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11/03/10: De cómo fui Corresponsal Escolar de El Comercio

Cursaba el cuarto de secundaria cuando llegó a mis oídos una noticia que determinaría mucho mi interés y agrado por la multifacética carrera de periodismo: el concurso a nivel nacional “Crea tu propio periódico escolar 2008” del diario El Comercio. El gran inicio estaba ahí y lo aprovechamos.

Nuestra profesora de Lengua y Literatura, Edith Aparicio apostó en un primer instante por dos estudiantes de los primeros grados de secundaria.
– Muchachos, quiero lo mejor de ustedes para hacer del periódico escolar un buen proyecto, es un concurso de El Comercio, no de cualquier diario.

Uno de ellos era Nicolás Rodríguez López, alumno despierto que empezaba a dudar de su permanencia en el colegio.
– Está bien profesora aunque no sé si continúe ya que tengo por ahí algunos problemas, habrá que esperar a que empiece el concurso.

A las pocas semanas, Nicolás se retiró del colegio por la lejanía que existía con su casa. Sin embargo, comenzó el proyecto totalmente solo en su nuevo colegio, de la otra compañera, no se supo más.

Ante estas repentinas salidas, la profesora estuvo en la obligación de buscar un par más que no defraudara y que más bien llevara en buen camino la participación
– ¡Uy!, tan sólo hubieron dos interesados en los primeros años de secundaria y se retiraron, habrá que preguntar a los de tercero o cuarto para ver quienes desean participar.

Con algunos nombres en el sobre, la licenciada tocó la puerta de cuarto año.
– Disculpe profesor, podría darle permiso a Marco Gamarra para que salga por un momento.

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11/03/10: Cementerio Presbítero Maestro: Paz eterna entre obras de arte

Al caminar por las anchas avenidas, pintorescas alamedas y largas calles del Cementerio Presbítero Maestro, uno logra comprender el gran cariño que sintieron los deudos por sus difuntos. Qué mejor entonces que rendirles homenaje junto a imponentes y vistosas esculturas italianas en el primer cementerio de América, la necrópolis del Cementerio General de Lima.

La llegada de la Ilustración significó el fin de aquella práctica tan común de enterrar a los muertos bajo las iglesias. En el Perú se dijo adiós a esa costumbre nada higiénica con la construcción del Presbítero Maestro (1808) en los Barrios Altos. Sin duda, una nueva historia comenzaba a escribirse.

El honor de inaugurar el Presbítero, convertido en el primer cementerio civil del continente, estuvo a cargo del virrey José Fernando de Abascal. El representante del Rey en Perú había autorizado la obra y pedido la ayuda del hábil sacerdote Matías Maestro, quien diseñó los planos del camposanto. En honor a este religioso, el virrey bautiza la necrópolis.

Una inauguración anecdótica

Durante los retoques previos de la inauguración, el pintor Francisco Acosta, sufrió un accidente que le provocó la muerte. No faltaron algunos que recomendaron -por medidas sanitarias-, su entierro inmediato en el Presbítero Maestro. Sin embargo, el cadáver tuvo que esperar el de Juan Domingo González de la Reguera, arzobispo destinado por orden mayor el primer personaje en descansar en la necrópolis.

En sus 766 mausoléos e inumerables nichos, se encuentran personajes que con su pluma o rifle se encargaron de escribir la historia de nuestro país. Éstos son algunos: Leer más »

11/03/10: La última Muralla de Lima: Santa Lucía, Comandante Espinar y Puerto Arturo

¿Sabía que a pesar de cientos de años, existe aún parte de la gran Muralla de Lima en pie?

Al parecer, aquel destino funesto que acabó con varias construcciones históricas del Centro de Lima ha sido esquivo a algunos fragmentos de la Muralla de Lima: los denominados baluartes de Santa Lucía, Comandante Espinar y Puerto Arturo, únicos recuerdos vivos de aquel fortín que protegió alguna vez el Damero de Pizarro. Es inevitable llegar a la conclusión que si siguen permaneciendo en el olvido, estos tres inmuebles ubicados en El Agustino, caerán pronto en una destrucción irreversible.

