Blog de ArturoDiazF

“Hechos alternativos”: la primera guerra de Donald Trump como presidente es contra los medios de comunicación

Donald Trump señaló que los periodistas están entre las personas más "deshonestas del mundo".

Donald Trump señaló que los periodistas están entre las personas más “deshonestas del mundo”.

El primer fin de semana de Donald Trump como presidente de EE.UU. comenzó con una confrontación abierta con los medios de comunicación de su país.

Funcionarios de su gobierno se enfrascaron en una guerra de palabras y cifras desde el sábado, cuando el propio Trump condenó la cobertura que los medios habían hecho de su toma de posesión el día anterior.

Y la disputa fue por la cantidad de asistentes, a partir de la publicación de dos fotos que contrastaban la asistencia de público en la ceremonia del viernes y a la de Barack Obama en 2009.

En las imágenes se evidenciaba que la asunción de Obama había convocado a mucha más gente a las calles de Washington DC que la de Trump.

Después del contundente mensaje de Trump contra la cobertura mediática, el jefe de gabinete de la Casa Blanca (uno de los cargos más importantes del gobierno), Reince Priebus, dijo: “Frente a esa obsesión por deslegitimar a este presidente, no vamos a sentarnos y dejarlo pasar“.

“Este gobierno va a luchar con dientes y uñas, todos los días, contra este intento de deslegitimar las elecciones “, le dijo Priebus a la cadena Fox el domingo.

Luego vino el cruce de opiniones sobre cifras precisas de público, dado que no se difunde un numero oficial tras la ceremonia de toma de posesión.

Durante una visita a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) el sábado, Trump dijo que “parecían como un millón y medio de personas” las que habían llegado al National Mall, pero dio evidencia alguna que respaldara su afirmación.

Y calificó a los periodistas de algunas de “las personas más deshonestas del planeta” por publicar que habían sido muchas menos.

https://youtu.be/8llFHHAkGcw

Por su parte, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que unas 720.000 personas se habían reunido el acto de asunción de Trump, pero también aclaró que “nadie” tenía los datos exactos de asistencia.

Los medios de comunicación reaccionaron.

The New York Times denunció que las reclamos de la Casa Blanca se basaban en “datos falsos” y agregó que eran “una llamativa exhibición de inventiva y agravios en el inicio de una presidencia”.

Algunas cadenas estadounidenses como CNN y ABC consultaron registros históricos para refutar una a una las afirmaciones de Spicer.

“Hechos alternativos”

Pero tal vez la frase más controvertida en medio del debate entre Trump y los medios de comunicación de EE.UU. la dijo la consejera del gobierno Kellyanne Conway durante un programa de la cadenal NBC el domingo.

Cuando el presentador del programa Meet the press (“Encuentro con la prensa”),Chuck Todd le dijo a Conway que la presentación de Spicer había estado “llena de falsedades”, ella respondió:

“Si nos vamos a referir en esos términos a nuestro secretario de prensa, creo que vamos a tener que replantear nuestra posición en este programa”.

Pero el presentador insistió en cuestionar a Spicer sobre los datos de la asistencia en la toma de posesión.

La posesión de Donald Trump este viernes (izq.) y la de Barack Obama en 2009 (der.). Ambas imágenes fueron tomadas desde el obelisco que se conoce como el monumento a Washington.

La posesión de Donald Trump este viernes (izq.) y la de Barack Obama en 2009 (der.). Ambas imágenes fueron tomadas desde el obelisco que se conoce como el monumento a Washington.

Él lo que hizo fue presentar hechos alternativos. No hay manera de contar las personas dentro de una multitud con exactitud”, concluyó.

La noción de “hechos alternativos” esbozada por Conway fue duramente cuestionada.

“Los hechos alternativos no son hechos. Son falsedades“, le replicó Todd.

A la vez, la asesora también citó otro hecho que generó fricción con los medios, cuando un reportero de la revista Time publicó de forma incorrecta que el busto del líder de los derechos civiles Martin Luther King había sido retirado de la Oficina Oval, donde funciona el despacho del presidente de EE.UU.

El reportero ya pidió disculpas por el error.

Línea

Fin de semana lleno de anuncios

  • Conway le dijo a la cadena CBS que las 20 millones de personas que dependen de la cobertura médica conocida como “Obamacare” no se van a quedar sin atención durante la transición a un nuevo plan.
  • Y agregó que Trump no va a entregar su declaración de impuestos.
  • El jefe de gabinete, Reince Priebis, afirmó que la primera semana de Trump en el gobierno estará enfocada en temas de comercio, inmigración y seguridad nacional.
  • El jefe de prensa, Sean Spicer, dijo que el presidente Trump se iba a reunir con su par de México, Enrique Peña Nieto, el 31 de enero y con la primera ministra británica, Theresa May, este jueves.
Línea

Varios medios de comunicación en Estados Unidos rechazaron la confrontación verbal con la Casa Blanca.

The Washington Post señaló que las “falsedades mostradas por la Casa Blanca evidencian que la tradicional manera de cubrir noticias sobre el presidente ha muerto”.

Y agregó que, de ahora en adelante, los medios deberían ponerle menos atención a comunicados oficiales y, en vez de eso, enfocarse en investigaciones de fondo sobre la administración Trump.

La revista The Atlantic también mostró su preocupación por lo ocurrido y señaló en un editorial: “Si estás dispuesto a mentir sobre algo así de minúsculo, ¿por qué alguien debería creer lo que digas sobre algo grande e importante?”.

El jefe de personal de la Casa Blanca, Reince Priebus (der.), dijo que las noticias sobre la asistencia a la posesión de Donald Trump era un intento de "deslegitimar este presidente".

kellyanne conway  El jefe de personal de la Casa Blanca, Reince Priebus (der.), dijo que las noticias sobre la asistencia a la posesión de Donald Trump era un intento de “deslegitimar este presidente”.

Otro medio importante, Politico, llamó la atención sobre las graves consecuencias que tendría que el equipo de Trump continuara “teniendo una relación inestable y difícil con la verdad” y citando al senador demócrata Adam Schiff señalaron que eso “podría poner muchas vidas en riesgo”.

“Este lenguaje combativo también se podría extender a temas importantes de gobierno y de seguridad nacional… lo que preocupa a muchos “, agregó el medio.

Otros datos

La batalla con las cifras no se redujo a la cantidad de asistentes al National Mall el pasado viernes 20 de enero.

El domingo Trump escribió en una de sus cuentas de Twitter (@realDonaldTrump) que la audiencia en televisión de la ceremonia de posesión había sido de 31 millones de personas, casi 11 millones más que las que vieron el segundo juramento de Barack Obama en 2013.

Sin embargo, esos datos – que fueron entregados por la firma Nielsen– son menores a los de 38 millones de personas que se pegaron al televisor para ver la asunción de Obama en 2009 y aún menos que los 42 millones que observaron la posesión de Ronald Reagan, en 1981.

