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28/12/10: José Agustín de la Puente: una vida dedicada al estudio de lo peruano

Por: Marco Gamarra Galindo

La Biblioteca Marquense entrevista al ilustre y reconocido historiador José Agustín de la Puente Candamo, uno de los personajes que más ha estudiado los temas de la Independencia y la formación de la identidad peruana. En esta conversación, el Dr. de la Puente comenta los orígenes de su tan apasionada afición por la historia peruana, su identificación con el proceso de mestizaje y sus paseos diarios por el Centro de Lima. Asimismo, explica cómo el estudio de lo cotidiano es una fuente valiosa para conocer cómo nació el Perú. Confía, además, en que los jóvenes fomentarán la creencia en el Perú. El Dr. De la Puente recibió la Orden del Sol del Perú este año, la más alta distinción otorgada por el estado peruano.

¿Cómo surge su pasión por la historia del Perú?
Yo diría que nació en mi vida de familia. Mi abuelo José de la Puente fue historiador y mi padre conservaba en la casa sus papeles y sus libros. Me acuerdo el entusiasmo que yo viví cuando descubrí los libros de Paz Soldan y de Manuel Mendiburu que él había conservado. Ese contacto con el abuelo y los recuerdos que mi padre contaba en la casa, además de los relatos que mi madre también compartía, alimentaron mucho a mi vocación por la historia.

Los libros que su familia conservaba en casa permitieron que José Agustín de la Puente se sienta involucrado con los pasajes más anecdóticos de nuestra historia.

¿El hecho de haber tenido un entorno familiar dedicado al servicio del país influyó también en su interés por conocer la historia de lo peruano? Por ejemplo, su padre fue alcalde de Magdalena Vieja y su abuelo Manuel Candamo Iriarte, presidente dos veces del Perú.
Es verdad. El ambiente de familia fue muy fuerte en mi caso, y diria que allí nació mi cariño por la historia. A mi abuelo presidente no lo pude alcanzar. Pero sí recuerdo vivamente las historias que mi abuela nos contaba sobre los tiempos de la guerra con Chile, de lo temas políticos. Tenía muy buena memoria. Cuando fui al colegio, a La Recoleta, habian unos muy buenos profesores de historia que despertaron más entusiasmo en los alumnos por la historia misma. En la universidad ya confirmé mi devoción por la historia a través del contacto con profesores importantes que fueron para mí un apoyo y un ejemplo.

Sus paseos cotidianos por la Casa Hacienda Orbea, propiedad suya en Pueblo Libre, permitieron que usted estuviera en contacto cercano con lo cultural y lo histórico, desde muy temprano.
Claro que sí. Un poco de lo que nuestro padre nos decía, el cariño a la casa como parte de la vida. Sin duda, tiene su importancia. Como usualmente incentivo en las clases: cada alumno debería fomentar el conocimiento de su propia familia y conocerse. Recuerdo el ejemplo de una chica que quería hacer su tesis y no sabía que era bisnieta de un personaje de la guerra con Chile, y yo le explique que seguramente tenía los papeles en su casa, y sí los tenia pero la chica no les daba importancia. Por eso el conocerse a uno mismo y a su familia es fundamental para la historia. Ahí observa cómo uno no está solo en la vida, cómo uno esta acompañado por otras persona, por recuerdos y por memorias.

José Agustín de la Puente solía compartir reuniones de materia con personalidades como Jorge Basadre y José de la Riva Agüero, a quienes recuerda con gratitud y agradecimiento por las amplias conversaciones de historia que mantuvieron.

¿Qué debemos apreciar de la historia?
La idea de continuidad, de cómo las cosas no comienzan con uno ni uno las ha inventado, sino que uno es parte de una continuidad histórica. El cariño y respeto al libro, a la carta y a la fotografía antiguas, eso lo viví desde chico. Me acuerdo que mi padre repetía una tesis de Riva Aguero: “que los papeles se deben romper solos”, y cómo la propia historia personal es importante, de cómo la historia no es solo, pues, de Bolívar ni de Napoleón sino también de los comunes. Somos fruto de la historia y al mismo tiempo hacemos historia.

