Tecnologías de apoyo a la discapacidad y bioinformática, dos especialidades del Máster en Ingeniería Biomédica del CEU

Los alumnos se formarán en el Fablab Madrid CEU, uno de los laboratorios de fabricación digital de la red mundial de laboratorios del Center for Bits and Atoms del MIT (Massachusetts Institute of Technology), centro pionero en España en construcción de prótesis con impresión 3D.

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La Universidad CEU San Pablo ofrece, por primera vez, un Máster en Ingeniería Biomédica con dos especialidades que permiten al alumno completar su formación en dos ramas punteras y novedosas de la biomedicina.

La especialidad en Tecnologías de apoyo a la discapacidad y procesado de señal capacita al alumno a crear soluciones técnicas para facilitar la integración social y laboral de personas con discapacidad. Diseñar y crear prótesis de miembro superior e inferior, exoesqueletos, implantes cocleares, ojos biónicos, dispositivos de apoyo a la navegación para invidentes, interfaces persona-computador para facilitar el acceso al ordenador a minusválidos y tecnologías similares, son algunas de las soluciones que se analizarán en este posgrado universitario, pionero en España.

En este campo, la Universidad CEU San Pablo tiene amplia experiencia ya que cuenta con el Fablab Madrid CEU, uno de los laboratorios de fabricación digital de la red mundial de laboratorios del Center for Bits and Atoms del MIT (Massachusetts Institute of Technology), un centro pionero que por primera vez en 2014 construyó una prótesis con impresión 3D para un niño español. Además, desde hace 5 años imparte con éxito el grado en Ingeniería Biomédica.

Este máster ofrece también la especialidad en Bioinformática, orientada a formar profesionales capaces de proporcionar soporte computacional al análisis de datos ómicos, bien sea en genómica, proteómica, transcriptómica o metabolómica, disciplinas que de la mano de la medicina personalizada se están convirtiendo cada vez en más ubicuas. Esta especialidad abarca técnicas de análisis de datos de carácter general y de carácter específico para estos campos, así como soluciones de computación de altas prestaciones como las basadas en programación multicore, GPUs, FPGAs, y el uso de recursos de computación en la nube.

Todas las materias del máster, que se imparte en inglés y en español en la sede de la Escuela Politécnica Superior, son de un carácter eminentemente práctico, contemplándose tanto la realización de prácticas computacionales como experimentales. Con ello se pretende asegurar que los alumnos desarrollen las habilidades prácticas adecuadas para el ejercicio profesional. La Universidad cuenta además con convenios con empresas del sector biomédico, centros de investigación, hospitales y universidades extranjeras, en los cuales los alumnos podrán realizar estancias.

Fuente: Comunicación CEU

Fuente: mastermania.com

Indra y Fundación Universia apoyan la investigación universitaria aplicada al desarrollo de nuevas tecnologías para personas con discapacidad

Ambas organizaciones han lanzado la II Convocatoria de ayudas a proyectos de Tecnologías Accesibles, abierta a universidades españolas, para financiar las tres mejores propuestas de soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida y la inclusión laboral de este colectivo

Indra y Fundación Universia, que cuenta con el apoyo de Banco Santander para el desarrollo de sus actividades, han lanzado la II Convocatoria de ayudas a proyectos de investigación aplicada al desarrollo de tecnologías accesibles, con el objetivo de promover el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras que mejoren la calidad de vida y la integración social y laboral de las personas con discapacidad.

La convocatoria se dirige a entidades pertenecientes al sistema universitario español, que pueden presentar sus propuestas desde el 27 de septiembre al 25 de octubre en la página web de Indra y en el portal http://www.tecnologiasaccesibles.com. Una comisión de adjudicación, designada por Indra y Fundación Universia, elegirá las tres iniciativas que recibirán financiación y que se darán a conocer el 3 de diciembre, coincidiendo con el día internacional de las personas con discapacidad.

Los proyectos deben tener una duración máxima de 12 meses y estar dirigidos al desarrollo de software, dispositivos, instrumentos o equipos que puedan ser utilizados por o para personas con discapacidad, con el fin de facilitar su actividad y participación en la sociedad; proteger, apoyar, entrenar, medir o sustituir funciones/estructuras corporales y actividades; o favorecer el acceso al empleo, su mantenimiento o mejora.