Estas cifras siembran más dudas sobre la frase del secretario de Prensa de la Casa Blanca, quien dijo que “había sido la posesión con mayor audiencia en la historia”.

Pero más allá de la batalla con los medios, Trump hizo también referencia a las multitudinarias marchas por los derechos de las mujeres y en contra de su gobierno que se realizaron en más de 600 localidades del país al día siguiente de su asunción.

“Estoy bajo la impresión de que acabamos de tener una elección, ¿por qué toda esta gente no votó?”, escribió en Twitter.

Más tarde, sin embargo, escribió: “Las protestas pacíficas son un sello de calidad de nuestra democracia“.

En: BBC 

China asegura que no quiere el liderazgo mundial pero lo asumirá si es necesario

Xi Jinping, presidente de China. Foto: Reuters

Xi Jinping, presidente de China. Foto: Reuters

China no quiere el liderazgo del mundo pero podría verse obligada asumir ese papel si otros dan un paso atrás de esta posición, ha señalado este lunes un alto diplomático chino, después de que el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, prometiera poner a “Estados Unidos primero” en su primer discurso.

Zhang Jun, director general del departamento de economía internacional del Ministerio de Exteriores chino, hizo los comentarios durante un encuentro con periodistas extranjeros para discutir la visita del presidente, Xi Jinping, a Suiza la semana pasada.

Durante su participación en el Foro Económico Mundial en Davos, Xi presentó a China como el líder de un mundo globalizado donde solo la cooperación internacional puede resolver los grandes problemas. Asimismo, instó a los países a resistir el aislacionismo, señalando el deseo de Pekín de desempeñar un mayor papel en la escena internacional.

Elaborando sobre ese tema, Zhang ha dicho que China no tiene intención de buscar el liderazgo global. “Si alguien dijera que China está desempeñando un papel de liderazgo en el mundo diría que no es que China se esté apresurando a la primera línea sino que la vanguardia ha dado un paso atrás dejando el lugar a China”, ha señalado Zhang.

“Si se requiere a China que desempeñe ese papel de liderazgo entonces China asumirá sus responsabilidades”, ha añadido. China es la segunda mayor economía del mundo y otros también dependen de ella para su crecimiento económico, ha afirmado Zhang.

“Seguimos esperando que Estados Unidos y otras economías occidentales puedan continuar haciendo una contribución incluso mayor a la recuperación económica mundial. Hemos escuchado a Trump anunciar que Estados Unidos alcanzará un crecimiento del 4 por ciento y estamos muy contentos de ello”, ha asegurado.

Aunque Trump no mencionó a China en su discurso inaugural, ha amenazado con imponer impuestos punitivos a las importaciones de bienes chinos. En este sentido, Zhang ha dicho que piensa que Trump no será capaz de lograr sus objetivos de crecimiento económico si también está combatiendo guerras comerciales. “Una guerra comercial o una guerra de tipos de cambio no será ventajosa para ningún país”, ha prevenido.

“Una sola China”

Por otro lado, el Gobierno chino ha recordado que la nueva Administración de Donald Trump en Estados Unidos debe entender plenamente la importancia de la política de “una sola China”, según  ha sostenido este lunes la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying.

Trump rompió con décadas de precedente el mes pasado al aceptar una llamada telefónica de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, tras su victoria electoral y posteriormente ha sugerido que la política de “una China” es negociable.

Pekín considera la isla de Taiwán como parte de su territorio y Estados Unidos, que retomó sus relaciones con el gigante asiático en 1979, ha mantenido hasta ahora su respeto a la postura china.

Las relaciones entre Taipei y Pekín han empeorado desde que Tsai, líder del Partido Progresista Democrático, favorable a la independencia de Taiwán, fue elegida presidenta en enero de 2016. Esta tensión ha crecido a pesar de las reiteradas declaraciones de Tsai acerca de su intención de mantener la paz con China.

La última fricción entre ambos países tuvo lugar a principios de año, cuando Pekín solicitó a Estados Unidos que no permitiera que Tsai hiciera escala en suelo estadounidense en su camino hacia América Latina, donde iba a realizar una gira. Las autoridades norteamericanas rechazaron la petición y la mandataria hizo escala en Houston, donde se reunió con algunos representantes del Partido Republicano.

El Gobierno chino llegó a llamar al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para urgir a la Administración saliente de Barack Obama a desarrollar las relaciones bilaterales con China “en la dirección correcta”.

En: eleconomistaamerica 

Defending Western Values: Time for an International Front Against Trump

With the inauguration of Donald Trump as U.S. president, America is set to move into a more isolationist and more self-interested direction. The rest of the West must now stand up to defend our values.

A Commentary by Ullrich Fichtner

WARREN, MI - JANUARY 15: A man in a mask resembling President-elect Donald Trump walks outside the barricades during the "Our First Stand: Save Health Care" rally with Sen. Bernie Sanders, members of the Michigan congressional delegation and local elected officials at Macomb Community College on January 15, 2017 in Warren, Michigan. The event is one of more than 40 "Our First Stand: Save Health Care" rallies taking place around the country on January 15th. (Photo by Rachel Woolf/Getty Images)

WARREN, MI – JANUARY 15: A man in a mask resembling President-elect Donald Trump walks outside the barricades during the “Our First Stand: Save Health Care” rally with Sen. Bernie Sanders, members of the Michigan congressional delegation and local elected officials at Macomb Community College on January 15, 2017 in Warren, Michigan. The event is one of more than 40 “Our First Stand: Save Health Care” rallies taking place around the country on January 15th. (Photo by Rachel Woolf/Getty Images)

Our current times have all of the elements of a good television series, but they are not the kinds of things you want to see in real life. Behind every corner there’s a juicy surprise, a sudden change, a shock.

China’s president is now apparently the foremost proponent of free trade, who would have thought. The British prime minister is eschewing compromise in Brexit negotiations in favor of a full break. In France, the right-wing populists are dangerously close to power and same is true in the Netherlands. In Germany? Who knows? And Trump? He crowns everything, with a fat “T” embossed in extra-thick gold. NATO? “Obsolete.” Merkel and Putin? Six of one, half-dozen of the other. BMW? Can start saving for punitive tariffs. The Iran agreement? A scrap of paper. Trump talks like a caricature of a used-car salesman who sees the world as a marketplace for Donald’s great deals.

We need to prepare ourselves for the following: From now on, the most powerful person on the planet, along with his entourage made up primarily of billionaires like himself, will be regularly stomping on that which the international community has spent decades negotiating with effort and care. Who thinks, for example, that Trump’s troupe will feel bound to the Paris Climate Agreement for the reduction of greenhouse gases? That anybody in the White House will still care for the protection of animals, oceans or forests? That Trump could have any priority other than maximizing his own profits? Does anyone think he will support culture? Strengthen women’s rights? Show consideration for minorities? That he would be willing to think about the limits of capitalism? Of course he won’t.

