Blog de ArturoDiazF

08/12/2016: Algunas preguntas y respuestas sobre el fin de la URSS

Hoy hace 25 años se firmaba el tratado de Belavezha con el que el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania y el de Bielorrusia declaraban la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes.

MOSCÚ.- ¿Cuándo se terminó exactamente la Unión Soviética? ¿Cuándo comenzó su fin? En cualquier caso, es claro que después del intento de golpe de Estado contra Mijaíl Gorbachov el proceso de desintegración se aceleró. El tratado de Belavezha, firmado el 8 de diciembre de 1991, fue su acta de defunción, aunque la URSS existió de facto hasta el 26 de diciembre ─el día anterior Mijaíl Gorbachov había dimitido y traspasado sus poderes al presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin─, cuando el Soviet de las Repúblicas del Soviet Supremo de la URSS firmó su propia disolución y se arrió simbólicamente la bandera roja del Kremlin.

Reunidos en la reserva natural de Belavézhskaya Pushcha tal día como hoy hace veinticinco años, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania, Leonid Kravchuk, y el de Bielorrusia, Stanislav Shushkiévich, declararon la disolución de la URSS y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), una organización cuya naturaleza quizá haya descrito mejor el historiador estadounidense Stephen Kotkin al escribir que no es “ni un país, ni una alianza militar ni una zona de libre comercio, sino un signo de interrogación”.

El tratado de Belavezha fue justificado en su momento como una formalidad imprescindible para declarar de jure el fin de la URSS. Sin embargo, el historiador Stephen Cohen lo ha calificado de “segundo golpe”. Si era necesario poner formalmente fin a la URSS, escribe Cohen, “Yeltsin podría haber expuesto abiertamente el caso y haberse dirigido a los presidentes o los legislativos de las repúblicas que aún permanecían en la Unión, o incluso al pueblo en un referendo, como hizo Gorbachov nueve meses antes”.

En el referendo del 17 de marzo, que tuvo una participación del 80%, un 77% de los ciudadanos soviéticos se expresó a favor de conservar la URSS “en una federación renovada de repúblicas soberanas” ─el referendo fue boicoteado en Armenia, Estonia, Letonia, Lituania, Georgia (excepto en Abjasia y Osetia del sur) y Moldavia (excepto Transnistria y Gagauzia)─. A juicio de Cohen, “Yeltsin actuó ilegalmente, haciendo por completo caso omiso a una constitución que llevaba años en vigor, en un, como él mismo admitió, ‘secretismo absoluto’, y por miedo a ser detenido”. Es más, “como medida de precaución, los conspiradores de Belavezha […] se reunieron en la frontera con Polonia”, lo que indica que Yeltsin, Kravchuk y Shushkiévich habrían considerado seriamente la posibilidad de tener que huir de la URSS de haber salido mal las cosas.

El propio premier de la URSS se enteró de la disolución de la entidad que presidía por teléfono. “Lo hicieron todo muy deprisa, alejados de los ojos del mundo. Desde allí no se filtró noticia alguna a nadie. […] A toro pasado, esa misma noche me llamó Shushkiévich por teléfono para comunicarme el fin de la URSS y el nacimiento de la Comunidad de Estados Independientes. Pero antes, Boris Yeltsin había informado al presidente de EEUU George Bush”, narró Gorbachov en una entrevista reciente con el diario italiano La Repubblica.

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkevich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. - AFP

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkiévich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. – AFP

¿Por qué (no) terminó la URSS?

Por qué se terminó la URSS es, y no sólo para muchos antiguos ciudadanos soviéticos, la madre de todas las preguntas. Los 74 años de poder soviético son lo que Eric Hobsbawm ha llamado el corto siglo XX, en contraposición al largo siglo XIX (1789-1914). El mundo, como escribió el historiador británico, fue moldeado “por los efectos de la Revolución rusa de 1917” y “todos estamos marcados por él”. Y cabe aún añadir: y por su desaparición.

A pesar de tratarse de un acontecimiento de enorme magnitud histórica, tanto los medios de comunicación como una historiografía perezosa, en el mejor de los casos, y sesgada ideológicamente, en el peor, siguen reproduciendo toda una serie de lugares comunes sobre la URSS y su fin con escasa base histórica. Son generalizaciones y simplificaciones que atraviesan ya todo el espectro ideológico, como que el fin de la URSS era “inevitable” porque el Estado soviético era “irreformable”, motivo por el cual “implosionó” o, incluso, “cayó por su propio peso”. En las versiones cuasirreligiosas más extremas, la URSS estaba “condenada” a su desaparición por su orientación comunista.

Las causas de la desaparición de la URSS son múltiples y desbordan la extensión de un artículo de estas características, pero una manera de comenzar a responderse la pregunta es preguntándose por qué no terminó la URSS. ¿Era el fin de la URSS “inevitable”? En Soviet Fates And Lost Alternatives. From Stalinism To The New Cold War (2011), Stephen Cohen ha calificado este tipo de argumentos de “teológicos”, una muestra más de rechazo ideológico que de rigor histórico.

