Archivo de la categoría: Turismo

Conocer y saber más sobre una ciudad

23/04/10: La histórica ciudad de Vilcashuamán

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio

Recuerdo mi breve estadía en Vilcashuamán (Ayacucho) como si hubiese sido una semana. Aquel día, cuando estuve en su Plaza de Armas, me quedé totalmente maravillado por las construcciones incas como las del Templo del Sol y la Luna, el Acllawasi y el colosal Ushnu. Son vestigios que nos dejaron los antiguos peruanos y que actualmente lucen imponentes en la provincia ayacuchana de Vilcashuamán ubicado a 3470 m.s.n.m.

Iglesia principal de Vilcashuamán, Ayacucho. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Vilcashuamán, que en quechua significa “Halcón Sagrado”, tiene muchas historias que contar ya que entre sus inmensas praderas y montañas empinadas se realizaron diversos eventos que marcarían la historia de nuestro país.

Hace 500 años se asentó en Vilcashuamán el Imperio Incaico, que tras vencer a sus míticos rivales, los Chancas, pudieron expandirse y así fundar el primer centro administrativo inca en el Chinchaysuyu (región norte del Imperio). El inca en alcanzar tal proesa fue Pachacútec en la segunda mitad del siglo XV d.C. Prueba de la presencia Inca en estas tierras son las construcciones del Templo del Sol, considerado como unos de los santuarios monumentales más grandes construidos durante todo el Tawantinsuyu; del Ushnu u observatorio, construcción piramidal donde se puede encontrar el trono donde el Inca y la Coya presenciaban las ceremonias militares y religiosas. Además del Palacio del Inca que era el lugar de reposo del Inca ubicado a las espaldas del Ushnu, mandado a edificar por Túpac Inca Yupanqui, sucesor de Pachacútec.

En Vilcashuamán estarás rodeado de buena compañía. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Así, Vilcashuamán presenció las batallas entre Chancas e Incas, luego del progreso inca que convertiría a Vilcashuamán en un centro económico, político y militar cuya jurisdicción comprendería desde Uramarca y Andahuaylas hasta Jauja en el siglo XVI. Inclusive se dice que durante reuniones religiosas en la gran plaza en la que se realizaban ceremonias con sacrificios Vilcashuamán podía albergar a unos 40,000 hombres.

Las grandes riquezas que contenían sus guarniciones, la belleza de su arquitectura y su estratégica ubicación en la ruta del Capac Ñan (camino real incaico) despertaron el interés de los conquistadores españoles. Es el 28 de octubre de 1533 cuando los invasores europeos comandados por Hernando de Soto someten Vilcashuamán y alrededores, ocasionándo la muerte de más de 600 personas en las filas del ejército incario y de la población civil. A consecuencia de esto, el dominio español se impuso, implantando sus costumbres y órdenes. Es en este mismo año donde destruyen el Templo del Sol para constuir sobre él, el templo católico San Juan Bautista, tal y como ocurrió con el Coricancha en el Cusco.

Paisaje de ensueño en la carretera Huamanga – Vilcashuamán. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Así, Vilcashuamán sería testigo de otro suceso importante en la historia: la llegada de colonos europeos a América, que con el pretexto de “evangelizar”, buscaron en todo momento enriquecerse a toda costa.

Después de casi 300 años, de depender y estar bajo dominio español, la última resistencia española en Ayacucho sucumbiría, siendo América y los pueblos que la conforman, independientes. Posteriormente, en la era Republicana, se da la aparición de Sendero Luminoso en Ayacucho. Uno de sus ataques fue a Vilcashuamán, exactamente el 22 de Agosto de 1982 durante el gobierno de Belaunde. A pesar de la visita del presidente Belaunde a Vilcashuamán tratando de dar seguridad a la población civil y efectivos destacados allí, un nuevo ataque terminaría con la vida de siete policías y provocaría varios heridos. Es en este ataque que se descubrió que las paredes de la municipalidad habían sido construidas sobre una parte del Templo de la Luna.

Vilcashuamán sufrió en carne propia diversos ataques terroristas, ataques donde varias familias fueron despojadas, desplazadas, acabadas. Sin duda, una de las épocas más duras.