Once it has pushed Islamic State further into retreat, the U.S. will withdraw as far as possible from its role as the world’s protective power. There have been similar phases in American history, periods of isolation and self-interest, and we are likely headed for another. America has always been the standard bearer for Western values, even if it hasn’t always managed to abide by them itself, but now the country will send those values into hibernation. From now on, there is a risk that active global policy might primarily consist of Trump, in the middle of lonely nights, inciting diplomatic crises on Twitter — insulting the Chinese, provoking India and denigrating Europeans.

It’s Time to Defend Our Principles

This won’t be fun. It reflects a new American desire for the survival of the fittest — in a world where the U.S. is still the strongest. Trump’s government won’t strive for global compromise, opting instead to try to get the most it can out of negotiations with individual nations. This president will do everything he can to weaken international organizations like the UN, the EU or the G-20 in order to make space for bilateral deals — just like his counterpart in the Kremlin. Maybe this will allow him to achieve a small American economic miracle, but a great many will pay the price: more global inequality, unchecked climate change and, in his own country, an even more jittery society with marginalized minorities.

The depth of the ultimate tragedy will depend on how quickly the opposition forms. Even the power of a U.S. president is not unlimited. He isn’t an absolute ruler, answerable to no one. Trump will be faced with the strength of civil society, the intelligence of his opponents, the courage of American citizens. This president cannot allow himself even the smallest litigable mistake for fear of being chased out of office.

Until then, the rest of the world needs to get to work to block American machinations against international standards, to ward off unfair American economic greed and to protect global agreements. What’s needed is a front against Trump.

The UN will need to show that it can be a countervailing power in the civil sphere and an advocate for its especially vulnerable members. The European Union should see Trump as a new justification for its existence and make the best of it. It’s very possible that previously unthinkable constellations might emerge — that Europe and China, for example, could act in concert on some issues. Impossible? That’s what we thought. But in the now-dawning Trump world, it’s not about believing or about hoping. We have no choice but to forcefully defend our interests and our principles.

In: spiegel 

Con Trump comienza una era de incertidumbre e improvisación entre Estados Unidos y América Latina

WASHINGTON — A pocas horas de que Donald Trump inicie su gestión como presidente número 45 de Estados Unidos, y a pesar del protagonismo que tuvo México durante su campaña, la volatilidad y la inexperiencia política del nuevo mandatario han llevado las expectativas de América Latina al mismo nivel que las del mundo entero: nadie sabe muy bien qué esperar de Trump ni qué resultará del choque entre sus pretensiones y la realidad.

Analistas y expertos consultados por The New York Times en Español coinciden al menos en un punto: es probable que nada cambie profundamente para la región en esta nueva etapa, pero el tono y la perspectiva de la relación entre América Latina y Estados Unidos no estarán marcados por las oportunidades, sino por las amenazas y la improvisación. Una particularidad que tendrá efectos concretos en países como México, uno de sus principales socios comerciales, donde cada rueda de prensa de Trump y hasta sus tuits han impactado en los mercados y han generado una caída histórica del peso mexicano frente al dólar.

Más allá de las múltiples promesas que el magnate de bienes raíces hizo en su campaña, el analista venezolano Moisés Naim sostiene que Trump se topará rápidamente con “el síndrome Guantánamo”, refiriéndose a que Obama luchó durante ocho años para cerrar la prisión en Cuba sin lograrlo: “Va a descubrir que cosas que a él le parecen obvias o que prometió en campaña no son posibles de hacer”.

Ricardo Ernst, profesor en la McDonough School of Business en Georgetown University, usa otra expresión para describir la misma expectativa: este presidente, dice, “podría ser caracterizado como un perro que ladra mucho pero que no necesariamente muerde”.

Aunque existe una preocupación compartida por la agresividad y la efervescencia del nuevo presidente, en términos generales Naim espera “más de lo mismo” de esta etapa, “pues la característica de la política de los presidentes y la Casa Blanca, de Washington en general hacia América Latina, es una de desdén amistoso”.

La región, dice, no compite ni siquiera como amenaza: “No tiene terroristas suicidas ni bombas atómicas, no tiene conflictos armados entre países, sus problemas no se irradian al resto del mundo como China, Europa, Irán. No logra calificar con sus problemas en la lista de los top ten”, y solo figura con asuntos de inmigración y drogas.

El gabinete designado por Trump, de hecho, será el primero desde la administración de Ronald Reagan en no incluir un solo latino entre sus miembros.

Una relación transaccional

Si América Latina no ha sido históricamente una región prioritaria para Estados Unidos, Trump parece haber descubierto los beneficios proselitistas de vapulear a los latinos sin tener que pagar un alto costo político: inició su campaña calificando a los mexicanos como “violadores y criminales”, dijo que iba deportar a más de tres millones de inmigrantes, atacó al TLCAN como “uno de los peores acuerdos probablemente firmados en cualquier lugar”, prometió construir un muro y hacer que México pague por él y aseguró que el primer día de su presidencia se saldría del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

Activistas latinos protestan en contra del muro que prometió construir Donald Trump frente a la Convención Republicana en julio de 2016. CreditWhitney Curtis para The New York Times

Para Peter Hakim, presidente emérito y senior fellow de The Dialogue, será interesante ver si Trump deja de usar a México como parte de su retórica teatral y accede a sentarse a conversar seriamente sobre los temas importantes: “Si me hubieran preguntado hace una semana, diría que sí. Pero últimamente creo que va a mantener el teatro y las declaraciones explosivas, porque le han dado gran resultado”.

Un rasgo problemático de la relación entre Trump y América Latina es el aumento de la desconfianza, dice Eric Farnsworth, vicepresidente de Americas Society/Council of the Americas. Después de años de una relación complicada, Estados Unidos y México habían llegado a un entendimiento sano basado en la confianza y el buen desempeño como socios comerciales.

Tal como ha demostrado la caída del peso mexicano, que ha sufrido una devaluación de alrededor de un 40 por ciento desde que comenzó la campaña hasta hoy, “es un riesgo perder la confianza”, sostiene Farnsworth, quien cree que Colombia, otro país que ha sido buen socio de Estados Unidos en la región, podría empezar a tener dificultades según cómo se implementen los acuerdos de paz con las Farc.

Estados Unidos comercia con México un promedio de 500 mil millones de dólares anuales. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en 1994, se convirtió en uno de los blancos de Trump, quien durante la campaña lo responsabilizó por la pérdida de trabajos en Estados Unidos y lo calificó como una victoria para México.

Aunque esta perspectiva difiere mucho de lo que viven los mexicanos, Ernst cree que el mundo actual exige una revisión del tratado, porque las condiciones sobre las cuales se firmó son muy distintas: “Independientemente de la dimensión política, ha llegado el momento de revaluar el tratado, para ver cuáles son las condiciones, motivaciones y necesidades del 2017”.

Aun así, para los analistas parece claro que la relación entre Estados Unidos y la región no responderá al diseño de una política exterior específica, sino más bien a la resolución de problemas domésticos —como la migración y la protección de fronteras— y a un espíritu transaccional que Trump ha hecho explícito también para el resto del mundo, basado en la pregunta “qué podemos ganar nosotros en esta relación”, como lo describe Farnsworth.