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Se requiere remontarnos a 1684 para entender más a fondo la historia de la Muralla de Lima, año donde el virrey Melchor de Navarra y Rocafull establece el sistema de amurallado en la capital. Este cerco que comprendió once kilómetros de perímetro defendió por casi doscientos años a la Ciudad de los Reyes hasta que “murió virgen de pólvora”, es decir, nunca recibió algún ataque de piratas o corsarios. Precisamente la destrucción de la Muralla se dio por el afán modernizador peruano del siglo XIX, emprendido por el gobierno de Balta mediante el proyecto de demolición de Henry Meiggs.

Sin embargo, la Muralla presentaba ya algunas rupturas previas que se produjeron como consecuencia de las construcciones del Parque de la Exposición y el Cementerio General Presbítero Matías Maestro, explica Luis Sifuentes de la Cruz en “Las Murallas de Lima“. Del proceso de modernización solo sobrevivieron tres baluartes de los treinta y cuatro que confirmaron la muralla. Se trata de los baluartes Santa Lucía (Jr. José Rivera y Dávalos), Comandante Espinar (Jr. Boulevard República) y Puerto Arturo (Jr. Pativilca). De los tres, es el primero el que se halla en mejor estado de conservación.

El Baluarte Santa Lucía

Es, en efecto, el baluarte que se halla en mejor estado de conversación. Si no ha sufrido el mismo daño que los otros dos baluartes es porque en sus inmediaciones funciona el Hogar de Madres Solteras ‘Gladys’, entidad que ha preferido conservar su integridad. Ocupa un área pentagonal cerrada en cuatro lados por un muro de sección trapezoidal y en uno por edificaciones contemporáneas de un piso. Desde el pasaje empedrado y el campo deportivo se aprecian tres de sus lados. Se observa un dintel. Está ubicado en el Jr. José Rivera y Dávalos con el Pasaje de los Santos, distrito de El Agustino.

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El Baluarte Santa Lucía, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Baluarte Comandante Espinar

El Baluarte Comandante Espinar está ubicado en la Urbanización Santoyo, distrito de El Agustino. Se mantuvo en buen estado hasta la década de los cincuenta del siglo XX, época en que la zona empieza a urbanizarse. Como toda la Muralla, el sistema constructivo de este baluarte está compuesto por adobe, ladrillos y una base de piedras.

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Baluarte Comandante Espinar, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Baluarte Puerto Arturo

Otro importante fragmento de la antigua Muralla de Lima se erige en el Jr. Pativilca, El Agustino. Hoy yace bajo un uso de vivienda: son muchas las familias necesitadas que han utilizado sus muros de canto rodado, adobe y cal para guarecerse de cobijo. Incógnito, lleva muchas décadas soportando la indiferencia de las autoridades.

20120204-187.jpgBaluarte Puerto Arturo, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lastimosamente, la irresponsabilidad y desconocimiento han sepultado en el olvido mucha de la historia y memoria de nuestra ciudad. Esperemos que la Municipalidad de El Agustino, la Municipalidad Metropolitana de Lima y el Ministerio de Cultura pongan en valor estos lugares que son verdaderos patrimonios de Lima. Leer más »

04/03/10: Quinta Presa: un palacio en el Rímac

La tradición oral limeña cuenta la curiosa anécdota del virrey Manuel Amat y su afán por conquistar a la mestiza Micaela Villegas, más conocida como la “Perricholi”. Sin embargo, este virrey no sólo se preocupó por conseguir el amor de esta huanuqueña, sino también hizo varias obras de infraestructura en Lima como la monumental y hermosa Quinta de Presa, construida en el siglo XVIII. Un veradero orgullo de los habitantes del antiguo “Barrio de San Lázaro” (Rímac) y ejemplo claro del sobrio estilo rococó.

La Quinta Presa es una residencia veraniega ubicada en las afueras del casco histórico de Lima. Debe su nombre a que su primera propietaria fue Isabel Carrillo de Albornoz y de la Presa.