La URSS, por ejemplo, no era “irreformable” sin más, como demuestra su propia historia: al comunismo de guerra (1918-1921) lo sucedió la Nueva Política Económica (NEP) (1921-1928), a éste una industrialización a gran escala promovida por Iósif Stalin e interrumpida por la Segunda Guerra Mundial (1928-1953), seguida por “el deshielo” de Nikita Jrushchov (1953-1964) y el conocido como “período de estancamiento” de Leonid Brezhnev (1964-1982), el primer intento de reforma bajo Yuri Andropov (1982-1984) y, finalmente, la perestroika de Gorbachov (1985-1991). Del mismo modo, la URSS tampoco “fue víctima de sus propias contradicciones”, un argumento que, como el anterior, no explica por sí solo su desintegración, pues ¿cuántos Estados hasta el día de hoy no presentan contradicciones ─en ocasiones incluso más que la URSS─ y cuántos de ellos han logrado evitar su desintegración de un modo u otro?

Responsabilizar del fin de la URSS exclusivamente a Mijaíl Gorbachov, bien por su acción o por su inacción, no resulta menos banal, y por ello resulta tanto más curioso que éste sea uno de los argumentos recurrentes del actual Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), más aún siendo como es un choque frontal con una visión materialista de la historia. ¿No escribió el propio Karl Marx en El 18 brumario de Luis Bonaparte que los hombres “hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”?

¿La sociedad civil contra el Estado?

El papel jugado por la sociedad civil ─entendida invariablemente como algo exterior y opuesto al Estado─ ha sido no menos magnificado. La nomenklatura soviética se destacó ciertamente por su rigidez y secretismo, pero como escribe Kotkin en el prefacio a su Uncivil Society: 1989 And The Implosion Of The Communist Establishment (2009), “la mayoría de analistas continúan centrándose de manera desproporcionada, e incluso de manera exclusiva, en la ‘oposición’, que fantasean como ‘soviedad civil’” sólo porque ésta se imaginaba a sí misma como tal.

El uso de este término, añade el historiador estadounidense, se extiende hasta nuestros días, utilizado por numerosas organizaciones no gubernamentales, algunas de ellas con fines menos altruistas de lo que aseguran públicamente. La noción de ‘sociedad civil’, explica Kotkin, “se convirtió en el equivalente conceptual de la ‘burguesía’ o ‘clase media’, esto es, un actor social colectivo vagamente definido y que parece servir a todos los propósitos”.

“¿Cómo unos cientos, y en ocasiones sólo decenas de miembros de una oposición con un puñado de asociaciones ilegales hostigadas por las autoridades y publicaciones clandestinas (samizdat) podían ser de algún modo la ‘sociedad civil’?”, se pregunta el historiador. “¿Y ello ─continúa─ mientras cientos de miles de funcionarios del partido y del Estado, agentes e informantes de la policía, oficiales del Ejército […] no formaban parte de la sociedad en absoluto?” Esta historiografía, asegura, orilla a muchos ciudadanos de la URSS que, a pesar de su deseo de una mayor liberalización en la política o la cultura y mejores estándares de vida, apreciaban el hecho de tener una vivienda o atención médica garantizada.

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. - AFP

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. – AFP

El factor báltico

En paralelo a las generalizaciones sobre la “sociedad civil” se encuentra el argumento de que las tensiones nacionalistas decantaron decisivamente la balanza en la desintegración de la URSS. Sin embargo, este argumento acostumbra a centrar toda su atención en el caso de las tres repúblicas bálticas y, en menor grado, Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) y Moldavia, y olvida por completo Asia Central. En aquellas repúblicas soviéticas el independentismo era marginal y, en palabras de la especialista en la región Martha Brill Oscott,“hasta el último minuto casi todos los líderes de Asia Central mantuvieron la esperanza de que la Unión pudiese salvarse”, como demuestra su vacilación a la hora de declarar su independencia, algo que no hicieron hasta diciembre y sólo después de que lo hubieran hecho Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

“No fue el nacionalismo per se, sino la estructura del Estado soviético, con sus quince repúblicas nacionales, lo que se demostró fatal para la URSS”, señala Kotkin en Armaggedon Averted: The Soviet Collapse 1970-2000 (2008). Ante todo, debido a la indefinición de términos como ‘soberanía’ y “a que nada se hizo para evitar el uso y abuso de aquella estructura”, que facilitaba la secesión si la cohesión del conjunto ─la URSS─ se debilitaba, como ocurrió en los ochenta. Por comparación, EEUU era y es una “nación de naciones” compuesta por cincuenta estados cuyas fronteras no las marcan grupos nacionales.

