Una terapia de estimulación cerebral profunda demostró resultados prometedores en pacientes con epilepsia, afirman científicos de Estados Unidos.
Los investigadores de la Universidad de Stanford implantaron electrodos en los cerebros de 110 personas y llevaron un registro de sus convulsiones.
Se encontró que más de 40% de los pacientes registraron una reducción de sus crisis epilépticas después de 13 meses y 56% experimentó una disminución después de dos años.
Todos los individuos sufrían de convulsiones regulares y no habían logrado responder al tratamiento con medicamentos, explican los científicos en la revista Epilepsia.
La epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por convulsiones recurrentes que pueden causar pérdida temporal de conciencia, confusión o alteración de las sensaciones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta a unos 50 millones de personas en el mundo. Y estudios previos han demostrado que un 30% de los pacientes con epilepsia no responden adecuadamente a los medicamentos antiepilépticos.
Los investigadores de Stanford querían probar si la estimulación cerebral profunda (ECP) podría funcionar con estas personas.
Neuroestimulador
La ECP es un procedimiento quirúrgico que involucra la implantación de un dispositivo médico llamado neuroestimulador -que es similar al marcapaso cardíaco-, el cual envía impulsos eléctricos a partes específicas del cerebro.
En el grupo de pacientes a quienes se les implantó el neuroestimulador, los científicos notaron una reducción de 41% en sus convulsiones, mientras que en el grupo que no fue sometido al procedimiento las crisis se redujeron 14,5%.
“La estimulación cerebral profunda es una terapia prometedora para la epilepsia”, afirma el doctor Robert Fischer, director del Centro de Epilepsia de la Universidad de Stanford, quien dirigió la investigación.
“Nuestro objetivo es encontrar tratamientos que reduzcan los efectos de la epilepsia, particularmente en pacientes que no responden a los medicamentos”, agrega.
Aunque ninguno de las personas que participaron en el estudio mostró efectos secundarios graves, como hemorragia o infección cerebral, Fisher subraya que la ECP “es un procedimiento invasivo y puede provocar complicaciones graves”.
“Es necesario realizar estudios clínicos adicionales que nos ayuden a determinar quiénes son los mejores candidatos para la terapia de ECP”, advierte el investigador.
En Estados Unidos, el panel de asesores la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó la aprobación de la EPC como “un tratamiento seguro y efectivo para pacientes con convulsiones parciales severas y refractarias”.
Otros expertos recibieron de forma positiva los resultados del estudio de Stanford.
Tal como afirma Simon Wigglesworth, vicepresidente ejecutivo de la organización británica Epilepsy Action, “durante mucho tiempo hemos estado esperando que la estimulación cerebral profunda pueda ser una alternativa terapéutica para algunos pacientes con epilepsia”.
“Este estudio muestra resultados prometedores y podría ser un avance importante en el tratamiento de la epilepsia en 30% de las personas cuyas convulsiones no responden a las terapias tradicionales de medicamento”, agrega el experto.
Fuente: bbc.co.uk