“Pero en el Rímac todas las casonas son antiguas” nos replica el taxista ante nuestro única referencia de la Quinta de Presa: un verdadero palacio que ostenta el reconocimiento de ser la única casona de estilo barroco francés (rococó) en el Perú. La historia que guarda ha variado mucho a lo largo de los años. Desde un recinto construido especialmente para la Perricholi durante la colonia hasta una hacienda –inmensa por cierto- con miles de hectáreas que contaba inclusive de esclavos. Durante la República fue el Cuartel de Gendarmes de Infantería, lo que la adornó con cañones.

Con el ánimo de conocer este emblema del Rímac, cruzamos el “Callejón de Presa”, llamado así el pasaje que dirige a la Quinta de Presa hasta el Jr. Chira 344 (Rímac), ubicación de la quinta. Frente a ella, se hallan unas rejas que impiden el acceso externo a la misma, lo que mantiene en resguardo a este vestigio colonial. Situación muy parecida a la Quinta Heeren. Recordemos que esta residencia rimense se encuentra hasta el momento cerrada al público pero si se contacta con el INC [hoy Ministerio de Cultura] o con la Municipalidad del Rímac puede obtener un permiso de ingreso.

La Quinta Presa en un día de verano. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lo que diferencia a esta magna construcción es su interesante estilo y cautivante arquitectura. Sus anécdotas no han sido ajenas a la historia. Se cuenta que fue un recinto de la amante del virrey Amat, razón por la cual también se conoce a la casona como “Palacio de la Perricholi”. Sin embargo, hay algunas evidencias que responderían a don Martín Arias del Castillo como dueño de estos campos. Este último dato favorece a los que afirman que la Perricholi sólo asistía allí, como invitada a fiestas y recepciones organizadas por el virrey.

Ernesto Ascher en Curiosidades limeñas, en cambio, asegura que la Perricholi “nada tuvo que ver con ella ni tampoco residió en ese lugar”. Añade que “la referida Villa fue construida y perteneció al Coronel del Ejército Don Pedro Carrillo de Albornoz, existiendo la probabilidad que en los planos interviniese el Virrey Amat y es por ello la confusión a que más arriba hacemos mención”.

Sin duda, su esplendor estuvo en la colonia al igual que muchas construcciones de la época ya que al pasar de los años, testigos perpetuos de una Lima tan señorial que difícilmente volverá, la indiferencia de las autoridades y habitantes terminó por olvidarse de la esencia de la Ciudad de los Reyes.

La Quinta de Presa estaba hace unos años en proceso de restauración lo que le devolvió el estilo afrancesado. Actualmente, se ha paralizado el trabajo por lo que nos queda esperar unos años más para que recobre mucho más la belleza y encanto de este monumento histórico nacional desde 1972, ejemplo de las maravillas que ostentaba nuestra gloriosa Lima de antaño.

Cómo llegar:

Es preferible que aborde un taxi (lo puede hacer desde la Plaza Mayor o el Jr. Trujillo). A partir de cualquiera de estos puntos, diríjase al Jr. Chira 344, Rímac. La quinta se ubica muy cerca al Hospital Leguía. Recuerde que tiene que obtener el permiso respectivo de la Municipalidad o el INC [hoy Ministerio de Cultura]. Leer más »

03/03/10: ORCA: Respeto y protección por los mamíferos marinos

Fuente: Blog Corresponsales Escolares de El Comercio

¿Alguna vez vió a un lobito de mar en la playa, mientras usted tomaba sol cómodamente? Si llega a encontrarse con uno de estos bellos mamíferos no piense que se va a morir, pues ellos pueden vivir dentro del mar y también en la tierra. Les invitamos a conocer a los voluntarios de Orca y su maravillosa labor con los lobitos de mar.

“Lima no se preocupa por la conservación ambiental marina a pesar de ser la única capital de América a orillas del mar”, afirma con preocupación Carlos Yaipén Llanos, Presidente de la Organización Científica para la Conservación de Animales Acuáticos (ORCA), con sede en San Bartolo, mientras observa el video de Laura, lobo marino hembra que regresó al mar gracias a su organización.