Además de estos requisitos, para valorar los proyectos se tendrán en cuenta, entre otros criterios, la innovación y excelencia tecnológica de la solución planteada, su viabilidad y transferencia real a productos o servicios que aún no existan en el mercado, su utilidad práctica en un entorno real de inclusión laboral y el alcance de su impacto, según el número de posibles beneficiarios y la posibilidad de internacionalizar la idea. También se tendrá en cuenta que el producto o servicio propuesto sea gratuito o tenga un coste reducido para los usuarios finales, así como que la solución sea open source, es decir, que utilice código de programación abierto, de forma que facilite su modificación y adaptación posterior.

Para garantizar que las tecnologías desarrolladas den respuesta a necesidades reales y para facilitar una correcta ejecución, también se considerará de forma positiva la participación en los proyectos de investigadores/alumnos con discapacidad, la colaboración de asociaciones y fundaciones vinculadas al mundo de la discapacidad, así como la cercanía a la red de centros de producción de software de Indra en España. También se buscará potenciar las sinergias con otros proyectos de Tecnologías Accesibles apoyados o desarrollados ya por Indra.

Alta participación en una convocatoria “única en España”

Cerca de un centenar de grupos de investigación de universidades públicas y privadas de todo el país participaron el año pasado en la primera edición de esta convocatoria “única en España”, según las relevantes personalidades del mundo de la discapacidad que formaron parte del jurado

Ya se están desarrollando los tres innovadores proyectos seleccionados en esa primera convocatoria: audiSmart, una App para mejorar la audición propuesta por la Universidad Carlos III; Smile@Work, una solución para mejorar la formación profesional de las personas con discapacidad intelectual mediante “juegos serios” que simulen en 3D entornos y situaciones laborales cotidianas, ideada por la Universidad Politécnica de Catalunya; y Graces, una herramienta para mejorar el acceso de las personas ciegas a puestos de trabajo de alta cualificación en el desarrollo de software, planteada por la Universidad Politécnica de Madrid.

Compromiso con las Tecnologías Accesibles

Con esta segunda convocatoria, Indra reafirma su compromiso con las Tecnologías Accesibles, una iniciativa puesta en marcha hace 15 años como parte de su Responsabilidad Social Corporativa, que pretende reducir la brecha digital y poner la innovación al servicio de las personas con discapacidad.

Ya son más de 50 los proyectos desarrollados en el marco de las Tecnologías Accesibles de Indra, que ha creado Cátedras de Investigación en este ámbito en 13 universidades españolas y tres latinoamericanas, en colaboración con distintas fundaciones y asociaciones, en un modelo pionero que aúna los esfuerzos de la empresa, la universidad y el tercer sector.

La II Convocatoria de ayudas a proyectos de investigación aplicada al desarrollo de tecnologías accesibles pretende apoyar ideas y proyectos que se traduzcan en una mejora tangible para las personas con discapacidad y sumar a nuevos actores del mundo universitario español. Para ello, Indra cuenta con la colaboración de Fundación Universia, la entidad privada sin ánimo de lucro que trabaja para transformar el acceso al conocimiento de las personas con discapacidad, potenciando el desarrollo de competencias que les conecten con el mundo laboral, promovida por Universia, la red de cooperación universitaria más importante de Iberoamérica.

Fuente: ecoaula.eleconomista.es

La Uader desarrolla una nueva silla de ruedas anfibias

La iniciativa, en articulación con el Instituto Provincial de Discapacidad, surge en respuesta al proyecto nacional “Playas Inclusivas”. La primera unidad ya está a prueba.

En un trabajo que plantea la articulación con el Instituto Provincial de Discapacidad de Entre Ríos (IProDi), la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) viene desarrollando un modelo de silla de ruedas anfibia, para equipar a los centros turísticos públicos, de manera que éstos puedan promover el acceso pleno a las playas y el río, de personas con discapacidad motriz.

Esta iniciativa surgió como parte de una convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCyT), lanzada en 2015, de “Tecnologías para la Inclusión Social”, del Programa Consejo de las Demandas de Actores Sociales (Procodas).

Allí la Uader presentó el proyecto “Playas Inclusivas”, que ejecuta el Departamento Tecnologías para la Salud de la Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud, en coordinación con la Unidad de Vinculación Tecnológica (UVT) de la Universidad.

A partir de esta propuesta, se considera que la provincia de Entre Ríos (uno de los lugares del país más visitados en los últimos años) debe seguir promoviendo la accesibilidad, posibilitando que personas con discapacidad motriz inferior puedan hacer goce pleno de la playa y el río. En este sentido, con este desarrollo se persigue el objetivo de equipar a los centros turísticos públicos con sillas de ruedas anfibias, entre otras acciones.

Desde la Uader se estuvo trabajando en el diseño, con la idea de lograr un producto de bajo costo, con materia prima de origen nacional y mejorando las prestaciones de productos similares ofrecidos actualmente en el mercado.

