El domingo 5 de noviembre de este año acompañé a Vladimir Velásquez, director del proyecto Lima Antigua, a uno de los recorridos que realiza por plazas, monumentos y calles de nuestra ciudad, donde el objetivo es emplear el sentido del tacto para conocer y apreciar la historia de la capital. Relieves de acontecimientos heroicos, esculturas de mármol, grabados de paisajes urbanos, entre otros objetos que decoran los espacios públicos de nuestros barrios, son descubiertos por las personas que participan en estas visitas, en especial, por las personas con discapacidad visual.
Grabado de ferrocarril en Plaza Ramón Castilla o Unión. Foto: Marco Gamarra.
El recorrido contó con la participación de varios miembros de la Unión Nacional de Ciegos del Perú, y abarcó dos plazas del Centro Histórico de Lima: la Plaza Dos de Mayo y la Plaza Ramón Castilla (más conocida como Plaza Unión), unidas no solo por la Avenida Alfonso Ugarte, sino también por el poco interés del Estado en su conservación y disfrute.
Se trató del cuarto recorrido de ‘En con-tacto con el Patrimonio’ de Lima Antigua. Foto: Marco Gamarra.
La visita empezó a las 10:30 am. en la plaza Ramón Castilla. Cruzando la pista con mucho cuidado, dado que no hay pase peatonal, alcanzamos el interior del óvalo, donde Vladimir nos relató la historia de este espacio y nos describió el monumento principal, dedicado al mariscal Ramón Castilla, sus cuatro conjuntos escultóricos (entre los que destaca uno relativo a la abolición de la esclavitud), así como otros cuatro grabados, que recuerdan las principales obras y legados de quien también fue dos veces Presidente de la República.
A la izquierda, vista parcial del conjunto escultórico sobre las reformas legislativas. A la derecha, vista lateral de esculturas sobre abolición de la esclavitud. En la parte superior, el monumento a Ramón Castilla. Foto: Marco Gamarra.
Las explicaciones de Vladimir permitían que nos pudiésemos imaginar rostros, tamaños, formas, alturas y emociones. Una serie de detalles que diariamente pasan inadvertidos por muchas personas que transitan los alrededores de la plaza -no por el óvalo, que casi siempre está vacío-. Estas descripciones venían acompañadas de las intervenciones de los asistentes, quienes complementaban datos históricos y preguntaban sobre el estado de conservación de la plaza.
Vista de la Plaza Ramón Castilla un sábado por la mañana (la excepción). Foto: Marco Gamarra.
Vladimir nos contó que muchas de las esculturas carecían de algunas piezas. Por ejemplo, el conjunto escultórico relativo a la legislación impulsada por Castilla tiene una dama de la justicia que coge, en su mano derecha, una espada invisible y, por la izquierda, sostiene una balanza desequilibrada. Más allá del mensaje implícito que podemos extraer, se trata de una muestra del deterioro que enfrenta el patrimonio de nuestra ciudad. Los miembros de la Unión Nacional de Ciegos mostraron su indignación al conocer estos hechos. -Hay que presentar una carta a la Municipalidad de Lima para que cuiden esta plaza-, propuso uno de ellos.