Continuamos con la serie de artículos sobre las principales explicaciones sobre el colapso del régimen autoritario encabezado por Alberto Fujimori. Anteriormente reseñamos los trabajos de Martín Tanaka y de Sinesio López; ahora vamos a continuar con el de Julio Cotler.
Tesis central de Julio Cotler: La ruptura de la coalición que sostenía al régimen autoritario
Julio Cotler desarrolla sus explicaciones sobre el colapso del régimen de Alberto Fujimori en su artículo: “La gobernabilidad en el Perú: entre el autoritarismo y la democracia”. En Julio Cotler y Romeo Grompone, El fujimorismo: ascenso y caída de un régimen autoritario, Lima: IEP, 2000; especialmente en el Post-Scriptum de dicho artículo, fechado en noviembre de 2000 (pp. 68-75). En adelante aludiremos a dicho texto únicamente como “Cotler, 2000”.
Cotler señala que cuando parecía que la política de hechos consumados consentiría a Fujimori gozar de un tercer periodo de gobierno, “una serie de inesperados eventos produjeron en el curso de dos meses la ruptura de la coalición fujimorista y, en consecuencia, tanto la quiebra del gobierno como la desintegración del régimen autoritario, dando paso a la constitución de un gobierno de transición.” (Cotler, 2000: 69)
Los eventos inesperados a los que se refiere Cotler forman parte del siguiente recuento de hechos:
· En tanto el gobierno dilataba por todos los medios la resolución de los problemas planteados en al Mesa de negociación de la OEA, acudió al expediente de la gobernabilidad para reconquistar el favor nacional e internacional. Para ello Fujimori mostró a Alejandro Toledo y al conjunto de la oposición como fuente de desorden y, en contraposición, a su gobierno como guardián del orden y de la paz en el país y en la región, debido a su interés y dedicación personales, la habilidad de Montesinos y la colaboración de las Fuerzas Armadas.
· Para ello, en compañía de Montesinos y rodeado del alto mando militar, expuso en una conferencia de prensa el éxito en desbaratar el tráfico de armas proveniente de Jordania, destinada a las guerrillas colombianas, en circunstancias en que Washington y Bogotá organizaban el Plan Colombia. Pero ocurrió lo inesperado cuando el gobierno jordano presentó pruebas que la venta de armas se había realizado por conducto oficial con el Perú y puso como testigo a los Estados Unidos.
· La noticia apoyó la sospecha general respecto a que Montesinos y altos mandos de las Fuerzas Armadas estaban involucrados es este tipo de actos delictivos, así como en tráfico ilícito de drogas; asimismo, esa información sugería que las intenciones reales de dicha operación eran sabotear el Plan Colombia.
· En setiembre, la oposición “lanzó un torpedo en la línea de flotación de la estructura fujimorista” transformando las condiciones políticas del país, al divulgar un video del archivo secreto del SIN [el video Kouri-Montesinos]. ¿Quién y cómo se obtuvo esta información secreta? La respuesta más verosímil fue que altos mandos de la Marina,
contrariados con Montesinos por sus incesantes manipulaciones en las Fuerzas Armadas, en conexión con la CIA, encargaron a uno de sus agentes obtener y difundir esa prueba de corrupción para desplazarlo del gobierno. La CIA habría participado en esa operación, no obstante la estrecha relación que había mantenido con Montesinos por muchos años, porque éste había traicionado a la comunidad de inteligencia norteamericana con el asunto del tráfico de armas y porque su conocida, pero tolerada, participación en el narcotráfico había sido puesta en descubierto.
· Las altas esferas norteamericanas estaban irritadas debido a que las presiones de su Congreso y Ejecutivo para que el Perú emprendiera la redemocratización estaban siendo bloqueadas por Fujimori-Montesinos. Además de ello, la referida traición y la decisión de las agencias de seguridad habrían sido determinantes para sacar a Montesinos del gobierno. El cualquier caso, el hecho es que las agencias de seguridad norteamericanas dejaron de ser los aliados estratégicos de la coalición fujimorista.
