En paralelo, además de poner a toda la sociedad en pie de igualdad, los organismos responsables del proyecto se encargaron de destacar que el costo de implementación es bajo y no se requieren inversiones de grandes capitales. La disminución de la sensibilidad auditiva (hipoacusia) es el desorden sensorial más común en el mundo entero. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que alrededor de 250 millones de personas sufren de pérdida auditiva moderada y severa, y un tercio de ellas vive en países en desarrollo. Esta cantidad se duplica si se tiene en cuenta a las personas con disminución leve.
El funcionamiento del sistema de aro magnético comienza cuando un conjunto de micrófonos capta el sonido del escenario y lo transmite hasta un amplificador especial, que convierte las señales sonoras en ondas magnéticas. Estas ondas en lugar de salir por un parlante, son conducidas hacia un cable que rodea todo el perímetro de la sala -el aro magnético propiamente dicho-, que permite oír sin ningún ruido de fondo perturbador y a un volumen normal. Desde allí se emiten las señales que son captadas por los audífonos de los hipoacúsicos. El único requisito es que éstos sean usuarios de audífono con bobina telefónica o inductiva. Este sistema no perjudica la audición de personas que no son hipoacúsicas, ni la acústica del salón. La instalación se llevó a cabo a inicios de octubre, en el salón de integración de la Escuela Especial Nº 5, y fueron los mismos alumnos quienes se encargaron de tomar las medidas del lugar e instalar el aro y construir los amplificadores necesarios.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Industrial
Fuente: argentina.ar