Si para cualquier persona normal y corriente un trastorno neurológico que provoca temblores en las manos puede suponer un problema cotidiano, imaginen para un violinista. Ésa es la historia de Roger Frisch, el músico encargado de tocar el violín en la orquesta de Minnesota, cuya dolencia le obligó a pasar por el quirófano hace un mes. Apenas 30 días después, el artista ya ha vuelto a actuar en público tal y como confirman fuentes de la Clínica Mayo, donde fue intervenido.
La operación de Frisch fue de esas que dan la vuelta al mundo por lo inédito. Mientras el equipo de neurocirujanos le intervenía a cerebro abierto, Frisch tocaba su instrumento en la mesa de operaciones para comprobar que la cirugía no estaba afectando a sus capacidades musicales. Sus notas fueron recibidas por aplausos en el quirófano y sólo un día después pudo volver a ensayar con normalidad.
El músico había pasado al menos dos años tratando de ocultar su temblor esencial, un trastorno causado por un problema con la sección del cerebro encargada de controlar el movimiento (una patología que afecta a unos 10 millones de personas, sólo en EEUU). Sin embargo, el problema comenzó a hacerse evidente cuando tocaba el violín en la orquesta, sobre todo en algunas notas.
Por eso, buscó ayuda en el doctor Kendall Lee, responsable de Ingeniería Neuronal en la Clínica Mayo. Algunos pacientes, le explicó, conviven con el problema a base de betabloqueantes y otros fármacos; sin embargo, existía una segunda vía: la estimulación cerebral profunda. Es decir, abrirle el cerebro e instalar unos electrodos en la zona donde la señalización celular del violinista era defectuosa.
Los temblores, que podrían haber supuesto el final de más de 30 años de carrera musical, desaparecieron prácticamente en cuanto los cirujanos empezaron a ‘hurgar’ en su cerebro. Este tipo de intervención, explican los especialistas, puede llevarse a cabo con anestesia local (puesto que este órgano carece de receptores del dolor y el paciente no siente molestias), lo que permitió a Frisch tocar su instrumento mientras le intervenían, para comprobar en tiempo real el efecto de la cirugía.
Un portavoz de la Clínica Mayo explica a ELMUNDO.es que se trata de la primera vez que se le pide al paciente un tipo de respuesta de este tipo mientras se somete a una estimulación cerebral profunda. Aunque como aclaran fuentes de la Academia Americana de Neurología en la cadena de televisión ABC News, el procedimiento no es totalmente inocuo, y se calcula que un 18% de los pacientes registra algún tipo de complicación.
En el caso del violinista, a pesar de la mejoría, lo más probable es que siga sufriendo el problema (con menos intensidad, eso sí) el resto de su vida. Aunque apenas transcurrido un mes de la cirugía ‘a violín abierto’, ya ha podido interpretar en público sus notas favoritas.
Fuente: elmundo.es