¿Con qué suceso de la historia del Perú se identifica más, qué hecho lo embarga más de interés y curiosidad?
La pregunta es terrible, es difícil. Hay muchos, de distintos estilos. A mí me apasiona el tema del mestizaje: el encuentro del español, del negro y del andino, de cómo nacimos a pesar de que nadie se pusiera a pensar en cómo ibamos a crear el Perú, de cómo surgimos de la vida cotidiana y de lo espontáneo. El país, pues, nació en esa relación de culturas. Por ejemplo, me resulta apasionante lo que mencionó Garcilaso: “Soy mestizo y lo digo a boca llena, me honro con ello”. Él era hijo de una ñusta imperial y de un conquistador español y aún así, une ambas herencias. Yo creo que es uno de los momentos más interesantes de la historia del Perú porque es como la partida de nacimiento del país.

Cómo olvidaremos, cuando a puertas del salón L214, algunos alumnos eramos testigos de su caminar lento pero imponente, paciente pero firme. Lucía un elegante saco y era propietario de una amable presencia. Junto a él, siempre un par de libros. Para nosotros la escena advertía el momento de ingresar y escoger, muchas veces intempestivamente, las carpetas mejor posicionadas.

Una fuente valiosa para entender y conocer cómo se hizo el Perú es el estudio de lo cotidiano. Usted respalda mucha esa idea, podría comentarlo con nuestros lectores?
Claro que sí. Yo diría que se ha vivido mucho la historia de lo político, de lo militar, de lo ideológico y se ha olvidado la historia de lo corriente. Yo siempre pienso que ese ha sido el meollo del nacimiento del Perú. Uno puede poner una serie de ejemplos: el encuentro del trigo con el maiz, el encuentro de la llama con la mula, el encuentro de las frutas europeas como la uva o la naranja con la papaya o la palta. Comó ese encuentro de mundos distintos generó un tercer mundo. Evidentemente los españoles eran los que lo gobernaban pero en la vida cotidiana no mandaba nadie. Ahí apareció la influencia del mundo andino, español y negro, y nació una sociedad que no era ninguna de ellas, sino peruana. Yo creo que lo cotidiano explica bien el surgimiento del Perú.

¿El resultado de esta convivencia de personajes se refleja claramente, por tomar un ejemplo que hoy está en boca de todos, en el tema de nuestra gastronomía?
Exactamente. Otro tema que está de moda es la cocina nacional que es un signo del Perú. ¿Por qué la cocina española o la andina no es la cocina peruana en sí? Es porque se ha creado una sociedada distinta, sin que eso signifique necesariamente que todo fuese perfecto, pero hay algo que es la originalidad. Lo que, por ejemplo, dijo Bolívar: “no somos europeos, no somos aborígenes, somos una especie nueva”. Eso es muy lindo.

Dr. De la Puente, usted siempre ha tenido una vision positiva de lo significa ser peruano ¿es una opinión que deberiamos respaldar todos y por qué?
Yo creo que sí. El tener certeza de que tenemos un país legítimo, una sociedad que no es fruto de una guerra o de la imposición de un hombre. El Perú es fruto de una historia de miles de años que nos ha creado como somos hoy día. Nuestro país es consecuencia de cosas buenas, y de cosas negativas también, pero que todas forman el pasado peruano. El tener conciencia de que el Perú es un pais materialmente pequeño en el mundo pero es un país legítimo, no una nación inventada, sino es obra de la historia.

El doctor José Agustín de la Puente Candamo tiene el orgullo de ser el catedrático con más años de docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Inició en 1947.

Una de las etapas más difíciles que tuvo que afrontar el Perú fue la guerra con Chile. ¿Es cierto que el Perú, después del conflicto, pudo desaparecer?
Está muy bien formulada la pregunta. Después de la guerra no teníamos Ejército, no teníamos Marina, no teníamos economía: el Estado estaba desecho. El país se levanta por la voluntad de las persona, voluntad que les decía que querian seguir siendo peruanos. El Perú pudo desaparecer, las naciones no son eternas, pero no desaparece por su fuerza espiritual en el alma de su gente. Basadre es una figura muy bonita que lo explica muy bien: un peruano, al amanecer, comenzaba a trabajar porque quería seguir siendo peruano. Yo creo que es el momento mas interesante en la historia de la República, un momento terrible pero de gran fuerza espiritual al mismo tiempo. Piense que en aquel tiempo no había un órgano internacional, nadie moderaba el espíritu del vencedor. El Perú no tenía ningun apoyo de afuera, más que de su soledad, y nos levantamos con el trabajo.