Sin embargo, en la actualidad este bello distrito olvidó y dejó atras el terror. Un pueblo que de a pocos se esta haciendo reconocido por lo historia y tradición que mantiene al pasar de los años. Tuve la oportunidad de visitarlo, y déjenme decirles, fue una experiencia mágica, impresionante, intensa. Muy enriquecedora. Les recomiento visitarla, estos complejos arqueológicos son sólo algunos de los que se encuentran.

Sepa más:
Calendario Turístico:
Enero: Bajada de Reyes
Febrero – Marzo: Carnaval
Marzo – Abril: Semana Santa
Julio 27-30: Vilcas Raymi – Vilcashuamán (una de las fiestas más importantes de Ayacucho)
Septiembre 19-24: “Semana Jubilar” de la creación de la Provincia de Vilcashuamán.
Diciembre 24-25: Navidad Leer más »

22/04/10: Mi primera visita a la colonia de Pozuzo

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio (noviembre del 2008)

Hasta que llegó el tan ansiado viaje. Pozuzo, tierra que ocupan colonos austríacos y alemanes desde 1859 nos acogió el último feriado largo.

Partimos de Lima a las cinco de la mañana para llegar a San Mateo de Huanchor a las nueve. Luego seguimos el tramo de la Carretera Central hasta Tarma, donde aprovechamos para visitar al Señor de Muruhuay: se dice que todo viajero debe visitarlo, pues de no hacerlo se arriesga a sufrir un accidente.

Tras ello, comimos algo liviano, pues a casi 3000 metros sobre el nivel del mar es lo recomendable. Pedimos un buen plato de “patasca”, ese maravilloso caldo de alto valor nutricional. Después avanzamos hasta el valle de Chanchamayo, donde tomamos el desvío hacia Oxapampa y Pozuzo.

Llegamos a Oxapampa a las ocho de la noche, muy cansados y con sueño, por lo que decidimos pernoctar en la zona y continuar con el tramo restante el día siguiente.

En la mañana del nuevo día, nos dejamos llevar al restaurante “El típico Oxapampino”, donde degustamos de un delicioso desayuno de la zona: jugo de frutas del lugar (naranjito o carambola), leche fresca con café, tamal, queso y mermelada de varios sabores. Frescos y habiendo desayunado, enrumbamos hacia Pozuzo. En trayecto, en verdad, presenta una vasta e inmensa vegetación, llena de árboles y helechos; bellos y extensos fundos; “vacas trapecistas”, como diría mi compañero de viaje, refiriéndose a los hermosos animales que juguetean en las faldas de los cerros; aves coloridas, como el Gallito de las Rocas, mariposas multicolores, y, claro está, cascadas que dan frescor a una región llena de flores que perfuman y colorean el ambiente. Como ese día el cielo no había derramado sus lágrimas, fue pacífica nuestra travesía por las carreteras que serpentean y al borde de dramáticos acantilados sobre el río Huancabamba, el mismo que separa a Oxapampa de Pozuzo.

20100422-CRIM0265.JPG

La tarde se había hecho presente cuando llegamos a Prusia, colonia de alemanes, ubicado a 3,5 Km de Pozuzo, ella sí morada de austríacos. Para sorpresa y preocupación nuestra, ¡no había habitaciones disponibles!. Al final, conseguimos albergue en un hotel? en Pozuzo.

Luego de instalarnos, fuimos al restaurante “El típico Pozucino”, donde pedimos wurscht (salchichas) y wiener schnitzel (filetes empanados). En ese lugar conocimos a Andrés Egg Gstir, descendiente de austríacos, señor amable y humilde, quien nos mostró su libro “Vida y sueños de un Pozucino”, relato autobiográfico que da cuenta de la vida cotidiana de los hombres bravíos de la Selva Central.

20100422-CRIM0402.JPG

Las casas coloniales son una clara muestra de la influencia de la arquitectura germánica y austriaca, por cierto adaptada a las condiciones y los materiales del lugar. Las edificaciones se caracterizan por sus techos altos y a dos aguas (cubiertos antes con tejas de madera y hoy por planchas de zinc) y corredores exteriores para comunicar los ambientes.

Ya en la noche, presenciamos la actuación de un grupo de muchachos que bailaron música tirolesa y cantos bávaros en la Casa de la Cultura, inaugurada en el 2004. Al término de ésta, se invitó a bailar a los presentes.

El día viernes cruzamos el puente Guillermo I para adentrarnos en el bosque pero una lluvia torrencial nos atrapó en plena subida. A pesar de eso, seguimos el rumbo hasta llegar a Montefuner. ¡Una experiencia única!

