El hallazgo, descubierto por investigadores españoles, servirá también para analizar ciertas formas de retraso mental.
Un grupo de investigadores españoles ha identificado un mecanismo empleado por las neuronas para regular la transmisión sináptica -aprendizaje y memoria- en el cerebro. Este hallazgo podría tener implicaciones en el estudio de patologías cognitivas, como la enfermedad de Alzheimer o ciertas formas de retraso mental, tal como se afirma en el último número de la revista “Nature Neuroscience”.
Desde hace unas tres décadas se sabe que las conexiones sinápticas entre neuronas no son estáticas, sino que responden a la actividad neuronal con la modificación de su intensidad. Así, estímulos del exterior pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras otras se debilitan. Este código de bajadas y subidas de intensidad es lo que permite al cerebro almacenar información durante el aprendizaje y la memoria, explica José A. Esteban, director del trabajo e investigador el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid. En el estudio han colaborado también investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.
Las conclusiones del trabajo revelan que la ruta de señalización intracelular de PI3K es crucial para el mantenimiento de la potencia sináptica y para su modificación durante periodos de plasticidad. La ruta de señalización PI3K es ya conocida por la comunidad científica, ya que ha sido asociada a la enfermedad de Alzheimer y la aparición de tumores. “Este trabajo propone un mecanismo concreto por el que la alteración de la ruta PI3K podría dar lugar a un funcionamiento defectuoso de las sinapsis, con el consiguiente deterioro cognitivo”, indica el investigador del CSIC.
Esteban señala que todavía es muy pronto para determinar si esta nueva información permitiría manipular y quizá corregir estos mecanismos sinápticos defectuosos, presentes no sólo en el Alzheimer sino en otras patologías cognitivas. “En cualquier caso, este tipo de estudios de ciencia básica contribuye a diseccionar las bases moleculares y celulares que controlan nuestras funciones cognitivas y nos orientan acerca de posibles vías de intervención terapéutica”, advierte el científico.
Fuente: consumer.es