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13/09/10: La bella provincia de Tarma y sus coloridos rincones

¡Qué inolvidable viaje! le decía a amigo Manuel mientras mi hermana, a la vez, agradecía a mi madre por tales inolvidables días en medio de la Cordillera de los Andes.

Tarma, ubicada en el departamento de Junín, tierra milenaria y cuna de los Tarumas -de ahí el nombre- nos recibió de una manera muy grata y gentil. Nuestra travesía a tierras tarmeñas duró a penas cinco horas: el espectáculo de ciudades como San Mateo de Huanchor, Abra Anticona (Ticlio), La Oroya, Cochas Alto, y los paisajes que éstos encierran, nos mantuvieron en un “trance” del que no salimos hasta regresar a Ventanilla, Callao.

Nos levantamos en la madrugada, como solemos hacer para este tipo de viajes. Todavía en la oscuridad procedimos a llevar nuestras pertenencias al auto y enrrumbamos hacia la aventura. Como diría mi amigo: “el viaje empieza cuando abres la puerta del auto”. Así se había iniciado nuestra travesía a la sierra central de nuestro país.

Como mencioné anteriormente, el trayecto Lima-La Oroya-Tarma, que se hace por la carretera central, tarda cinco horas por lo que es obligado para todos desayunar, almorzar o cenar en alguna una parte del trayecto, para seguir de manera tranquila el tramo restante. En nuestro caso, ya amanecía y decidimos tomar un rico desayuno en el restaurante “Chez Victor”, que en verdad resultó, para mí, un delicioso almuerzo.

Cochas Alto, un pueblito camino a Tarma. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Después avanzamos hasta La Oroya. Pueblo irremediablemente condenado a desaparecer producto de la alta contaminación producto de la minería. En este sitio nos proveímos de lo necesario para continuar el viaje hacia Tarma también, para comprar algunas pastillas, para contrarrestar el mal de la altura. Felizmente no tuvimos problemas.

Tarma
Tarma, conocida como “La Perla de los Andes” por sus coloridas flores, clima primaveral y sus impresionantes paisajes nos dio la bienvenida luego de un satisfactorio trayecto por la serpenteante carretera central. Nos dirigimos a su Plaza de Armas para apreciar la catedral llamada Santa Ana, construida en la década de los años 50 del siglo XIX. En sus torres se conserva un histórico reloj obsequiado por el ex presidente Ramón Castilla. Luego fuimos al santuario del Señor de Muruhuay. Todo tarmeño afirma que los viajeros deben visitarlo pues, de no hacerlo, se arriesgan a sufrir un accidente. El santuario se ubica en la cima del cerro Shalacoto, en el distrito de Acobamba.

Una de las esquinas de la Plaza de Armas de Tarma, Junín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Tras haber prendido unas velas en este lugar sagrado, nos invadió un profundo sueño. Nos hundimos en él.

Hacienda La Florida
Al día siguiente nos trasladamos a la Hacienda La Florida. Pasamos un par de días en medio de la naturaleza contemplando árboles gigantes, animales de granja e inimaginables paisajes. Allí se encuentra el eucalipto más alto de toda América y se dice que el escritor Juan Ramón Ribeyro se inspiró de este lugar para escribir su célebre relato “Silvio en el rosedal”. Tuvimos la oportunidad de reunirnos con los dueños de esta pintoresca hacienda junto con otros viajeros la cual se ubica a 6 km. de la ciudad de Tarma.

Eucalipto de gran tamaño en la Hacienda la Florida. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

12/09/10: Junín: una reserva ecológica y natural

Ricas extensiones de áreas verdes que son hábitat de diversas especies de fauna alto andina, tierras agrestes que presenciaron la crucial batalla de Junín entre los independentistas y españoles allá por el año de 1824, en defensa de la libertad americana, son algunas razones del por qué hay la necesidad de cuidar las tan importantes Pampas de Junín.

Lago Junín, Junín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La primera vez que contemplé la inmensidad y belleza de esta maravilla natural que comparten Junín y Pasco fue cuando me dirigía a Pozuzo. A pesar de las siguientes veces que pasé por allí, siempre quedo sorprendido, ya sea sus aves que se divisan a lo lejos desde la carretera, como por el lago Junín y las Pampas que las albergan en su Reserva Natural.