20100422-CRIM0393.JPG

Después asaltamos el restaurante “El mirador”, el cual posee una espléndida mirada panorámica de la zona. Para llegar a este precioso restaurante, en el que pronto se podrá hacer camping, se debe seguir de frente antes de cruzar el puente a Prusia. Mientras almorzábamos, Andrés nos contó la historia de los colonos, cómo llegaron a ese bello paraje, qué problemas tuvieron y cómo se asentaron en esta parte del Perú. Nos relató que los colonos austríacos y alemanes salieron de Amberes (Bélgica), cruzaron Argentina y Chile, y el 25 de Julio de 1857 llegaron al Callao; que las autoridades chalacas los mandaron en cuarentena a la isla San Lorenzo; que luego pasaron por Huacho y Pasco; y que, pese a la no-construcción de una prometida carretera por el gobierno peruano, al mando de José Egg lograron llegar a Pozuzo; Y que, tiempo no muy lejano, se les unió un segundo grupo de colonos.

20100422-CRIM0165.JPG

Pozuzo, la única colonia austroalemana en el mundo, es una ciudad de ensueño. Sus alrededores son excelentes para el camping, y además se prestan a la práctica de deportes de aventura, como el canotaje, parapente, ala delta, caminatas y paseos en moto; actividades que, sumadas al trato gentil y hospitalario de su gente, harán de su visita una aventura difícil de olvidar.

20100422-CRIM0341.JPG

Leer más »

15/04/10: Un recorrido por la iglesia de la Buena Muerte

Aprovechando un poco la tranquilidad de Semana Santa, visitamos la barrioaltina iglesia de la Buena Muerte, ubicada en el cruce de los jirones Áncash y Paruro. La singuralidad de esta iglesia no se limita al nombre: su arquitectura resalta y evoca la belleza de los conventos limeños del siglo XVIII.

Iglesia de la Buena Muerte. Foto: Marco Gamarra Galindo

Al frente de la misma, se encuentra la Plazuela de la Buena Muerte y cerca las iglesias de las Trinitarias y Santa Clara.

Plazuela Buena Muerte. Es costumbre verla así en las mañanas. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Si tan sólo las autoridades diesen más importancia a zonas olvidadas como los Barrios Altos y el Rímac, la capital sería más turística, interesante e impresionante.

Interiores de la iglesia Buena Muerte, Barrios Altos. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Leer más »

11/04/10: Una visita a la Alameda de los Descalzos

Del puente a la alameda menudo pie la lleva
Fragmento de la canción ‘La flor de la canela’

Rímac, tan imponente pero a la vez tan olvidado. Visitarte es un viaje hacia lo pasado, añorado y querido. Sin duda, aquel barrio de antaño llamado popularmente como “San Lázaro” actualmente conocido como el Rímac, nos asombrará cada vez que pasemos por uno de sus callejones, alamedas, paseos o casonas. Ejemplo de arquitectura colonial e historias sorprendentes, el también conocido “Abajo el puente” nos espera.

20100411-02.jpg

Foto: Marco Gamarra Galindo

Para conocer verdaderamente cómo era de la Lima de los siglos XVII y XVIII, debemos adentrarnos a este distrito, especialmente a la Alameda de los Descalzos, ícono del Rímac y del Centro Histórico. Este gran paseo fue construido en 1611 por el virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, quien tenía entre sus referencias, el respeto por los derechos de los indios.

Video para el Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio.

Con el pasar de los años, el lugar se volvió muy concurrido por la sociedad limeña de entonces. El virrey Amat y Juniet decidió reconstruirlo en 1770. La tradición oral afirma que lo hizo con la intención de sorprender a su amada la “Perricholi”, una bella huanuqueña que tenía en “trance” al virrey. Sin embargo, esta relación, en un principio, fue desconocida por la corona española, realidad contraria a la sociedad que sí conocía de estos amoríos. Este romance fue la “comidilla” de las recatadas señoras de la época.

20100411-alamedadescalzos.jpg

Si las pocas bancas que quedan de la Alameda de los Descalzos pudieran hablar, cuántas historias y relatos tan curiosos y misteriosos como la del virrey Amat y la “Perricholi” nos sorprenderían. Se cuenta también que en las noches, pasan fantasmas de viudas, suicidas, paganos y misteriosas congregaciones de almas en pena que desfilan alrededor de la alameda.

