Durante el 2007, el PBI del Perú creció en 8,99%, la recaudación en más de 16% y el producto por habitante llegó a US$3,391[1]. Los sectores que más crecieron han sido los de construcción, manufactura y comercio, lo cual ha implicado un aumento en el empleo, por ser sectores intensivos en mano de obra. Sin embargo, luego de acumular 79 meses de crecimiento continuo (entre julio de 2001 y enero de 2008), aún no se ha podido reducir sustancialmente la pobreza y, en particular, la pobreza extrema.
Existe una alta concentración del beneficio del crecimiento. Como ejemplo, podemos ver como el incremento de los niveles de empleo se da en pocas ciudades del país, principalmente ubicadas en la Costa; y cerca del 60% de los recursos a gobiernos regionales provenientes del Canon se concentra en cinco regiones del país: Áncash (17,9%), Cusco (12,2%), Loreto (9,5%), Tacna (9,2%) y Callao (8,5%)[2]. Además, luego de la fusión de programas sociales, los cuales deben atender principalmente a los mas pobres, no se ha incrementado sustancialmente el gasto en este aspecto en los últimos años.
Algunas políticas económicas producen la exclusión de una parte de la población. La implementación del TLC va a perjudicar a los agricultores tradicionales (coincidentemente donde radica los mayores niveles de pobreza extrema del país), quienes no tienen capacidad de competir en el mercado internacional, en un entorno de políticas arancelarias adversas para ellos (reducción de los impuestos a los productos agrícolas que importamos de otros países) que ya empezaron a afectarlos.
Mantener y aumentar el crecimiento económico es una condición necesaria para mejorar las condiciones de vida de todo el país. Sin embargo, no es una condición suficiente para reducir la pobreza extrema. Para orientar el crecimiento a favor de los más pobres es necesario tener políticas que promuevan la inclusión política (es inadmisible que gente siga indocumentada en nuestro país y que no pueda acceder a sus derechos políticos y a la justicia), la inclusión social (aún persisten altos niveles de desnutrición infantil y barreras económicas, geográficas, culturales e institucionales para acceder a la educación y la salud), la inclusión económica (existe muy poco acceso a capacitación en actividades productivas y a oportunidades económicas para vincularse a mercados) y la reducción de la vulnerabilidad ambiental (no es novedad los casos de victimas de desastres naturales prevenibles, la exposición a altos niveles de contaminación y la necesidad de adecuarse a los desafíos producidos por el cambio climático).
[1] Véase INEI (2008), Nota de prensa, No. 15, febrero de 2008 y MEF (2008), “Economía peruana mantiene crecimiento pese a turbulencia financiera internacional”, Noticias, 8 de enero de 2008, www.mef.gob.pe.
[2] PIA 2008, www.mef.gob.pe Leer más