Este lago también es conocido como Chinchaycocha que en quechua significa “lago del gato andino”, es el segundo lago más extenso del después del Titicaca y da origen al río Mantaro. Sus 529.88 km² acogen a miles de especies de aves acuáticas como el famoso zambullidor o los flamencos que se pueden observar en el mirador de la zona. Además de ranas, cuyes silvestres, zorros y vizcachas que se han adaptado a este clima tan hostil a más de 4000 m.s.n.m. Es gracias a las vastas extensiones de pantanos y totorales junto con los cientos de miles de animales que las Pampas de Junín junto con el lago son declaradas como Reserva Nacional en 1974.

Por otro lado, recordemos que aquí ocurrió la batalla de Junín, donde el ejército de Bolívar venció a los realistas. En honor a dicha victoria se construyó el Santuario Histórico de Chacamarca donde se puede tomar fotos con un obelisco de más de 10 metros.

Bicicletistas en las alturas de las Pampas de Junín, Junín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Si se anima a ir, necesita llegar hasta La Oroya y de allí todo depende de su gusto, si llegamos a la Reserva Natural de Junín a través de Tarma o Paccha, por la carretera central. Recordemos que los paisajes de nuestra sierra son espectaculares, por esa ruta podremos apreciar diversos pueblos que no sabíamos que existían y que en su mayoría se ubican a los costados de la carretera como también paisajes que parecen de pintura. Desde pueblos como la minera Morococha hasta ciudades de tejedores cuya maestría es bien reconocida como en San Pedro de Cajas. La mejor época para ir es en marzo y abril.

Para efectuar este viaje le recomendamos llevar pastillas para no tener complicaciones con el soroche, portar ropa de invierno y de verano ya que al mediodía hace calor y por la noche hace frío. También, y si lo desea, puede hospedarse cerca de la reserva, en los pueblos de los alrededores como Carhuamayo en Junín y Ninacaca en Pasco, cuyo atractivo turístico es contar con una iglesia hecha en piedra.

Y si su espíritu es aventurero a mayor distancia de la reserva se ubica Cerro de Pasco con su famoso bosque de piedras de Huayllay. Ah! Y no bote sus desperdicios al menos que sea en un tacho. Leer más »

04/09/10: Catacaos, una pintoresca ciudad al norte del Perú

El norte peruano, esencia y tradición que perdura en el recuerdo y está presente en aquellos personajes que han conocido y admirado sus tierras. Una de ellas es Piura, cálida no solo por el intenso calor del verano sino por su gente acogedora. Recorriendo el territorio que vio nacer al héroe Miguel Grau Seminario, visitaremos la ciudad de Catacaos, conocida como la “capital artesanal del Perú” por el arte y pasión que transmiten sus artesanías.

Calle principal del comercio en Catacaos, Piura. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El distrito de Catacaos se encuentra a solo unos minutos del Centro Histórico de Piura. Aquel pueblo, usualmente mencionado cuando se habla de algodón y sombreros de paja toquilla del país, es admirado por todos los visitantes. El territorio fue poblado por los Tallanes, primeros peruanos que tuvieron contacto con los hispánicos. Prueba de la presencia de estos hombres son los vestigios que se observan en la fortaleza y santuario de Narihualá.

Es tan sorprendente el talento de los cataquenses que a consecuencia de la total destrucción de la iglesia colonial de San Juan Bautista, ocasionado por el fenómeno del niño, construyeron sobre los cimientos de ésta, una réplica de la Capilla Sixtina. Una categoría justa ante tal soberbio estilo decorativo hecho por artesanos del lugar.

Capilla Sixtina, Catacaos. Foto: Marco Gamarra Galindo

Si hay un punto en que todos estamos de acuerdo, es que la gastronomía peruana está de moda y es su momento. Catacaos como ciudad norteña, deleita a los comensales con platos de curiosas denominaciones. Entre ellas está la malarrabia, plato preparado con plátano sancochado y cocinado en agua, acompañado de quesos y aceitunas; la sopa de novios, plato tradicional a base de arroz blanco y estofado de carne; el seco de chabelos servido con plátano verde frito y molido con carne seca y aderezo. Además del imperdible cebiche. En cuanto a las bebidas está el clarito y el querido cojudito.