El andar garboso de las tapadas limeñas y los paseos afanosos de caballeros enamorados culminaron con una época gloriosa que se fue desvaneciendo hasta la llegada de la República. Ramón Castilla consciente de su deterioro le dio un nuevo y definitivo trazo unitario al ordenar la colocación de una verja de hierro forjado importado de la lejana Inglaterra en 1856. Esta remodelación también adornó a la Alameda de los Descalzos con 12 estatuas de mármol italiano que representan los signos del zodiaco y los meses del año. Además de cien bancas de mármol y varios jarrones elegantemente alineados.

Lastimosamente, muchas de estas reliquias se están perdiendo con el tiempo y la desidia de algunos habitantes. Se espera también el apoyo de las autoridades del distrito del Rímac como del INC [hoy Ministerio de Cultura]. No dudamos en que pronto veremos de vuelta aquel testimonio vivo lleno de aroma y tinte representativo de aquellas épocas de inspiración y deleite de poetas y cantores.

20100411-DSC04383.JPG

Iglesia Santa Liberata, ubicada al costado de la Alameda de los Descalzos. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

21/03/10: Las huacas del Valle del río Chillón

Muy lejos del Callao que hoy conocemos, existe una historia inédita que muestra la otra faceta de la única provincia constitucional del país: la prehispánica, aquella que se halla olvidada por las instituciones y vecinos. A través de este item deseamos que se preserven y cuiden estos centros arqueológicos, testimonio de los primeros peruanos.

Recorrimos junto a Nicolás Rodríguez López y profesores de distintos colegios de Ventanilla por un sinnumero de huacas de este valle de Lima para un reporte al Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio.


Murallas defensivas del valle Chillón. Foto de Marco Gamarra Galindo.

Huaca Cerro Culebras:

Construida por los Lima, entre los años 300-400 A.C., este centro urbano se destaca por estar ubicado en un lugar estratégico. Sin embargo, fue descubierta recientemente por el arqueólogo norteamerica Louis Stumer en la década de los 50s.

Su mayor aporte ha sido el Interlooking, técnica más reconocida del período Intermedio Temprano representada con diseños geométricos entrelazados. Una evidencia de ello es el mural polícromo de 28 metros dibujados con gruesas líneas oscuras, encontrado en sus interiores. Sin embargo, la indiferencia y descuido han sido pieza clave para que algunas de sus pirámides se hayan dañado. Además de la poca seguridad que existe en la zona a altas horas de la noche.

En cuanto a la forma de llegar, debe tomar la carretera a Ventanilla y bajarse en el paradero Inca Kola (cuyo nombre se debe a un inmenso cartel de tal bebida, que hace años fue retirado), antes de ingresar a la Refinería La Pampilla. A partir de este punto necesita tomar un mototaxi que lo llevará. Si desea visitarla, le recomendamos que vaya en grupo, preferible en la mañana y con alguien que conozca.

Huaca Rosada:

Este centro de adoración al fuego también llamado Pampa de los Perros, se caracteriza por emplear el color rosado en su estructura, razón por la cual se le conoce como Huaca Rosada. Su impactante parecido con la civilización más antigua de América, el Centro Arqueológico de Caral, es reflejada en su plazuela circular.

A partir de los últimos trabajos de investigación, se ha concluido que es anterior a la aparición de la cerámica, con una antigüedad de al menos 4500 años y es el único sitio de este tipo en la ciudad de Lima, solo comparable con las culturas precerámicas conocidas en la costa norcentral.

Una buena oportunidad de visitar este lugar es hacerlo juntamente con la Huaca Cerro Culebras ya que se hallan cercanas, en la margen derecha del río Chillón. Es recomendable hacer el trayecto con alguien conocido, para ello podría buscar algún guía que ofrece la Municipalidad de Ventanilla.

Huaca Respiro:

Perteneciente al Señorío de Collic o Collique, está ubicada en el límite distrital entre Ventanilla y San Martín de Porres, en el valle del río Chillón. La huaca data de 1200 a 1470 d.C. y está construida con enormes bloques de adobe. Además, se pueden hallar numerosos vestigios enterrados en su suelo ancestral.