Dispararse en las piernas

Eduardo Velosa, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana de Bogotá, cree que la “reorganización” de América Latina y su nuevo “giro a la derecha” no representará incentivo alguno para el incremento o profundización de relaciones, al menos en el corto plazo. De hecho, algunos analistas ya han empezado a afirmar que este “vacío” que no aprovechará Estados Unidos sí será maximizado por China.

Ernst, por ejemplo, explica que si Trump insiste en salirse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un tratado que incluye a 12 países y representa el 33 por ciento del PIB mundial, el que saldrá favorecido será China.

“Es un tratado que busca, por diseño, dejar afuera a China para contrarrestar la fuerza económica del país asiático”, señala, y también es la puerta de entrada para un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa. “Si estropeas el TPP, te disparaste en las piernas”, dice Ernst.

Las piñatas con la imagen de Donald Trump se volvieron muy populares en los barrios latinos de Estados Unidos, como este en el Mission District en California. CreditJustin Sullivan/Getty Images

La amenaza de salirse del TPP no sería la única forma de dispararse en las piernas que implican las promesas de Trump. Para Juan Carlos Hartasanchez Frenk, director sénior de Albright Stonebridge, una firma de consultoría de negocios en Washington, “un México más débil afecta a los Estados Unidos”. Si se aumenta el impuesto a las remesas, dice, los que más sufrirán el impacto son las familias pobres de México, “que si no tienen ingresos van a tener que buscar otras oportunidades y va a aumentar la migración”.

Por ahora, lo único que parece haber ganado Trump con sus amenazas a los latinos son votos, y por eso Naim cree que como mandatario “tiene que hacer la escenografía de la pared” para cumplir con la promesa del muro: “No se puede dar el lujo de no hacerlo pero no será la gran muralla china por miles de kilómetros. Y tendrá que seguir haciendo todos los ruidos sobre tarifas, compañía por compañía para tratar de persuadirlos, pero todo serán actos simbólicos”.

En México, donde los actos simbólicos de Trump ya se han convertido en una realidad para el bolsillo de los ciudadanos —y sus amenazas se toman como una afrenta personal—, todo el mundo tiene una opinión sobre la era por comenzar.

El lunes por la tarde, en la zona sur de Ciudad de México, el barrendero Rubén Fernández, de 46 años, se preguntaba cómo “un hombre tan culto, porque sí ha tenido una vida de millonario desde que nació, puede ser tan racista”. Aunque, a fin de cuentas, Fernández cree que el nuevo presidente de Estados Unidos será funcional al gobierno mexicano: “Con todo el teatro de Trump, pues pueden culparlo. Van a subir todo y le van a echar la culpa. Yo creo que con el gasolinazo, los de México ya estamos pagando el muro”, comentó y siguió con su trabajo en el Parque de los Venados.

En: nytimes.com/es

The stupidest Bill in the United States was presented in North Dakota

And guess whose is going to be affected... Image: http://media1.s-nbcnews.com/j/msnbc/components/video/201608/nc_pipelineprotest0818_1920x1080.nbcnews-ux-1080-600.jpg

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7.0351.01000
Sixty-fifth
Legislative Assembly
of North Dakota

HOUSE BILL NO. 1203

Introduced by

Representatives Kempenich, Brandenburg, Laning, Oliver, Rohr

Senators Cook, Schaible

A BILL for an Act to create and enact section 32-03.2-02.2 of the North Dakota Century Code, relating to the liability exemption of a motor vehicle driver; and to amend and reenact section 39-10-33 of the North Dakota Century Code, relating to pedestrians on roadways.

BE IT ENACTED BY THE LEGISLATIVE ASSEMBLY OF NORTH DAKOTA:

SECTION 1. Section 32-03.2-02.2 of the North Dakota Century Code is created and enacted as follows:

32 – 03.2 – 02.2. Liability exemption for motor vehicle driver.

Notwithstanding any other provision of law, a driver of a motor vehicle who negligently causes injury or death to an individual obstructing vehicular traffic on a public road, street, or highway may not be held liable for any damages.

SECTION 2. AMENDMENT. Section 39-10-33 of the North Dakota Century Code is amended and reenacted as follows:

39-10-33. Pedestrian on roadway.

1. Where a sidewalk is provided and its use is practicable, it is unlawful for any pedestrian to walk along and upon an adjacent roadway.

2. Where a sidewalk is not available, any pedestrian walking along and upon a highway shall walk only on a shoulder, as far as practicable from the edge of the roadway.

3. Where neither a sidewalk nor a shoulder is available, any pedestrian walking along and upon a highway shall walk as near as practicable to an outside edge of the roadway, and, if on a two-way roadway, shall walk only on the left side of the roadway.

4. Except as otherwise provided for in this chapter, any pedestrian upon a roadway shall yield the right of way to all vehicles upon the roadway.

5. Notwithstanding any other provision of law, a driver of a motor vehicle who unintentionally causes injury or death to an individual obstructing vehicular traffic on a public road, street, or highway is not guilty of an offense.

In: http://www.legis.nd.gov/assembly/65-2017/bill-text/house-bill.html

1203 17.0351.01000

http://www.legis.nd.gov/assembly/65-2017/documents/17-0351-01000.pdf

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordenó a niñas musulmanas a ir a clases de natación mixtas

El tribunal internacional ubicado en Francia considera que el interés público de la escolarización está por encima del privado y obligó a todas las alumnas a realizar natación con sus compañeros varones, independientemente de sus preceptos y costumbres religiosas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordenó que todas las niñas en edad escolar deberán ir a clases de natación- en caso de corresponder- mixtas. El organismo señaló que la educación como derecho de Estado prevalece sobre las convicciones religiosas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordenó que todas las niñas en edad escolar deberán ir a clases de natación- en caso de corresponder- mixtas. El organismo señaló que la educación como derecho de Estado prevalece sobre las convicciones religiosas.

Esta institución, que juzga posibles violaciones de los derechos humanos en 47 países europeos, falló en contra de un matrimonio musulmán que se negó a que sus hijas fueran a clases mixtas en una pileta.

El tribunal, con sede en Estrasburgo, basó su sentencia en el derecho de todos los niños y niñas a gozar de una escolarización completa que permita la integración social; un derecho que prima sobre las prácticas religiosas.

El caso se originó cuando la pareja con doble nacionalidad suiza y turca, residente en Basilea, se opuso a los cursos de natación obligatorios para sus hijas. El colegio informó en 2008 a la familia de que los cursos eran obligatorios e incluso intentó mediar con alternativas. La dirección ofreció a los padres que las niñas llevaran burkini, un bañador que cubre todo el cuerpo y la cabeza, y también que pudieran desvestirse en salas separadas de los chicos, pero los padres mantuvieron su negativa. Ante la falta de acuerdo, las autoridades aplicaron en 2010 a los padres una multa total de casi 1.300 euros por “incumplimiento de responsabilidades paternas”.