Sin duda, la ciudad de Catacaos desde siempre ha sido un pueblo y nación de orgullo para los norteños y para el Perú, el mestizaje de su gastronomía y artesanías de alta calidad son las mejores cartas de presentación de la ciudad. No pierda la oportunidad de darse un paseo por sus calles rodeadas de balcones que nos transportan a la época de la colonia y de su gente que estará atenta a usted. Gua por eso compadre! Leer más »

27/08/10: La huaca Huallamarca: una historia dentro de San Isidro

En medio de colosales edificios, entre el bullicio de la ciudad de Lima, se encuentra un pedazo de historia que nos remonta a tiempos anteriores, inclusive a los del imperio incaico. Hablamos del templo de Huallamarca, lugar en el que la tribu de los Huallas tuvo su esplendor. Se calcula que la construcción de este imponente centro ceremonial ubicado en el distrito limeño de San Isidro se produjo entre los años 200 a.C. y 200 d.C.

Colosal huaca Huallamarca. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Es en este siglo IV d.C. cuando sus habitantes, probablemente, abandonan el asentamiento debido a la construcción de la Huaca Pucllana en el distrito de Miraflores. Es en ese momento cuando atraviesa un momento de decadencia y se convierte totalmente en un cementerio.

Hasta 1942 el arqueólogo peruano Julio César Tello empezó las excavaciones en la hacienda Pan de Azúcar – de ahí la razón por la cual se le conoce a Huallamarca como Pan de Azúcar -, para posteriormente, a fines de la década de 1950, conocer de un proceso de restauración de la mano de Arturo Jiménez Borja.

Reconocido arqueólogo Arturo Jiménez Borja. Foto: Museo de sitio.

Tras la restauración, el templo presenta tres plataformas de planta rectangular y una rampa central de la cima al piso. Leer más »

26/08/10: La colosal huaca El Paraíso

Camino a Ventanilla, a la altura de la antigua hacienda Márquez y del río Chillón, se encuentra el complejo arqueológico ‘El Paraíso’. Si usted ha abordado los buses Lima-Ventanilla debe bajarse en el paradero ‘Inca Cola’ (cuyo nombre se debe a un inmenso cartel de tal bebida, que hace años fue retirado). De allí en adelante, debe ir en mototaxi, un aproximado de diez minutos, y a través de dos asentamientos humanos y algunas chacras.

Vista de la huaca El Paraíso. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Estuve de visita por esta huaca el pasado 20 de setiembre del 2008 (luego en el 2010 como parte del grupo de Corresponsales Escolares de El Comercio). Curiosamente, ese día se celebraba el ritual del equinoccio de primavera. Por ello, pude espectar esta ancestral representación, a cargo del grupo “Qapaq Sumaq Ayllu”.

Un número considerable de espectadores visitaron la huaca durante el equinoccio de primavera. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Con el paso de las horas, llegaron al complejo delegaciones de colegio de Carabayllo, Santa Anita y San Martín de Porres. Algunos estudiantes participaron directamente en la ceremonia, que contó con el entusiasta apoyo de la Municipalidad de San Martín de Porres.

La ceremonia se inicio con el sonar de los pututos y al compás de la danza de los Shaqshas, en saludo a la huaca. Luego, la dignataria a cargo de la ceremonia realizó una caminata alrededor de la zona arqueológica. Tras ello, la concurrencia fue invitada a danzar.

La huaca El Paraíso posee más de 20,000 m2 y 4000 años de antigüedad. Pertenece al precerámico tardío y es un lugar turístico a conocer. El complejo no está suficientemente protegido y no falta, incluso, quienes demostrando poca identidad y respeto a los monumentos históricos, pintarrajean el adobe preinca.

El Paraíso desde los cerros aledaños. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Ojalá que las autoridades se decidan a proteger la huaca, que los ciudadanos la visiten y que lo hagan con absoluto respeto. Leer más »

22/08/10: Sacsamarca: un pueblo de piedra en Huancavelica

Un pedacito de Toledo (España) en Perú. Sacsamarca, ubicado a 4 km. al suroeste del centro Huancavelica, es una comunidad de ganaderos llena de tradición ancestral que ha sabido aprovechar los recursos de la zona, logrando así, construir sus casas a base de piedra como lo hacían los antiguos peruanos.

