El quitosano, una forma modificada de la quitina, uno de los azúcares más comunes que se encuentra en caparazones de los crustáceos, puede reparar las membranas de las neuronas. Esta es la conclusión de un estudio publicado recientemente en la revista The Journal of Experimental Biology.
Los autores del estudio aislaron un segmento de la médula espinal de una cobaya, comprimieron una sección, aplicaron el quitosano y luego añadieron un colorante fluorescente que sólo puede entrar en las células a través de membranas dañadas. Si el quitosano reparaba las membranas del tejido aplastado, la médula espinal no se teñiría, pero si el quitosano no funcionaba, las neuronas de la médula espinal aparecerían teñidas con el tinte fluorescente. Al visualizar una sección de la médula espinal en el microscopio, observaron que la médula espinal estaba completamente a oscuras. Ninguno de los tintes había entrado en las células nerviosas, por lo que el quitosano había reparado las membranas celulares dañadas.
Fuente: neurologia.com