La sentencia es polémica ya que produce un choque fuerte entre padres musulmanes y autoridades que deben garantizar la igualdad de oportunidades entre los escolares. Como era de esperarse, la familia rechazó la asistencia de sus hijas a las clases antes de comenzar la adolescencia, momento en el que se mezclan los dos géneros.

Más allá de la libertad religiosa, los padres argumentaban que las clases de natación no forman parte esencial del sistema escolar suizo y añadían que sus hijas ya asistían a cursos privados para comunidades musulmanas. La sala del Tribunal de Estrasburgo, presidida por el juez español Luis López Guerra, sentenció: “el interés de esa enseñanza no se limita a aprender a nadar, sino que reside sobre todo en el hecho de practicar esa actividad en común con todo el resto de alumnos”.

En: diarioregistado

¿Qué sucede si un musulmán y un judío van caminando juntos por la calle?

La mayoría de las veces, los medios se esfuerzan por presentarnos imágenes de violencia y odio irreconciliable ya sea entre creencias religiosas, étnias, ideologías políticas o clases socioeconómicas diferentes. Considero que esa imagen negativa se puede acabar, que el reconocimiento de nosotros mismos primero y el conocimiento del otro a quien tememos es la clave para comprender mejor el planeta que compartimos. La empatía, la amistad, y la buena fe juntos pueden lograr que nos conozcamos mejor entre nosotros y derrotar ese sentimiento de alteridad que muchas veces nos aterra y nos hace prejuiciosos. Para mi este es un gran mensaje de paz. Me encantó el efecto de este experimento social. Tengo amigos musulmanes y déjenmes decirles que son las personas mas cálidas, inteligentes y honestas que he conocido. Pierdan el miedo, conozcan, viajen, júntense, sean amigos, pierdan el temor a lo diferente. Abrazos para todos.

Decreto Legislativo N° 1337: Modificación de Ley que regula la contratación PAC, Ley del Servicio Civil (Ley N° 30057) y el Decreto Legislativo N° 1023

Nuevos requisitos para la Contratación de Personal Altamente Calificado (PAC). Imagen: https://mywork.com.vn/data/images/u/news/k380.jpg

Nuevos requisitos para la contratación de Personal Altamente Calificado (PAC). Imagen: https://mywork.com.vn/data/images/u/news/k380.jpg

Mediante la Ley N° 30506, el Congreso de la República delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia de materia de reactivación económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, agua y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A. por el término de noventa (90) días calendario.

En este sentido, el literal h) del inciso 1 del artículo 2 del citado dispositivo legal, establece la facultad para dictar medidas para la optimización de servicios en entidades públicas del Estado, coadyuvando al fortalecimiento institucional y la calidad en el servicio al ciudadano.

En esa línea, el Decreto Legislativo N° 1337 modifica la Ley N° 29806, Ley que regula la contratación de personal altamente calificado en el sector público, la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil y el Decreto Legislativo 1023, que crea la Autoridad Nacional del Servicio Civil, rectora del Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos.

1. La norma modificatoria otorga la facultad interventora a la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) en las autoridades del Poder Ejecutivo en los casos de grave afectación al principio de probidad por los servidores civiles y de tal forma coadyuvar al fortalecimiento institucional y la calidad en el servicio al ciudadano:

Artículo 15-A.- Facultad interventora por afectaciones al principio de probidad

La Autoridad, excepcionalmente, ejerce la atribución interventora, en caso de solicitud de un titular de la entidad del Poder Ejecutivo, en supuestos de graves afectaciones al principio de probidad y ética pública.

En dichos casos, mediante acuerdo del Consejo Directivo, se podrá disponer la intervención en la entidad, designando para ello un interventor que actuará como órgano instructor del procedimiento administrativo disciplinario que motivó la intervención.

Mediante decreto supremo se emiten las medidas que resulten necesarias para la implementación de lo dispuesto en el presente artículo”

Imagen en: http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/01/09/america/1452298968_478417_1452299209_noticia_normal.jpg

Imagen en: http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/01/09/america/1452298968_478417_1452299209_noticia_normal.jpg

2. Finalmente quedan modificados el numeral 3, literal c) del artículo 52° respecto a la definición de “funcionario público”, y los literales a), c) y d) de la Segunda Disposición Complementaria Transitoria de la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, relativa a las reglas de implementación de la reforma del servicio civil.

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Artículo 52. Clasificación de los funcionarios públicos

Los funcionarios públicos se clasifican en:

(…)

c) Funcionario público de libre designación y remoción. Es aquel cuyo acceso al Servicio Civil se realiza por libre decisión del funcionario público que lo designa, basada en la confianza para realizar funciones de naturaleza política, normativa o administrativa.

Son funcionarios públicos de libre designación y remoción:

(…)

3. Secretarios generales de Ministerios, Secretario General del Despacho Presidencial y aquellos que por ley expresa tengan igual jerarquía.

(…).”

Segunda. Reglas de implementación

Las entidades públicas incluidas en el proceso de implementación se sujetan a las siguientes reglas:

a) Queda prohibida la incorporación de personas bajo el régimen del Decreto Legislativo 276 así como cualquier forma de progresión bajo dicho régimen, salvo en los casos de funcionarios o cargos de confianza.

Hasta la aprobación del Cuadro de Puestos de la Entidad – CPE, está autorizada la contratación para reemplazo de personas bajo el régimen del Decreto Legislativo 728.

(…)

c) A partir de la aprobación del Cuadro de Puestos de la Entidad – CPE, toda incorporación de servidores que se efectúe se sujeta a las disposiciones del régimen del Servicio Civil contenido en la presente Ley y sus disposiciones complementarias y reglamentarias.

d) Los destaques entre entidades públicas pueden realizarse desde y hacia las entidades que no cuenten con la resolución de “inicio del proceso de implementación, así como desde y hacia dichas entidades con entidades públicas que hayan iniciado el proceso de implementación, y, desde y hacia las entidades que cuenten con la resolución de “inicio del proceso de implementación. Están permitidos los destaques entre entidades públicas que pertenezcan al régimen previsto en la presente Ley.

La implementación de lo establecido en la presente disposición se financia con cargo al presupuesto institucional de las entidades intervinientes, sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público.

(…)”

3. Se modifica el artículo 2, el primer párrafo del artículo 3, el literal a) del numeral 4.2 del artículo 4, y el artículo 5 de la Ley Nº 29806, Ley que regula la contratación de personal altamente calificado (PAC) en el Sector Público.

Artículo 2. Del profesional altamente calificado

Los profesionales altamente calificados a que se refiere el artículo precedente deberán cumplir como mínimo los siguientes requisitos:

a) Contar con los requisitos mínimos para el puesto.

b) Contar con experiencia en gestión de la materia requerida y/o con experiencia en la actividad requerida. En el caso del numeral ii) del siguiente literal, deben contar con un mínimo de 10 años de experiencia.

c) Contar con: i) título profesional y/o grado académico de maestría o doctorado; o, ii) grado de bachiller.

d) No estar inhabilitado para ejercer función pública por decisión administrativa firme o sentencia judicial con calidad de cosa juzgada.

