Xiskya: Misionera digital con voz y voto en el Sínodo

3:00 p.m. | 1 set 23 (RVN/RD).- Más de 40.000 seguidores en Instagram y 700.000 en TikTok son los números que acumula Xiskya Valladares. A sus 54 años, esta religiosa de la Pureza de María –licenciada en Filología Hispánica, máster en Periodismo y doctora en Comunicación– es también cofundadora de la plataforma de evangelización online iMisión, la cual vincula a 71.761 misioneros y misioneras digitales de todo el mundo. Fue una de las promotoras de “La Iglesia te escucha”, que llevó la fase de escucha del proceso sinodal a las redes sociales, y fue elegida por el Papa para participar y ser voz de los misioneros digitales en la Asamblea de octubre.

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“Vivo con mucha responsabilidad votar en el Sínodo”

La revista Vida Nueva entrevistó a Xiskya Valladares, a pocas semanas del inicio de la Asambla del Sínodo sobre la sinodalidad. La religiosa fue una de las elegidas para promover “La Iglesia te escucha”, una macroencuesta hecha a 350.000 personas que, a través de las redes sociales, expresaban su sentir acerca de la Iglesia. Ahora, se ha convertido en una de las mujeres elegidas por el papa Francisco para participar y votar por primera vez en la historia en una Asamblea del Sínodo.

¿Cómo ha vivido este nombramiento?

Me ha sorprendido muchísimo. La verdad es que no me lo esperaba. Cuando recibí la noticia, viví un cúmulo de emociones. Por un lado, sentí que es una responsabilidad enorme; por otro, agradecimiento; y, también, miedo, alegría. Pero poco a poco vas asimilándolo y pensando que, si el Espíritu Santo ha querido esto, que sea él quien termine la obra.

Al fin y al cabo, no solo llevará su voz, sino la de muchas otras personas…

Claro, por eso, ese sentimiento de responsabilidad, porque no hablo en nombre propio, sino en el de todos los misioneros digitales y en el de todas las personas que hemos escuchado en el continente digital.

¿Qué perspectivas tiene de su participación en el Sínodo?

Por el momento, tengo muy pocos conocimientos de lo que va a ser. Ahora mismo solo sé que el 29 de septiembre tengo que estar en Roma, que el 30 participaremos de la vigilia ecuménica en la plaza de San Pedro y que el 1, 2 y 3 tenemos retiro espiritual en Roma. El día 4 es la inauguración, hasta el 24 de octubre. Para mí, encontrarme con tanta gente tan importante en la Iglesia es un aprendizaje también. Va a ser una experiencia única, porque es gente que ha vivido muchas cosas dentro de la Iglesia, con una trayectoria muy amplia. A parte de todos los expertos que han invitado, que son muchísimos y también pueden aportar mucho.

Además, es el primer Sínodo en el que va a haber una representación femenina con derecho a voto. ¿Estamos ante un cambio de paradigma en la Iglesia?

Sí, esto es un hito histórico que cambia muchas cosas. No se trata de que una mujer pueda tener un cargo dentro del Vaticano, que ya las hay, sino que también otras, que no estamos en el Vaticano y no tenemos un cargo, también podamos ser escuchadas.

Los misioneros digitales han nacido casi de manera espontánea. ¿Llegará el momento en el que, al igual que en otros ámbitos de la Iglesia, se tenga que regular la forma o el contenido?

De momento estamos empezamos a existir para la Iglesia jerárquica. Hace un año apenas existíamos. Ahora, no solo existimos, sino que se nos tiene en cuenta. Hemos tenido un Sínodo digital al que hemos llamado “La Iglesia te escucha“, en el que hemos aportado mucho con esas 350.000 respuestas. Ahora, el formar parte del Sínodo es un segundo avance.

¿Cuáles son las claves de comunicar de forma evangélica?