En cuanto a Lima, nuestra capital ha dejado de ser la de antaño. ¿Cómo ha visto usted ese cambio? Muchos acontecimientos inéditos han sucedido en Lima como la expansión demográfica de la ciudad, por ejemplo.
Veo positvo el cambio de Lima. Hay mucha gente contemporánea que no está de acuerdo y piensa que el cambio ha sido malo. Yo creo que hay algo muy interesante: podemos tener dificultades por los servicios, por la congestión de gente, pero hoy día Lima es una miniatura del Perú. Como dije alguna vez en clase: hoy Lima no es la ciudad criolla que miraba más al mar que a la sierra. Hoy día Lima es un muestrario del Perú. Todas las provincias están representadas en la capital, todas la urbanizaciones nuevas son interesantísimas porque son obra de esas personas que llegaron aquí. Lima, a principios del XX, tenia 100,000 habitantes y vivia de sí misma. Hoy tiene 8 millones y se abastece de Cañete o del Mantaro. Hoy los peruanos nos conocemos más. Yo lo veo con optimismo.

¿Le parece que la Lima que conoció en su juventud ha perdido mucho de sus costumbres? ¿Qué le gustaría que regresara?
No Lima específicamente sino el mundo ha perdido mucho en la crisis de la conversación. Muchas veces por el horario corrido una familia no se encuentra en el almuerzo ni en la cena. La vida de familia ha sufrido mucho por las exigencias materiales de nuestro tiempo. En mi generación, la conversación después de almorzar o de comer era un ingrediente de nuestra vida y de nuestra educación. Ahora una conversación así ya no se da. Inclusive en las fiestas la música es tan fuerte que no hay posibilidad de conversar. Recuerdo con nostalgia la conversación, pues se aprendía mucho de ella, del escuchar a los mayores. Por ahí viene un recuerdo que quisiese vivir ahora.

¿En sus épocas de estudiante, qué lugares tradicionales de Lima solía concurrir?
El restaurante más concurrido era “La Cabaña”, ubicado en la Exposicion, por el zanjón. Era un sitio que se iba con frecuencia a reuniones. Recuerdo también el bar “El Romano”, por Colmena. Estaba, además, un restaurante simpático, el “Raymondi”, que cruzaba La Merced y que se especializaba en comida criolla.

El Centro de Lima era el punto de reunión por excelencia. Muchas frases como ‘El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert, soy yo’ inmortalizaron los sitios más emblemáticos del Centro. ¿Recuerda, por ejemplo, la expresión ‘vamos a jironear’?
El Centro de Lima era de la plaza San Martín a la Plaza de Armas. Era un poco el nucleo, la columna vertebral de Lima. Una señora, por ejemplo, salía sin necesidad de comprar alguna cosa, iba ‘a jironear’, y pues se vestía elegante, con sombrero, como era costumbre de la época, con un vestido bien puesto porque era como un encontrarse con otra gente. Lima era una ciudad chica. Yo no vivía en el Centro pero el colegio estaba ahí, y sí, el Centro era el lugar de reunión de todos. El que vivía en San Isidro, Miraflores o Pueblo Libre iba al Centro para cualquier cosa, ahí estaba todo. En esa época ir al Centro era como una necesidad vital. Era grato ese ambiente. Hoy en dia hay, pues, muchos ‘Centros’.

Por cierto, Dr. de la Puente, usted ha dedicado más de sesenta años a la docencia como profesor de historia, ya sea peruana o universal, en la PUCP. ¿Recuerda con cariño el primer dia?
Sí, lo recuerdo. Yo comencé a enseñar en el 47. En esa época el curso era anual, de abril a noviembre, inclusive hasta diciembre. El Padre Vargas Ugarte había sido mi profesror y, a fin del año anterior, me comentó que había tomado la decisión de retirarse y me preguntó si quería reemplazarlo. Fue como una noticia terrible pero grata, al mismo tiempo. Al principio sentía una mezcla de ilusión y de temor. A mi me preocupaban dos temas: la disciplina y el hecho de cómo saber que la materia que a preparar iba a alcanzar para la hora de clase, inquietud de la cual el Padre se reía. Una gran mayoría de mis alumnos eran amigos míos, de edad muy parecida. Por ello mi miedo también era la disciplina: qué iban a pensar ahora que yo era el profesor. Yo recuerdo algo que me dijo el Padre Vargas Ugarte y que nunca olvido: mantenga la autoridad desde el primer día porque si la pierde no la va recuperar. Me acuerdé de ese consejo y me fue bien. Poco a poco le tome cariño al tema. Recuerdo la clase, fue en la tarde, de 4 a 5. Leer más »

