Que la implantación de la tecnología ha favorecido y cambiado múltiples áreas de tu vida es una realidad evidente, que se plasma de muy distintas maneras a diario. Un contexto en el que numerosos ámbitos se han visto beneficiados y que abarcan desde el deporte hasta la medicina y la salud. Y directamente relacionada con ésta última no podía dejar de referirme a la dependencia.
Sí, porque los nuevos dispositivos han aportado un extra de calidad de vida a estos enfermos, que ahora pueden optar por sillas de ruedas cada vez más inteligentes y otros gadgets que les ponen las cosas más fáciles. Recabamos algunas de las incursiones más interesantes en este ámbito.
Sistemas de monitorización
Una de las últimas iniciativas que más ha llamado nuestra atención es la llevada a cabo por ISECO, una compañía valenciana que trabaja implementando diversos servicios tecnológicos en residencias y centros hospitalarios, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.
Lo hace de la mano de la instalación de sistemas de monitorización, antipánico, alarmas vitales y similares.
Entre sus recientes incorporaciones destaca el sistema de monitorización acústica (AMS) de la multinacional CLB; una serie de micrófonos que se despliegan en las diferentes habitaciones y que van asociados a un software capaz de interpretar los sonidos que van llegando. Además, permite establecer diferentes niveles de alarma. Su director, Vicente Collado, lo explica con mayor acierto: “Si para un residente es habitual roncar por las noches, para otro podría ser un indicio, que pudiera alertar sobre un posible problema a futuro. El personal de la residencia recibe las alarmas en dispositivos móviles e, incluso, puede mantener una conversación con el residente, en caso de que lo considere necesario”.
Sillas de ruedas cada vez más inteligentes
Las sillas de ruedas inteligentes constituyen una de las grandes apuestas en este campo. Y es que desde hace años diferentes compañías han lanzado sus propios prototipos. Los hay desde pensados para permitir el acceso a los usuarios a lugares no preparados (como territorios escarpados, escaleras imposibles y demás), hasta otras que cuentan con sensores específicos más sofisticados.
Ésta última es el caso de la diseñada por la Universidad Case Western Reserve, en 2011. Una silla preparada, incluso, para personas invidentes, que cuenta con unos sensores, que permiten detectar si ésta va en la dirección equivocada o está a punto de chocar, al tiempo que también integra comandos de voz y un mando de la Xbox, que facilita el desplazamiento.
La desarrollada por Intel y el físico Stephen Hawking, dos años después, también merece ser destacada, pues, además de su función de voz, puede ser controlada a través del móvil, así como mediante movimientos oculares, adaptándose al grado de discapacidad.
A su vez, dispone de un sistema biométrico que analiza y obtiene información de quien se encuentra sentado en ella y también del funcionamiento de la propia silla, para evitar fallos futuros.
Su GPS integrado y su función capaz de trazar una ruta según los obstáculos del camino y el guardado de datos en una base de datos que comparte con otras personas en la misma situación son algunas de sus virtudes adicionales.
Más allá va la iniciativa de Efe Gleb Urvánov, un científico del Instituto de Ingeniería y Física de Moscú que, inspirándose en el modelo anterior, ha logrado una silla de ruedas que puede manejarse mediante el pensamiento.
En concreto, la silla cuenta con un sistema que lee los impulsos eléctricos nerviosos, el estado emocional de la persona, la voz y los micro-movimientos de los músculos de su rostro.
Para acabar, cabe destacar propuestas como Scalevo y Top Chair, que se centran en hacer posible que el individuo acceda a cualquier lugar, independientemente de si éste cuenta con una entrada adaptada o similares.
Respecto a la primera, se trata de un proyecto suizo del Instituto Federal de Tecnología que puede bajar y subir escaleras sin ninguna dificultad y desplazarse de forma más ágil y rápida, hasta por lugares estrechos.
En cuanto a Top Chair, se trata de algo muy parecido pero ‘made in Spain‘, concretamente en Galicia.
Para volver a ir de pie
Al margen de lo comentado, los dispositivos y sillas que permiten a los pacientes con problemas de movilidad ir de pie de nuevo, merecen su especial apartado.
Una de las más recientes es la de UPnRIDE, presentada a mediados de diciembre. Se trata de una silla de ruedas en posición vertical, una suerte de exoesqueleto robótico, que ayuda a las personas tetrapléjicas a colocarse erguidas.
Para lograrlo, utiliza un giroscopio parecido al de un Segway, que les brinda la oportunidad de maniobrar incluso en terrenos irregulares.
Asimismo, integra una pequeña grúa, un motor eléctrico y se encuentra calibrada para mantener el equilibrio y proporcionar acceso al sujeto a los controles en todo momento.
En todo caso, no se trata de la única, sino que años antes, Get-Up propuso algo muy similar (aunque centrado en ponerlas de pie y no en el desplazamiento), tal y como ilustra el vídeo anterior.
