¿Cuál es el último grito de la moda entre los ingenieros de software y los que saben de computadoras en Silicon Valley? Aparte del nuevo lanzamiento de Call of Duty: Modern Warfare 2, hay un video lanzado esta semana de Pranav Mistry hablando sobre la próxima gran cosa: La tecnología SixthSense.
Mistry, un estudiante egresado del MIT, ha estado trabajando en SixthSense, un proyecto que ha creado un prototipo de una interfaz que reconoce gestos. Como Tom Cruise en Minority Report, una persona usa sensores en sus dedos para interactuar con una computadora. Solo que esta vez no está viendo la pantalla de la computadora, sino objetos de todos los días como libros.
SixthSense es lo opuesto a la realidad virtual. Esto es, la realidad virtual sumerge a una persona en el mundo digital. SixthSense invierte las cosas y posibilita el mundo digital para hacer brillar una luz en el mundo real. La comunicación en este ambiente computacional sucede con los gestos humanos del día a día.
Imagine los sensores que se usan en sus dedos que entienden sus gestos, equipados con una cámara y un sistema de proyección de imagen que se mueve alrededor de su cuello. Con SixthSense, puede tocar cualquier superficie, incluyendo sus manos, revisar correo electrónico haciendo un símbolo “@” con su dedo en el aire, tomar fotos simplemente con hacer la forma del marco con sus manos, ver un video o leer noticias desplegadas en una pieza común de papel, entre otras cosas asombrosas.
Aquí está el video.
El prototipo actual del sistema cuesta aproximadamente $350 para construirse, de acuerdo con el sitio SixthSense.
Tom Kaneshige es un escritor ejecutivo de CIO.com en Silicon Valley. Envíele un correo electrónico a tkaneshige@cio.com. O sígalo en Twitter @kaneshige. Siga todo de CIO.com en Twitter @CIOonline.
-Por Tom Kaneshige
CIO.com
FRAMINGHAM
Fuente: PC WORLD en español
Parece sacado de la imaginación pero si ven todo el video (aunque esta en ingles) el potencial que nos puede dar este tipo de tecnologías puede ser una gran ayuda a las personas con algún tipo de discapacidad, solo imagínense el uso del llamado ”sexto sentido” las posibilidades son inmensas y con bastante potencial, estoy seguro que este tipo de avances tendrán mucho que dar para ayudar a las PCD de alguna manera en el futuro.
Les adjunto un artículo del diario El Clarín, que nos da más alcances de ese “sexto sentido” léanlo para que tengan más alcances.
ESTUDIO DE CIENTIFICOS ESTADOUNIDENSES
Descubren que el “sexto sentido” existe y que está ubicado en el cerebro
Actuaría como un sistema de alarma que indicaría cuando algo no anda bien.
El sexto sentido existe y se encuentra ubicado en la corteza cingulada anterior del cerebro, en una región entre los dos hemisferios.
El descubrimiento, que apareció publicado en la revista norteamericana “Science”, fue hecho por científicos de la Washington University de St. Louis. “En esta zona del cerebro” —explica Joshua Brown— “se encuentra localizado un sistema de alarma que advierte cuando alguna cosa no anda bien o cuando alguna de nuestras acciones puede comprometer nuestra incolumidad. Se trata de un circuito que da informaciones para ajustar el rumbo de nuestro comportamientos y hacer que nos pongamos a resguardo de los peligros”.
El hallazgo puede significar una vuelta de página en ámbitos psiquiátricos ya que podría explicar el origen neurológico de conductas anómalas comunes en los pacientes esquizofrénicos o con fuertes disturbios obsesivo compulsivos.
La corteza cingulada, en efecto, es una vieja conocida de los neurólogos ya que en algunas enfermedades como la esquizofrenia y en los disturbios obsesivo compulsivos puede ser diferente a la de personas sanas.
En el pasado, la corteza cingulada fue identificada como el lugar de la toma de decisiones dentro del cerebro, o como el circuito que ayuda a realizar elecciones cruciales, y siempre fue muy ponderada porque esta corteza se encuentra en el cruce entre regiones.
En este estudio los investigadores demostraron que la corteza cingulada anterior hace mucho más al advertir a nivel inconsciente que alguna cosa no va bien, que una acción nuestra puede tener efectos nefastos o que el ambiente en el que nos encontramos es, de manera imperceptible, distinto del acostumbrado y puede registrarse una sorpresa.
Para demostrarlo, los especialistas convocaron a jóvenes sanos. De frente a una computadora, los individuos debían observar una bolita blanca o azul convertirse en flecha en un abrir y cerrar de ojos. La flecha podía moverse en la pantalla en dos direcciones opuestas. La tarea de los jóvenes consistía en mantenerse alerta y apretar un botón según la dirección que seguía la flecha.
Para complicar las cosas, cada tanto hacía su aparición una segunda flecha y en estos casos los jóvenes tenían la tarea de indicar la dirección seguida por la primera flecha presionando el botón en la forma inversa a la habitual, con el riesgo de cometer errores. Claro que esta complicación no tenía como objetivo darles dolor de cabeza a los jóvenes sino crear más bien una situación de conflicto.
Durante todo el juego persistía el truco desconocido para los jóvenes, según el cual cuando la bolita inicial era azul la mayor probabilidad era que apareciera la segunda flecha.
Luego de varios prueba y error, los jóvenes comenzaron a equivocarse cada vez menos como si su cerebro hubiera descubierto el truco de los colores, aún cuando desde el punto de vista consciente los jóvenes no habían sido advertidos.
A medida que su performance mejoraba, los investigadores, que “espiaban” el cerebro de los voluntarios a través de equipos de resonancia magnética, notaban un aumento en la actividad de la corteza cingulada anterior conjuntamente con la aparición de la flecha tramposa.
“Lo que significa” —explicó Brown—, “que dicha corteza aprende a sentir el olor del engaño y se pone en acción advirtiendo a la persona para que cambie de inmediato su comportamiento (y apriete en este caso el botón opuesto)”. El individuo no toma consciencia de este cambio inminente, pero sus reflejos mejoran y esto en la vida real significa que el sistema endógeno hizo sonar la alarma a tiempo para escaparle a un error.
Los especialistas concluyeron que un funcionamiento en exceso de este sistema de alarma inconsciente podría explicar por qué los individuos obsesivo compulsivos ven el peligro en donde no existe.
Fuente: clarin.com
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