Los restaurantes de Santurtzi avanzan en su formación para atender a discapacitados y adaptan sus menús a la escritura para ciegos.
La presentación en la mesa es importante, pero la comida no tiene que entrar únicamente por los ojos. También puede hacerlo por las manos. Así lo plantea la asociación de hostelería Santurtzi Gastronomika, que ha traducido sus menús al braille, el sistema de escritura para ciegos basado en el tacto. La iniciativa, surgida de los ocho restaurantes asociados, ha sido consecuencia de un cursillo propiciado por el área de Turismo del Ayuntamiento para adaptar su servicio a las personas con algún tipo de discapacidad. «Nos pusimos en contacto con la ONCE de la Margen Izquierda y ellos mismos se han encargado de traducirlos», celebró el presidente de los hosteleros, Joseba Ramos.
De hecho, los responsables de la ONCE recibieron con agrado la iniciativa e incluso corrieron con los gastos de la traducción e impresión de los menús. Así, a partir de ahora cada restaurante dispondrá de un mínimo de dos cartas para invidentes. «Hasta ahora la solución era leerles los platos, o si venían acompañados que alguien se los explicara», relató Ramos, quien reconoció que los restaurantes asociados tienen varios clientes habituales ciegos. «Es la misma carta que está en castellano, aunque como está en relieve tenemos que tener cuidado de no ponerles peso encima. Antes ya habíamos agrandado la letra para hacerlas más fáciles de leer a las personas con poca visión», recalcó la tesorera del colectivo.
La medida no es habitual en hostelería, aunque a nivel particular algunos restaurantes ya realizan iniciativas parecidas. «Por lo que sabemos somos la primera asociación de tipo gastronómico a nivel de Vizcaya que adapta sus menús», desatacó la junta directiva de Santurtzi Gastronomika.
Examen de accesibilidad
Éste no ha sido el único esfuerzo reciente que han realizado por hacerse entender. Dada la afluencia de extranjeros que conlleva el ferry en el municipio, los restaurantes también han encargado una traducción de sus cartas al inglés y el euskera. Esta última la ha posibilitado el Ayuntamiento a través de una campaña de las áreas de Cultura y Turismo. En 2009, una iniciativa similar ya permitió pasar al idioma vasco los rótulos y papelería de algunos comercios de la localidad.
Santurtzi Gastronomika también realizó un cursillo el pasado año para mejorar su atención a los clientes con algún tipo de discapacidad. Los exámenes corrieron a cargo de la entidad Euskalit, dependiente del Gobierno vasco, que también evaluó la accesibilidad de los locales recomendando mejoras como la instalación de timbres en los aseos o la colocación de barandillas de doble altura junto a las rampas. «Nosotros hicimos varios test por internet y tuvimos clases prácticas en un hotel», explicó su vicepresidente y responsable de uno de los restaurantes, Andoni Aldasoro.
Entre los consejos ofrecidos, los hosteleros recordaban la recomendación de sentarse para hablar y tomar la comanda a una persona en silla de ruedas, dar el brazo para guiar a los invidentes hasta su mesa o colocar a personas con poca visión junto a fuentes de luz naturales.
Fuente: elcorreo.com