08/12/10: Los profesores de mi segundo ciclo en la PUCP

Segundo ciclo querido, atrás quedaron los días de cachimbo y empezaron las horas de exigente estudio. Las noches tardías son cada vez más familiares. Los libros se convierten en nuestros más íntimos confidentes, los vemos muy a diario, inclusive, mucho más que a nuestros amigos de siempre. El tontódromo, vía tan cotidiana para llegar a clases, se perfila como testigo de nuestro andar por la Biblioteca Central y el ‘Comedor’ donde preferimos almorzar. La vida universitaria se ajusta cada vez más al estilo de vida que llevamos. Hay más responsabilidad y existe más compromiso por estudiar, y es que ya conocemos cómo es la universidad y qué importante es esforzarnos. Por otro lado, el tormento de ser cachimbo desaparece. “Cachimbo ya no soy más”, pronunciará tan célebre frase más de un alegre estudiante. Sin embargo, debo admitir, uno mantiene cierta inocencia característica del cachimbo. A pesar de los ciclos, el cachimbo que alguna vez fuimos y que, admitámoslo, gozámos siéndolo, se conserva en nuestro más profundo interior. Este ciclo 2010-II me abrió las puertas a nuevos conceptos, experiencias, amistades, reflexiones filosóficas, etc. Como ya se está volviendo una costumbre, quisiese brindar por los profesores que hicieron posible incrementar mi interés por conocer más de lo que un estudiante ordinario aspira. Sus cursos fueron el inicio para que me involucre más con las diversas áreas académicas.

En el segundo ciclo también conocí las campañas de política universitaria. La meta era el Centro Federado. Dos amigos míos: Lucas Ghersi (En Mayúsculas) y Adriana Fosca (Coherencia) crearon un ambiente de debate que Estudios Generales Letras nunca había visto antes.

José Agustín De la Puente Candamo, El Perú en Tiempos Modernos
Posee una gran voluntad por enseñar los temas más trascendentales y cotidianos de la historia del Perú, desde complejidad de la Independencia hasta la construcción de la identidad peruana, entre otros, de manera muy entretenida y atrayente. Era comun en sus clases observar al doctor José Agustín, al momento de tomar lista, fruncir el ceño como afinando la vista, para distinguir entre el estudiantado al alumno que acababa de llamar. Su pasión por la historia, como me comentó en una entrevista, nació en su infancia. Los libros que su familia conservaba en casa (Hacienda Orbea, Pueblo Libre) permitieron que el pequeño Agustín se sienta involucrado desde muy temprano con los pasajes más anecdóticos de nuestra historia.

El doctor José Agustín tiene una visión positiva de lo que significa ser peruano. Se identifica con el proceso de mestizaje de la Colonia y respalda la idea de que para conocer cómo se hizo el Perú, una de las fuentes importantes es el estudio de lo cotidiano: “No solo hay que comprender al personaje del monumento, sino también al hombre que camina junto a nosotros por la calle”. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Como olvidaremos, cuando a puertas del salón L214, algunos alumnos eramos testigos de su caminar lento pero imponente, paciente pero firme. Lucía un elegante saco y era propietario de una amable presencia. Junto a él siempre iban un par de libros. Para nosotros la escena advertía el momento de ingresar y escoger, muchas veces intempestivamente, las carpetas mejor posicionadas, para cual privilegiados espectadores de la historia, escuchar atentamente el tema que el profesor ahora introducía y que pronto causaba interés y curiosidad en el alumnado. Su entrada a clase, por cierto, era esperada por todos, y cuando estaba ya dentro, no había ninguno que no estuviera atento a sus palabras.

“Para la historia”, sonriente, dijo nuestro profesor de Historia del Perú en Tiempos Contemporáneos, el Dr. José Agustín De la Puente Candamo, después de habernos tomado esta foto. Aparecen el Dr. de la Puente, Marco Gamarra, Diana la Riva, Eduardo Ordoñez y Edson Huamaní. Foto: Patricio Alvarado.

