entrevistados, sobre todo de los políticos, el periodista señala, en el último prólogo del libro, que: «Releyendo algunas de las entrevistas de esta segunda edición, compruebo, además, que la política peruana se quedó sin repuestos. A Sánchez lo sucedió don nadie, a Townsend le tomó la posta el silencio, a Pedro Beltrán lo heredó la Confiep, de Barrantes sólo quedaron viudas. Cambio de palabras no podría haberse hecho ahora por falta de elenco…»
Para los ciudadanos en general es, en definitiva, un texto altamente recomendable, imperdible. Para los estudiantes de periodismo es una obligación, comprado o prestado, leerlo de todos modos.
DATOS ADICIONALES
1- En su columna del diario La Primera del viernes 12 de diciembre último, bajo el título “Palabras de anoche”, el autor de «Cambio de palabras» publica sus palabras dichas en la presentación de la segunda edición de dicho libro, realizada el día anterior en la Feria de Libros Ricardo Palma de Miraflores.
2- La referida presentación fue uno de los dos eventos más concurridos de la Feria de Libros Ricardo Palma de 2008. Gracias al blog la Habitación de Henry Spencer, ponemos a vuestra disposición la intervención de Hildebrandt completita. Es importante verla, ya que contiene diversos comentarios e infidencias que no se encuentran en el texto publicado en la Primera.
3- El precio del libro es asequible, 29 o 30 soles (según la librería) que de verdad lo valen. No hay excusa para perdérselo y comprar un original.
Creo que Hildebrandt es el mejor periodista del Perú. Aunque esta afirmación pueda parecer apresurada por que no conozco a todos los periodistas, Hildebrandt tiene un requisito indispensable en el periodismo político,la crítica. A veces se le pasa la mano pero mejor que peque por exceso que por defecto.
pucha, hildebrant es un personajke complicado, es de lejos un excelente periodista, quizá el mejor pero es el mas soberbio de todos y se que se cree superior a todos los mortakles y el unico dueño de la verdad y a veces tanta pedanteria llega a aburrir
Creo que es el mejor periodista que hay en el Perú. Es inteligente, es culto y preparado. Si algunas veces no fuese tan negativo, sería el mejor sin discusión.Es polémico y eso es bueno, es irreverente y eso es mejor; pero, si siempre transmitiese positividad, sería lo mejor. El Perú ha sufrido tanto, por culpa de los políticos, empresarios, sindicalistas, es decir, por culpa de tanto sinverguenza que se necesita siempre que además de sus críticas proyecte positividad, para poder seguir viviendo con esperanza. No quiero decir que mienta ni que claudique en sus ideas,sino que entienda que las personas que lo admiran también necesitan sentir ganas de vivir en el Perú y que hay esperanzas.
HIldebrandt es un enano poli y multi acompelado, por el abandono de su padre…
un cholo enano, poco agraciado y relleno de mierda
POR AHORA NO HAY NADA MEJOR,RUEGO Q LLEGUEN MEJORES PERIODISTAS Q CESAR.
Q LA TENDRAN MUY DURA SI AMAN SU PROFESION Y NO VENDEN SU PLUMA Y SU CONCIENCIA.
LO Q VI DE HILDEBRANDT HASTA AHORA ES:
Q DESCUBRE LO Q YA ESTA TAPADO Y ACEPTADO POR LA MAYORIA, SE ENFRENTO
CON EL MISMISIMO FUJIBLADI,
Q DA LUCES ,ABRE CAMINOS,DESTAPA
LA PODREDUMBRE DE LOS POLITICOS,
DE CRITICA CONSTRUCTIVA,DE OJO
ZAHORI,LA MAYORIA SINO TODOS
LOS CORRUPTOS DE CUELLO Y CORBATA
LE TEMEN. ES NECESARIO SU VISION
DIFERENTE.ES SENSIBLE A LOS PROBLEMAS HUMANOS, AMADOR DE TODAS LAS ARTES,INVESTIGADOR CONTUMAZ,CON MUCHA SABIDURIA,
EN FIN ,PERIODISTA INDEPENDIENTE…
PERO DE VERDAD.
Hildebrandt no aclarò nunca la denuncia que se hizo en su contra por pedir dinero a un narcotraficante, con el propósito de realizar una entrevista complaciente. Ultimamente si ustedes leen bien su semanrio no ataca al poder político, solo a los que estàn en rangos inferiores de la polìtica local.
cesar es el mejor periodista del peru va directo y parcial donde tiene que dar su opunion yo creo aunque a otros le duela es el mejor periodista del peru. ! quien mie rda .. no ha comedito una falta ? y si es verda solo el y su conciencia lo saben !! no envidien que eso da cancer!
Hache, ese gran valiente periodista, que salió corriendo como un conejo cuando Ampuero lo iba a encarar en un semáforo rojo.
Pigmeo, opositor a todo, renegado, resentido, en síntesis un HIJO DE PUTA
Hildebrandt es un genial amasijo de odios purulentos, acusa a Ampuero de huachafo, pero él no se da cuenta de lo huchafo que resulta su impostado dejo castizo…
…Es un pitbull…
Hache es el pontífice de la noticia, no admite criticas ni disidencias por parte de sus interlocutores. La gente piensa que es honrado y valiente, sin embargo no se puede ser ninguna de las dos cosas, sino admites alguna vez que te equivocaste y esa cualidad de infalibilidad, que tanto odias en otros , forma parte de él sin la menor autocritica. Los que lo criticamos y detestamos tenemos motivos para hacerlo: un ejemplo es la excesiva publicidad que hizo a favor de Fujimori contra Vargas Llosa, la defensa cerrada que hizo de Aero Continente, algunas personas podrían pensar injustamente que había un interés subalterno en ello: lo que solamente fue una pataleta antichilena.. Tampoco debe de vanagloriarse tanto en la lucha contra el binomio fujimori- montesinos hubieron muchos en la lucha y lo que finalmente decidió el asunto fue el Video que presento Canal N.