Dot, el primer reloj inteligente para invidentes

Por medio de lenguaje Braille, se permitirá leer mensajes de texto y consultar las redes sociales

 

Dot, el primer reloj inteligente para invidentes
Dot, el primer reloj inteligente para invidentes

El primer reloj inteligente para invidentes llegará a manos de los consumidores a finales de marzo de 2017, gracias a la compañía Dot Inc.

Por medio de lenguaje Braille, Dot permitirá leer mensajes de texto, consultar las redes sociales, buscar direcciones en Google Maps, conocer la hora y programar alarmas; todo esto gracias a una conexión vía Bluetooth con el teléfono del usuario.

 El reloj desarrollado por el diseñador coreano Eric Kim tiene una velocidad de lectura de 30 palabras por minuto y permitirá que las personas con esta discapacidad puedan aprovechar las nuevas tecnologías.

De acuerdo con su creador el Dot representará un gran avance en terreno de la inclusión puesto que los anteriores dispositivos tecnológicos de este tipo eran excesivamente costosos y por lo tanto poco accesibles para la mayoría de las personas en esta situación.

Este “smartwatch” se venderá por 290 dólares, lo que representa una gran diferencia con herramientas anteriores cuyo costo ascendía a más de 3 mil dólares. Está fabricado con aluminio que lo hace ligero y durable, además la batería del dispositivo tiene una duración de siete días.

La compañía ya tiene preparados 100 mil relojes que serán distribuidos a lo largo de este año y esperan que las ventas se incrementen para el 2018.

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REDDiary, la app que ayuda a personas de la tercera edad y con discapacidad a usar el móvil

Cover art REDDiary (Unreleased) tinnwork - Technological innovation for society Herramientas Todos Todos Esta app todavía no se publicó. Puede ser inestable. Agregar a la lista de deseos Instalar REDDiary (Unreleased): captura de pantalla REDDiary (diary to REduce the Digital Divide)

REDDiary (Diary to Reduce the Digital Divide) se basa en una app y una agenda física en la que cada página permite realizar diferentes funciones como llamar o leer mensajes, además de poder avisar de emergencias. Un sistema con el que se facilita el uso del teléfono móvil para las personas mayores y/o con discapacidad, ya que tan solo tienen que poner el terminal sobre la página con la función que quieren realizar sin tener que dar ningún paso más.

Así de sencillo es emplear REDDiary, aplicación que ha sido creada por la empresa Tinnwork (Technological Innovation for Society) con el fin de acercar el uso y el acceso a la tecnología y a los dispositivos móviles a las personas de la tercera edad y/o con discapacidad, tratando a su vez de romper esa brecha digital ya sea por desconocimiento de la tecnología o bien por el manejo de estos dispositivos.

REDDiary comprende dos partes, que se complementan entre sí. Por un lado, está la aplicación Android, que se debe instalar y configurar en el móvil, funcionando con todos aquellos que incorporan la tecnología NFC.

Además, consta de una agenda física en la que cada una de las hojas -tienen una antena NFC pasiva-, es una función que se puede realizar, aunque también estas funcionalidades están disponibles a través de una especie de tapete con un formato de póster en el que se incluyen todas las opciones.

De esta manera, el usuario “solo tiene que apoyar el teléfono en la página para que se realice esa función”, según explica Francisco Broto, emprendedor de REDDiary a elEconomista.es

Entre las funciones que hay disponibles figuran, por ejemplo, la de hacer llamadas, consultar las llamadas perdidas y los mensajes, enviar SMS, consultar eventos del calendario, leer noticias RSS, utilizar el GPS en modo de navegación, realizar una llamada de emergencia… También “lleva un detector de caídas” para que, en caso de que se produzca, se lance el aviso.

Además, se posibilita que el uso de REDDiary se haga según las necesidades específicas de cada usuario al permitirse la elección de las hojas de la agenda que se van a emplear.

Unas características con las que REDDiary se convierte en un producto innovador en el mercado puesto que hay aplicaciones que simplifican el uso de los teléfonos móviles, pero ninguna con este sistema y utilizando la tecnología NFC.