Uno de los factores que traen como consecuencia un aspecto triste a esta antigua ciudad amurallada es el abandono, de tal manera que cualquier visitante puede encontrarse con telares de la época. Sin duda, una desidia que podría conllevar a una lamentable pérdida.

Chuquitanta:

También conocida como huaca El Paraíso, posee más de 20,000 m2 y 4000 años de antigüedad. Pertenece al precerámico tardío y es un lugar turístico a conocer. Este centro arqueológico, que fue descubierto y reconstruido por el arqueólogo Federico Engels, es sin duda alguna, imponente: sus paredes de piedra, alcanzan los 5 metros de altura.

Un momento oportuno para visitarla es en las celebraciones del equinoccio de primavera, celebradas al estilo de los primeros habitantes del Valle del río Chillón. Acerca de las fechas, se realizan cada mes de septiembre. Sin lugar a duda, es todo un espectáculo. Recordemos que a diferencia de las otras huacas mencionadas en este post, ésta si esta reconocida por el Instituto Nacional de Cultura (INC) [hoy Ministerio de Cultura].

Se encuentra siguiendo el circuito de las demás huacas, a no más de 10 minutos. Alrededor de esta existe un gigantesco recinto amurallado de más de 15 kilómetros de perímetro que encierra un área de alrededor de 635 Ha. conocidas como las Murallas de Oquendo.

Leer más »

13/03/10: Barranco, donde vive la tradición

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio

Los años señoriales del distrito de Barranco, donde los cientos de bañistas y los poetas bohemios convivían junto al frenesí de una vida menos convulsionada y más tranquila, siguen vigentes en esta parte de Lima como si el olvidar fuese una limitación a recordar tales años de bonanza y tradición de uno de los barrios con más historia de nuestro país.

Eran mediados del siglo XVIII y el villorrio de Barranco empezaba a emerger tras un periodo lleno de infortunios. La población, entre pescadores y finqueros, logró salir de esta decadencia traída por el terremoto de 1746 y así encaminar al pueblo hasta su creación como distrito el 26 de octubre de 1874. Entre los fundos pacayares de aquellos años destacaban el Premio Real, la Condesa y el San Antonio y Larrión.

El nuevo distrito tuvo como primer alcalde al General Pedro Bustamante y como capital a la Ermita, una pequeña capilla donde acudían humildes pescadores y viajeros. Poco después, se construyó la inspiración de Chabuca Granda, el Puente de los Suspiros. Curiosamente se inauguró un día de San Valentín de 1876 con la finalidad de ver viable el paso de las riberas de la ciudad. Estos dos íconos barranquinos han sufrido innumerables daños. Sin embargo, se han recuperado y actualmente se encuentran entre las atracciones más concurridas del distrito.

En los siguientes años, al igual que en sus inicios, Barranco atravesó una serie de problemas que detuvieron su avance; dos hechos que pusieron a prueba a sus pobladores. En primer lugar, la Guerra del Pacífico que ocasionó muchas pérdidas en el bando peruano. Este dato no fue ajeno a Barranco que fue saqueado e incendiado el 14 de enero de 1881. Posteriormente, un terremoto en 1940 destruye gran parte de la zona histórica. A pesar de estos incidentes, Barranco recuperó la esencia y atracción gracias a la esforzada labor de sus vecinos y autoridades que nunca se dieron de vencidos.

Durante las primeras décadas del siglo XX, Barranco recibe toda la mirada de la sociedad limeña por sus apacibles balnearios. Un considerable número de bañistas recorrían la “Bajada de los Baños” entre olivos y árboles de sauces para finalmente, degustar de unos atardeceres de ensueño en los Baños de Barranco. En la actualidad, este famoso pasaje está rodeado de antiguas casonas, bohemios bares y espléndidos restaurantes que brindan al visitante un momento cercano a la cultura viva de la capital de la tradición limeña.

Foto Marco Gamarra

El aporte de varios extranjeros residentes dio otra mirada a Barranco: las casonas y malecones evidencian lo pintoresco que puede resultar la unión de la arquitectura republicana peruana y la europea. Muchas se han convertido en pubs y discotecas que ofrecen a los jóvenes y adultos una noche de diversión y fiesta.

