Puede ser digno de un gran poema, del más prestigioso elogio acerca de edificaciones republicanas en el Perú y de intrañables recuerdos que obligan a sus soñadores, los verdaderos barrioaltinos, a revivir una nostalgia latente en sus corazones al ver su sombra de casona añeja en día de verano. Sin embargo, el molino de Santa Clara, símbolo de una época interesante en el país, permanece en estado decadente, triste y, por poco, ruinoso. Fue declarado Monumento Histórico de Lima el 23 de enero de 1973.
Fotografía antigua del molino Santa Clara. Atrás está la iglesia del mismo nombre.
Fue en una de mis caminadas urbanas cuando la observé por primera vez. -A pesar de los años, el Molino aún permanece con su usual imponencia de hace décadas- me dije y le dediqué unos minutos de mi tiempo, a contemplarla detalladamente: portón por portón, balcón por balcón, y claro, para también tomarle algunas fotos. Recuerdo muy bien cuándo sucedió este encuentro: un día de Semana Santa del 2010 como parte del recorrido tradicional de siete iglesias que, por primera vez, realizaba -aunque decidí ir a visitar algunas no tan concurridas como la iglesia Buena Muerte, Trinitarias, Santa Clara, no me perdí absolutamente de nada; descubrí, al contrario, que en estas zonas de la capital existen grandes riquezas históricas y culturales que a los limeños, en general, nos falta conocer-.
Actual vista de la casona molino Santa Clara, de estilo italiano. Foto: Marco Gamarra Galindo.
Esta casona representa, claramente, el influente estilo italiano que contagió a Lima durante la llegada de un considerable número de inmigrantes de dicho país a la capital. Un caso ilustrativo es el de los hermanos Rainusso. En 1845 vino al Perú el inmigrante italiano Luis Josué Rainusso junto a una fortuna que invirtió, acompañado de su hermano Elías, en una empresa. Decidió realizar unas ampliaciones y mejoras a un antiguo y deteriorado molino que utilizaba al extinto río Huatica -el cual originó la construcción de una serie de molinos que trabajaban como fábricas de harina y venta de pan; de ahí el término de molino; Santa Clara, por la iglesia que está a unos pasos-. De esta construcción, la casa-molino Santa Clara ha quedado como tal hasta la actualidad. Por cierto, su arquitectura pertenece a la escuela neoclásica.
Siguiendo con la linea de tiempo, Luis Rainusso continuó por adornarla con magníficas esculturas que representaban a reconocidos intelectuales y artistas clásicos italianos, hechas en marmol de Carrara. Se trataban de 17 estatuas. Acerca de ello, el historiador de la PUCP, Juan Luis Orrego Penagos comenta en su blog:
“… (Luis Josué Rainuzzo) era muy amigo del arte: adornó su casa con 17 magníficas esculturas de mármol que representaban, en la parte baja, a Miguel Cervantes, Alejandro Volta, Andrea Doria, Rafael Sanzio, Dante Alighieri, Miguel Ángel, Maquiavelo, Víctor Alfieri y Galileo Galilei; en la parte superior estaban Víctor Manuel, Marco Polo y Diógenes; las otras cinco eran alegorías mitológicas. Sin embargo, cuando don Luis murió, las estatuas fueron bajadas y vendidas a Juan Levaggi quien, a su vez, las revendió a distintas personas de Lima. Hoy, a la entrada del Museo de Arte Italiano, podemos ver cuatro de ellas“.
Molino Santa Clara en épocas pasadas, cuando estaban sus estatuas italianas en su fachada. En esta foto de 1908 era local de la compañía de curtiembres Camino & Cia que la alquilo hasta 1913.
Se sabe, por las inscripciones de la base, que las estatuas de Galileo Galilei, Miguel Angel, Rafael Sanzio, Dante Alighieri, Miguel Cervantes y Víctor Alfieri fueron hechas en Florencia (Italia) por el escultor Casoni en 1865 y, sin duda, son de mejor factura que las restantes.
A raíz de la venta de la propiedad en 1878, las estatuas fueron vendidas y dispersas alrededor de 1940. En las primeras décadas del siglo XX y con la decadencia paulatina de los Barrios Altos, el edificio deja de funcionar como molino y poco a poco va perdiendo sus esculturas. Algunas fueron sustraídas y otras vendidas a coleccionistas. Leer más »