· Para que ocurra la descomposición de la coalición fujimorista, a ello se sumo el enfrentamiento de los empresarios con el gobierno y el distanciamiento de los inversionistas extranjeros, que se agudizó con la fragmentación política de la representación parlamentaria oficialista a raíz del escándalo que produjo la divulgación del video Kouri-Montesinos.
· A los pocos días Fujimori anunció su intención de acortar su período presidencial y dirigir ordenadamente la transición democrática convocando a elecciones generales en abril de 2001, en las que no participaría. Esta decisión, probablemente resultado de las presiones norteamericanas, determinó la rápida desintegración del “bloque en el poder” y del régimen autoritario, con el consiguiente aislamiento de Montesinos y la transformación del panorama político.
· Luego ocurrieron los bochornosos incidentes relativos a la búsqueda de asilo en Panamá para Montesinos, en el que participaron varios Presidentes de los más importante países sudamericanos, así como Washington; el retorno al Perú de Montesinos; el sainete protagonizado por Fujimori por el que pretendía hacer creer que buscaba afanosamente a su ex asesor. Esta situación culminó cuando el embajador de Suiza en el Perú informó de la existencia de varias cuentas de Montesinos en bancos de su país, por alrededor de 50 millones de dólares. Nuevamente se especuló que dicha información sólo podía provenir de una solicitud del gobierno norteamericano para atacar a Montesinos y desbaratar la red mafiosa que seguía controlando desde la clandestinidad.
· Los sucesivos escándalos producidos por la difusión del video, la información de las cuentas secretas, la participación de Montesinos y altos oficiales en el tráfico de armas y drogas estallaron en la cara de Fujimori, y la mayor parte de la opinión pública consideró que Fujimori y Montesinos eran cómplices de los mismos delitos.
· Fujimori trató de salvarse realizando unos pocos cambios en las filas castrenses y designando un procurador independiente para investigar a Montesinos. Pero inmediatamente se hizo patente el desconcierto y la incapacidad de Fujimori para seguir gobernando: más que su propio desprestigio en el país y en el extranjero, la persecución a Montesinos determinó el aislamiento de Fujimori y la posterior desintegración del sofisticado sistema de control del Estado y de la sociedad que había organizado y manejado personalmente su ex poderoso asesor.
· En un corto espacio de tiempo renunció el Primer Vicepresidente de la República a su cargo, los tránsfugas renunciaron a seguir perteneciendo a la bancada oficialista, al tiempo que este ex disciplinado bloque se dividía en fujimoristas, montesinistas y absalonistas. Este cambio en la “correlación de fuerzas” contribuyó a que el Congreso iniciara el desmantelamiento del aparato montesinista, que culminó con la censura de la presidenta del Congreso y su reemplazo por un connotado miembro de la oposición.
· El final de esta tragicómica historia fue la casi fuga del país por parte de Fujimori, su renuncia desde el Japón, su destitución por incapacidad moral, la renuncia del gabinete ministerial y el segundo vicepresidente y la designación de Valentín Paniagua como Presidente de la República y la designación de un gabinete plural de independientes y representantes de la oposición.
Cotler resume que el último capítulo del fujimorismo se inició con el distanciamiento y enfrentamiento de los que habían sido sus aliados estratégicos durante diez años, y termina con la incorporación de figuras democráticas en el gobierno y el inicio del desmantelamiento de la red mafiosa.