La aplicación, que es gratuita, se complementará próximamente con más opciones. “Ahora estoy trabajando en otra página para el Whatsapp y en otra con un enchufe para que, a través de ella, se pueda encender o apagar lo que se tenga conectado a ese enchufe”.

La previsión es que REDDiary pueda estar en el mercado en un par de meses a través de la web tinnwork.org Además, no se descarta llegar a acuerdos “con entidades que trabajan con personas con discapacidad o de la tercera edad para su distribución”.

Inicialmente, la implantación de REDDiary se comenzará por Huesca para continuar con Aragón y extenderse por el territorio nacional para, a continuación, dar el salto internacional.

Esta labor social y de ruptura de la brecha digital no son los únicos objetivos que se quieren conseguir con REDDiary, que también nace con el fin de facilitar la inserción laboral de personas con discapacidad a través de la producción y distribución de esta aplicación y de la agenda en centros especiales de empleo. “La intención es que el proyecto tenga responsabilidad social en toda la cadena de valor”. Incluso los proveedores se elegirán con criterios de responsabilidad social.

REDDiary ha sido seleccionado para desarrollar su proyecto en el espacio de Cowalking del Parque Tecnológico de Walqa, que colaboró en el programa Startup Huesca con la Obra Social ‘la Caixa’ y Fundesa.

La iniciativa en la que el emprendedor comenzó a trabajar en el año 2015, nació de su interés por los temas sociales, que quiso compaginar con sus conocimientos tecnológicos al haber estudiado ingeniería de Telecomunicaciones.

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Blappy, una nueva app de chat por bluetooth para personas con discapacidad sensorial

Investigadores del Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción (CESyA), dependiente del Real Patronato sobre Discapacidad y gestionado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), han desarrollado Blappy, una aplicación que permite la comunicación chat vía bluetooth entre dos personas con diversidad funcional.

Blappy

Blappy es una aplicación para smartphones que está diseñada para posibilitar una comunicación ágil entre personas con discapacidad visual y/o auditiva. Permite convertir mensajes de voz en texto y viceversa, además de incluir imágenes en alto contraste, la posibilidad de realizar zoom en la pantalla y resultar compatible con el servicio de accesibilidad TalkBack. Para hacer uso del servicio, basta con tener instalada la app en dos terminales a menos de 30 metros en un entorno cerrado de bluetooth. Una vez registrado el usuario, existen dos maneras de establecer el envío de mensajes: por reconocedor de voz o por teclado.

Esta aplicación podría resultar de interés para una gran cantidad de usuarios. Solo en España hay cerca de un millón de personas que tienen discapacidad visual y alrededor de otro millón que tienen discapacidad auditiva, según CESyA. La aplicación está disponible en cuatro idiomas (castellano, francés, inglés y portugués), pero su tecnología permite traducir las conversaciones a todos los idiomas que detecta el servicio de Google Translator.

Blappy está disponible para móviles con sistema operativo Android y para utilizarla basta con descargarse la app en la Play Store y habilitar el bluetooth para conectarse con otro teléfono inteligente que también la tenga instalada. No obstante, sus desarrolladores ya trabajan en una versión que pronto estará disponible para móviles de la plataforma iOS de Apple.

En palabras de Belén Ruiz Mezcua, profesora titular del departamento de Informática de la UC3M y directora gerente de CESyA, esta iniciativa constituye una apuesta por la accesibilidad y “es un ejemplo de transferencia de tecnología al servicio de las necesidades sociales”. Del mismo modo, “cumple con el paradigma de un diseño accesible para todos”, afirma Adrián Baeza, investigador del CESyA y uno de los profesionales implicados en el lanzamiento del proyecto.

Este proyecto se ha desarrollado con el apoyo del Laboratorio de Accesibilidad Audiovisual de la UC3M, que está compuesto por 19 profesionales y que forma parte del Centro de Tecnologías para la Discapacidad y la Dependencia del Parque Científico de la UC3M.

