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30/12/12: Placa peruana en la Tumba de Carlos Gardel en el Cementerio La Chacarita (Buenos Aires, Argentina)

La Tumba del máximo exponente del Tango, el cantante y compositor argentino Carlos Gardel, ‘El Zorzal Criollo’, está adornada por una cantidad innumerable de placas recordatorias de distintos países e instituciones. Casi escondida, yace la única procedente del Perú. Se trata de la Fraternidad Gardeliana del Perú, cuya sede se encontraba en Barranco hasta hace unos años.

La Fraternidad Gardeliana del Perú estaba integrada por seguidores del cantante argentino. En la Tumba de Carlos Gardel hay placas de Panamá, Chile, Colombia, Portugal, España, etc.

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Placa recordatoria de la Fraternidad Gardeliana del Perú. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

02/10/11: La Casa de Abraham Valdelomar en Barranco

Barranco, villorrio limeño de carácter apacible, con suntuosas mansiones y casas veraniegas, ubicado en las afueras del Centro de Lima –considerado como ‘la Ciudad de los Molinos’, por los molinos de aire que albergaban muchas de sus residencias para abastecerse de agua, característica que le brindó un grato y pintoresco aspecto al distrito por muchos años-, también acogió entre sus callejuelas y plazas a destacados intelectuales y artistas del país. Con las siguientes palabras: “Vengo a Barranco a lavar mi espíritu en la diafanidad del cielo y a perfumarlo”, el poeta peruano Abraham Valdelomar evidenció su cariño por Barranco, catalogándolo como un lugar perfecto para desarrollar su producción literaria en tranquilidad y empaparse de creatividad.

El escritor peruano Abraham Valdelomar en su mansión de Barranco. Lima, 1916. Foto: Biblioteca Nacional del Perú.

El ‘Conde de Lemos’ -seudónimo con el que Pedro Abraham Valdelomar Pinto (1888 – 1919) firmaba muchos de sus escritos-, vivió en la calle del Padre Abregú (en honor al capellán de la ermita de Barranco en 1835, a quien Ricardo Palma dedica una pintoresca tradición y a quien Pancho Fierro dibuja en sus acuarelas). No solo el nombre de este pasaje evidencia su antigüedad, también el piso empedrado y el estilo de las casas-rancho que rodean el lugar demuestran que el tiempo en este lugar ha permanecido casi intacto.

Casa-rancho donde vivió Abraham Valdelomar, Barranco. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La casona está ubicada en el pasaje Padre Abregú 103-105-107, en la esquina con el Pasaje Sucre, en el sector alto del Templo de la Ermita –al borde de los acantilados del funicular-. La arquitectura que presenta es muy distinta de aquellas casonas de aspecto monumental que existen en Barranco, construidas en su mayoría por familias de mucho poder adquisitivo y de alcurnia. Parece ser más bien esta casa hecha al fiel estilo de los primeros ranchos que existieron en el distrito, importante aspecto que hace obligatoria su conservación. Incluye, además, una huerta y una ubicación privilegiada para ver el mar –lamentablemente de esto último ya no goza el inmueble debido a que la calle ha sido cerrada por la construcción de la casa que queda al frente-.

Abraham Valdelomar vivió en la calle del Padre Abregú por el año 1916, aunque ya lo conocía desde mucho antes. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El color de la casa era azul fuerte, añil; hoy, sin embargo, yace celeste, aunque parejo. Las dos ventanas explican la función de proveer de ventilación al ambiente interior de la casa. Una serie de columnas sostiene una superficie que brinda sombra a la entrada del rancho. No es descartable la presencia de mayor número de árboles en el lugar, más de los que ya hay.

Casa de Abraham Valdelomar cuando tenía vista al mar. Lima, 1970. Foto: Biblioteca Virtual de Sevilla.

El autor de ‘El caballero Carmelo’ y ‘El vuelo de los cóndores’ radicó en Barranco por el año 1916, aunque ya conocía y había visitado el distrito. Esta casa no solo debe mantenerse en pie, sino también tener todas las garantías municipales de que se cuidará su infraestructura física y se mantendrán las funciones que desempeñan los ambientes del inmueble, sea una institución cultural o un privado el que tenga el verdadero privilegio de ostentarla.

Estado actual de la casa del intelectual iqueño Abraham Valdelomar. Ya no se puede observar el mar desde la entrada. Lima, 2011. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

13/03/10: Barranco, donde vive la tradición

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio

Los años señoriales del distrito de Barranco, donde los cientos de bañistas y los poetas bohemios convivían junto al frenesí de una vida menos convulsionada y más tranquila, siguen vigentes en esta parte de Lima como si el olvidar fuese una limitación a recordar tales años de bonanza y tradición de uno de los barrios con más historia de nuestro país.

Eran mediados del siglo XVIII y el villorrio de Barranco empezaba a emerger tras un periodo lleno de infortunios. La población, entre pescadores y finqueros, logró salir de esta decadencia traída por el terremoto de 1746 y así encaminar al pueblo hasta su creación como distrito el 26 de octubre de 1874. Entre los fundos pacayares de aquellos años destacaban el Premio Real, la Condesa y el San Antonio y Larrión.

El nuevo distrito tuvo como primer alcalde al General Pedro Bustamante y como capital a la Ermita, una pequeña capilla donde acudían humildes pescadores y viajeros. Poco después, se construyó la inspiración de Chabuca Granda, el Puente de los Suspiros. Curiosamente se inauguró un día de San Valentín de 1876 con la finalidad de ver viable el paso de las riberas de la ciudad. Estos dos íconos barranquinos han sufrido innumerables daños. Sin embargo, se han recuperado y actualmente se encuentran entre las atracciones más concurridas del distrito.

En los siguientes años, al igual que en sus inicios, Barranco atravesó una serie de problemas que detuvieron su avance; dos hechos que pusieron a prueba a sus pobladores. En primer lugar, la Guerra del Pacífico que ocasionó muchas pérdidas en el bando peruano. Este dato no fue ajeno a Barranco que fue saqueado e incendiado el 14 de enero de 1881. Posteriormente, un terremoto en 1940 destruye gran parte de la zona histórica. A pesar de estos incidentes, Barranco recuperó la esencia y atracción gracias a la esforzada labor de sus vecinos y autoridades que nunca se dieron de vencidos.

Durante las primeras décadas del siglo XX, Barranco recibe toda la mirada de la sociedad limeña por sus apacibles balnearios. Un considerable número de bañistas recorrían la “Bajada de los Baños” entre olivos y árboles de sauces para finalmente, degustar de unos atardeceres de ensueño en los Baños de Barranco. En la actualidad, este famoso pasaje está rodeado de antiguas casonas, bohemios bares y espléndidos restaurantes que brindan al visitante un momento cercano a la cultura viva de la capital de la tradición limeña.

Foto Marco Gamarra

El aporte de varios extranjeros residentes dio otra mirada a Barranco: las casonas y malecones evidencian lo pintoresco que puede resultar la unión de la arquitectura republicana peruana y la europea. Muchas se han convertido en pubs y discotecas que ofrecen a los jóvenes y adultos una noche de diversión y fiesta.

Foto Marco Gamarra

Contradictoriamente a sus escasos 3,33 km² de extensión, Barranco ostenta suntuosos sitios para visitar y conocer. La cercanía con las costumbres de antaño, la convierte en el lugar donde vive la tradición. Leer más »