Lo que el Papa ha llamado la cultura del encuentro. Cuando comunicamos y no hay encuentro, no hay auténtica comunicación, que supone un contacto de almas. A veces ocurre todo lo contrario: hay mucha mundanización, mucha crispación y mucha división, sobre todo en Twitter. Pero necesitamos seguir insistiendo e intentándolo, creando una cultura del encuentro incluso donde parece que no puede haberla, que es una utopía.

El Dicasterio para la Comunicación ha publicado un documento en el que se dan pinceladas de cómo ser un buen cristiano en las redes sociales. ¿Era necesario?

Era completamente necesario. Lo malo es cómo se interpreta luego, porque el que es “hater” no se identifica a sí mismo como tal. Son apologetas que se creen que están defendiendo la doctrina, o una Iglesia que, simplemente, está a su medida. Es difícil que identifiquen que se lo tienen que aplicar.

¿Se ha encontrado con muchos “haters”? ¿Cómo se gestiona eso?

Me encuentro con bastantes “haters”. Y, además, a partir de este nombramiento para participar en el Sínodo, parece que han despertado todos los que estaban dormidos. Ha sido una avalancha. De mi parte, solamente intento dialogar con las personas que quieren dialogar. Cuando ves que hay odio, o insulto exagerado, cuando te llaman hereje o demonio, es mejor no escuchar, pasar página. Eso sí, rezar por ellos.

Llama la atención que esos insultos y esa violencia provenga de personas que se definen como cristianas.

Sí, pero está sucediendo un fenómeno que, personalmente, creo que no habíamos vivido, y es que hay mucho odio hacia Francisco. Y, los que le critican a él, critican a todos los que intentamos hacer caso de lo que dice y vivir un poco en sintonía con su magisterio. Además, eso las redes sociales lo amplifican. Tal vez antes sí existía, pero no había canales para hacerlo público, así que no era tan evidente. En cambio, ahora, está todo magnificado.

Con iMisión han hecho un importante esfuerzo por profesionalizar la comunicación en la Iglesia. ¿Por qué sigue habiendo sectores que se niegan a comunicar? ¿Es miedo?

Había mucha gente que demonizaba las comunicaciones dentro de la Iglesia, pero eso está cambiando mucho. Desde iMisión, lo que intentamos es ofrecer la formación necesaria, pero ahora también hemos ampliado la organización internacionalmente para responder a aquello que la gente está cuestionándose en las redes. Ayuda bastante a los misioneros digitales, a la hora de dar respuesta a aquello que les llega, que estas no sean superficiales, sino multidisciplinares y profundas.

Al Sínodo va después de haber hecho un estudio muy amplio sobre el sentir de las redes. ¿Qué han descubierto?

Más que descubrir algo, hemos confirmado lo que ya sospechábamos: que hay mucha gente que se siente herida por la Iglesia, por personas de Iglesia que les han hecho sentirse rechazados. Por ejemplo, personas divorciadas que no pueden comulgar, que no entienden el lenguaje de las celebraciones litúrgicas, que han ido a confesar y se les ha negado la absolución. Hay historias de personas con nombres y apellidos, que no son un número.

Por otro lado, una cosa que nos sorprendió muchísimo es que el 30% de las personas que nos respondieron se sienten alejadas de la Iglesia o ateas. Eso significa que estamos llegando a gente que no va a las parroquias y que no tiene un sitio en ellas. Sin embargo, estamos conectando, y esto es un regalo del Espíritu Santo, porque es lo que el Papa llama ser Iglesia en salida.

¿En qué cree que ha fallado la Iglesia para que la gente no se sienta escuchada?

Tenemos que volver al Evangelio, intentar ser como Jesús, que acogía y perdonaba. Se nos ha olvidado ser así. Nos hemos quedado en las formas, en los ritos, en las apariencias. Después de siglos de historia, necesitamos una vuelta al Evangelio de forma radical. Jesús pisaba la tierra, sanaba enfermos, perdonaba, oraba con la gente, se acercaba… Y nosotros hemos olvidado mucho esto.