Las reformas de Gorbachov, explica el historiador, “implicaban la devolución expresa de autoridad a las repúblicas, pero el proceso fue radicalizado por la decisión de no intervenir en 1989 en Europa oriental y por el asalto de Rusia contra la Unión”. Como recuerda Kotkin, las únicas intervenciones de la URSS en contra de las tensiones nacionalistas ─en Georgia en 1989 y Lituania en 1991─ palidecen en comparación con el asesinato de miles de separatistas en la India en los ochenta y noventa, los cuales, además, se realizaron “en nombre de preservar la integridad del Estado, con apenas o ningún coste para la reputación democrática de ese país”.

¿Efecto dominó o castillo de naipes?

Del fin de la Unión Soviética puede decirse, a grandes rasgos, que fue una mezcla de efecto dominó y castillo de naipes. Efecto dominó porque el colapso de las llamadas “democracias populares” en Europa oriental acabó golpeando a la propia URSS, y castillo de naipes porque los dirigentes de la perestroika, al retirar determinadas cartas en la base, alteraron un equilibrio más delicado de lo que aparentaba y acabaron provocando el derrumbe de todo el edificio.

Uno de esos naipes era la presencia de dos estructuras paralelas que se superponían: las del Estado y el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Éstas “ejercían esencialmente las mismas funciones: la gestión de la sociedad y la economía”, escribe Stephen Kotkin. “Por supuesto ─continúa─, si se eliminaban las estructuras redundantes del partido, uno se quedaría no sólo con la burocracia del Estado central soviético, sino también con una asociación voluntaria de repúblicas nacionales, cada una de las cuales podía legalmente decidir retirarse de la Unión. En suma, el Partido Comunista, administrativamente innecesario para el Estado soviético y a pesar de todo decisivo para su integridad, era como una bomba de relojería en el seno de la Unión”.

Los sucesivos intentos de reformar el sistema buscaron justamente solucionar ese solapamiento, incrementando la autonomía de las repúblicas soviéticas sin alterar en lo fundamental la estructura del aparato federal. Pero con el intento de implementar en paralelo las políticas de perestroika (cambio) y glasnost (transparencia), el PCUS perdió el control sobre la vida política y la economía centralizada, y lo hizo al mismo tiempo que su credo político se veía desacreditado por los medios de comunicación, dos procesos que además se reforzaban mutuamente, acelerando las tendencias desintegradoras en toda la URSS. Cuando Gorbachov se dio cuenta e intentó dar marcha atrás, en el último año de la URSS, era ya demasiado tarde.

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. - AFP

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. – AFP

Competencia desleal

Siendo como era una superpotencia, los procesos políticos en la Unión Soviética no ocurrían en un vacío internacional, pero además el desarrollo de la industria petrolífera y gasística en los sesenta, que convirtió a la URSS en una superpotencia energética, conectó al país con la economía mundial, exponiéndola a sus shocks. El descenso de la producción de petróleo en los ochenta ─superada la crisis del 73 y el embargo de los países árabes─ y una caída internacional de los precios pronto se notaron en el país. Aunque la gestión económica, que se llevaba a cabo mediante un sistema planificado fuertemente centralizado, permitía pese a todo mantener los programas sociales y el sector industrial, convertía la diversificación e informatización de la economía en un reto.

“La gente necesita pan barato, un piso seco y trabajo: si estas tres cosas se cumplen, nada puede ocurrirle al socialismo”, dijo en una ocasión el presidente de la RDA, Erich Honecker. El envejecimiento de las cúpulas dirigentes en los Estados socialistas, sin embargo, les impedía ver que sus habitantes ya no comparaban sus condiciones de vida con el capitalismo occidental anterior a la Segunda Guerra Mundial, resultado de la Gran Depresión, y tampoco con la situación de sus aliados en el Tercer Mundo, sino con la de sus vecinos en Europa occidental, a los que se sentían más próximos histórica y culturalmente. (Todo esto obviamente no está exento de ironía, pues la clase media y el Estado del bienestar en Occidente eran producto, entre otros motivos, de un pacto entre capital y trabajo que el temor a la URSS propició, y cuya imagen llegaba al campo socialista distorsionda por los medios de comunicación y la industria cultural occidentales.)

Además, a diferencia de los países occidentales, la URSS estaba moralmente comprometida a apoyar a las economías no sólo del bloque socialista, sino del Tercer Mundo, lo que suponía una carga adicional a su presupuesto. Sirva el ejemplo que ofrece Stephen Kotkin del conflicto entre Somalia y Etiopía, durante el cual “la Unión Soviética decidió transportar tanques pesados a Etiopía, pero debido a que los aviones de carga a larga distancia sólo podían transportar un único tanque, el transporte excedía el coste de los costosos tanques unas cinco veces”.

