02/09/11: ‘¿Hasta cuándo impunidad?’ por Gisela Ortíz

Activista Gisela Ortiz cuestiona propuesta de impunidad del Ministro de Defensa Daniel Mora.

Lima, 01 de setiembre del 2011

Señor:

Ollanta Humala Tasso

Presidente de la República

Presente.-

He decidido escribirle esta carta pública, porque no es nada secreta mi posición contra la impunidad como problema en nuestro país y porque, en lo personal y familiar, ha significado un reto que hemos asumido con terquedad desde hace 19 años; preocupada además por su silencio después de las opiniones vertidas por el Ministro de Defensa de su gobierno, General en retiro, Daniel Mora sobre “punto final” a procesos por violaciones a los derechos humanos o cualquier forma de impunidad para quienes acabaron con la vida de nuestros familiares, violaron nuestros derechos y dejaron en nosotros secuelas terribles como producto de años de injusticia.

El 19 de mayo, participé, así como algunos otros ciudadanos, en el Acto denominado “Juramento por la Democracia”, realizado en la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y lo hice, como usted sabe porque así le manifesté, con muchas dudas sobre ser testigo de un acto comprometedor respecto a nuestro papel vigilante en cuanto a su cumplimiento y por las acusaciones no resueltas en violaciones a los derechos humanos que exigen de mí manifestar mi solidaridad con los familiares de Madre Mía. Pero a la vez expectante de sus compromisos democráticos para con TODOS y de la esperanza que la injusticia vivida hasta ahora podría terminar con un compromiso político expreso en un momento crucial que podía significar el retorno a la dictadura de los 90.

Al nombrar, en los Ministerios del Interior y de Defensa, a dos militares en retiro, Usted violó uno de sus compromisos: “Proclamo que los ministros de Defensa y del Interior serán CIVILES en respeto al principio del control democrático sobre las fuerzas de seguridad”. Y, tal vez, nuestro silencio de quienes fuimos testigos de ese compromiso, nos está pasando hoy la factura.

Para quienes hemos sido víctimas de violaciones de nuestros derechos por parte del Estado, por acción o por omisión, porque actuó directamente contra nuestros familiares o porque nos desprotegió como ciudadanos; no podemos tolerar que el Estado, que nos representa también a las víctimas, siga actuando en contra de nuestros derechos. Levantando voces en favor de la injusticia, de la impunidad, del olvido.

Saber qué pasó con nuestros familiares, saber dónde están, saber quiénes tienen responsabilidades en estos crímenes de lesa humanidad es nuestro DERECHO y como tal, nosotros no renunciamos a ello, más bien exigimos que se haga JUSTICIA. Si los juicios de violaciones a los derechos humanos se inician después de 20, 30 años no ha sido por impedimento de los familiares sino por complicidad del Estado, por indiferencia, por falta de colaboración de los ministerios del Interior y Defensa para brindar la información necesaria y oportuna que identifiquen responsabilidades. Por complicidad.

La lucha contra la impunidad ha sido un esfuerzo aislado de familiares, activistas de DDHH, algunos periodistas, ciudadanos conscientes, jóvenes que luchan contra el olvido y contra cualquier “PUNTO FINAL” sinónimo de impunidad. Hasta el momento no hemos conocido de un compromiso político para acabar con ella, no a través de leyes de amnistía como en la época de la dictadura o de cerrar juicios para favorecer a malos militares responsables de estos crímenes sino escuchando el clamor de los familiares, abriendo el corazón a la solidaridad por años de dolor, de incertidumbre de “no saber”, dejando actuar a la justicia.

El 30 de agosto se conmemoró el Día Internacional del Desaparecido; en nuestro país existen cerca de 15,000 peruanos que hacen falta en sus hogares, en sus familias, que dejaron truncos proyectos personales, familiares, comunales, que nos los arrebataron de la manera más cruel e inexplicable y frente a los cuales, el Estado, aún no dice nada de qué hacer para encontrarlos, para devolverlos a sus familiares, para pedirles perdón. Esa debería ser la preocupación de quienes nos gobiernan con “inclusión social”.

Hay que tener mucha sensibilidad para gobernar un país, para entender los derechos de los demás y saber respetarlos; después de escuchar al señor Daniel Mora, sé que él no la tiene por lo que espero que Usted, Señor Presidente, sea consecuente con su propio compromiso, con su propio juramento; con la confianza que le dieron la mayoría de peruanos, incluyendo a muchos familiares y retire de inmediato del cargo de Ministro que le asignó al señor Mora, porque sus palabras son agraviantes para cualquier familiar que después de 30 años de injusticias, aún sigue en pie, mantenido por la esperanza de que este gobierno que ofreció “el cambio”, también será para él.

Se nos acusa a los peruanos de tener una memoria frágil, sólo para recordar, dejo a Usted algunas frases de su Juramento por la Democracia, del cual fui testigo:

“…una República donde todos y todas tengamos los mismos derechos, las mismas libertades y las mismas obligaciones…democracia o dictadura, es hoy nuestro dilema. Dictadura con todo lo que esto significó entre 1990 y el 2000…violaciones innumerables a los derechos humanos, corrupción…

Gana Perú quiere despejar todas las dudas existentes…y ratificar los principios sobre los cuales gobernaremos el Perú…No sólo proclamar mis compromisos ante todo el país sino expresarlos bajo la solemne gravedad de lo que es un juramento y además he pedido a un grupo de ciudadanos…que acompañen este acto y que testifiquen así ante la historia mi compromiso con el país…

Respetaré los derechos humanos de todos y no permitiré ningún tipo de influencia política en las investigaciones que hoy están en curso…

Proclamo que los Ministros de Defensa y del Interior serán CIVILES en respeto al principio del control democrático sobre las fuerzas de seguridad…

En mi gobierno primarán los principios de no discriminación y de igualdad de oportunidades que nadie será menos en la Patria que es de todos y que nadie deberá sentir que no se le dio o no tuvo la oportunidad y la protección que el estado tiene por deber.

Juro ante Dios, ante la historia y ante mi pueblo que cumpliré estas promesas y seré un Presidente que sólo actuará dentro del orden constitucional y el Estado de derecho”

En espera de su decisión, quedo de Usted,

Atentamente,

Gisela Ortiz Perea

Familiar Caso la Cantuta.

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