El doctor José Agustín de la Puente Candamo tiene el orgullo de afirmar que es el docente con más años de dictado en la Universidad Católica del Perú. Inició en 1947. Su constante trabajo sobre lo peruano y su disposición por enseñar a las generaciones nuevas los temas más resaltantes de nuestra patria le ha permitido asignarse con el Premio Nacional de Historia “Inca Garcilaso” (1946), con la Medalla de Honor R.P. Jorge Dintilhac (2008) y con la condecoración de la Orden ‘El Sol del Perú’ en el grado de Gran Cruz, otorgada por el Estado peruano (2010). Estos son algunos reconocimientos de los muchos que ha recibido a lo largo de su carrera como historiador y conocedor de la historia peruana. Le debemos mucho por su labor, por su amistad y por su entusiasmo diario. Su contribución directa con el conocimiento de nuestra historia ha sido realmente valiosa.

Javier Muñoz Díaz, Narrativa
El profesor Javier Muñoz nos introdujo al mundo de la literatura peruana: en lo más profundo de la problemática indígena (literatura sobre el indígenismo), en lo más marginal de los sin lugares (literatura sobre el realismo urbano) y en lo más polémico del paradigma de la nación cercada (literatura sobre violencia política). Como comentó alguna vez, inicialmente iba a ser jefe de práctica, y ante la ausencia de uno de los profesores del curso, asumió el cargo de docente. El profesor se convirtió, así, en un ejemplo de cómo se debe aprovechar verdaderamente una oportunidad. Y lo hizo muy bien, por cierto. Supo recalcar lo más resaltante de cada cuento. Supo despertar, con una narración acertada y con una sonrisa juguetona, la pasión por seguir cada relato. Sus clases propiciaron el buen debate e incentivaron la diversidad de interpretaciones sobre un mismo cuento o tema. Le preocupó mucho si entendíamos. Recuerdo el último día de clases, cuando el profesor, atento, quería saber si les había gustado el curso. Se le notaba a todas luces su entusiasmo por conocer la opinión de cada uno de sus alumnos.

Profesor Javier Muñóz, de Narrativa, con el gran grupo nuestro. Sus clases también incluyeron, en parte, temas sociales y políticos. En el 2006 fue uno de los comentaristas ganadores del I Concurso Online de Poesía y Comentario Javier Heraud. En la foto: Diana la Riva, Alejandro Campana, Javier Muñoz, Marco Gamarra y Mónica Lizana.

Daniella Wurst Cavassa, Jefa de Práctica de Narrativa
El gran otro, el uno, el superyó, el deseo, fueron conceptos del desentrañable filósofo Lacan que Daniella Wurst nos permitió digerir fácilmente. En clase, analizamos incontables cuentos sobre el indigenismo como Calixto Garmendia, sobre el realismo urbano como Los Inocentes, sobre la violencia política como Rosa Cuchillo. Su ánimo por presentar cada cuento como una historia distinta, importante por la estructura narrativa e interesante por la diversidad de interpretaciones sobre un mismo aspecto del cuento, demostraron que es una escritora con proyección.

Daniella Wurst se declara fan de Aimee Bender, novelista estadounidense y de su primera obra “Girl in the Flammable Skirt” (1998). En el 2010 Daniella fue ponente del XV Coloquio de Estudiantes de Literatura de la PUCP con el tema: La construcción del sujeto nacional en Woody Guthrie, Walt Whitman y Jose Hernandez. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Pedro Cornejo Guinassi, Ética
Filósofo y crítico de rock, además de literato, es el profesor Pedro Cornejo Guinassi. Es dueño de un fehaciente espíritu crítico sobre la sociedad contemporánea: la idea de que la posmodernindad ha traido como consecuencia el fin de los valores absolutos para dar paso a una ética de valores permisivos y flexivos, es su postura, la cual está basada en el pensamiento de los filósofos y sociólogos Zygmunt Bauman, Hans Jonas, Gianni Vattimo, Gilles Lipovetsky, Hannah Arendt, etc.