“En los ochenta, la economía de la India se encontraba posiblemente en peor situación (por diferentes razones), pero la India no estaba atrapada en una competición mundial entre superpotencias con los Estados Unidos (aliados con Alemania occidental, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón)”, valora Kotkin. Esta rivalidad, precisa, era “no solamente económica, tecnológica y militar, sino también política, cultural y moral. Desde su comienzo, la Unión Soviética afirmó ser un experimento socialista, una alternativa superior al capitalismo para el mundo entero. Si el socialismo no era superior al capitalismo, su existencia no podía justificarse.” En suma, las cúpulas dirigentes se enfrentaban al mismo problema que los políticos occidentales: garantizar a sus poblaciones una mejora constante de su nivel de vida, pero, a diferencia de éstos, no contaban con los mismos recursos, se enfrentaban a cargas adicionales y estaban atrapados en un sistema político-económico que los hacía a ojos de su población únicos responsables de la situación.

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. - AFP

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. – AFP

La banca siempre gana

Uno de los aspectos menos mencionados por la historiografía oficial ─por motivos que requieren poca aclaración─ es cómo, para hacer frente a esta situación, varios Estados socialistas recurrieron a la deuda externa con bancos occidentales. Poco sorprendentemente, Europa oriental pronto se vio atrapada en una espiral de deuda, ya que su objetivo era “utilizar los préstamos para comprar tecnología avanzada con la cual fabricar bienes de calidad para su exportación con los cuales… pagar los préstamos”, escribe Kotkin. Pero para eso necesitaba una demanda constante en Occidente ─para la cual había que combatir constantemente contra campañas de boicot y la mala fama de sus productos─ y bajas tasas de interés, además de la buena voluntad de los banqueros.

Según cifras de Kotkin, esta deuda pasó globalmente de los 6.000 millones de dólares en 1970 a los 21.000 millones en 1975, los 56.000 millones en 1980 y los 90.000 millones en 1989. La mayor ironía es que, de haber declarado el cese de pagos de manera simultánea, el campo socialista habría propinado un formidable golpe al sistema financiero global con el que, al menos, habría conseguido renegociar su deuda. Pero rehenes de sus propios sistemas, la mayoría de dirigentes de Europa oriental mantuvo esta política. La única excepción fue Nicolau Ceaușescu, quien se propuso satisfacer la deuda externa de Rumanía (10.200 millones de dólares en 1981) en una década. Para conseguirlo, Rumanía redujo drásticamente las importaciones y los gastos en programas sociales, aumentó las exportaciones de todo lo posible, reintrodujo el racionamiento de alimentos y los cortes en electricidad y calefacción. El resultado de esta política de “devaluación interna” ─por utilizar una expresión actual─ fue un retroceso de todos los estándares de calidad de vida y un descontento popular soterrado que terminó por estallar en 1989, acabando con el propio régimen.

Que estos préstamos no eran una mera transacción financiera lo demostró la apertura de la frontera entre Austria y Hungría el 27 de julio de 1989, que sirvió de paso para la huida de ciudadanos de la RDA hacia Alemania occidental. La deuda externa de Hungría pasó de los 9.000 millones en 1979 a los 18.000 millones de dólares en 1989, lo que significaba que el país necesitaba un superávit en exportaciones de mil millones solamente para satisfacer los intereses de su deuda. Según recoge Kotkin, el primer ministro húngaro, Miklós Németh, y su ministro de Exteriores, Gyula Horn, volaron antes de la apertura de la frontera a Bonn para negociar la concesión de un crédito de mil millones de marcos alemanes con el que mantener a flote su economía, un acuerdo que se anunció el 1 de octubre, “mucho tiempo después de la reunión secreta, para que no pareciese el soborno que era”.

Durante años la URSS había subvencionado a Europa oriental con materias primas, sobre todo hidrocarburos, a un precio muy por debajo del mercado. A cambio, recibía mercancías de baja calidad ─las restantes se destinaban a la exportación a mercados occidentales con el fin de conseguir divisa fuerte─, por lo que, teniendo en cuenta el desequilibrio, el Kremlin no descartó planes de desconectarse de ellas desde mediados de los ochenta. El socialismo realmente existente en la URSS, como escribe Kotkin, “era letárgicamente estable y podría haber continuado por algún tiempo, o quizá podría haber intentado un repliegue en clave de realpolitik, dejando de lado sus ambiciones de superpotencia, legalizando e institucionalizando la economía de mercado para revivir sus fortunas y manteniendo de manera firme el poder central utilizando la represión política”. Pero estando conectada a sus Estados satélite, la URSS se vio arrastrada por ellos en su competición geopolítica. Poco sorprendentemente, el fin de la Unión Soviética sigue estudiándose en China hasta el día de hoy. Con todo, como recuerda Kotkin, a diferencia de China, “la Unión Soviética era un orden global alternativo, un estatus que no podía abandonar sencillamente”. Y en esa maraña de razones, se vino abajo.

