No hay razón para sentirse incómodo al tratar con una persona que tiene una discapacidad. Este artículo le ofrece algunas sugerencias básicas que puede seguir. Y si alguna vez se siente inseguro acerca de qué hacer o decir a una persona con una discapacidad ¡simplemente pregunte!
Cuando los supervisores y los compañeros de trabajo respetan estas reglas de etiqueta, los empleados con discapacidades se sienten más cómodos y trabajan con mayor productividad. Poner en práctica estas reglas es una forma sencilla de hacer que las personas con discapacidades se sientan integradas.
Sugerencias generales.
PREGUNTE ANTES DE AYUDAR.
No dé por sentado que una persona necesita ayuda sólo porque tenga una discapacidad. Si el entorno es accesible, las personas con discapacidades se suelen manejar sin dificultad. Los adultos con discapacidades desean ser tratados como personas independientes. Ofrezca su ayuda sólo si la persona parece necesitarla. Y si acepta su ayuda, pregunte cómo ayudar antes de actuar.
SEA CAUTO CON EL CONTACTO FÍSICO.
Algunas personas con discapacidades dependen de sus brazos para mantener el equilibrio. Tomarlas del brazo—incluso si su intención es ayudar— podría hacerles perder el equilibrio. Evite dar palmadas a las personas en la cabeza o tocar su silla de ruedas, escúter o bastón. Las personas con discapacidades consideran que estos elementos son parte de su espacio personal.
PIENSE ANTES DE HABLAR.
Siempre diríjase directamente a la persona con una discapacidad, no a su acompañante, ni a su ayudante o intérprete de lenguaje de señas. Mantener una breve conversación con una persona que tiene una discapacidad es estupendo; simplemente háblele como lo haría con cualquier otra persona. Respete su privacidad. Si le pregunta acerca de la discapacidad, la persona puede sentir que la reduce a esa condición en vez de tratarla como a un ser humano. (Sin embargo, muchas personas con discapacidades se sienten cómodas con la curiosidad natural de los niños y no les molesta si un niño les formula preguntas).
Diríjase directamente a la persona con una discapacidad, no a su acompañante, ni a su ayudante o intérprete de lenguaje de señas.
Nota: Queremos que piense en las personas con discapacidades como individuos —sus amigos, sus colegas, sus vecinos. Por ello, en este artículo, en vez de utilizar el término general “ellos” para referirse a personas con discapacidades, utilizamos los pronombre “él” o “ella.”
NO DÉ NADA POR SENTADO.
Las personas con discapacidades saben mejor que nadie lo que pueden o no hacer. No decida por ellas acerca de su participación en cualquier actividad. Según la situación, se podría incurrir en una violación de la ley ADA si se excluye a personas simplemente por una presunción acerca de sus limitaciones.
RESPONDA CON GENTILEZA A LAS SOLICITUDES.
Cuando las personas con una discapacidad le piden un lugar o una adaptación en su establecimiento, no se están quejando. Demuestran que se sienten lo suficientemente cómodas como para pedir lo que necesitan. Y si se les responde de manera positiva, es probable que vuelvan y comenten a sus amigos el buen servicio que recibieron.
Sugerencias de terminología.
PONGA LA PERSONA EN PRIMER LUGAR.
Diga “persona con una discapacidad” en vez de “discapacitado”. Diga “personas con discapacidades” en vez de “discapacitados”. Si se refiere a discapacidades concretas, puede decir por ejemplo “una persona con síndrome de Tourette” o “una persona con parálisis cerebral”. Aún así, cada persona tiene sus preferencias. Si no está seguro acerca de qué palabras utilizar, pregunte.
Evite utilizar términos anticuados como “minusválidos” o “lisiados”. Tenga en cuenta que a muchas personas con discapacidades les disgustan la jerga o el eufemismo de términos como “con impedimentos físicos” o “con capacidades diferentes”.
Diga “persona en silla de ruedas,” en vez de “confinado a una silla de ruedas” o “limitado a una silla de ruedas”. La silla de ruedas es lo que permite a esa persona moverse y participar en la sociedad; es un elemento de liberación, no de confinamiento.
Con cualquier discapacidad, evite las expresiones negativas que disminuyen a las personas como “víctima” o “persona que padece”. Diga “persona con SIDA” en vez de “víctima del SIDA” o “persona que padece SIDA”.
Puede utilizar expresiones idiomáticas cuando habla con una persona con discapacidades. Por ejemplo, decir “Me encantó verte” o “Nos vemos” a una persona ciega es absolutamente aceptable, ¡ellos también utilizan estas expresiones todo el tiempo!
Muchas personas Sordas se comunican con lenguaje de señas y se consideran miembros de una minoría cultural y lingüística. Se refieren a sí mismas como Sordas con “S” mayúscula, y se podrían ofender con expresiones como “con impedimentos auditivos”. A otros puede no molestarles el término, pero en general es más seguro referirse a las personas con pérdida auditiva pero que se comunican con lenguaje hablado como “personas con problemas auditivos” y a las personas con pérdida auditiva profunda como Sordas o sordas.
Fuente: protocolo.org