Para más información: http://blappy.cesya.es/

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Exoesqueleto ayuda a caminar a personas con discapacidad

Con un costo de 40.000 dólares, este exoesqueleto robótico ayuda a caminar a las personas con problemas motoros

El exoesqueleto Phoenix pesa 12 kilos y que es capaz de adaptarse a cada persona. (Foto: SuitX)

Las personas que sufren accidentes que los incapacitan muchas veces están relegados a desplazarse con una silla de ruedas. Ante ello, los ingenieros de compañía SuitX crearon un exoesqueleto robótico de solo 12 kilos y que es capaz de adaptarse a cada persona.

“En realidad no podemos solucionar su enfermedad. No podemos arreglar su lesión. Pero sí podemos disminuir los efectos secundarios”, dice el fundador y de CEO SuitX Homayoon Kazerooni. “Se da una mejor calidad de vida”, agrega

 El exoesqueleto, llamado Phoenix, devuelve el movimiento a las caderas y rodillas del usuario gracias a pequeños motores incorporados a una prótesis ortopédica tradicional.

Los usuarios controlan el movimiento de cada pierna con unos botones integrados en las muletas y consiguen caminar a velocidades cercanas a un kilómetro por hora, según detallan los creadores al MIT Technology Review.

Phoenix cuenta con una batería externa que se lleva como una mochila que brinda una autonomía al exoesqueleto de hasta ocho horas. Además, los datos del recorrido del paciente pueden ser rastreados con una aplicación.

Sin embargo, SuitX reconoce que desarrollar este tipo de dispositivos supone muchos retos que debieron superar.

“La velocidad, el tiempo de funcionamiento, la movilidad y facilidad de uso tienen que ser lo suficientemente buenos para que el usuario prefiera este sistema a otros ya disponibles”, dice Volker Bartenbach, uno de los inventores.

“Si necesitas 10 minutos en llegar a una panadería que se encuentra a 100 metros de distancia con un exoesqueleto que lleva a cinco minutos en colocarse, es probable que (el usuario) vaya a utilizar la silla de ruedas en su lugar”, agrega.

El principal objetivo ahora es construir una versión infantil del exoesqueleto. Los niños con trastornos neurológicos a veces requieren un entrenamiento exhaustivo para poder andar o pueden arriesgarse a perder la movilidad, afirman los desarrolladores.

Por ahora su precio será de 40.000 dólares, una cifra muy por debajo de inventos similares que llegan a superar los 100.000 dólares. SuitX ya ha abierto las reservas para las primeras unidades de Phoenix, las cuales se esperan sean enviadas durante marzo.

Fuente: MIT Technology Review/Unocero

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La ‘mirada’ inteligente que da voz a los enfermos de ELA

Una niña con parálisis cerebral utiliza, junto a una asistente, Irisbond en el ordenador

Irisbond, creadora de una tecnología que permite controlar el ordenador con la vista, lanza un nuevo producto adaptable al entorno móvil

Eduardo Jáuregui, fundador y cara visible de Irisbond, atiende al teléfono desde el manos libres del coche. Este ingeniero vasco conduce de vuelta a San Sebastián, ciudad en la que reside, desde Bilbao. Acaba de salir de un encuentro con inversores interesados en su proyecto, una joven tecnológica que en los próximos meses quiere dar un gran salto. Antes del verano pretenden cerrar una ronda de financiación de 1,5 millones de euros, la segunda en los tres años largos de vida de la compañía.

Son días ajetreados para Jáuregui y sus socios. En apenas unos días (miércoles 1 de febrero), Irisbond sacará al mercado su segundo producto, una evolución de Irisbond Primma, la tecnología que comercializan desde noviembre de 2013 y que por ahora utilizan “algo más de 500” personas con discapacidad, en hasta seis países, sobre todo España y Latinoamérica.

Este sistema, para explicarlo de una manera sencilla, permite controlar un ordenador a través del movimiento de los ojos, con el soporte de un dispositivo alargado que se coloca en la base de la pantalla del equipo.
El lanzamiento inminente va un paso más allá. El nuevo producto reduce las dimensiones del hardware, que ahora es “más adaptable”, y lo habilita para su uso en aparatos móviles como teléfonos y tabletas, explica Jáuregui.