En: publico.es

John Kerry: “La solución de los dos Estados es la única vía posible para la paz entre Israel y Palestina”

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha reafirmado hoy que “la solución de los dos Estados es la única vía posible para la paz entre Israel y Palestina”. A lo que ha añadido que esta solución está “en peligro”, dijo Kerry, que abandonará sus funciones el próximo 20 de enero, en un importante discurso en el que ha expuesto la visión del presidente Barack Obama sobre Oriente Próximo.

Kerry ha comparecido hoy para explicar la decisión de su país tras abstenerse en la votación del pasado viernes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la que se exigió a Israel el fin de los asentamientos. Catorce estados miembros votaron a favor.

El status quo en Oriente Próximo conduce a la “ocupación perpetua”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.

“Esto que nosotros defendemos: el porvenir de Israel como Estado judío y democrático, que viva en paz y seguridad junto a sus vecinos”, agregó.

El secretario de Estado ha ofrecido hoy una “amplia visión” de cómo reactivar el proceso de paz israel-palestino.

Su intervención se produce después de que Jerusalén anulara la votación para seguir construyendo en Jerusalén Este a petición de Benjamin Netanyahu. La ONG Ir Amim denunciaba horas después la aprobación por parte de la comisión municipal de la construcción de un edificio de cuatro plantas en el barrio palestino de Silwan, en Jerusalén Este.

La reciente resolución de la ONU le pide a Israel cesar la colonización, una votación que llevó al Estado hebreo a “reducir” sus relaciones con algunos países.

Entrevistado por EL MUNDO en Jerusalén pocos minutos después de la alocución de Kerry, el ministro israelí de Educación, Naftali Bennett, replicó que “es un discurso con buenas intenciones pero desconectado de la realidad, según informa Sal Emergui. La misma política ha conducido a un Oriente Próximo en llamas, al genocidio en Siria, a un Irán que avanza hacia la bomba y ahora el abandono de la única democracia en la zona, Israel”. Según él, “Hay ahora un Estado palestino en Gaza que se ha convertido en un estado de terror. No podemos tolerar otro Estado palestino del terror. Por eso nosotros seguiremos avanzando para conseguir seguridad y paz”. Como líder del grupo más derechista en la coalición del Gobierno israelí que además pide la anexión israelí de partes importantes de Cisjordania y se opone a la creación de un Estado palestino, Bennett fue uno de los dirigentes a los que Kerry aludió, sin nombrar, para denunciar la política de asentamientos de Netanyahu.

La respuesta de Trump

Antes del discurso de Kerry, el presidente electo de EEUU pidió a Israel mantenerse fuerte hasta que él llegue a la Casa Blanca.

“Nosotros no podemos continuar dejando que Israel sea tratado con un total desprecio y con falta de de respeto”, escribió el millonario, que ha nombrado recientemente un embajador en Israel favorable al traslado del embajador de EEUU a Jerusalén.

Los israelíes “están habituados a tener un gran amigo de los EEUU, pero esto ya no es el caso. El principio del fin ha sido este horrible acuerdo con Irán (en referencia a la política nuclear) y ahora (la ONU), mantente fuerte Israel, el 20 de enero está muy cerca”, dijo Trump.

En: elmundo.es

 

Encuentran muerto a un agente de la OTAN que investigaba la financiación del Estado Islámico

El auditor general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Yves Chandelon, fue hallado sin vida en Bélgica. Varios medios señalan que se trató de un suicidio, versión que la familia no admite.

Yves Chandelon, auditor general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN. Imagen: Sputnik Türkiye

Yves Chandelon, auditor general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN. Imagen: Sputnik Türkiye

El cadáver de Yves Chandelon, auditor general de la OTAN, fue encontrado hace unos días en la ciudad de Andenne, Bélgica, a 140 kilómetros de su oficina, con un disparo en la cabeza.

El alto cargo de la OTAN investigaba las redes de financiamiento a los grupos terroristas, entre ellos, el Estado Islámico (EI), refiere el portal de Luxemburger Wort. Aunque la hipótesis de las autoridades, difundida a la prensa, fue que se trató de un suicidio, los familiares de Chandelon discrepan.

Según el portal belga Sudinfo, las circunstancias de la muerte han generado todo tipo de suspicacias, ya que aunque el agente tenía tres armas registradas, el disparo mortal en la cabeza provino de una cuarta que se encontró en la guantera de su auto y no aparecía entre las que estaban a su nombre.

Por otra parte, otros medios como La Gaceta, en España, destacan que el alto cargo de la OTAN “había recibido extrañas llamadas telefónicas”, lo que extiende un manto de duda sobre la versión del suicidio.

El parte oficial de la Fiscalía, citado por el diario Tageblatt no ha dado crédito a esas suposiciones, mientras se esperan los resultados de la autopsia, que se conocerán este martes. Chandelon vivía en la localidad de Lens, situada a unos 100 kilómetros del lugar donde fue encontrado su cuerpo.

Aunque el cadáver fue hallado el pasado 16 de diciembre, el hecho no fue reseñado inmediatamente por los grandes medios occidentales, lo que ha sido objeto de críticas encendidas por los internautas en las redes sociales.

