Fueron dos décadas donde se vivió la violencia más cruel e irracional en toda la historia republicana del Perú. La democracia sufrió los ataques de un grupo subversivo movido por un fundamentalismo radical y genocida. Era deber y responsabilidad del Estado establecer una línea de defensa que acabase con el baño de sangre que originaba el PCP-Sendero Luminoso por todo el país. A diferencia de lo que señalan algunos políticos tradicionales, la comisión que se formó para redactar un documento sobre el proceso de violencia que devastó al país a partir de 1980, la CVR, reconoció la labor de las Fuerzas Armadas (FFAA) y Policía Nacional (PNP) en el combate contra el terrorismo, y a su vez, indicó que el movimiento liderado por Abimael Guzmán fue “el principal perpetrador de crímenes y violaciones a los derechos humanos”.
Las conclusiones de la CVR deberían ser estudiadas en los colegios.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) tuvo en sus manos la respetable responsabilidad de entregar un documento a las autoridades del Estado –por ello su carácter oficial- sobre el proceso de violencia que sufrió el Perú a manos de Sendero Luminoso. Es categórica la CVR y nada condescendiente con Sendero Luminoso al señalar en su informe final que el PCP-SL “representa la expresión de una ideología fundamentalista, sin respeto a la vida”, que es una organización “subversiva y terrorista”, que Abimael Guzmán es “quien tiene la responsabilidad mayor en el diseño de una estrategia militar que buscaba consciente y constantemente utilizar métodos terroristas para capturar el poder e implementar un proyecto estatal totalitario”, que su “ideología y estrategia (…) fueron causa de hechos atroces, y la generalidad y sistematicidad de estas prácticas demuestran fehacientemente (…) que miembros del PCP-SL y en especial su dirección nacional y su denominada «jefatura» tienen directa responsabilidad por la comisión de crímenes de lesa humanidad”.
Estas descripciones y apuntes sobre Sendero Luminoso que hace la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y que esta vez nos lo hace recordar el especialista en Derechos Humanos, Ronald Gamarra en su artículo ‘Un documento excepcional: el Informe Final de la CVR’ (La Mula, 2012), evidencian el carácter condenatorio de los miembros de la CVR hacia el terrorismo de Sendero Luminoso. Asimismo, la CVR resalta que Sendero Luminoso “cometió gravísimos crímenes que constituyen delitos de lesa humanidad”, que “fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones a los derechos humanos”, que “fue responsable del 54% de víctimas fatales reportadas”, que la cifra total de víctimas fatales provocadas por Sendero Luminoso “asciende a 31,331 personas”, que las muertes que perpetraron, con extrema sevicia, “nos habla de su ferocidad excepcional”, que “la perfidia con la que actuó el PCP-SL en el terreno, escudándose en la población civil, evitando el uso de distintivos y atacando a traición, entre otros métodos similares como el recurso a acciones terroristas, constituyó un calculado mecanismo que buscaba provocar reacciones brutales de las fuerzas del orden contra la población civil, incrementando en una forma extraordinaria los sufrimientos de las comunidades”, y que para Sendero Luminoso “los derechos humanos tenían un carácter ‘burgués’ reaccionario contrarrevolucionario» y eran opuestos a los que ellos denominaban ‘derechos del pueblo’”. La CVR remarca el desprecio de Sendero Luminoso por la democracia.
Revisando la condena a los actos terroristas y a la organización misma que emprende la CVR no resulta comprensible una crítica centralizada en una posible condescendencia hacia Sendero Luminoso. ¿Qué a la CVR puede sumársela mayor información y detalle? Es evidente. Este documento no es la biblia, y los propios comisionados son categóricos en aceptarlo. Lo que sí es absurdo es señalar que la CVR respalda a Sendero Luminoso o que existe una apología a las ideas de dicho movimiento terrorista –al denominado Marxismo-Leninismo-Maoísmo-Pensamiento Gonzalo-. ¿Es verdad que no ha ayudado a la reconciliación? Ello depende de qué entendamos por reconciliación: ¿el uso de la justicia o el silencio de los crímenes? Si creemos en el primer concepto, la CVR ha ayudado mucho. Los tribunales peruanos han utilizado como base el informe final de la CVR para condenar a muchos criminales –al propio Abimael Guzmán-. Cuando el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) rechaza la inscripción del MOVADEF, fachada de Sendero Luminoso, toma en consideración el informe final para describir qué es el pensamiento Gonzalo.
Efectivamente, una de las razones por las cuales el MOVADEF se ha manifestado y ha tenido cierta acogida –más por el desconocimiento de los jóvenes que por convicción- es la indiferencia de los últimos gobiernos hacia el informe final: si se hubiese asumido las recomendaciones, el panorama sería distinto: no habrían jóvenes seguidores de Abimael Guzmán.
Muchos políticos tradicionales –entre los más fervientes críticos de la CVR figuran Martha Chávez, Rafael Rey o Keiko Fujimori-, se han dedicado a despotricar contra el informe final, lo cual sería válido si mediante su crítica aportaran soluciones integrales a los errores que ven en dicho documento. Ellos, pues, hubieran preferido un informe tímido y que solo contara medias verdades. Pues no, el informe final ahondó y encontró responsabilidad también en el Estado peruano: crímenes de lesa humanidad perpetrados por agentes estatales como el Grupo Colina(entre ellas figuran violaciones a mujeres, asesinatos a niños y una serie de actos comparables en irracionales a los de Sendero Luminoso).
Muchas fuerzas del orden –policías y militares- enfrentaron a Sendero Luminoso con valentía y pundonor; otros, sin embargo, cometieron actos despreciables, comparables incluso con los que cometía el movimiento liderado por Abimael Guzmán. La Comisión de la Verdad y Reconciliación halló responsabilidad en estos últimos. Es evidente que los críticos asiduos de la CVR hubieran preferido contar una parte de la historia. Que cada uno elija el lugar en el que quiere situarse. Si les nace ubicarse al lado del escuadrón de aniquilamiento Colina o de Sendero Luminoso; o, por el contrario, elegimos por la vida, los derechos humanos, la justicia y la democracia. Concuerdo con Ronald Gamarra y opto definitivamente por lo segundo. Leer más