Evolución de la tecnología

Aunque pensado inicialmente para su aplicación en diferentes sectores (industrias, cirugías médicas o en la asistencia a la conducción) Irisbond se ha revelado como una herramienta de gran utilidad para las personas con movilidad reducida y dificultades en el habla. Sobre todo, enfermos de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), Esclerosis Múltiple u otras afectaciones cerebrales y neurodegenerativas.

En el fondo, su nacimiento y origen se explica por la necesidad de dar voz a quienes lo tienen más difícil para comunicarse. A principios de los 2000 los dos socios originales del proyecto viajaron a Estados Unidos en busca de una tecnología que facilitase la vida a la mujer de uno de ellos, afectada por ELA. Tras asociarse con una empresa del país, comenzaron a desarrollar una patente y un producto propio, con el soporte, desde 2007, del centro tecnológico donostiarra Vicomtech. Pocos años después entra en escena Jáuregui, quien toma las riendas del negocio a comienzos de 2013, e impulsa definitivamente el proyecto.

“En este tiempo hemos trabajado muy activamente en la evolución de la tecnología”, apuntan desde Irisbond. Ello les permitirá, “a final de año”, estrenar un tercer producto, tras el previsto para este mismo febrero, que prescindirá completamente de elementos externos adicionales –el equipo actual precisa también de un cable USB para conectar la cámara que incorpora al ordenador–. “Con descargarte la aplicación se podrá utilizar en cualquier entorno, haciendo uso de la web cam incorporada en el dispositivo”, anticipan.

La mirada como conexión al exterior

 La plataforma actual de Irisbond, explican desde la empresa, funciona a base de reflejos. El dispositivo que incorpora el equipo emite haces de luz infrarroja, invisibles e inocuos para el ojo humano, que generan una serie de destellos al contacto con la córnea. La videocámara incorporada registra estos reflejos y, a través de un sistema de algoritmos, convierte el movimiento de los ojos en coordenadas de posición del ratón en la pantalla. Una especie de extensión imaginaria de la mirada para quien no puede alcanzar el teclado o el ratón por sus propios medios.
Irisbond

Esta tecnología, con un coste de 1.800 euros en el mercado (también accesible a plazos, con un pago mensual de 99 euros), añade un sistema auxiliar de comunicación, que facilita al usuario moverse por las aplicaciones informáticas más sencillas. Desde escribir en un documento de Word, chatear, seleccionar una película para verla en el ordenador o interactuar con el exterior, a través de sintetizadores de voz y otros comunicadores virtuales. “La mirada permite interactuar con el entorno de manera natural”, apunta Jáuregui.

La actualización de Irisbond para dispositivos móviles, de la que se resisten a dar demasiados detalles, tendrá un coste algo menor, de 1.600 euros. En ambos casos el precio incluye también las aplicaciones desarrolladas para navegar en Internet y las actualizaciones del software que se incorporan periódicamente.

En busca de inversión

Como en cualquier empresa emergente, el paso que aspiran a dar este año tiene sus riesgos. En la creación de la compañía en 2013, Jáuregui –que mantiene la mayoría accionarial– y Vicomtech aportaron, casi a partes iguales, el capital necesario para echar a andar el proyecto. Un año después el grupo Everis y Gestión de Capital Riesgo del País Vasco, un ente público-privado que invierte en empresas radicadas en la comunidad, inyectaron la primera financiación externa (300.000 euros) en Irisbond.

Ahora, para la segunda ronda en su corta vida, la empresa se muestra “abierta” a buscar el socio adecuado dentro del extenso mundo del venture capital, tanto en el panorama nacional como internacional.

Entre sus pretensiones para este año, también figura la extensión a mercados más exigentes, como son el “Norte de Euroa, Estados Unidos y Canadá”. Lo harán tras superar en 2016 el umbral de la rentabilidad (break even), año en el que alcanzaron los 300.000 euros de facturación, según las cifras facilitadas por la empresa.

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