Es tierno ver a los traviesos bebés: Sil, Lis, Isl y Leo: cuatro lobos marinos con buena salud de tan sólo unas semanas de nacidos, abandonados por su madre a causa de la irresponsabilidad de algunos bañistas. “Las lobas marinas no encuentran un lugar donde dejar a sus crías: llegan personas, las manipulan y tocan; esto provoca que la loba madre se vaya” explica el Presidente de ORCA.

“En caso de abandono, los mantos negros o lobos marinos recién nacidos deben ser recogidos entre las 24 y 48 horas porque de lo contrario se mueren (…) luego deben seguirse los protocolos de bienestar animal propios a su colonia” asegura el entrevistado. De tal manera que considera importante realizar campañas que pongan el tema también en el debate estudiantil.

A partir de actitudes y modelos, la sede en San Bartolo ofrece una propuesta de integración tanto a seres humanos como animales. A los nuevos inquilinos, además, se les enseña a nadar y alimentarse por sí mismos. El sistema educativo que se emplea está basado en experiencias hechas en Holanda y Estados Unidos con crías foca

Carlos revela que inclusive “hemos ido más allá de los trabajos previos porque logramos desarrollar un sistema de comunicación y entender mucho más a fondo cómo funciona la colonia, y la educación que brindamos a las crías les hace más fácil sobrevivir en un medio ambiente tan complicado como el peruano”. Sin duda, un avance que fortalece y premia la labor de este equipo.

Importante: Si ve un lobo marino en la playa. No manipularlo ni molestarlo ya que su madre volverá pronto. Si la madre no vuelve, comunicarse con los salvavidas ya que éstos tienen contacto con organizaciones como ORCA.

Usted, querido lector, puede apoyarlos siendo voluntario desde su ciudad o el padrino a cargo de alguno de los mantos negros. Comuníquese con Orca Perú o al correo orca.peru@gmail.com. El teléfono para las donaciones es 999 389 430. Una oportunidad que enaltece el alma y contribuye con la restauración del medio ambiente. Anímese y sea parte de esta comunidad al rescate de los animales marinos.

17/02/10: La Imponente Quinta Heeren de los Barrios Altos

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio

Oskar Heeren llegó al Perú hace más de dos siglos, sin imaginar que la quinta que él construiría sería considerada como uno de los recintos más hermosos y apacibles de la Lima de antaño: La quinta Heeren. Esta residencia de estilo europeo constituye una muestra viva de aquellos años en los cuales Barrios Altos, era la periferia de la ciudad e inspiración de los grandes intelectuales de la época. Recorriendo los pasillos de la historia tan añorada de nuestro señorial Centro Histórico, conoceremos a la imponente Quinta Heeren, tan increíble y tradicional.

Son casi las tres de la tarde y estamos por empezar nuestra visita por las angostas calles de los Barrios Altos, sin duda un viaje hacia el otro lado de la Lima antigua, no tan concurrida por los turistas de estos tiempos. Nuestro punto de partida es el Jr. Trujillo en el Rímac. Un taxista se ofrece a trasladarnos a la quinta y esperarnos hasta terminar de grabar, por lo que nuestra estadía entre los balcones tenebrosos y las teatinas que curiosas nos miran desde arriba, se convierte más tranquila. Sin tomar en cuenta a nuestros queridos “amigos” de lo ajeno.

Unos minutos más tarde, nos encontramos frente a la Quinta Heeren (Jr. Junín 1201), unas rejas oxidadas y unas extensas cadenas resguardadas por unos perros impedían nuestro ingreso triunfal. No podía ser posible, tan cerca pero a la vez tan lejos de la historia de nuestra Lima. Sin embargo, para suerte de todos, apareció de súbito un personaje que amablemente se ofreció a abrirnos las puertas y transportarnos a nuestra tan añorada Lima de antaño, tan imborrable.


Foto Marco Gamarra Galindo

Adentro todos, caminamos por un estrecha calle, larga y solitaria que da a una preciosa plaza jardín adornada de jarrones y esculturas. Sin embargo, nos percatamos que no estábamos solos. Al momento de dialogar con alguno de las personas allí presentes, nos percatamos que en esta residencia aún viven varias familias que han tratado de ser desalojadas por el INC. Un tema polémico que confronta la conservación de la Quinta y la vivienda de aquellas personas.