En septiembre, el director del proyecto, Alberto Canavelli, probó la primera unidad en pileta, para verificar su funcionamiento y realizar los ajustes necesarios. También se prevén pruebas en la playa, luego de lo cual entregarán cinco unidades en comodato al IProDi, como cierre de la iniciativa.

Desde ese organismo provincial se podrá coordinar con los municipios para la instalación, buen uso y conservación de las sillas, con el asesoramiento de la unidad ejecutora de la Universidad.

Fuente: Diario El Día de Gualeguaychú

No solo la aspiradora es inteligente, unas gafas permiten oír lo que no se ve

María del Mar Domínguez

Málaga, 27 sep (EFE).- Los avances en tecnología que ayudan a mejorar la calidad de la vida de las personas van más allá de la aspiradora circular que detecta obstáculos y suciedad en el hogar y abarcan desde brazos robóticos que se mueven con la mirada a gafas inteligentes que convierten en audio lo que el usuario no puede ver.

La tecnología que favorece la autonomía personal y la vida independiente se está abaratando paulatinamente y en un futuro “no van a ser objetos extraños los robots que tengamos en casa”, como la famosa aspiradora, según el jefe de Tecnología Accesible e I+D de la Fundación ONCE, David Zanoletty.

Algunas de las aplicaciones y herramientas tecnológicas más novedosas útiles para discapacitados se presentan en el Congreso Internacional de Tecnología y Turismo para todas las Personas que se celebra hasta el próximo viernes en Málaga con el lema “Accesibilidad 4.0”.

Una de ellas es el brazo robótico desarrollado por la multinacional ABB y la empresa Irisbond, que puede ser manejado por una persona con movilidad muy reducida gracias al movimiento del iris de sus ojos.

Aunque el coste del brazo aún es elevado, la tecnología que permite que una persona sea capaz de manejar este dispositivo con sus ojos o bien un ordenador costaba hace cinco años más de 18.000 euros y hoy en día está alrededor de 1.000 euros, ha explicado a los periodistas Zanoletty.

En el próximo lustro resulta difícil predecir la evolución de la tecnología, pero está sobre la mesa el sistema de inteligencia de datos o Big Data, que posibilita identificar los perfiles de los usuarios para que la tecnología sea más personalizada, ha apuntado.

La utilidad de los dispositivos puede ser más amplia de lo que parece. Se calcula que en España casi un millón de personas padecen algún tipo discapacidad visual, de las que 58.300 son ciegas totales y más de 920.000 tienen baja visión.

La firma israelí OrCam Techologies ha creado un dispositivo de lectura y reconocimiento visual que se acopla a la patilla de las gafas y puede leer texto, reconocer caras o identificar productos, una información que convierte en audio.

Así, una persona con problemas de visión puede sentarse en un restaurante y el dispositivo le proporciona información sobre la ubicación de los cubiertos o un vaso en la mesa, al tiempo que es capaz de leer el menú.

Este tipo de dispositivos tecnológicos han dado “un salto” en los últimos años porque “antes reconocían (los objetos) y fallaban muchísimo, y hoy son capaces de identificar muy bien elementos y transformarlos en un lenguaje que no te llena de información absurda”, ha indicado.

Según Zanoletty, “no es trivial” la información que no se traslada al usuario y cómo se muestra, ya que si la herramienta devuelve toda la información que capta puede saturarlo o si, por ejemplo, empieza a leer primero la lista de precios en lugar de los primeros platos.

Otros avances tecnológicos son las balizas inteligentes “beepcons” instaladas por la empresa Ilunion, perteneciente a la ONCE y su Fundación, en el Palacio de Ferias donde se celebra el congreso, que permiten a las personas ciegas moverse libremente gracias a la información que obtienen de una aplicación en su móvil.

En el encuentro también se exhibirá una silla de ruedas que desarrolla la Universidad de La Laguna (Tenerife), que cuenta con un sistema de inteligencia artificial que le permite esquivar personas y objetos.

