DECANO DEL COLEGIO NOTARIAL DE BILBAO
El decano de los notarios vizcaínos y alaveses asegura que estos profesionales se sienten «infrautilizados»

La identificación de los ‘sin papeles’ o la escrituración de propiedades en el Tercer Mundo son dos de los asuntos que centraron el XXV Congreso Internacional del Notariado, que reunió recientemente a más de 2.000 profesionales de 76 países en Madrid. Entre ellos estuvo Manuel López Pardiñas, decano del Colegio Notarial de Bilbao, que representa a las notarías de Vizcaya y Álava. «También nos preocupamos de las personas, no sólo del dinero», se defiende.

-Según sus datos, el 80% de la población mundial carece de títulos de propiedad.

-Efectivamente. Yo soy gallego de origen y éste ha sido un problema endémico en Galicia, donde en buena parte de la propiedad rústica la gente carecía de escritura.

-¿Nada menos que 5.000 millones de personas!

-En los países en vías de desarrollo, muchas familias son propietarias pero no pueden demostrarlo ante un banco, una empresa o un particular. ¿Qué diríamos aquí? ‘No se preocupe, aquí tiene la es-cri-tu-ra’. Este documento materializa la propiedad física, la hace susceptible de entrar en el mercado y generar riqueza.-Apuestan por la «titulación masiva» de las propiedades inmobiliarias en esas zonas. No parece fácil.

-No es la varita mágica para solucionar la pobreza, pero es una pieza necesaria para que funcione el engranaje de la sociedad desarrollada.

-El congreso también abordó cómo mejorar la seguridad jurídica de los inmigrantes. ¿A qué se refieren?

-Es una forma de demostrar que también nos preocupamos de las personas, no sólo del dinero. La expresión ‘sin papeles’ es tremendamente significativa. Significa que acabas no existiendo jurídicamente. Suena terrible, pero un ‘sin papeles’ acaba no siendo persona.

-¿Y cómo pueden solucionar eso los notarios?

-Facilitando su identificación. La última reforma del reglamento notarial posibilita al notario identificar en último extremo a una persona por cualquier documento en el que conste su fotografía. En una ocasión tuve que identificar a un ‘sin papeles’ por un certificado que le hizo el párroco de su pueblo. Si no, ¿qué hago? ¿Le digo a esa persona que no existe? ¿Si le tengo delante! Existir existe, se llame como se llame. ¿Le vamos a negar la asistencia jurídica por ello? No.

-¿Están los notarios preocupados por los más desfavorecidos o es que quieren lavar su imagen? A veces han estado denostados…

-… por causa de que se nos ve asociados al dinero, sí. Pero el notariado es una institución que desde siempre ha estado arraigada hasta en los niveles más bajos de la sociedad. En España hay notario en los pueblos más recónditos. Desde Sos del Rey Católico a Torrecilla de Cameros.

-De hecho, siete de cada diez ciudadanos han acudido en alguna ocasión al notario.

-Sí, probablemente.

-Pero su labor no es muy conocida.

-No, no lo es. Muchas personas se quedan en la apreciación de que el notario es caro. Bueno, es como todo. Si usted se compra una cosa carísima y luego no la usa… pues evidentemente es muy cara. Lo que ocurre es que no se nos usa suficientemente.

-¿En qué sentido?

-Por ejemplo, nuestra normativa establece que la escritura, la información del préstamo hipotecario, estará disponible en la notaría tres días antes de la firma. Es rarísimo el caso de un cliente que haya solicitado esa información.

-¿La escritura del piso sigue siendo la principal causa de visita al notario?

-Yo creo que sí… y no debiera.

-¿Por qué?

-¿Podemos ofrecerle a la gente muchísimas más cosas de las que cree! No es frecuente que nos consulten problemas mercantiles o las ventajas e inconvenientes de hacer capitulaciones matrimoniales o una separación de bienes.

-¿Se sienten infrautilizados?

-Sí. Y eso lleva a que la gente asocie el notario a un señor que lo único que hace es firmar.

-Y cobrar.

-De eso vivimos ¿y a mucha honra! Pero le aseguro que hay un trabajo previo que no se nota.

-Duele pagar el dinero al notario cuando compramos el piso.

-Porque no se le ve el beneficio. Pero existe. En el mundo anglosajón, donde no existen los notarios tal y como los conocemos, el comprador de una casa contrata un seguro que le garantiza una indemnización si el vendedor no es el propietario. Es decir, no le garantiza la propiedad de la casa, sino una indemnización.

-Se ha dicho que el modelo latino habría mitigado la crisis del sistema hipotecario en EE UU y el Reino Unido.

-Probablemente. En España me parece impensable una crisis de esas características.

Burbuja inmobiliaria

-¿Temen el tan anunciado estallido de la burbuja inmobiliaria?

-Hay que tener cuidado porque es muy fácil reventar el mercado, pero es muy difícil volverlo a arrancar. ¿Lo tememos? Hombre sí, pero no sólo por la parte que nos toca -de hecho, ya ha bajado nuestro ámbito de negocio- sino porque eso supone un parón económico general. El menor de los problemas es que nosotros tengamos menos trabajo.

-Siempre podrán seguir haciendo testamentos.

-Es el documento con mejor relación calidad-precio de todos. Por lo que cuesta, los gastos y conflictos que ahorra son tremendos.

-¿Es barato?

– 30 ó 40 euros que, en el mejor de los casos, evita gastar 200 ó 300.

-Da un poco de aprensión.

-Esa es una cuestión que culturalmente va cambiando. La gente cada vez hace más testamentos y más joven. Y hay pautas curiosas…

-¿Por ejemplo?

-Muchos hacen testamento antes de ir de vacaciones por miedo a que les pase algo en un destino exótico o un accidente aéreo.

-¿Cuál es el asunto más extraño del que ha tendido que dar fe?

-¿Contar codornices! El Ayuntamiento tenía un contencioso con un criadero y no tuvieron mejor ocurrencia que levantar acta del número de codornices. Salí del despacho muy decidido y… ¿había millones!

Fuente: El correo digital