¿Está solventando esto Francisco?

Totalmente. Lo tenía claro desde que lo nombraron Papa, y está siendo una carrera de fondo. Me acuerdo de las primeras críticas que recibía, porque le han criticado de ambos lados, pues algunos señalan que “dice, pero no hace”. Sin embargo, ha ido haciendo poco a poco hasta esta gran inspiración que ha tenido del Sínodo de la Sinodalidad.

Un Sínodo que ha sido criticado dentro de la misma Iglesia.

Lo estamos viendo todos los días: hay un sector que no entiende que haya necesidad de hacer este Sínodo, y que además lo llama hereje porque creen que su finalidad es la de cambiar la doctrina, y no es eso.

¿Cree haber conseguido que caigan prejuicios al mostrarse en las redes?

Lo que sí sé es que muchísima gente me agradece mis respuestas y ha cambiado su visión de la vida religiosa. Incluso hay un grupo mínimo de personas que ha vuelto a la Iglesia, no solo gente que estaba bautizada y que vuelve, sino nuevos cristianos que se han bautizado durante estos últimos dos años.

Un misionero digital, ¿tiene que saber cuándo desconectar?

Si no sabes desconectar en tiempos de oración, en misa, compartiendo con tu comunidad, en los ejercicios espirituales, en el diálogo con personas cercanas. En definitiva, si no te alimentas, si no vives, no tienes un contenido profundo que ofrecer en las redes.

LEER. Síntesis de la conversación de escucha – Sínodo Digital (PDF)

Misioneros digitales en el Sínodo de la Sinodalidad

El Continente Digital estará presente en el Sínodo. Y aunque con expectación, nos llena la ilusión y la esperanza. Nuestra Madre querida, la Iglesia, nos acoge, nos escucha, nos integra. Esperamos ser escuchados (por algo el tema es la Sinodalidad), que conozcan el dolor de tanta gente alejada de la Iglesia que sufre por la falta de su Madre en sus vidas.

Esperamos hacer presente sus voces y también la de tantos misioneros digitales que llevan años dedicados a la evangelización llegando a donde la Iglesia jerárquica no llega, más allá de las fronteras de la oficialidad. Trabajando con escasos recursos, en sus tiempos libres, muchos incomprendidos por sus obispos, por algunos hermanos católicos y por algunos miembros de sus propias comunidades.

El entorno digital, y en concreto los misioneros digitales, estamos en diario contacto con seres humanos de carne y hueso, con sus circunstancias, sus preguntas, sus cuestionamientos, sus anhelos, que de algún modo buscan a Jesús, se preguntan sobre Dios, y muchas de ellas no se plantean encontrarlo en los ámbitos presenciales que la Iglesia posee. En su mayoría jóvenes, pero también de otras edades. Ellos nos han expresado cosas muy serias en la fase de escucha.

También aportamos métodos nuevos. No sólo “usamos” los dispositivos digitales, sino que vivimos nuevas formas de diálogo comunitario, lenguajes variados y con distintos grados de profundidad, para poder adecuarnos a la mentalidad de nuestros seguidores. Se acusa a las redes de superficialidad, y en algunos casos es cierto. Pero existe una manera de pensar juntos en redes sociales, y parte de nuestra misión consiste precisamente en elevar el nivel de la reflexión, hacer más profundas las preguntas y las respuestas, haciendo a las personas sentirse acompañadas y en un camino de crecimiento humano y –si lo desean- de fe.

El fondo es el mismo que la Iglesia tiene como un tesoro desde su fundación: el Evangelio, el modo de actuar de Jesús, la misericordia de Dios, la voz del Papa, una llamada a convertirnos al amor.

LEER. El Sínodo Digital acerca la Iglesia católica a los nativos digitales

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Fuentes

Revista Vida Nueva / Religión Digital / RTve.es / Videos: Rome Reports – Hagan Lio / Foto: Vida Nueva

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