Foto Marco Gamarra

Contradictoriamente a sus escasos 3,33 km² de extensión, Barranco ostenta suntuosos sitios para visitar y conocer. La cercanía con las costumbres de antaño, la convierte en el lugar donde vive la tradición. Leer más »

12/03/10: Los barrios más bravos de Lima

En más de una oportunidad hemos ingresado a cierto barrio de los muchos que esconde Lima, que muchas personas prefieren evitar por ser peligrosos. Sin embargo, es a partir de la idiosincracia de su gente y a su chispa limeña que se han tejido curiosas, sorprendentes e increíbles anécdotas. Esta es la historia de los barrios más “faites” relacionados a la historia colonial y republicana de la capital.

20100312-DSC03905.JPG

Foto Marco Gamarra

Cinco Esquinas, Barrios Altos
Este lugar curioso de Lima debe su nombre a que desde la época de la colonia la interceptan cinco calles: Calle de los Naranjos, Calle Barbones, Calle Ancha (actual cuadra 15 del Jr. Antonio Miró Quesada), Calle Sequión (llamada también Calle del Acequión que comprende a las actuales seis cuadras de la Calle Huari) y calle de las Cinco Esquinas.

20100312-7680973.jpg

Foto: Jhon Romero

Hace unas décadas, Barrios Altos era el lugar predilecto por políticos, poetas, cantores y escritores para descansar e inspirarse con la belleza de sus iglesias, plazuelas y casonas. No resultaría extraño entonces que personajes de la talla de Ricardo Palma, Andrés Avelino Cáceres, César Vallejo, Manuel Ascencio Segura, Felipe Pinglo, Nicomedes Santa Cruz (padre), Antonio Raimondi, Alberto Andrade y muchos más hayan caminado más de una vez por las mencionadas calles de Cinco Esquinas.

Barrios Altos es símbolo del criollismo. Fiesta de cajón, de jarana, de los callejones, de la mazamorra, de las procesiones. En sus calles convergen distintos caldos culturales disímiles entre sí y que se suporponen para crear una cultura y tradición de lo español, lo afro, lo mestizo, lo italiano, lo chino, lo japonés, lo indígena.

Malambo, Rímac

Ubicado en el Barrio de San Lázaro (Rímac), fue una reducción o ciudad de indios en la época de la colonal, comúnmente conocida por ser una zona de “leprosos”, razón por la cual eran llamados en tono burlesco por sus vecinos de Barrios Altos como “carachosos”.

Como sabemos, la puerta de ingreso a gran parte de la historia de Lima antigua es la Avenida Francisco Pizarro. Una de sus cuadras es el barrio que queremos conocer. Veamos la distribución de las cuadras.

Cuadra 1.- Acequia alta de Abajo el Puente.
Cuadra 2.- Prevoste.
Cuadra 3.- San Francisco de Paula Viejo.
Cuadra 4.- Malambo.
Cuadra 5.- San Francisco de Paula Nuevo.
Cuadra 6 y 7.- Bao.
Cuadras 8, 9, 10 y 11.- Guía.
Fuente: Eligio Ronceros

Malambo, Rímac. Foto de Miguel Bellido para el diario El Comercio.

Con el pasar de los años, el barrio se extendió a las cuadras 5,6,7. El nombre “Malambo” se debe a la abundancia de estos árboles que existían en las avenidas. Malambo ha sido incluído en esta selección porque es un espacio con historia, tradición viva del “amor fino” y testigo fiel de una época que los bajopontinos recuerdan.

Malambo en otras épocas.

Leer más »

11/03/10: Cementerio Presbítero Maestro: Paz eterna entre obras de arte

Al caminar por las anchas avenidas, pintorescas alamedas y largas calles del Cementerio Presbítero Maestro, uno logra comprender el gran cariño que sintieron los deudos por sus difuntos. Qué mejor entonces que rendirles homenaje junto a imponentes y vistosas esculturas italianas en el primer cementerio de América, la necrópolis del Cementerio General de Lima.

La llegada de la Ilustración significó el fin de aquella práctica tan común de enterrar a los muertos bajo las iglesias. En el Perú se dijo adiós a esa costumbre nada higiénica con la construcción del Presbítero Maestro (1808) en los Barrios Altos. Sin duda, una nueva historia comenzaba a escribirse.

El honor de inaugurar el Presbítero, convertido en el primer cementerio civil del continente, estuvo a cargo del virrey José Fernando de Abascal. El representante del Rey en Perú había autorizado la obra y pedido la ayuda del hábil sacerdote Matías Maestro, quien diseñó los planos del camposanto. En honor a este religioso, el virrey bautiza la necrópolis.