Durante mi último viaje a Huancavelica, donde impera un intenso frío que amenaza a los diversos poblados bordeantes al centro de la conocida “Ciudad del Mercurio”, conocí a la pétrea Sacsamarca, comunidad progresista que pertenece a una de las rutas de trekking más emocionantes de Huancavelica. Sus casas, iglesia y puente sobre el río Disparate a base de piedra hacen que el turista, mientras camina alrededor de su Plaza de Armas de corte mestizo, entre los cerros más altos de este departamento, se deguste y deleite de aquella tan bella arquitectura de la zona.

Iglesia de Sacsamarca. Foto: Marco Gamarra Galindo.

PUEDE TOMAR UN TAXI!
Para llegar a Sacsamarca no es complicado, sólo basta registrarnos en alguna agencia de viaje o si deseamos, podemos tomar un taxi; los dos casos en la misma ciudad de Huancavelica. La duración del viaje a Huancavelica depende de qué ruta escojamos: Lima – Huancayo – Huancavelica o Lima – Ica – Huancavelica. La primera dura 11 horas y la segunda 14. El costo no supera los 30 soles.

Sacsamarca es una comunidad muy unida y organizada; tiene tremendas fiestas patronales, donde se puede desafíar y escalar los cerros de unos 3400 msnm. Al igual que su entusiasmo por triunfar, los sacsamarquinos conocen su realidad, propia de un pueblo ubicado en uno de los departamentos más pobres del país. Se puede observar a niños y jóvenes de 9 a 12 años que se ofrecen a lavar siete prendas a cambio de un nuevo sol. Sin embargo, poco a poco, han ido sobresaliendo de la mano de un significativo progreso.

Es tan atrayente su belleza paisajística que cientos de turistas la visitan durante distintos feriados largos. Tanto así que una réplica navideña del pueblo obtuvo el primer puesto a nivel regional a principios de año. A unos diez minutos se encuentra la mina colonial de Santa Bárbara, joya de la corona española durante el siglo XVI. Para que no se queden con las ganas de conocer esta mina misteriosa, prometo un pronto artículo sobre ella en este blog.

En la actualidad, el poblado de Sacsamarca ha podido alcanzar una alta producción de fibra de alpaca, tras haber superado la caza furtiva de este auquénido. Sitio de ensueño pétreo, del cual no hay posible excusa ni palabreo para faltar a este sitio encantador por naturaleza. Nos espera. Leer más »

20/08/10: Huancavelica: entre los andes y su historia

Son más de cuatro siglos en los que la conocida “Ciudad del Mercurio”, ha mantenido su pasado inca y colonial: lleno de misterio y encanto; entre el frío intenso de los andes y el calor de su gente. Su interesante historia y ancestral gastronomía engalan a nuestro país. Recordando los hechos fascinantes de nuestra nación, recorreremos los acontecimientos de la reconocida “Villa Rica de Oropesa” por su 439 aniversario de fundación española.

Catedral de San Antonio, Plaza de Armas de Huancavelica. Foto: Marco Gamarra Galindo

Como en la mayoría de ciudades andinas del Perú, Huancavelica tuvo sus primeros pobladores en nómadas que, para sobrevivir, cazaban con instrumentos líticos. Acerca de ello se hallan evidencias valiosas en las cuevas de Pacococha y Orcococha, en la provincia de Castrovirreyna. Con el paso del tiempo y con conocimientos en agricultura y domesticación, los Chancas e Incas heredan al territorio huancavelicano una serie de manifestaciones culturales, desde tradiciones que se mantienen en la vida cotidiana de sus habitantes hasta grandes complejos arquitectónicos, que nos enseñan la búsqueda de perfección.

En pleno dominio español y ya fundado el Virreinato del Perú corrió el rumor de la existencia de una mina de mercurio en Huancavelica. Su existencia fue descrita y difundida a los reyes de España mediante esta carta escrita en 1764 por el fiscal de la Real Audiencia de Lima:

Escudo de España en la mina de Santa Bárbara, Huancavelica. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La mina de Huancavelica, no produce plata, ni oro; pero produce el azogue, un ingrediente tan necesario, para el beneficio de todas las minas de oro, y plata del Reino. Es la única que se trabaja en este metal, y es propia, y perteneciente a Vuestra Majestad. Provee al Perú, y ha proveído a México, a donde en muchas ocasiones se han remitido cantidades crecidas de Azogue“.