Corresponde al sector del Poder Ejecutivo que solicite la contratación de los profesionales altamente calificados verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos en el presente artículo, bajo responsabilidad.”

Artículo 3. Identificación de puestos

Las entidades públicas del Poder Ejecutivo deberán identificar los puestos y a los profesionales que cumplan con los perfiles y requerimientos establecidos en la presente norma, determinando las actividades que deberá realizar. Para tal efecto, se tomará en cuenta lo establecido por la Ley 28175, Ley Marco del Empleo Público, en lo que corresponda.

(…)”

Artículos 4. Modalidad y criterios para la contratación

(…)

4.2 Corresponde al administrador del Fondo de Apoyo Gerencial al Sector Público (FAG) determinar los límites de contratación y la escala de montos por concepto de contraprestación. Para dicho efecto, deberán tenerse en cuenta los siguientes criterios:

a) Responsabilidad, según la magnitud de tareas y/o presupuesto y/o personal a su cargo.

(…)”

Artículo 5. Deber de informar

Las entidades públicas del Poder Ejecutivo que cuenten con personal altamente calificado contratado bajo los alcances de la presente Ley deberán informar semestralmente al Ministerio de Economía y Finanzas y al Congreso de la República sobre las actividades realizadas por dicho personal, los cuales serán debidamente difundidos.”

Acceda a la norma aquí: Normas Legales 2017-01-06 Decreto Legislativo 1337 (2017)

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08/12/2016: Algunas preguntas y respuestas sobre el fin de la URSS

Hoy hace 25 años se firmaba el tratado de Belavezha con el que el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania y el de Bielorrusia declaraban la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes.

MOSCÚ.- ¿Cuándo se terminó exactamente la Unión Soviética? ¿Cuándo comenzó su fin? En cualquier caso, es claro que después del intento de golpe de Estado contra Mijaíl Gorbachov el proceso de desintegración se aceleró. El tratado de Belavezha, firmado el 8 de diciembre de 1991, fue su acta de defunción, aunque la URSS existió de facto hasta el 26 de diciembre ─el día anterior Mijaíl Gorbachov había dimitido y traspasado sus poderes al presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin─, cuando el Soviet de las Repúblicas del Soviet Supremo de la URSS firmó su propia disolución y se arrió simbólicamente la bandera roja del Kremlin.

Reunidos en la reserva natural de Belavézhskaya Pushcha tal día como hoy hace veinticinco años, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania, Leonid Kravchuk, y el de Bielorrusia, Stanislav Shushkiévich, declararon la disolución de la URSS y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), una organización cuya naturaleza quizá haya descrito mejor el historiador estadounidense Stephen Kotkin al escribir que no es “ni un país, ni una alianza militar ni una zona de libre comercio, sino un signo de interrogación”.

El tratado de Belavezha fue justificado en su momento como una formalidad imprescindible para declarar de jure el fin de la URSS. Sin embargo, el historiador Stephen Cohen lo ha calificado de “segundo golpe”. Si era necesario poner formalmente fin a la URSS, escribe Cohen, “Yeltsin podría haber expuesto abiertamente el caso y haberse dirigido a los presidentes o los legislativos de las repúblicas que aún permanecían en la Unión, o incluso al pueblo en un referendo, como hizo Gorbachov nueve meses antes”.

En el referendo del 17 de marzo, que tuvo una participación del 80%, un 77% de los ciudadanos soviéticos se expresó a favor de conservar la URSS “en una federación renovada de repúblicas soberanas” ─el referendo fue boicoteado en Armenia, Estonia, Letonia, Lituania, Georgia (excepto en Abjasia y Osetia del sur) y Moldavia (excepto Transnistria y Gagauzia)─. A juicio de Cohen, “Yeltsin actuó ilegalmente, haciendo por completo caso omiso a una constitución que llevaba años en vigor, en un, como él mismo admitió, ‘secretismo absoluto’, y por miedo a ser detenido”. Es más, “como medida de precaución, los conspiradores de Belavezha […] se reunieron en la frontera con Polonia”, lo que indica que Yeltsin, Kravchuk y Shushkiévich habrían considerado seriamente la posibilidad de tener que huir de la URSS de haber salido mal las cosas.

El propio premier de la URSS se enteró de la disolución de la entidad que presidía por teléfono. “Lo hicieron todo muy deprisa, alejados de los ojos del mundo. Desde allí no se filtró noticia alguna a nadie. […] A toro pasado, esa misma noche me llamó Shushkiévich por teléfono para comunicarme el fin de la URSS y el nacimiento de la Comunidad de Estados Independientes. Pero antes, Boris Yeltsin había informado al presidente de EEUU George Bush”, narró Gorbachov en una entrevista reciente con el diario italiano La Repubblica.

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkevich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. - AFP

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkiévich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. – AFP

¿Por qué (no) terminó la URSS?

Por qué se terminó la URSS es, y no sólo para muchos antiguos ciudadanos soviéticos, la madre de todas las preguntas. Los 74 años de poder soviético son lo que Eric Hobsbawm ha llamado el corto siglo XX, en contraposición al largo siglo XIX (1789-1914). El mundo, como escribió el historiador británico, fue moldeado “por los efectos de la Revolución rusa de 1917” y “todos estamos marcados por él”. Y cabe aún añadir: y por su desaparición.

A pesar de tratarse de un acontecimiento de enorme magnitud histórica, tanto los medios de comunicación como una historiografía perezosa, en el mejor de los casos, y sesgada ideológicamente, en el peor, siguen reproduciendo toda una serie de lugares comunes sobre la URSS y su fin con escasa base histórica. Son generalizaciones y simplificaciones que atraviesan ya todo el espectro ideológico, como que el fin de la URSS era “inevitable” porque el Estado soviético era “irreformable”, motivo por el cual “implosionó” o, incluso, “cayó por su propio peso”. En las versiones cuasirreligiosas más extremas, la URSS estaba “condenada” a su desaparición por su orientación comunista.

Las causas de la desaparición de la URSS son múltiples y desbordan la extensión de un artículo de estas características, pero una manera de comenzar a responderse la pregunta es preguntándose por qué no terminó la URSS. ¿Era el fin de la URSS “inevitable”? En Soviet Fates And Lost Alternatives. From Stalinism To The New Cold War (2011), Stephen Cohen ha calificado este tipo de argumentos de “teológicos”, una muestra más de rechazo ideológico que de rigor histórico.