Una inauguración anecdótica

Durante los retoques previos de la inauguración, el pintor Francisco Acosta, sufrió un accidente que le provocó la muerte. No faltaron algunos que recomendaron -por medidas sanitarias-, su entierro inmediato en el Presbítero Maestro. Sin embargo, el cadáver tuvo que esperar el de Juan Domingo González de la Reguera, arzobispo destinado por orden mayor el primer personaje en descansar en la necrópolis.

En sus 766 mausoléos e inumerables nichos, se encuentran personajes que con su pluma o rifle se encargaron de escribir la historia de nuestro país. Éstos son algunos: Leer más »

11/03/10: La última Muralla de Lima: Santa Lucía, Comandante Espinar y Puerto Arturo

¿Sabía que a pesar de cientos de años, existe aún parte de la gran Muralla de Lima en pie?

Al parecer, aquel destino funesto que acabó con varias construcciones históricas del Centro de Lima ha sido esquivo a algunos fragmentos de la Muralla de Lima: los denominados baluartes de Santa Lucía, Comandante Espinar y Puerto Arturo, únicos recuerdos vivos de aquel fortín que protegió alguna vez el Damero de Pizarro. Es inevitable llegar a la conclusión que si siguen permaneciendo en el olvido, estos tres inmuebles ubicados en El Agustino, caerán pronto en una destrucción irreversible.

20100311-dibehiz4u.png

Se requiere remontarnos a 1684 para entender más a fondo la historia de la Muralla de Lima, año donde el virrey Melchor de Navarra y Rocafull establece el sistema de amurallado en la capital. Este cerco que comprendió once kilómetros de perímetro defendió por casi doscientos años a la Ciudad de los Reyes hasta que “murió virgen de pólvora”, es decir, nunca recibió algún ataque de piratas o corsarios. Precisamente la destrucción de la Muralla se dio por el afán modernizador peruano del siglo XIX, emprendido por el gobierno de Balta mediante el proyecto de demolición de Henry Meiggs.

Sin embargo, la Muralla presentaba ya algunas rupturas previas que se produjeron como consecuencia de las construcciones del Parque de la Exposición y el Cementerio General Presbítero Matías Maestro, explica Luis Sifuentes de la Cruz en “Las Murallas de Lima“. Del proceso de modernización solo sobrevivieron tres baluartes de los treinta y cuatro que confirmaron la muralla. Se trata de los baluartes Santa Lucía (Jr. José Rivera y Dávalos), Comandante Espinar (Jr. Boulevard República) y Puerto Arturo (Jr. Pativilca). De los tres, es el primero el que se halla en mejor estado de conservación.

El Baluarte Santa Lucía

Es, en efecto, el baluarte que se halla en mejor estado de conversación. Si no ha sufrido el mismo daño que los otros dos baluartes es porque en sus inmediaciones funciona el Hogar de Madres Solteras ‘Gladys’, entidad que ha preferido conservar su integridad. Ocupa un área pentagonal cerrada en cuatro lados por un muro de sección trapezoidal y en uno por edificaciones contemporáneas de un piso. Desde el pasaje empedrado y el campo deportivo se aprecian tres de sus lados. Se observa un dintel. Está ubicado en el Jr. José Rivera y Dávalos con el Pasaje de los Santos, distrito de El Agustino.

20120204-100_3287.jpg

El Baluarte Santa Lucía, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Baluarte Comandante Espinar

El Baluarte Comandante Espinar está ubicado en la Urbanización Santoyo, distrito de El Agustino. Se mantuvo en buen estado hasta la década de los cincuenta del siglo XX, época en que la zona empieza a urbanizarse. Como toda la Muralla, el sistema constructivo de este baluarte está compuesto por adobe, ladrillos y una base de piedras.

20120131-116.jpg

Baluarte Comandante Espinar, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Baluarte Puerto Arturo

Otro importante fragmento de la antigua Muralla de Lima se erige en el Jr. Pativilca, El Agustino. Hoy yace bajo un uso de vivienda: son muchas las familias necesitadas que han utilizado sus muros de canto rodado, adobe y cal para guarecerse de cobijo. Incógnito, lleva muchas décadas soportando la indiferencia de las autoridades.

