Caminar por la PUCP sería dificultoso si no existiese el famoso Tontódromo, la vereda principal del campus que conecta a casi toda la universidad. Tiene una extensión de 550 metros y es paso obligado para las más de veinte mil personas que, aproximadamente, visitan diariamente la universidad.
Existen muchas versiones del porqué de su nombre. ‘Tontódromo’ es sin duda un nombre que llama la atención. Este peculiar término proviene de dos palabras: ‘tonto’ (alguien que carece de juicio o de razonamiento) y ‘dromo’ (lugar). Me identifico, sin embargo, con una en particular. A lo largo de esta avenida, desde ya hace varias décadas, transcurrían parejas de enamorados, universitarios ellos, que, cuales ‘embobados’ de amor, caminaban en medio de suspiros y miradas. Se agarraban de la mano, y cuales tontos, caminaban por este tramo largo, en la mayoría de veces para matar el tiempo, alejados del mundo y de todos los deberes de la universidad.
Esta vía es reconocida por muchos estudiantes, pero no tanto por ello. Se ha convertido en un emblema por cumplir un valioso rol en la vida del estudiantado: permite un movimiento rápido de un extremo al otro de la universidad. Por ello que es una de las siete maravillas de la PUCP. Junto a Luis Grau recorrimos el ‘Tontódromo’. Aquí el video.