La URSS, por ejemplo, no era “irreformable” sin más, como demuestra su propia historia: al comunismo de guerra (1918-1921) lo sucedió la Nueva Política Económica (NEP) (1921-1928), a éste una industrialización a gran escala promovida por Iósif Stalin e interrumpida por la Segunda Guerra Mundial (1928-1953), seguida por “el deshielo” de Nikita Jrushchov (1953-1964) y el conocido como “período de estancamiento” de Leonid Brezhnev (1964-1982), el primer intento de reforma bajo Yuri Andropov (1982-1984) y, finalmente, la perestroika de Gorbachov (1985-1991). Del mismo modo, la URSS tampoco “fue víctima de sus propias contradicciones”, un argumento que, como el anterior, no explica por sí solo su desintegración, pues ¿cuántos Estados hasta el día de hoy no presentan contradicciones ─en ocasiones incluso más que la URSS─ y cuántos de ellos han logrado evitar su desintegración de un modo u otro?

Responsabilizar del fin de la URSS exclusivamente a Mijaíl Gorbachov, bien por su acción o por su inacción, no resulta menos banal, y por ello resulta tanto más curioso que éste sea uno de los argumentos recurrentes del actual Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), más aún siendo como es un choque frontal con una visión materialista de la historia. ¿No escribió el propio Karl Marx en El 18 brumario de Luis Bonaparte que los hombres “hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”?

¿La sociedad civil contra el Estado?

El papel jugado por la sociedad civil ─entendida invariablemente como algo exterior y opuesto al Estado─ ha sido no menos magnificado. La nomenklatura soviética se destacó ciertamente por su rigidez y secretismo, pero como escribe Kotkin en el prefacio a su Uncivil Society: 1989 And The Implosion Of The Communist Establishment (2009), “la mayoría de analistas continúan centrándose de manera desproporcionada, e incluso de manera exclusiva, en la ‘oposición’, que fantasean como ‘soviedad civil’” sólo porque ésta se imaginaba a sí misma como tal.

El uso de este término, añade el historiador estadounidense, se extiende hasta nuestros días, utilizado por numerosas organizaciones no gubernamentales, algunas de ellas con fines menos altruistas de lo que aseguran públicamente. La noción de ‘sociedad civil’, explica Kotkin, “se convirtió en el equivalente conceptual de la ‘burguesía’ o ‘clase media’, esto es, un actor social colectivo vagamente definido y que parece servir a todos los propósitos”.

“¿Cómo unos cientos, y en ocasiones sólo decenas de miembros de una oposición con un puñado de asociaciones ilegales hostigadas por las autoridades y publicaciones clandestinas (samizdat) podían ser de algún modo la ‘sociedad civil’?”, se pregunta el historiador. “¿Y ello ─continúa─ mientras cientos de miles de funcionarios del partido y del Estado, agentes e informantes de la policía, oficiales del Ejército […] no formaban parte de la sociedad en absoluto?” Esta historiografía, asegura, orilla a muchos ciudadanos de la URSS que, a pesar de su deseo de una mayor liberalización en la política o la cultura y mejores estándares de vida, apreciaban el hecho de tener una vivienda o atención médica garantizada.

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. - AFP

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. – AFP

El factor báltico

En paralelo a las generalizaciones sobre la “sociedad civil” se encuentra el argumento de que las tensiones nacionalistas decantaron decisivamente la balanza en la desintegración de la URSS. Sin embargo, este argumento acostumbra a centrar toda su atención en el caso de las tres repúblicas bálticas y, en menor grado, Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) y Moldavia, y olvida por completo Asia Central. En aquellas repúblicas soviéticas el independentismo era marginal y, en palabras de la especialista en la región Martha Brill Oscott,“hasta el último minuto casi todos los líderes de Asia Central mantuvieron la esperanza de que la Unión pudiese salvarse”, como demuestra su vacilación a la hora de declarar su independencia, algo que no hicieron hasta diciembre y sólo después de que lo hubieran hecho Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

“No fue el nacionalismo per se, sino la estructura del Estado soviético, con sus quince repúblicas nacionales, lo que se demostró fatal para la URSS”, señala Kotkin en Armaggedon Averted: The Soviet Collapse 1970-2000 (2008). Ante todo, debido a la indefinición de términos como ‘soberanía’ y “a que nada se hizo para evitar el uso y abuso de aquella estructura”, que facilitaba la secesión si la cohesión del conjunto ─la URSS─ se debilitaba, como ocurrió en los ochenta. Por comparación, EEUU era y es una “nación de naciones” compuesta por cincuenta estados cuyas fronteras no las marcan grupos nacionales.

Las reformas de Gorbachov, explica el historiador, “implicaban la devolución expresa de autoridad a las repúblicas, pero el proceso fue radicalizado por la decisión de no intervenir en 1989 en Europa oriental y por el asalto de Rusia contra la Unión”. Como recuerda Kotkin, las únicas intervenciones de la URSS en contra de las tensiones nacionalistas ─en Georgia en 1989 y Lituania en 1991─ palidecen en comparación con el asesinato de miles de separatistas en la India en los ochenta y noventa, los cuales, además, se realizaron “en nombre de preservar la integridad del Estado, con apenas o ningún coste para la reputación democrática de ese país”.

¿Efecto dominó o castillo de naipes?

Del fin de la Unión Soviética puede decirse, a grandes rasgos, que fue una mezcla de efecto dominó y castillo de naipes. Efecto dominó porque el colapso de las llamadas “democracias populares” en Europa oriental acabó golpeando a la propia URSS, y castillo de naipes porque los dirigentes de la perestroika, al retirar determinadas cartas en la base, alteraron un equilibrio más delicado de lo que aparentaba y acabaron provocando el derrumbe de todo el edificio.

Uno de esos naipes era la presencia de dos estructuras paralelas que se superponían: las del Estado y el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Éstas “ejercían esencialmente las mismas funciones: la gestión de la sociedad y la economía”, escribe Stephen Kotkin. “Por supuesto ─continúa─, si se eliminaban las estructuras redundantes del partido, uno se quedaría no sólo con la burocracia del Estado central soviético, sino también con una asociación voluntaria de repúblicas nacionales, cada una de las cuales podía legalmente decidir retirarse de la Unión. En suma, el Partido Comunista, administrativamente innecesario para el Estado soviético y a pesar de todo decisivo para su integridad, era como una bomba de relojería en el seno de la Unión”.

Los sucesivos intentos de reformar el sistema buscaron justamente solucionar ese solapamiento, incrementando la autonomía de las repúblicas soviéticas sin alterar en lo fundamental la estructura del aparato federal. Pero con el intento de implementar en paralelo las políticas de perestroika (cambio) y glasnost (transparencia), el PCUS perdió el control sobre la vida política y la economía centralizada, y lo hizo al mismo tiempo que su credo político se veía desacreditado por los medios de comunicación, dos procesos que además se reforzaban mutuamente, acelerando las tendencias desintegradoras en toda la URSS. Cuando Gorbachov se dio cuenta e intentó dar marcha atrás, en el último año de la URSS, era ya demasiado tarde.