Pese a las mejoras que pueden proporcionar las tecnologías a las personas con discapacidad, el Observatorio de Accesibilidad Universal del Turismo en España revela que éstas se siguen encontrando con barreras en su vida al ir a un restaurante, acceder a una playa o alojarse en un hotel.EFE

Fuente: lavanguardia.com

Technology News Technology News: OrCam Will Help The Visually Impaired Read Anywhere

La arquitecta a la que la ceguera le ha dado impulso para superarse

BEATRIZ ÁVILA COBOS

Beatriz Ávila cuenta su experiencia personal tras perder la visión hace cinco años

NATASHA MARTÍN

Beatriz Ávila Cobos es sinónimo de superación. Tras perder la visión con 37 años tuvo que dejar atrás su profesión como arquitecta para empezar a plantearse nuevas formas de moverse, de relacionarse, de aprender. Cinco años después es directora en Inserta Empleo, la consultora de recursos humanos, financiada por Fundación ONCE y el Fondo Social Europeo, especializada en formación y asesoramiento para el empleo de personas con discapacidad, desde donde busca poner en relieve el valor y la transformación que supone la incorporación de personas con discapacidad a las empresas, para que sientan, como ella experimentó, la felicidad y motivación de volver a formar parte de un equipo, de un proyecto y de un futuro activo.

-¿Qué ocasionó su pérdida de visión?

-Una situación degenerativa visual. Durante mi vida nunca supuso un problema a la hora de poder desarrollar tanto mi periodo formativo como arquitecta como mi ejercicio profesional durante los años que ejercí, pero en un momento dado se desencadenó esa degeneración que acabó derivando en la imposibilidad de continuar con el ejercicio profesional tal y como lo entendía en ese momento.

-¿Cuándo tuvo lugar esa degeneración visual?

-En 2010 ya empecé a tener problemas visuales y en 2012 ya tuvo lugar la situación de abandonar el ejercicio profesional como arquitecta. Hasta entonces todavía podía ejercer hasta cierto punto. Fue un proceso médico y administrativo bastante complejo. En esos momentos vas atravesando los distintos estadios de la discapacidad visual.

-¿Fue un proceso de aceptación progresivo teniendo en cuenta que se trataba de un caso degenerativo?

-No porque realmente, por mi parte, no había un conocimiento de que esto fuese a ocurrir. Ahora mismo habrá gente con la misma situación de glaucoma congénito que yo tuve al nacer y, aunque en mi caso se solucionó gracias a unas operaciones hasta el punto de que pude desarrollar una situación funcional sin limitaciones de ningún tipo, antes no había tanto conocimiento ni nos habían dado las directrices para que supiese que en un momento determinado esto fuese a degenerar. Hoy en día sí están los médicos en condiciones para advertir más cuál será el previsible desencadenamiento de un caso de este tipo. Por ello, la situación me vino un poco de imprevisto y me llevó a un proceso de adaptación en base a una situación un poco brusca y muy rápida.

-¿Recibió ayuda para afrontar a su nueva vida?

-Tuve la oportunidad y la ventaja de poder contar con los apoyos de los servicios especializados de la ONCE, que actúan a muchos niveles. No solamente te dan herramientas para que vuelvas a desarrollar tu acercamiento a la información, a la comunicación y a la movilidad, sino que también hay un servicio muy importante de psicología del que puedes hacer uso. La ayuda es conjunta entre todos los servicios, pero me gusta hacer hincapié en ellos porque muchas veces el tema psicológico es la parte más estigmatizada de una recuperación y a la gente le puede producir más rechazo; sin embargo, a mí me parece una ayuda extraordinaria para poder dar herramientas a alguien que, en este caso, se había quedado sin ellas. Tú forma de funcionar hasta aquel momento había sido de una manera determinada y en el momento en el que pierdes tu herramienta habitual, que es básicamente la vista, es muy difícil reconducir tu vida sin ese apoyo. Gracias a toda la ayuda de los servicios técnicos todo el proceso se encuentra, se vehiculariza y, con disponibilidad por parte de uno a la aceptación, te das cuenta de que la discapacidad es consustancial al factor humano.

-¿Qué tipo de herramientas adquirió?

-Inicié un proceso interno de formación, que me aportaban desde la ONCE, para adaptarme a las nuevas tecnologías como una herramienta de futuro para obtener y generar información, y el braille, por supuesto. Con todo ello decidí volver a estudiar y acercarme a la accesibilidad desde un punto de vista complementario al que yo tenía. Dentro de la profesión de arquitecto la accesibilidad es una parte muy importante pero sí es cierto que la visión como usuaria de los espacios que uno diseña te conceden una perspectiva más global en cuanto a la necesidad de compatibilizar las normativas arquitectónicas con la persona, en este caso, con discapacidad, que puede aportar mucho sobre cómo usar todo eso que diseñas: los pasos peatonales, las rampas, las barandillas, los marcajes y señalizaciones… todo eso cobra sentido cuando eres usuario. Por eso también es importante la organización de jornadas para compartir y expandir conocimientos con la gente.

-¿Cómo decide volver a estudiar?