En: RT

Mas en: Russian Ambassador, Senior NATO Staff and Russian Diplomat – All Dead Same Week

Trump Wants A Federal Hiring Freeze, But It May Not Save Money

President-elect Donald Trump rode to electoral victory in part on discontent with Washington. He promised to “drain the swamp” — referring to the nation’s capital. And No. 2 on his “Contract With The American Voter,” listing activities for his first 100 days, is a hiring freeze on all civilian federal jobs that aren’t involved in public safety or public health.

A freeze is not unprecedented. Other administrations — Democrat and Republican — have used them. Jimmy Carter, Ronald Reagan and Bill Clinton used a host of measures to reduce the size of the federal workforce.

But even those who support the idea of paring down the federal government’s staffing say a freeze can have some unintended effects.

“If incoming President Donald Trump wants to reduce the size of the federal workforce, what he should really do is decide which programs he wants to cut or eliminate,” says Cato Institute tax policy director Chris Edwards.

Consider what the federal workforce consists of: The civilian federal workforce is about 2 million people. That’s roughly the same size as it was in the 1960s, when the U.S. population was about half what it is now.

chart public employees

But Paul Light, a public policy professor at New York University, says adding in federal contractors and grantees brings that number up to between 7 million and 9 million.

Light says Trump’s rhetoric about a hiring freeze and promises to “drain the swamp” seem to address concerns about thinning the ranks of government and making it more effective. But, in fact, hiring freezes tend not to do that, because while dislike of government is popular, he says, nearly all government programs are popular, too, from National Parks to food inspection to Medicare.

“When you start really looking at what these jobs are, Americans kind of like what most federal employees do,” Light says.

In terms of saving money, it also doesn’t work.

A 1982 report — still cited by many experts — found past hiring freezes cost the government more while also resulting in less collection of taxes and other revenue.

Federal payroll and benefits make up less than 10 percent of the federal budget, Light says, and a hiring freeze has a way of encouraging good workers to leave.

“Some of your very best employees who can get a job in the private sector will take it,” Light says. And to backfill positions that need to be filled, agencies end up hiring more expensive contract workers, instead, which are generally not included in the freeze.

Not everyone agrees.

James Sherk, a research fellow at the Heritage Foundation, says using contractors is still preferable to hiring workers directly. He says because of unions and appeals processes, it’s far too difficult to fire underperforming federal workers.

“It’s essentially a lifetime commitment, and if you’re not satisfied with the work, there’s not much you can do about it,” he says of a federal employee. “With a contractor, if you’re dissatisfied with the work, you just don’t renew the contract.

Sherk adds that without a hiring freeze, agencies have less incentive to look for fat to cut. “You’re not looking for the efficiencies, because you don’t need to find them.”

Donald Kettl, a public policy professor at the University of Maryland, says he believes the freeze is really about a desire among Americans for better-functioning government, and that a better-functioning government requires better hiring.

“The irony here is that if the goal is to make government work better to try to get it more under control, the hiring freeze is exactly the opposite of what you need to do,” Kettl says.

Kettl says government agencies don’t just need to blindly downsize; they need to do a better job of identifying the skills and talent they need, and being more nimble at attracting them.

“The bottom line here is, we have to figure out what it is that we want to do, and what it’s going to take to be able to do it well, and hire the people with the skills to make that happen, and we don’t have a very good system in the federal government right now for doing that,” Kettl says. He says it will be interesting to see how Trump, a businessman, changes government hiring.

Kettl warns that just cutting federal agencies could backfire. When they need them, he says, Americans demand robust and functional government service. Think of the aftermath of Hurricane Katrina, he says, or Sept. 11, 2001.

“This president is going to end up in the middle of some major crisis that’s going to depend on how well he makes government work to solve it,” Kettl says.

In: NPR

¿Cómo funciona el sistema de castas en la India?

El conflicto entre la casta Jat y las autoridades ha provocado una decena de muertos en los últimos días. ¿Cómo funciona este sistema de jerarquía social?

El sistema de castas de la India divide a la sociedad del país en grupos jerárquicos. Muchos sociólogos coinciden en señalar que es prácticamente imposible definir este sistema de castas debido a su complejidad.

Esencialmente su origen es histórico religioso y está influenciado por el desarrollo social y económico de los tiempos coloniales. La palabra “casta” proviene del portugués casta que significa “raza, linaje, estirpe”. La desigualdad determinada por la clase social o el nacimiento sigue existiendo en la India.

Los dos conceptos de castas

Existe la opinión de que la sociedad india está dividida en castas por clases sociales (desde la antigua sociedad védica, conocida como Varna) o por nacimiento (normalmente por ocupaciones o profesiones hereditarias, referidas como Jat). Las castas por nacimiento u ocupación normalmente también están vinculadas a las clases sociales.

