La silla de ruedas híbrida, la primera comercial, ha sido desarrollada por la compañía española BESEL, en asociación con el Parque Científico Leganés Tecnológico de la Universidad Carlos III de Madrid. La silla integra un revolucionario sistema hibrido de energía basado en pila de combustible PEM de hidrógeno, del fabricante Axane, y un Smart Module de níquel metal hidruros (Ni-MH) de alta capacidad de descarga, de la empresa Saft. La pila de combustible de hidrógeno aporta mayor autonomía y facilidad de mantenimiento comparado con los sistemas de energía tradicionales.
La silla de ruedas, comercialmente llamada HYCHAIR, se ha desarrollado en el ámbito de HYCHAIN-MINITRANS, proyecto tecnológico y de investigación a nivel europeo, en el que participa un consorcio de 25 empresas para promover el desarrollo del hidrógeno como energía alternativa, implantando flotas de vehículos híbridos equipados con pilas de combustible. Actualmente hay seis sillas de ruedas de este tipo en funcionamiento, dentro de una flota de 56 vehículos que se desplegó en 2009 y que estará en campo hasta 2011. Tras esta fase de pruebas, el producto se lanzará al mercado.
La silla para minusválidos cuenta con un sistema de propulsión basado en pila de combustible tipo PEM de 350W y almacenamiento de hidrógeno de 3 litros a 300 bares. El diseño presenta importantes ventajas con relación a la de las sillas eléctricas convencionales, como la reducción de peso (menor en un 20 por ciento), un aumento de la autonomía del 50 por ciento, y la reducción del tiempo de recarga a escasos minutos.
Estas ventajas se deben principalmente a que la cantidad de energía contenida en el hidrógeno por unidad de peso o de volumen, es muy superior a la energía que pueden almacenar las baterías en las mismas condiciones. Además, su mantenimiento es bastante sencillo, porque cuando a la silla se le acaba el combustible, se puede reemplazar el cartucho de hidrógeno.
Asimismo, la utilización de la pila de combustible permite convertir la energía química contenida en el hidrógeno en energía eléctrica sin producir emisiones de dióxido de carbono ni otros gases de efecto invernadero. El único residuo que se genera es vapor de agua.
La batería propuesta por Saft para esta aplicación es un Smart Module de 24 voltios nominales. La característica fundamental de este producto es su sistema electrónico de gestión de carga y descarga de la batería, lo que se conoce como Battery Management System (BMS), capaz de suministrar puntas de corriente de hasta 60A durante 10 segundos o incluso superiores durante intervalos más cortos. Además, el Smart Module ofrece unas prestaciones de trabajo muy altas con un reducido volumen y peso.
En el sistema diseñado por Besel, las baterías de Saft son las encargadas de suministrar las puntas de potencia que la pila de combustible no es capaz de aportar debido a su inercia energética. Por otro lado, las baterías hacen posibles el proceso regenerativo de energía, al absorber las corrientes generadas cuando la silla de ruedas, por ejemplo, frena o está bajando una pendiente.
El sistema puesto en marcha por Besel es un claro ejemplo de cómo las baterías complementan las características funcionales de la pila de hidrógeno, lo que abre una línea de desarrollo con grandes expectativas de éxito.
Fuente: larazon.es