20120204-187.jpgBaluarte Puerto Arturo, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lastimosamente, la irresponsabilidad y desconocimiento han sepultado en el olvido mucha de la historia y memoria de nuestra ciudad. Esperemos que la Municipalidad de El Agustino, la Municipalidad Metropolitana de Lima y el Ministerio de Cultura pongan en valor estos lugares que son verdaderos patrimonios de Lima. Leer más »

04/03/10: Quinta Presa: un palacio en el Rímac

La tradición oral limeña cuenta la curiosa anécdota del virrey Manuel Amat y su afán por conquistar a la mestiza Micaela Villegas, más conocida como la “Perricholi”. Sin embargo, este virrey no sólo se preocupó por conseguir el amor de esta huanuqueña, sino también hizo varias obras de infraestructura en Lima como la monumental y hermosa Quinta de Presa, construida en el siglo XVIII. Un veradero orgullo de los habitantes del antiguo “Barrio de San Lázaro” (Rímac) y ejemplo claro del sobrio estilo rococó.

La Quinta Presa es una residencia veraniega ubicada en las afueras del casco histórico de Lima. Debe su nombre a que su primera propietaria fue Isabel Carrillo de Albornoz y de la Presa.

“Pero en el Rímac todas las casonas son antiguas” nos replica el taxista ante nuestro única referencia de la Quinta de Presa: un verdadero palacio que ostenta el reconocimiento de ser la única casona de estilo barroco francés (rococó) en el Perú. La historia que guarda ha variado mucho a lo largo de los años. Desde un recinto construido especialmente para la Perricholi durante la colonia hasta una hacienda –inmensa por cierto- con miles de hectáreas que contaba inclusive de esclavos. Durante la República fue el Cuartel de Gendarmes de Infantería, lo que la adornó con cañones.

Con el ánimo de conocer este emblema del Rímac, cruzamos el “Callejón de Presa”, llamado así el pasaje que dirige a la Quinta de Presa hasta el Jr. Chira 344 (Rímac), ubicación de la quinta. Frente a ella, se hallan unas rejas que impiden el acceso externo a la misma, lo que mantiene en resguardo a este vestigio colonial. Situación muy parecida a la Quinta Heeren. Recordemos que esta residencia rimense se encuentra hasta el momento cerrada al público pero si se contacta con el INC [hoy Ministerio de Cultura] o con la Municipalidad del Rímac puede obtener un permiso de ingreso.

La Quinta Presa en un día de verano. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lo que diferencia a esta magna construcción es su interesante estilo y cautivante arquitectura. Sus anécdotas no han sido ajenas a la historia. Se cuenta que fue un recinto de la amante del virrey Amat, razón por la cual también se conoce a la casona como “Palacio de la Perricholi”. Sin embargo, hay algunas evidencias que responderían a don Martín Arias del Castillo como dueño de estos campos. Este último dato favorece a los que afirman que la Perricholi sólo asistía allí, como invitada a fiestas y recepciones organizadas por el virrey.

Ernesto Ascher en Curiosidades limeñas, en cambio, asegura que la Perricholi “nada tuvo que ver con ella ni tampoco residió en ese lugar”. Añade que “la referida Villa fue construida y perteneció al Coronel del Ejército Don Pedro Carrillo de Albornoz, existiendo la probabilidad que en los planos interviniese el Virrey Amat y es por ello la confusión a que más arriba hacemos mención”.

Sin duda, su esplendor estuvo en la colonia al igual que muchas construcciones de la época ya que al pasar de los años, testigos perpetuos de una Lima tan señorial que difícilmente volverá, la indiferencia de las autoridades y habitantes terminó por olvidarse de la esencia de la Ciudad de los Reyes.

La Quinta de Presa estaba hace unos años en proceso de restauración lo que le devolvió el estilo afrancesado. Actualmente, se ha paralizado el trabajo por lo que nos queda esperar unos años más para que recobre mucho más la belleza y encanto de este monumento histórico nacional desde 1972, ejemplo de las maravillas que ostentaba nuestra gloriosa Lima de antaño.

Cómo llegar:

Es preferible que aborde un taxi (lo puede hacer desde la Plaza Mayor o el Jr. Trujillo). A partir de cualquiera de estos puntos, diríjase al Jr. Chira 344, Rímac. La quinta se ubica muy cerca al Hospital Leguía. Recuerde que tiene que obtener el permiso respectivo de la Municipalidad o el INC [hoy Ministerio de Cultura]. Leer más »