Fin del celibato obligatorio y diaconado femenino, propone Iglesia en Bélgica

6:00 p.m. | 20 mar 24 (LV/CX).- En la previa de la Asamblea del Sínodo de octubre de 2024, los obispos belgas han hecho público el borrador de un documento que debatirán en las diócesis y luego llevarán a Roma, en el que piden el diaconado femenino y el fin de la obligatoriedad del celibato. Han partido de tres prioridades: la necesidad de un diálogo abierto con los acontecimientos mundiales, la percepción de las tradiciones de la Iglesia como dinámicas y en constante evolución, y la solicitud de una descentralización de ciertas decisiones para promover una unidad en la Iglesia que tome en cuenta su legítima diversidad.

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Los obispos belgas reclamarán cambios importantes a la Asamblea del Sínodo que tendrá lugar en octubre en el Vaticano, la culminación del debate sobre la sinodalidad en la Iglesia, que en su proceso ha recogido inquietudes de los fieles de todo el mundo. Entre las propuestas que quieren plantear a Roma figuran el fin del celibato obligatorio y la ordenación de viri probati (hombres casados de fe probada y madura) y de mujeres diáconos. “Esas cuestiones no tienen por qué ser obligatorias ni estar prohibidas en todo el mundo”, plantea el episcopado belga, partidario de descentralizar algunos poderes de la Iglesia para adaptarse mejor a las realidades sociales de los diferentes países.

Las iniciativas figuran en una carta remitida a las distintas diócesis-1 de Bélgica para su estudio y debate, un posicionamiento con el que los obispos del país, conocidos por sus acentos aperturistas, apuestan claramente porque las tradiciones de la Iglesia consideren los cambios sociales del mundo actual. El punto de partida es la idea de que “una Iglesia misionera sinodal requiere un diálogo abierto con el mundo que nos rodea”. La Iglesia, dice, no puede limitarse “a una vía de un solo sentido” cuando se trata de compartir el Evangelio con el mundo.

Para ello, proponen que el Sínodo de los Obispos “defina nuestra(s) tradición(es) eclesial(es) como dinámica(s) y en constante desarrollo“. También piden que se aliente la búsqueda de “una forma concreta a la descentralización” de ciertos temas de discusión en la Iglesia, “lo que nos permite trabajar juntos en la unidad con más legítima diversidad”.

“Los obispos han querido retomar los trabajos de la primera sesión del Sínodo y proseguir su reflexión a petición del secretariado del Sínodo. Por ahora, el objetivo es debatir lo que enviaremos a Roma la próxima primavera”, declaró Tommy Scholtes, sacerdote jesuita que ejerce como uno de los portavoces de la conferencia episcopal. Abogando por esa “Iglesia misionera sinodal”, los obispos de Bélgica impulsan “una Iglesia que debe tener el valor de poner su Tradición -sus tradiciones- en conversación con los conocimientos actuales procedentes de la investigación teológica, filosófica y científica”. “La Iglesia está cambiando en un espíritu verdaderamente sinodal“, concluye Scholtes. “No tengamos miedo de hablar, dialogar y rezar”.

Los obispos belgas piden adoptar decisiones en tres áreas “prioritarias”. En primer lugar, llaman a reflexionar sobre el lugar de la mujer en la Iglesia y piden dejar que ciertas medidas se tomen a nivel local o continental, como otorgar una mayor responsabilidad pastoral a las mujeres y su ordenación como diáconos o diaconisas, un grado eclesiástico inmediatamente inferior al sacerdocio que les permite ejercer determinados ministerios. “La igualdad de sexos, la importancia de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no son modas, sino desarrollos que refuerzan la comprensión del Nuevo Testamento de la igualdad de hombres y mujeres en Cristo”, afirman.

Pero también son conscientes del impacto cultural, y afirman que “la asignación de responsabilidades pastorales cada vez mayores y la ordenación diaconal de mujeres no deberían ser obligatorias ni prohibidas universalmente”.

En segundo lugar, la nota señala el antiguo debate acerca del celibato sacerdotal, diciendo: “Desde hace mucho tiempo existen fuertes dudas sobre la obligación del celibato para los sacerdotes y diáconos que enviudan”. A este respecto, dijeron que es necesario “redescubrir la naturaleza simbólico-sacramental del ministerio ordenado”. Señalaron que la relación entre la ordenación sacerdotal y la autoridad absoluta en la toma de decisiones requiere una nueva aclaración y pidieron que tanto los sacerdotes como los diáconos involucren más a los laicos en el proceso de toma de decisiones, “trabajando en equipos en los que los laicos también tengan un rol relevante”.