Origen y ruptura de la coalición que sostenía al régimen de Fujimori
En su reseña sobre el devenir del régimen de Fujimori, Cotler señala que después de la profunda crisis que afectó al Perú durante la década de los 80, y ante la manifiesta ineficacia del precario régimen democrático para encarar la hiperinflación, la subversión y la violación de los derechos humanos, “los resultados relativamente positivos de las acciones gubernamentales propiciaron que el empresariado y los tecnócratas se aliaran con el gobierno y que la mayoría de la población diera pasivamente su respaldo a esa resolución [la destrucción del desacreditado orden constitucional]. De otro lado, este generalizado apoyo a la decisión gubernamental contribuyó a que diversos actores externos convalidaran tal determinación, asumiendo que el régimen autoritario daría paso al restablecimiento de eficaces mecanismos democráticos en un futuro indeterminado. De tal modo, el régimen logró armar un amplio y diferenciado sustento fundado en una red de alianzas internas y externas, al igual que en la inercia de las desarticuladas masas populares.” (Cotler, 2000: 15. El subrayado es nuestro)
Sin embargo, la fuerte resistencia política externa a la violación del régimen constitucional que significó el autogolpe del 05 de abril de 1992, determinó que el régimen pretendiera adoptar una fachada legal y, en su afán de asegurar su duración indefinida, capturara los aparatos estatales y se transformara en una autocracia regida por una mafia de militares y civiles. La restricción de las libertades civiles y políticas, al igual que el control y la represión de los opositores al gobierno, se produjeron a la par que se extendía la corrupción y se recurría continuamente a la difamación, la extorsión, la mentira y el cinismo, afectando seriamente la moral política. “A pesar de las crecientes críticas que formulaban diversos sectores de la sociedad, así como gobiernos extranjeros y organismos internacionales, los aliados del fujimorismo aceptaron abiertamente, o pretendieron no percibir, esos procedimientos arbitrarios, siempre que las autoridades cumplieran eficazmente sus requerimientos militares y económicos en nombre de la gobernabilidad. Pero una vez que el régimen asumió características mafiosas, las acciones de los gobernantes revertieron en contra de los intereses de sus aliados estratégicos,
determinando su distanciamiento y el fortalecimiento de quienes defendían los derechos humanos y la democracia, al tiempo que crecía una cada vez mayor protesta social.“ (Cotler, 2000: 15. El subrayado es nuestro)
Es decir, “en tanto se formaba una constela-ción de poderes internos y externos para sustentar el autoritarismo, la ruptura de dicha coalición ocasionó la descomposición del régimen y la apertura de un largo proceso de transición con la manifiesta intervención externa, así como el desarrollo de una nueva crisis de gobernabilidad que pone al descubierto la precariedad estatal.” (Cotler, 2000: 16). Es menester precisar que el artículo de Julio Cotler del cual se han obtenido las citas de este apartado, está fechado en setiembre de 2000, cuando, como se sabe, todavía no había ocurrido el colapso del régimen fujimorista.
Cotler concluye que pese a la modesta importancia económica y política del Perú en el escenario mundial, “el insólito rechazo internacional a sus autoridades gubernamentales [en la coyuntura electoral de 2000] constituye una evidencia del valor que se concede a la vigencia de los principios y las prácticas democráticas en la constitución del orden político y la economía de mercado. Del mismo modo, el apoyo que obtiene el régimen autoritario constituye también una manifestación del interés que se deposita en la permanencia de dicho sistema para preservar la gobernabilidad política y económica, acorde con los intereses dominantes. En consecuencia, el restablecimiento de normas y prácticas democráticas o, en su defecto, la continuidad de mecanismos autoritarios será resultado de las tensiones y las transacciones que se desarrollen entre actores y coaliciones internas y externas (inter-mestic).” (Cotler, 2000: 16. El subrayado es nuestro)
Consideraciones sobre la tesis de Julio Cotler
Cotler pone énfasis en su análisis en la interacción entre los actores externos e internos, y en la conformación y mantenimiento de las coaliciones, para la continuidad o ruptura del régimen autoritario.
Creemos que el trabajo de Cotler realiza una de las más interesantes descripciones sobre la dinámica de la coalición gobernante y sus aliados; y nos ayuda a entender las razones por las que el régimen pudo tener éxito y consolidarse, así como las razones por las que se debilitó, a partir de mantener o no la coalición y sus alianzas.
Cotler no toma en consideración otros factores o actores en la quiebra del régimen de Fujimori. Quizá en ello haya una consideración implícita de que los otros actores no fueron importantes o determinantes; y de que, finalmente, todos los desenlaces se definieron a partir de la dinámica de los actores internos en el poder (el gobierno y sus aliados internos) y los actores externos que los sostuvieron y que, en determinado momento, lo dejaron de sostener.
politica es una herramienta, no un arma
Este anciano de julio cotler no tiene moral para hablar del CHINO quien lidio con el terrorismo debe meter su lengua a su trasero