A pesar que esta carta fue escrita casi dos siglos después del verdadero descubrimiento de la mina Santa Bárbara -a consecuencia de que recien se producía buenas cantidades- el comunicado muestra el gran aporte que brindó la mina a la corona durante el virreinato: en la extracción del oro y plata a través del proceso de la amalgamación. Actualmente, se puede ver el socavón Belén, el cual está cerrado por medidas de seguridad; se dice que dentro de ella se encuentra una ciudad subterránea. Santa Bárbara es un único lugar en el país. Sin duda, este es un paraje interesante para todos los turistas en general, que la visitan durante festividades como las organizadas en Semana Santa; y no es para menos ya que fue la tercera mina más importante del mundo en su momento.

Personalmente existe un vínculo muy cercano a Huancavelica. Mi abuelo, Nicolás Galindo Prado, nació y vivió su infancia (primeras décadas del siglo XX) en la ciudad minera de Santa Bárbara. Nos cuenta él que, durante su infancia, se encargaba de la detonación en la mina. Su vida fue dura, admite, pero con el pasar de los años logró, a base de esmero y aptitud, venir a Lima mediante la leva, por voluntad propia, y ocupar con el tiempo el rango de coronel en la Guardia Republicana del Perú.

Huancavelica antigua.

Relata que en Santa Bárbara la mayoría de las mujeres eran viudas; sus esposos padecían en la mina a consecuencia de los gases perjudiciales que emanaban de la misma. En el siglo XXI, la ciudad está totalmente abandonada aunque durante feriados y fiestas, como mencionamos, cientos de turistas la visitan. Les aseguro, por cierto, que es una zona tranquila.

El Reino de España empezó a explotarla oficialmente desde 1563 y el virrey Toledo, al observar que los pueblos de la zona se enriquecían debido la minería, decidió fundar la ciudad de Huancavelica el 4 de agosto de 1572, bajo el título de “Villa Rica de Oropesa”, nombre que se refería al “boom” económico que atravesaba el mineraje en la zona.

De la colonia han quedado varios vestigios. La catedral de San Antonio de Huancavelica, ubicada en la Plaza de Armas, pertenece a los siglos XVI y XVII, de estilo barroco, está construido con un frontón de piedra roja. En cuanto a las iglesias, se dice mucho acerca de San Francisco. Según las tradiciones de Ricardo Palma, un padre franciscano se ahorcó en una de las celdas del convento y, por las noches, se escuchan las campanadas de la iglesia, sin que se sepa quién, a consciencia, lo hizo. En otro punto de la historia, la iglesia sirvió como cuartel general del ejército comandado por Andrés Avelino Cáceres. Debemos incluir a la misma Santa Bárbara por su historia que se mantiene intacta. Solo basta con tomar un taxi desde la ciudad para llegar a su encuentro.

Farol de antaño en la Plaza de Armas de Huancavelica. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Aparte de las iglesias, sus casas con bellos balcones inspiran a cualquiera que ose verlas. Su gastronomía también deleita. La conocida carne de “paco”, la cual pude probar en uno de mis viajes, me encantó. El paco es un animal que resulta del cruce de llama y alpaca. Se caracteriza por tener poca grasa y por ser muy beneficioso en proteínas. Además de ser recomendable para aquellas mujeres que recién acaban de dar a luz. También resalta la pachamanca, el carnero al palo, el Patachi, el Puchero, entre otros.

Huancavelica como capital y departamento tiene mucho que mostrar. Si se anima a visitarla, no lo dude. Existen varios hoteles y restaurantes de muy reconocida categoría que estarán halagos de su visita. No se olvide de llevar ropa que lo mantenga abrigado. Hay un montón que conocer y mucho más si se trata de Huancavelica, entre los andes y su historia. Leer más »

08/08/10: Nuestro señorial Centro Histórico de Lima

Uno de mis primeros artículos como Corresponsal Escolar de El Comercio, en el 2009. Mi fascinación para con la historia del Centro Histórico de Lima me incitó a dedicar una nota casi a las primeras semanas que -a través de mis “andadas” reporteras en el diario- empecé a conocer.