-Una vez estás en el proceso de aceptación de la nueva situación funcional y estás decidida a seguir con la vida siendo una gente activo social, valoras qué hacer. Empecé un máster en accesibilidad que se llamaba «La ciudad global», desarrollado por la Universidad de Jaén en colaboración con Fundación ONCE. Este máster abordaba el concepto de accesibilidad desde muchos puntos de vista, lo que me sirvió para compatibilizar los conocimientos que yo tenía y reflexionar sobre el elemento «persona» en la ciudad. Yo no quería un máster de arquitectura en sí mismo, sino uno en el que se tratase la accesibilidad de forma global.

-Tras la ayuda y el apoyo recibidos, ¿se siente completamente autónoma?

-Es difícil clasificar el grado de autonomía porque depende mucho, no solo de mi situación funcional o de las destrezas que haya adquirido, sino de cómo interactúas con el entorno. Al final la discapacidad es eso, cómo tú funcionas y la manera en la que lo haces en relación con el diseño del entorno. Por ejemplo, si quiero comprar un medicamento que está etiquetado en braille y cuenta con la aplicación accesible que tenemos para obtener información a partir de la lectura del propio código, hay poca discapacidad ahí. Sin embargo, si voy a una tienda para comprar una caja de huevos sí surgen los problemas porque el diseño no está adaptado a las condiciones que a mí me permitan acceder a información como la fecha de caducidad.

-Dentro del entorno, ¿cuáles son las principales barreras que se encuentra una persona con discapacidad visual?

-La dificultad mayor que te puedes encontrar es que no haya llegado a un grado adecuado la adaptación de la sonoridad en los semáforos que te permita cruzar la calle con autonomía. Y, en general, cualquier tipo de falta de información, porque si utilizas un transporte público que no te ofrece información cuando estás dentro acerca de las paradas y el recorrido tampoco podrás ser autónomo. La señalización desde el punto de vista de lo táctil, que es la que utilizamos con el bastón en el rastreo, y todo lo relacionado con el canal auditivo.

-¿Cómo llegó al programa Inserta?

-Llegué al programa como usuaria, se podría decir que soy un producto del proyecto (risas), y acudí en busca de volver a realizar alguna actividad. Te orientan sobre cómo mejorar tu formación para favorecer tu empleabilidad y, gracias ello, en mayo empecé a trabajar en Femetal (Federación de Empresarios del Metal y Afines del Principado de Asturias) como responsable en un proyecto precioso para asesorar a las empresas de ese sector en la implantación de medidas de responsabilidad social con la discapacidad. Ahora hay otro compañero liderando el proyecto.

-¿Cómo fue el regreso al mundo laboral?

-Yo he vivido gracias a la inserción en Femetal cuál es el poder trasnformador de la inclusión de las personas con discapacidad en un proyecto de trabajo. No solo para uno mismo por esa alegría de volver a sentirte útil, formar parte de un equipo con un proyecto que te interese, sino que la propia empresa en la que te insertas se transforma. Aportas nuevos valores, la empresa se involucra muchísimo y se experimenta un crecimiento conjunto.

-Ahora es directora del programa. ¿Cuál es su labor?

-Ser directora del programa Inserta me parece una maravilla. Poder colaborar o replicar ese proceso en empresas comunes para que entiendan el valor que tiene también la inserción de las personas con discapacidad en su gestión… Es una labor que me tiene fascinada. En concreto me dedico a gestionar los proyectos que se llevan a cabo dentro de Inserta en dos ámbitos: las personas con discapacidad y la empresa. Por un lado se potencia la orientación, asesoramiento y formación de las personas con discapacidad demandantes de empleo. Y por otro a las empresas se las acompaña en todo el proceso de incorporar a las personas con discapacidad en sus ofertas de trabajo.

-¿Qué le diría a alguien que, al verse afectado por una discapacidad severa, se viene abajo?

-Es muy fácil que pase eso. Lo primero es buscar ayuda. Cuando te das cuenta de que existe un colectivo en el que se viven situaciones similares a las que estás viviendo en ese momento, y que al final no es algo que te deba anular como ser social, como ciudadano, estimula mucho. Si no sucede que te metes en ti mismo y te acabas convirtiendo en parte del mobiliario de tu salón. Es un proceso que tiene sus tiempos pero tienes que ser capaz de pedir ayuda para que el tránsito no se haga tan difícil. Una discapacidad no es un motivo para que tu vida se paralice, lleva un reajuste pero tú tienes que seguir viviendo porque la discapacidad es algo que ocurre, por eso hay que saber buscar las herramientas y los apoyos para seguir.

Fuente: lavozdeasturias.es