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18/09/10: Huánuco: un destino turístico completo

Húanuco se encuentra en el corazón del Perú, a ocho horas de su capital. Se le conoce por su clima, ya que se dice, posee todos los climas del país. Esta constituido por un 61% de selva y 31% de sierra; aún posee un alto índice de ruralidad, similar a Puno o Cusco.

Puente Calicanto, Huánuco. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para llegar a Huánuco solo se necesitan ocho horas: desde la capital tomando la carretera central hasta la ciudad minera de La Oroya, luego tomando el desvío a la izquierda (409 km). Por otro lado, las salidas aéreas a Huánuco son diarias.

Si te gusta las antiguas civilizaciones, Huánuco es una buena alternativa ya que evidencia la evolución cultural del hombre andino mediante sus escritos en la cueva de Lauricocha, edificaciones milenarias como la de Kotosh, ciudadelas prehispánicas como Tinyash, Huánuco Pampa y Tantamayo, las momias de Churubamba, restos antiguos y preincas de los Huanacos, Chupacos y Papahuasi.

La más conocida podría decirse que es Kotosh, donde se encuentra el templo de las Manos Cruzadas. Su antiguedad se estima en casi 4 mil años. Está ubicado a 10 minutos al oeste de Huánuco. Se sabe poco de las ceremonias que se realizaró en este templo, pero se puede deducir, por los restos encontrados al interior de los fogones, que en dichos actos se incineraron
vegetales en presencia de un reducido numero de personas, como parte de un ritual.

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Largo pasaje en las ruinas de Kotosh, Huánuco. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

11/06/10: Tomayquichua: un pueblo escondido en Huánuco

Tomayquichua, pueblo donde nació y vivió su infancia Maria Michaella Villegas y Hurtado, conocida en el ambiente limeño como ‘la Perricholi’, nos acogió durante nuestras vacaciones. El pueblo está ubicado en la parte sur de Huánuco; si se va desde Lima por la carretera central se debe pasar por Ticlio, luego por las Pampas de Junín y, finalmente, continuar la ruta hasta llegar a Huánuco.

Monumento en recuerdo al amor que vivieron La Perricholi y el Virrey Amat. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El distrito de Tomayquichwa o Tomayquichua se encuentra a catorce kilometros de Huánuco (Capital de Huánuco). El clima es un poco caliente y resalta el ambiente de campiña que se vive. Desde la carretera se observa un escrito en la cima de un cerro que dice: ‘Tomayquichua tierra de ‘La Perricholi’. Tomayquichua es rústica, rodeada de casas andinas, majestuosos paisajes, gente amable y serena que responde atentamente nuestras curiosidades.

Casas que adornan el lugar e inspiran el alma. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Tomayquichwa cobijó a la ‘La perricholi’, pero no solo de ella, sino de la abuela de Santa Rosa de Lima, el pintor Ricardo Flores Gutiérrez y el famoso escritor peruano Enrique Lopez Albújar. Cabe recalcar que Tomayquichwa fue fuente de inspiración para la novela de Albújar: ‘El hechizo de Tomayquichwa’.

Lo que pudimos visitar fue el recinto de la amante del virrey Amat y Juniet, quien no es mas que ‘la perricholi’. Su casa está conservada e, inclusive, se puede ingresar. Un guía puede explicarte cómo fue la vida de aquella mujer. Como se sabe, esta mujer se ganó el apodo de ‘perricholi’, según algunos, a consecuencia de un arrebato o enfurecimiento del virrey, quién la llamo de esa forma despectiva delante del público. Ambos tuvieron un hijo que, por cosas de la historia, se convertiría en un prócer de la independencia, dejando de lado la causa realista. Leer más »

04/03/10: Quinta Presa: un palacio en el Rímac

La tradición oral limeña cuenta la curiosa anécdota del virrey Manuel Amat y su afán por conquistar a la mestiza Micaela Villegas, más conocida como la “Perricholi”. Sin embargo, este virrey no sólo se preocupó por conseguir el amor de esta huanuqueña, sino también hizo varias obras de infraestructura en Lima como la monumental y hermosa Quinta de Presa, construida en el siglo XVIII. Un veradero orgullo de los habitantes del antiguo “Barrio de San Lázaro” (Rímac) y ejemplo claro del sobrio estilo rococó.