Con respecto al controvertido debate sobre la ordenación sacerdotal de los viri probati, en latín, literalmente, hombres probados (de fe probada y madura) -una de las principales propuestas del Sínodo de los Obispos para la Amazonía (2019) sobre la que el papa Francisco decidió no actuar-, los obispos también aportaron su opinión, dando una señal de apertura. “La ordenación sacerdotal de viri probati no debería ser universalmente obligatoria o prohibida”, dijeron los obispos en el texto.

La tercera prioridad que piden abordar es la comunicación con los jóvenes. Su propuesta, invertir más en “dar testimonio del Evangelio en el mundo digital“. Para ello, sugirieron que se establezca un mecanismo a nivel de conferencias episcopales locales y asambleas continentales, “para que cada iglesia local tenga las oportunidades necesarias para estar presente en el mundo digital”. A partir de ahora, según Kerknet, la carta de los obispos belgas con las propuestas se someterá a debate en las distintas diócesis del país.

Las diócesis belgas debatirán estas ideas hasta el 7 de abril y enviarán sus conclusiones al obispado de cara a consolidar su contribución final al Sínodo. Además, el comité teológico de la Conferencia Episcopal belga también estudiará las cuestiones abordadas en la carta, profundizando en aspectos relacionados con la tradición eclesiástica y los diversos oficios y ministerios de la Iglesia.

Las opiniones recabadas por el portal especializado Kerknet son positivas. El teólogo y consultor del sínodo Alphonse Borras apoya la carta y advierte contra el riesgo de que el proceso se quede en “meros intercambios sobre grandes ideas” en lugar de trabajar sobre los “temas prioritarios” como los identificados por los obispos belgas.

Geert de Cubber, diácono y participante con derecho a voto en la Asamblea del Sínodo, defiende que el documento es fiel a las ideas del concilio Vaticano II. “Los cambios nunca son obvios. Algunas reacciones muestran una tradición rígida”, pero “la mayoría de los creyentes” acogen “calurosamente” las propuestas, sostiene. “Sí, la tradición es importante y no podemos simplemente dejarla de lado, pero debe ser una tradición viva. Un viejo dicho de la Iglesia dice: Ecclesia sempre reformanda: la Iglesia siempre debe ser reformada. El único criterio que cuenta es: ¿ponemos a Cristo en el centro de lo que decimos y hacemos?”, defiende De Cubber.

La forma de los obispos de Bélgica al trasladar a los fieles el debate sinodal es muy diferente al que han tenido sus vecinos del norte, destaca Laetitia van der Lans, de la Red de Mujeres Católicas en los Países Bajos, donde se parte de un material de discusión neutral. “Acepto sus propuestas y miro con asombro y admiración el vigor de nuestros obispos vecinos. Espero sinceramente que los fieles belgas apoyen estas propuestas”, dice. En la vecina Francia, el medio especializado Tribune Chretienne critica duramente a los obispos belgas por “decir que sí a todo” y aceptar “un nuevo orden en el que los valores del mundo dicten el paso de la Iglesia”.


El Sínodo sobre la Sinodalidad

El Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, un recorrido plurianual abierto formalmente por el papa Francisco en octubre de 2021, tiene su fundamento en un proceso de consulta global que se ha desarrollado a nivel local, continental y universal, y que se cerrará con la segunda reunión de Roma de este año, prevista del 2 al 27 de octubre. El Sínodo ha tenido matices polémicos debido a que se han debatido algunos temas controversiales, como la ordenación sacerdotal de mujeres, el diaconado femenino, el sacerdocio conyugal y el acercamiento a la comunidad LGBTQ+.

Las cuestiones relacionadas con las mujeres, en concreto la ordenación sacerdotal y diaconal de mujeres, y las cuestiones LGBTQ+ han sido hasta ahora las más divisivas y polémicas, con importantes niveles de desacuerdo entre los participantes. Aunque el papa Francisco se ha mostrado favorable al debate sobre el diaconado femenino y la ordenación de viri probati a lo largo de sus casi 11 años de papado, y ha tenido repetidas ocasiones de tomar medidas, todavía no ha tomado ninguna, y no está claro qué decisión tomará, si es que toma alguna, al final del proceso sinodal de este año.

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Fuentes

La Vanguardia / Crux Now / La Croix International / Foto: Sierra Madre

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