Por su lado, Tek RMD, aunque no se trata de una silla en sí misma, cumple la misma función: la de permitirles levantarse sin esfuerzo.
Para volver a andar
Marcas como Argo Medical Technologies apuestan porque los pacientes puedan volver a recuperar la autonomía de un modo distinto. Esta compañía, ya en 2010 desarrolló un exoesqueleto con motor eléctrico y batería que, mediante una serie de sensores, permite a los usuarios desplazare en posición vertical y sin ruedas.
Estoy hablando de Rewalk, pensado para aquellos que han sufrido una lesión medular y que, desde entonces, ha ido evolucionando.
Por desgracia, todavía resulta un tanto aparatoso y aquellos que lo llevan se ven obligados a cargar una suerte de mochila y un armazón unido a sus piernas.
Para conducir
Otro de los inventos más curiosos en este contexto es el sistema desarrollado por el Laboratorio de Robótica y Mecanismos de la Universidad Virginia Tech, que dio lugar en 2010 a un sistema conectado de guantes y respaldo capaz de emitir vibraciones que alertan al conductor sobre los obstáculos presentes en su camino y de informarle sobre cómo sortearlos en tiempo real. Algo pensado para personas invidentes que, a la larga, podría llegar a permitirles conducir.
La implantación de los llamados coches autónomos, así como de sistemas de aparcamiento y conducción inteligentes, también constituyen un gran avance.
No obstante, el director del proyecto, Dennis Hong ,apuntó entonces que el objetivo no era crear un vehículo que mueva a la persona ciega, sino que le permitiera tomar decisiones conduciendo como cualquier otro.
Aquí también tienen cabida los coches específicamente diseñados para usuarios en sillas de ruedas. Kenguru es uno de ellos, un vehículo similar a un Smart, que cuenta con una rampa de acceso integrada en la zona del maletero. Éste se encuentra al nivel del suelo, lo que facilita la entrada y acomodación dentro del vehículo. Además, no resulta excesivamente caro, sino que cuesta alrededor de los 22 mil euros.
Para mejorar la movilidad de los invidentes
https://youtu.be/sNoPV0epfHA
Directamente relacionada con las propuestas anteriores, cabe comentar la apuesta de Toyota. La compañía cuenta con un proyecto específico para favorecer la movilidad de los invidentes, eso sí, de los que van a pie. Se trata del llamado Proyecto Blaid, que trata de ir más allá de las “funciones” ofrecidas por los bastones y los perros guía.
Así, en abril del año pasado, presentó un wearable muy especial: una suerte de collarín, que se coloca sobre los hombros y cuello del usuario. Un dispositivo dotado de cámaras, altavoces y vibradores, que recaba la información de todo aquello que le rodea: estima cuestiones como la distancia hasta las escaleras, el tipo (mecánicas o convencionales), las puertas y hasta lee determinados carteles. Esta información se transmite a la persona a través de unos altavoces.
También es capaz de interactuar con ella, gracias a su sistema de reconocimiento de voz.
Un trabajo que pronto incorporará tecnologías cartográficas y otras de reconocimiento facial e identificación de objetos.
Estimulación cerebral
La estimulación cerebral en pacientes víctimas de una parálisis también constituye una técnica de gran ayuda.
De hecho -y según un estudio realizado por investigadores de Washington-, una terapia de este tipo focalizada podría ayudar a liberar los brazos y restaurar el uso de las extremidades en enfermos que se han visto paralizados como consecuencia de un ictus.
En este punto, sin embargo, también cabe referirse a los peligros y riesgos derivados de un mal uso. Para que te hagas una idea, ya en 2015, un grupo de investigadores franceses demostró que estimular determinadas áreas del hipocampo les brindaba la posibilidad de hacer algo tan siniestro como alterar los recuerdos de ratones de laboratorio.
Una línea de investigación que siguió poco más tarde la doctora Julia Shaw, que no dudó en afirmar que, incluso, es posible borrar por completo experiencias pasadas mediante esta técnica.
Otros dispositivos
Al margen de los comentados, no podía dejar de mencionar otros dispositivos específicos como smartwatches capaces de dar la hora en braille como Dot. Un reloj que se conecta al móvil por Bluetooth y cuenta con un sistema de imanes que se levantan y esconden, no solo para brindar la información temporal, sino también la de las apps del móvil.
Tobii PCEye, por su parte, es un sistema que convierte el movimiento de los ojos de la persona en los de un cursor, de manera que le ofrece la opción de navegar sin moverse físicamente, más allá de lo que diga su mirada.
LifewareIntegra es otro software que sigue la misma línea, pero que les permite acceder a las herramientas digitales mediante movimientos de cabeza y expresiones faciales.
Fuente: mediatrends.es