La Quinta Presa es una residencia veraniega ubicada en las afueras del casco histórico de Lima. Debe su nombre a que su primera propietaria fue Isabel Carrillo de Albornoz y de la Presa.

“Pero en el Rímac todas las casonas son antiguas” nos replica el taxista ante nuestro única referencia de la Quinta de Presa: un verdadero palacio que ostenta el reconocimiento de ser la única casona de estilo barroco francés (rococó) en el Perú. La historia que guarda ha variado mucho a lo largo de los años. Desde un recinto construido especialmente para la Perricholi durante la colonia hasta una hacienda –inmensa por cierto- con miles de hectáreas que contaba inclusive de esclavos. Durante la República fue el Cuartel de Gendarmes de Infantería, lo que la adornó con cañones.

Con el ánimo de conocer este emblema del Rímac, cruzamos el “Callejón de Presa”, llamado así el pasaje que dirige a la Quinta de Presa hasta el Jr. Chira 344 (Rímac), ubicación de la quinta. Frente a ella, se hallan unas rejas que impiden el acceso externo a la misma, lo que mantiene en resguardo a este vestigio colonial. Situación muy parecida a la Quinta Heeren. Recordemos que esta residencia rimense se encuentra hasta el momento cerrada al público pero si se contacta con el INC [hoy Ministerio de Cultura] o con la Municipalidad del Rímac puede obtener un permiso de ingreso.

La Quinta Presa en un día de verano. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Lo que diferencia a esta magna construcción es su interesante estilo y cautivante arquitectura. Sus anécdotas no han sido ajenas a la historia. Se cuenta que fue un recinto de la amante del virrey Amat, razón por la cual también se conoce a la casona como “Palacio de la Perricholi”. Sin embargo, hay algunas evidencias que responderían a don Martín Arias del Castillo como dueño de estos campos. Este último dato favorece a los que afirman que la Perricholi sólo asistía allí, como invitada a fiestas y recepciones organizadas por el virrey.

Ernesto Ascher en Curiosidades limeñas, en cambio, asegura que la Perricholi “nada tuvo que ver con ella ni tampoco residió en ese lugar”. Añade que “la referida Villa fue construida y perteneció al Coronel del Ejército Don Pedro Carrillo de Albornoz, existiendo la probabilidad que en los planos interviniese el Virrey Amat y es por ello la confusión a que más arriba hacemos mención”.

Sin duda, su esplendor estuvo en la colonia al igual que muchas construcciones de la época ya que al pasar de los años, testigos perpetuos de una Lima tan señorial que difícilmente volverá, la indiferencia de las autoridades y habitantes terminó por olvidarse de la esencia de la Ciudad de los Reyes.

La Quinta de Presa estaba hace unos años en proceso de restauración lo que le devolvió el estilo afrancesado. Actualmente, se ha paralizado el trabajo por lo que nos queda esperar unos años más para que recobre mucho más la belleza y encanto de este monumento histórico nacional desde 1972, ejemplo de las maravillas que ostentaba nuestra gloriosa Lima de antaño.

Cómo llegar:

Es preferible que aborde un taxi (lo puede hacer desde la Plaza Mayor o el Jr. Trujillo). A partir de cualquiera de estos puntos, diríjase al Jr. Chira 344, Rímac. La quinta se ubica muy cerca al Hospital Leguía. Recuerde que tiene que obtener el permiso respectivo de la Municipalidad o el INC [hoy Ministerio de Cultura]. Leer más »