Por: Aníbal Sierralta Ríos Internacionalista
La aparente intención modernizadora de la novísima Ley del Notariado (Decreto Legislativo 1049) pone énfasis en la digitalización de las firmas en un país aún vertebrado por el acceso a las tecnologías y a la energía eléctrica. Sin embargo, omite aspectos simples, prácticos e inmediatos, como posibilitar los testamentos mediante el computador, la ratificación de la convención interamericana sobre régimen legal de poderes y el Convenio de la Apostilla para agilizar las legalizaciones que se utilicen en el extranjero. Este último afortunadamente ha sido ratificado recientemente, en mérito al aporte de algunos especialistas y su divulgación en estas mismas páginas.