La castas actuales son el resultado de cambios sociales que comenzaron en la segunda mitad de siglo XIX y que fueron reforzadas por la colonización británica que al principio asociaban ciertas tareas de la administración colonial a ciertas clases sociales.

El sistema de castas Varna

La palabra Varna significa color. El sistema está basado en la literatura hindú y clasifica a los indios en cuatro clases principales originarias de la sociedad védica india.

  • religiosos o profesores (Brahmins),
  • gobernantes o guerreros (Kshatriyas),
  • artesanos o mercaderes (Vaishyas)
  • y trabajadores o sirvientes (Shudras).

Aquellos que no se pueden clasificar en ninguna categoría son los intocables (Dalit). En algunas lenguas se les llama también “parias” que en tamil significa tamborilero pero ellos detestan este nombre porque tiene connotaciones negativas.

Las tres castas superiores se inician al final de la pubertad y esta acción es considerada como un segundo nacimiento. Los Shudras no tienen iniciación, solo nacen una vez.

El sistema de castas Jat

Algunos sociólogos consideran que la diversificación del trabajo lleva a crear otras castas menores, Jat dentro del grupo de Varna. La palabra “Jat” significa nacimiento. Hay miles de “jats” o comunidades basadas en los derechos de nacimiento u ocupación. Estas castas son más fáciles de remontar ahora aunque las estrictas medidas como las restricciones maritales de la India medieval son difícil de dejar atrás.

Estos grupos ascienden y descienden en la escala social, los viejos jat mueren y los nuevos se forman. En la época de la pre-independencia los pobres podían avanzar solo remontando Jätis, nunca Varnas.

Cuál es el efecto del sistema de castas?

El sistema de castas gobierna la internacción entre los miembros de una sociedad, especialmente desde las diferentes posiciones en la jerarquía. Las restricciones incluyen:

  • conexiones sociales de las castas más elevadas que viven en el centro, clases más bajas que viven en la periferia.
  • los grupos jerárquicos más prósperos explotan a los grupos inferiores en la escala.

India debe hacer frente a un resurgimiento de la violencia relacionada con las castas, según un informe de Naciones Unidas de 2005. se han producido mñas de 31.000 actos violentos contra los Dalits en 1996.

Cómo gestiona la India actualmente este sistema de castas?

  • la constitución del país declara ilegal la discriminación contra las castas inferiores.
  • con la independencia india se implementaron varias políticas estatales para hacer frente a las barreras de las castas y mejorar la movilidad social.
  • estas políticas incluyen la discriminación positiva como las cuotas en el gobierno, el empleo y la educación para miembros de las castas inferiores.
  • para aplicar apropiadamente estas políticas los gobiernos locales han clasificado miles de comunidades y castas.
  • las castas inferiores tienen el estatus de las llamadas Castas Registradas (del inglés Scheduled Caste (SC)

tribus registradas Scheduled Tribe (ST), una más alto pero también pobre es la Other Backward Classes (OBC) (otras clases “inferiores”).

  • en este sistema cuanto más inferior se está en el status social más beneficios se pueden obtener así que curiosamente las castas luchan por preservar o conseguir la clasificación más baja posible.

In: euronews 

Turkey sacks 10,000 civil servants, shuts media outlets

Post-coup crackdown continues as government fires thousands of employees and closes down 15 pro-Kurdish media groups.

More than 100,000 people had already been sacked or suspended and 37,000 arrested since the coup attempt [Umit Bektas/Reuters]

More than 100,000 people had already been sacked or suspended and 37,000 arrested since the coup attempt [Umit Bektas/Reuters]

Turkey has dismissed another 10,000 civil servants and closed 15 more media outlets over suspected links with “terrorist organisations” and US-based cleric Fethullah Gulen, blamed by Ankara for orchestrating a failed coup.

More than 100,000 people have already been sacked or suspended and 37,000 arrested since the July coup attempt, in an unprecedented crackdown the government says is necessary to root out all coup supporters from the state apparatus.

Thousands more academics, teachers, health workers, prison guards and forensics experts were among the latest to be removed from their posts through two new executive decrees issued late on Saturday.

Opposition parties denounced the continued crackdown, which has also raised concerns over the functioning of the state.

“What the government and [President Tayyip] Erdogan are doing right now is a direct coup against the rule of law and democracy,” Sezgin Tanrikulu, an MP from the main opposition Republican People’s Party (CHP), said in a Periscope broadcast posted on Twitter.

Fifteen more newspapers, wires, and magazines that report from the largely Kurdish southeast were shuttered, bringing the total number of media organisations closed to nearly 160.

In another move, the ability of universities to elect their own rectors was also abolished. President Erdogan will now directly appoint nominees.

The extent of the crackdown has worried rights groups and many of Turkey’s Western allies, who fear Erdogan is using emergency rule to eradicate dissent. The government said its actions are justified following the coup attempt on July 15, when more than 240 people died.