Texto y fotos: Marco Gamarra Galindo
Video: Marco Gamarra Galindo, Nicolás Rodríguez López y Juan Carlos Espinoza Peña
Corresponsales escolares asignados

El Centro Histórico de Lima es un claro reflejo del amor hacia la arquitectura. Sus casonas, balcones, iglesias y monumentos son algunas pruebas de esta afirmación. Su estilo virreinal, rococó, renacentista, neo clásico, barroco, republicano, hablan de ella, como una ciudad multifacética y de diversidad cultural.

Lima, la “Ciudad de los Reyes”.

Por cierto, nuestra querida Ciudad de los Reyes fue declarada como patrimonio de la humanidad en 1988 por su originalidad y por poseer alrededor de 600 monumentos históricos construidos durante la presencia hispánica.

Muchas de las calles del Centro mantienen sus antiguas casonas con sus respectivos balcones.

En esta oportunidad, recordaremos la historia de una de las plazas de mayor trascendencia. Me imagino, amigo lector, que usted ya intuye de qué plaza estamos hablando. O quizás por el título. O tal vez, por haber mirado el vídeo con anticipación. En fin, no le daré largas y le confirmaré que estamos hablando de la Plaza Mayor de Lima. Sí, esa donde se ubica la catedral que hace poco cumplió 400 años y donde se encuentra el Palacio de Gobierno y el Palacio Arzobispal.

Francisco Pizarro, el conquistador español, fundó la ciudad de Lima el 18 de enero de 1535 y con ella, la Plaza Mayor. Se dice que fue el mismísimo Francisco Pizarro, el conquistador, quien trazó con su propia espada el cuadrilátero de la plaza y señaló el sitio donde se ubicarían la Casa de Gobierno, la iglesia matriz. Un cronista de la época, Bernabé Cobo, afirmó que la Plaza Mayor de Lima era la más grande y la mejor diseñada de todo el continente americano.

En los inicios de Lima, la Plaza Mayor se convirtió en el principal espacio de reunión de la ciudad: por allí circulaban diversos personajes como pregoneros, toreros y comerciantes que probablemente saciaban su sed con el agua de la pileta. A propósito, la primera pileta que se construyó fue en 1578, durante el mandato del virrey Toledo; posteriormente, en 1651 se reemplazó por la del virrey Sotomayor, la misma que se aprecia hasta hoy en día.

Durante la época virreinal, la Plaza Mayor funcionó como mercado, plaza de toros y como sitio de ejecución de los condenados. Asimismo, el Santo Oficio de la Inquisición, con sede en Lima, desarrolló en ella los autos de fe. En 1875 dejó de ser un terral y fue adornada con estatuas y sembrada de árboles para cambiar de imagen. Ahora, recordaremos juntos la historia de las edificaciones localizadas alrededor de la plaza.

Palacio de Gobierno
A lo largo de casi 480 años, el Palacio de Gobierno ha sido afectado por cinco terremotos, cuatro saqueos y tres incendios que destruyeron el edificio en parte o totalmente. Además, fue allí donde el conquistador Francisco Pizarro vivió sus últimos días.

Construcción del actual Palacio de Gobierno.

Durante el virreinato fue hogar de varios virreyes que enriquecieron sus adornos y su mobiliario. Además, fueron mejorando la construcción transformándola en un suntuoso palacio, digno de una capital del entonces poderoso imperio español. Ya en la república, el Palacio vivió quizá su mejor época, ya que fue embellecido por el presidente Ramón Castilla con varias obras de arte. Trágicamente, más adelante el Palacio se convirtió en el cuartel general del ejército chileno (1881 – 1883).

En 1921, en vísperas del centenario de la independencia, estalló un incendio que destruyó grandes salas, aposentos y despachos del Jefe de Estado. El presidente de ese entonces, Augusto B. Leguía, encargó al arquitecto francés Claude Antoine Sahut Laurent el diseño del nuevo Palacio de Gobierno. Terminado éste, se convirtió en un claro ejemplo del estilo neocolonial con tendencias moriscas. Finalmente, en 1937 Ricardo de Jaxa Malachowski dio la retocada final.

Ciertamente, asombra la arquitectura con la que se ha construido el Palacio de Gobierno, la misma que transmite orden, seriedad y poder.