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. - AFP

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. – AFP

Competencia desleal

Siendo como era una superpotencia, los procesos políticos en la Unión Soviética no ocurrían en un vacío internacional, pero además el desarrollo de la industria petrolífera y gasística en los sesenta, que convirtió a la URSS en una superpotencia energética, conectó al país con la economía mundial, exponiéndola a sus shocks. El descenso de la producción de petróleo en los ochenta ─superada la crisis del 73 y el embargo de los países árabes─ y una caída internacional de los precios pronto se notaron en el país. Aunque la gestión económica, que se llevaba a cabo mediante un sistema planificado fuertemente centralizado, permitía pese a todo mantener los programas sociales y el sector industrial, convertía la diversificación e informatización de la economía en un reto.

“La gente necesita pan barato, un piso seco y trabajo: si estas tres cosas se cumplen, nada puede ocurrirle al socialismo”, dijo en una ocasión el presidente de la RDA, Erich Honecker. El envejecimiento de las cúpulas dirigentes en los Estados socialistas, sin embargo, les impedía ver que sus habitantes ya no comparaban sus condiciones de vida con el capitalismo occidental anterior a la Segunda Guerra Mundial, resultado de la Gran Depresión, y tampoco con la situación de sus aliados en el Tercer Mundo, sino con la de sus vecinos en Europa occidental, a los que se sentían más próximos histórica y culturalmente. (Todo esto obviamente no está exento de ironía, pues la clase media y el Estado del bienestar en Occidente eran producto, entre otros motivos, de un pacto entre capital y trabajo que el temor a la URSS propició, y cuya imagen llegaba al campo socialista distorsionda por los medios de comunicación y la industria cultural occidentales.)

Además, a diferencia de los países occidentales, la URSS estaba moralmente comprometida a apoyar a las economías no sólo del bloque socialista, sino del Tercer Mundo, lo que suponía una carga adicional a su presupuesto. Sirva el ejemplo que ofrece Stephen Kotkin del conflicto entre Somalia y Etiopía, durante el cual “la Unión Soviética decidió transportar tanques pesados a Etiopía, pero debido a que los aviones de carga a larga distancia sólo podían transportar un único tanque, el transporte excedía el coste de los costosos tanques unas cinco veces”.

“En los ochenta, la economía de la India se encontraba posiblemente en peor situación (por diferentes razones), pero la India no estaba atrapada en una competición mundial entre superpotencias con los Estados Unidos (aliados con Alemania occidental, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón)”, valora Kotkin. Esta rivalidad, precisa, era “no solamente económica, tecnológica y militar, sino también política, cultural y moral. Desde su comienzo, la Unión Soviética afirmó ser un experimento socialista, una alternativa superior al capitalismo para el mundo entero. Si el socialismo no era superior al capitalismo, su existencia no podía justificarse.” En suma, las cúpulas dirigentes se enfrentaban al mismo problema que los políticos occidentales: garantizar a sus poblaciones una mejora constante de su nivel de vida, pero, a diferencia de éstos, no contaban con los mismos recursos, se enfrentaban a cargas adicionales y estaban atrapados en un sistema político-económico que los hacía a ojos de su población únicos responsables de la situación.

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. - AFP

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. – AFP

La banca siempre gana

Uno de los aspectos menos mencionados por la historiografía oficial ─por motivos que requieren poca aclaración─ es cómo, para hacer frente a esta situación, varios Estados socialistas recurrieron a la deuda externa con bancos occidentales. Poco sorprendentemente, Europa oriental pronto se vio atrapada en una espiral de deuda, ya que su objetivo era “utilizar los préstamos para comprar tecnología avanzada con la cual fabricar bienes de calidad para su exportación con los cuales… pagar los préstamos”, escribe Kotkin. Pero para eso necesitaba una demanda constante en Occidente ─para la cual había que combatir constantemente contra campañas de boicot y la mala fama de sus productos─ y bajas tasas de interés, además de la buena voluntad de los banqueros.

Según cifras de Kotkin, esta deuda pasó globalmente de los 6.000 millones de dólares en 1970 a los 21.000 millones en 1975, los 56.000 millones en 1980 y los 90.000 millones en 1989. La mayor ironía es que, de haber declarado el cese de pagos de manera simultánea, el campo socialista habría propinado un formidable golpe al sistema financiero global con el que, al menos, habría conseguido renegociar su deuda. Pero rehenes de sus propios sistemas, la mayoría de dirigentes de Europa oriental mantuvo esta política. La única excepción fue Nicolau Ceaușescu, quien se propuso satisfacer la deuda externa de Rumanía (10.200 millones de dólares en 1981) en una década. Para conseguirlo, Rumanía redujo drásticamente las importaciones y los gastos en programas sociales, aumentó las exportaciones de todo lo posible, reintrodujo el racionamiento de alimentos y los cortes en electricidad y calefacción. El resultado de esta política de “devaluación interna” ─por utilizar una expresión actual─ fue un retroceso de todos los estándares de calidad de vida y un descontento popular soterrado que terminó por estallar en 1989, acabando con el propio régimen.

Que estos préstamos no eran una mera transacción financiera lo demostró la apertura de la frontera entre Austria y Hungría el 27 de julio de 1989, que sirvió de paso para la huida de ciudadanos de la RDA hacia Alemania occidental. La deuda externa de Hungría pasó de los 9.000 millones en 1979 a los 18.000 millones de dólares en 1989, lo que significaba que el país necesitaba un superávit en exportaciones de mil millones solamente para satisfacer los intereses de su deuda. Según recoge Kotkin, el primer ministro húngaro, Miklós Németh, y su ministro de Exteriores, Gyula Horn, volaron antes de la apertura de la frontera a Bonn para negociar la concesión de un crédito de mil millones de marcos alemanes con el que mantener a flote su economía, un acuerdo que se anunció el 1 de octubre, “mucho tiempo después de la reunión secreta, para que no pareciese el soborno que era”.

Durante años la URSS había subvencionado a Europa oriental con materias primas, sobre todo hidrocarburos, a un precio muy por debajo del mercado. A cambio, recibía mercancías de baja calidad ─las restantes se destinaban a la exportación a mercados occidentales con el fin de conseguir divisa fuerte─, por lo que, teniendo en cuenta el desequilibrio, el Kremlin no descartó planes de desconectarse de ellas desde mediados de los ochenta. El socialismo realmente existente en la URSS, como escribe Kotkin, “era letárgicamente estable y podría haber continuado por algún tiempo, o quizá podría haber intentado un repliegue en clave de realpolitik, dejando de lado sus ambiciones de superpotencia, legalizando e institucionalizando la economía de mercado para revivir sus fortunas y manteniendo de manera firme el poder central utilizando la represión política”. Pero estando conectada a sus Estados satélite, la URSS se vio arrastrada por ellos en su competición geopolítica. Poco sorprendentemente, el fin de la Unión Soviética sigue estudiándose en China hasta el día de hoy. Con todo, como recuerda Kotkin, a diferencia de China, “la Unión Soviética era un orden global alternativo, un estatus que no podía abandonar sencillamente”. Y en esa maraña de razones, se vino abajo.

En: publico.es

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