Erdogan has said authorities need more time to wipe out the threat posed by the coup plotters, as well as Kurdish armed groups that have waged a 32-year insurgency that has killed about 40,000 people.

Ankara wants the United States to detain and extradite Gulen so that he can be prosecuted in Turkey on a charge that he masterminded the attempt to overthrow the government. Gulen, who has lived in self-imposed exile in Pennsylvania since 1999, denies any involvement.

Speaking to reporters at a reception marking Republic Day on Saturday, Erdogan said he wants the reinstatement of the death penalty, a debate that emerged following the coup attempt.

“I believe this issue will come to the parliament,” he said, repeating he would approve it – a move that would sink Turkey’s hopes of European Union membership. Erdogan shrugged off such concerns, saying much of the world had capital punishment.

The Council of Europe warned Turkey against re-establishing the death penalty on Sunday.

“Executing the death penalty is incompatible with membership of the Council of Europe,” the 47-member organisation, which includes Turkey, tweeted.

Turkey abolished capital punishment in 2004 as the nation sought accession to the EU.

Austrian Foreign Minister Sebastian Kurz added to the council’s warning, denouncing Turkey for considering a move that would “slam the door shut to the European Union”.

“The death penalty is a cruel and inhumane form of punishment, which has to be abolished worldwide and stands in clear contradiction to the European values,” Kurz told the Austrian Press Agency.

Source: Al Jazeera News And News Agencies

Retiran a asesores de PPK José Labán y Jorge Villacorta

Su salida del Gobierno se anunció este sábado luego de que fueran acusados por presuntamente cobrar cupos para postulaciones al Congreso por el partido de PPK.

Imagen en: http://cdne.diariocorreo.pe/thumbs/uploads/img/2016/10/16/villacorta-y-laban-asesores-jpg_604x0.jpg

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Los asesores de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) José Labán y Jorge Villacorta fueron apartados de sus respectivos cargos este sábado.

Ambos eran cuestionados desde que el último viernes, en el semanario Hildebrandt en sus trece, se publicó la denuncia del empresario minero de Puno Beltrán Hancco Quispe, quien en un audio señaló que Labán y Villacorta le pedían dinero para poder posultar con el número uno al Congreso. Los cupos, según la denuncia, eran cobrados a pedido del entonces vicepresidente de Peruanos por el Kambio, Gilbert Violeta, quien hoy ocupa la presidencia de la agrupación y un escaño en el Congreso.

Jorge Villacorta era asesor de PPK en materia de Conflictos sociales y José Labán Ghiorzo lo era en Asuntos regionales y municipales. También se les criticaba por su aparente falta de experiencia en estos temas.

En una entrevista con RPP, Villacorta señaló que ambos asesores presentaron su renuncia conjunta ante los “infundios y agravios para minar la imagen del presidente”.

“Rechazamos todos los cuestionamientos que, sin ningún tipo de sustento, se han vertido sobre nuestra imagen”, es un fragmento de la carta de renuncia que leyó Jorge Villacorta.

PUEDES VER: Gilbert Violeta rechaza haber cobrado cupos a candidatos al Congreso | VIDEO

Según indicó, la renuncia fue presentada de forma voluntaria y con ella buscan evitar que las acusaciones sean utilizadas para generar inestabilidad política.

Hasta la fecha, van renunciando tres asesores presidenciales de Kuczynski. El primero de ellos fue Carlos Moreno, quien era su consejero en materia de salud. Su salida fue provocada por la existencia de un audio que revelaba los aparentes negociados con el administrador de una clínica privada para enriquecerse mediante un convenio con el Seguro Integral de Salud (SIS).

Villacorta también respondió a las palabras de la ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello (excongresista del PPC), quien en la víspera señaló que en el Gobierno es necesario separar el arroz de los “gorgojos”, en alusión a los cuestionados exasesores.

“El único gorgojo que hemos encontrado a su partido, porque el señor Carlos Moreno era el brazo derecho de la lideresa de su partido”, señaló en alusión a Lourdes Flores Nano, quien era cercana al criticado médico y hasta lo llevó a formar parte del equipo técnico de la alianza que formó con el Apra.

Jorge Villacorta, como asesor en materia de conflictos sociales, protagonizó un penoso incidente días atrás en Saramurillo (Loreto), durante una mesa de diálogo con representantes indígenas que exigen descontaminar su territorio por los daños causados por los derrames de petróleo.  Los gestos del asesor, según las imágenes difundidas, habrían sido amenazantes y ocasionaron que los representantes nativos exigieran su retiro de la mesa.

Por su parte, Labán dijo que se la ha criticado por ser muy joven, pues se encuentra a punto de cumplir 28 años. “Ser joven no es un delito”, resaltó, además de rechazar las acusaciones contra él y Villacorta. Señaló que estos son producto de una campaña orquestada para desprestigiar a PPK.

La carta mediante la cual los asesores se apartan de sus respectivos cargos.

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En: larepublica.pe 

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