Casa del Oidor
En la esquina de los jirones Junín y Carabaya se encuentra la única casona limeña que mantiene su arquitectura original. Se trata de la Casa del Oidor que fue construida en el siglo XVII. Su balcón esquinero es el principal distintivo de la casa y hasta hoy lleva el color verde que lucía cuando se construyó. Cabe mencionar que fue sede de la administración de justicia de los magistrados nombrados por el rey.

Palacio Arzobispal
La edificación actual concluyó en 1924. Es de estilo neocolonial, inspirado en el renacimiento español, aunque en su fachada encontramos elementos característicos del barroco. En la parte final, como rematando el edificio, se halla la escultura de Santo Toribio de Mogrovejo, hecha en granito. Es reconocida por poseer bellísimos balcones tallados con primorosas celosías. Se comunica con la Catedral de Lima través de un patio donde hace unas épocas había naranjos.

Catedral de Lima
El inicio de su construcción se remonta al mismo año de la fundación de Lima, cuando se edificó un pequeño edificio. Su construcción era de adobe con techo de troncos. Esta iglesia obtuvo el rango de catedral en 1540 gracias a Jerónimo de Loayza, el primer obispo de Lima, quién pidió al maestro Alonso Beltrán que construya una catedral similar a la que está en Sevilla (España). Al igual que Palacio de Gobierno, ha resistido a numerosos terremotos y podido guardar los rasgos y ambientes que poseía en sus inicios.

Ingresar a esta monumental edificación es una travesía por la historia. Conocidos personajes estuvieron en sus instalaciones: Rosa de Santa María, patrona de América y las Filipinas; San Martín de Porres; Francisco Solano; Santo Toribio de Mogrovejo y Juan Masías. Además, los restos de Francisco Pizarro yacen en la cripta de la Catedral.

Una visita obligada a este monumento si es que estamos haciendo turismo en Lima.

Estación de Desamparados
Es el remate visual del jirón Carabaya. Aquí se encuentra la más importante estación de tren. Consta de tres pisos, que fueron obra del arquitecto peruano Rafael Marquina. Se inauguró con la ruta Lima – La Oroya en 1893. Obtiene el nombre de Desamparados ya que fue sobre esta iglesia donde se construyó la estación. Actualmente funciona como sala de exposiciones y es conocida por poseer el vagón presidencial “paquita”, mandado a construir en honor a la esposa del entonces Presidente de la República Óscar R. Benavides.

Convento Santo Domingo
Es uno de los conventos más antiguos de la ciudad. Resalta la sencillez de su portada que cubre hasta las torres. El claustro presenta amplios patios cuyos pasadizos conservan parte de su artesonado y los azulejos de los zócalos. Durante la colonia fue el máximo foco cultural. Más adelante, llegó a albergar a San Martín de Porras, cuyos restos actualmente descansan allí junto con los de Santa Rosa de Lima y del Beato Juan Masías.

Santo Domingo nació con la ciudad, pero su fundador fue el fraile Tomás de San Martín, quien después se convertiría en prior principal de la orden de los dominicos. Se ubica en la esquina de los jirones Conde de Superunda y Camaná.

Pasaje Olaya
Conocido como la Calle de los Petateros ya que diversos comerciantes vendían sus petates – una especie de alfombra – y esterillas alrededor de este pasaje. Es conocida también porque aquí fue donde los realistas fusilaron al patriota José Olaya. Actualmente es sitio de comercio y de restaurantes. También se puede apreciar un monumento al mártir peruano.

Casa de Correos y Telégrafos
Es una construcción académica que posee un estilo francés elegante y monumental. Se ubica al frente del Convento de Santo Domingo. En este lugar fue donde se realizó la primera emisión oficial. El reparto de la correspondencia durante los primeros años de la república se realizó en espaciosas carretas confeccionadas con resistente madera. Actualmente es la oficina central de correos de Lima. Aquí también hay un museo donde se puede observar una de las últimas carretas de esa época.

Bar El Cordano
Se ubica a unos metros del Palacio de Gobierno. Es un orgullo que resiste al pasar de los años. Por este bar han desfilado diversos presidentes que ha tenido nuestro país durante la última centuria. Actualmente se puede degustar de una deliciosa butifarra de cerdo, arroz con mariscos, papa a la huancaína y el peruanísimo pisco sour. El bar fue fundado hace 102 años por los genoveses Andrés y Fortunato Cordano, quienes dejaron después la administración a sus sobrinos Luis y Antonio Cordano, los que a su vez legaron a sus trabajadores el local en pago por el tiempo de servicio.