Alrededor de las casonas que alberga este conjunto habitacional, se observa en sus fachadas el imponente estilo austro-húngaro del siglo XIX. El personaje que estuvo detrás de toda la construcción es Oskar Antonio Federico Augusto Heeren, nacido en Hamburgo (Alemania) en 1840. Un cónsul del Perú en Japón. Su legado, la Quinta Heeren, ha sido lugar donde las embajadas de Japón, Bélgica, Alemania, Francia y Estados Unidos se alojaron, en pleno corazón de Barrios Altos. Increíble pero cierto. Sus muros eternos recuerdan aquellos tiempos en que los aristocráticos escogían sus inmediaciones para realizar sus grandes fiestas.

Sin embargo, un hecho que cambió la vida apacible de sus moradores fue el suicido del empresario japonés Seiguma Kitsutani que preocupado por las cuentas que adeudaba, decide emplearse la técnica del “harakiri” que consiste en el propio desentrañamiento rechazando cualquier tipo de muerte natural, una modalidad muy usada por los antiguos guerreros samurai.

Con el contar de los años, tan calculadores, toda esa vida se esfumó, desapareció y ahora Barrios Altos está olvidado. Aquella hegemonía e importancia que tenía esta ciudad se está desapareciendo, mas no la esencia que siempre la tendrán los verdaderos barrioaltinos. Pronto volverán aquellos años donde la monumentalidad de Lima volverá a renacer dice algún utópico. Ojalá la responsabilidad de las autoridades te respalde.

Si tiene la oportunidad de visitar este vestigio viviente limeño, no lo dude. Si algo le ayudará a conocer más sobre la Lima añorada es visitar Barrios Altos, mas le recomiendo ir en la mañana o tarde porque si la noche lo atrapa en las calles de esta urbe, ni el mismo diablo de la peña horadada lo podrá salvar de unos suspiros, sin pizca de amorosos por cierto, capaces de hacer temblar a las piedras y de poner los pelos de punta al más valiente. Caracoles! Leer más »

17/02/10: El misterio de la Peña Horadada de los Barrios Altos

Fuente: Blog de los Corresponales Escolares de El Comercio

En el otro lado de la Lima que hoy conocemos, en una más desconocida y oscura, abundan aquellos relatos que han reflejado en más de una ocasión, una mirada de estupor, miedo y asombro en sus oyentes. Una de estas anécdotas es la que guarda en una esquina de los Barrios Altos, la Piedra de la Horadada, la cual cuenta Ricardo Palma, fue usada por el mismísimo diablo para huir de las procesiones del Señor de los Milagros y la Virgen del Carmen allá por la Lima colonial.

¿Se imagina usted cuán importante ha de haber sido la Ciudad de los Reyes que el mismo diablo andaba por sus calles? En la esquina de los jirones Junín y Cangallo, muy cerca del callejón de “El Buque”, se halla la misteriosa Piedra de la Horadada o simplemente Peña Horadada que está encajada en una de las veredas, como no queriendo salir de su recinto perpetuo.

La historia que encierra la susodicha ha sido comentada por cientos de limeños de antaño, y mucho menos pasó desapercibida por los oídos del reconocido Ricardo Palma, quien la añadió en su libro de “Las tradiciones peruanas”. Es gracias a este espacio que le da el “bibliotecario mendigo” que la Piedra de la Horadada sigue viva y vigente como uno de los lugares más misteriosos y curiosos del Centro Histórico de Lima.


Foto: Marco Gamarra Galindo

La Peña Horadada obtuvo su nombre por la perforación completa en forma de círculo que posee. Aquella que sucedió el hecho, cuenta Ricardo Palma en castellano de la época, fue una jornada en el que Lucifer “allá por los tiempos oscuros coloniales, paseándose un día por la primera, a sus anchas y con su habitual insolencia, se encontró de manos a boca, cuando menos lo esperaba con el Santísimo que salido de Santa Ana, iba en sentido contrario al suyo, acompañado de muchos fieles y que, espantado con la divina visión, no supo como esconderse para no ser visto..”.

Encuentra la Tradición completa aquí.