Esto es sólo un pedazo de historia de nuestra capital, confiamos que todos podamos contribuir con el cuidado y mantenimiento y que lo sigan gozando las siguientes generaciones. Leer más »

07/08/10: Lima y el cuidado de su cultura

Es un tema que realmente me genera pena, tristeza y hasta verguenza ajena. El hecho que no se valore el patrimonio del Centro Histórico puede permitirnos llegar a la conclusión de que su población no tiene cierto grado de cultura, y menos aún de sus vertientes. Lima es importante no sólo porque, a través de sus edificaciones, nos muestra una época que alguna vez vivimos. El Centro Histórico es un lugar donde Lima puede ser auténtica: sus costumbres, tradiciones e idiosincracias urbanas forman parte donde la ciudad, es propia de sus ciudadanos.

El debido cuidado del Centro Histórico de Lima depende de todos nosotros. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lima tiene dos caras muy distintas: una muy cuidada donde las agencias de turismo pasean a los visitantes. Los llevan a la Plaza de Armas, el Jirón de la Unión, la Alameda Chabuca Granda y la Plaza San Martín. De ahí que quieran adentrarse, por ejemplo, a conocer el Jirón Trujillo, depende totalmente de los turistas. Esto es con la finalidad de proteger su integridad y eso es comprensible. La otra cara se encuentra entre el Rímac y los Barrios Altos, sectores donde se hallan la más vistosa arquitectura de nuestra capital. Sus casonas, quintas, iglesias, plazuelas rodeadas de calles con curiosos nombres, en conjunto, son mucho más interesantes que la cuidada. Ellas reflejan la Lima que sí estuvo al alcance de sus pobladores, que verdaderamente fue propia de sus habitantes. La mayoría de anécdotas descienden de sus calles, de sus entrañables callejones de un solo caño. Lo que pierde Lima en turismo.

Curiosidad urbana limeña. 1885.

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06/08/10: El imponente palacio del Marqués de la Osambela

Caminar por las calles céntricas del Cercado de Lima es como regresar a la Lima de antaño, tan tradicional y monumental que, todavía, guarda celosamente recuerdos que muchos de nosotros hemos olvidado.

Una de estas reliquias dignas de ser admiradas es el Palacio del Marqués de Osambela, una magna construcción de finales del siglo XVIII que se encuentra en el Jirón Conde de Superunda. Perteneció al opulento banquero y comerciante español Martín de Osambela, Marqués de Osambela y Teniente Coronel de Milicias.

Mencionado Jirón Conde de Superunda y la Casona de Osambela en resalte. Foto: Marco Gamarra Galindo.

De estilo neoclásico con influencia francesa del rococó, esta casona limeña posee un hermoso mirador desde donde se observaba la entrada y salida de los barcos del Callao. Además, presenta características únicas en comparación a otras casas virreinales de la época. Una de ellas son sus habitaciones, distribuidas en forma paralela a la calle, lo cual hace que su fachada sea lo suficientemente extensa para albergar a cinco balcones de cajón de estilo Luis XVI.

Balcones de cajón de la Casona de Osambela. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Al parecer, fue en 1815 que Martín de Osambela, al encontrarse enfermo, escribió su primer testimonio declarando que no tenía herederos. Sin embargo, después contraería matrimonio. Años después, el libertador San Martín se hospedaría en casa de la familia Osambela e inclusive, sería aquí donde se celebró la proclamación de la independencia política del Perú.

Casi treinta años después de su muerte en 1825, el palacio de Osambela pasaría a manos del vasco José de la Asunción Oquendo, razón por la cual la gente la comenzó a llamar la casa de Oquendo, nombre con la que también se conoce hoy en día. Actualmente funciona como sede de la Academia Peruana de la Lengua y Lenguas Nativas, y de la Oficina Regional en el Perú de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Si usted se encuentra por el corazón del Centro Histórico, no deje de visitar esta majestuosa casona de añil azul, la cual se conserva y destaca por sus balcones de cajón. Leer más »