Pedro Cornejo, conocido como el “Chamán del rock peruano”, ha escrito en diarios como El Comercio (asumió en este medio la sección Página Jóven, y en Somos, la sección “Síganme los buenos”) y La República, además de El Mundo. No dudaba en saludarme cuando por casualidad me cruzaba con él. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Su presencia a clase se hacía esperar, pues aparecía normalmente veinte minutos después de iniciada (en realidad no se había iniciado porque no había llegado todavía). Supongo que los profesores realmente bohemios, descontentos, preocupados por una cuestión filosófica desentrañable pueden darse ese lujo. Sin embargo, aún así empezacen unos minutos después, sus clases fomentaban ilimitadamente el debate y la polémica constructivas. Nuestro asombro ante cada cuestión filosófica que dejaba en el ambiente era increíble. Su habitual chaqueta, polo, pantalon y botas negras daban la impresión de ser un personaje misterioso, como si ocultase algo detrás de su historia como otroro vocalista del grupo hardcore punk ‘Guerrilla Urbana’ (uno de los primeros grupos subterráneos aparecidos en Lima), de su época como mánager de Mar de Copas, de su conducción del programa ‘Distorsión’ (videoclips y entrevistas a exponentes del rock nacional) en TNP y de su labor como docente. Hasta Leucemia le dedicó una canción: “Don pedrito navaja”. Presiento que detrás de la música estruendosa que dejaba oir su walkman existía un Pedro Cornejo profundo, desconocido. Espero conocerlo algún día.

Pedro Cornejo ambienta su nuevo libro Sin pena ni gloria (2010). Ubicado en un cementerio, confirma su faceta de escritor. Ilustración: Somos, El Comercio. Visitar su página web. Unos días después se afeitaría. Su nueva imagen recordaba al pequeño Pedro que cantaba en ‘Guerrilla Urbana’, en los suburbios de la capital.

Carla Gamberini Coz, Jefa de Práctica de Ética
Conocimos el pensamiento filosófico de Aristóteles, San Agustín, Kant y Nietzsche junto a Carla Gamberini. Por momentos, pensábamos que la moral profesada por Aristóteles era la correcta, luego aparecía San Agustín y corregíamos nuestra postura, intervenía ahora Kant y entonces pensamos que toda ética anterior era errónea, finalmente, aparecía Nietzsche y sucedía lo mismo. Curioso, ¿verdad?. Nuestras ideas filosóficas dieron un giro 360 en esos días. Sin embargo, se nutrieron de cada pensamiento y postura. Carla Gamberini, siempre amable y dispuesta a responder nuestras preguntas, daba su mayor esfuerzo para que pudiésemos entender. Hasta me prestó un lapicero en un examen (mi lapicero estaba muerto).

Carla Gamberini con nosotros clases de seis a ocho. El ambiente era familiar. Foto: Marco Gamarra Galindo.

César Escajadillo Saldías, Argumentación
Habíamos conocido a muchos amigos nuestros que en el primer ciclo habían llevado Argumentación. Nosotros, en cambio, tomábamos el curso recien en el segundo ciclo. El profesor César Escajadillo permitió que aprendieramos cómo argumentar eficazmente a través de diversas estrategias: grupo-miembro,persona-acto,por definición, etc. Ello logró que pudiéramos ver al curso con buenos ojos. César pertenece al grupo interdisciplinario de investigación Mente y Lenguaje de la PUCP. Entre sus trabajos figura resaltante entrevista al filósofo Richard Bernstein en El Comercio, entre otros.

El profesor César Escajadillo es también periodista y filósofo. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sus breves y concisas explicaciones, al igual que sus vistosos ojos azules, llamaban la atención de los alumnos. César Escajadillo no podía, sin embargo, sacar del trance a más de una fémina que lo miraba fijamente. Un día, antes de que llegara a clase, abrí mi blog en el ocram para ver si sentía curiosidad por observarlo. Había puesto una foto del artículo: “La otra historia del distrito de San Miguel”, se trataba de una escena callejera, un muchacho hacía malabares en la calle mientras un perro pasaba por su lado. El profesor pareció mirarlo por unos segundos, para mí fueron una eternidad.

César Escajadillo y Jaime Alfaro en el I Coloquio Peruano de Filosofía Analítica “Mente, Lenguaje y Realidad” (2008). Foto: Cesfia

Eunice Ruiz Leveau, Jefa de Práctica de Argumentación
Creó un ambiente grato de amistad. Cuando era el momento de limitarla, pues algunos alumnos no saben distinguir muchas veces la confianza con la amistad respetuosa, no dudaba en hacerlo. Sus explicaciones, por ratos, tenían como escenario la sonrisa innata del estudiantado, por otros instantes, tenían como contexto la seriedad que desprendía un análisis de postura a determinado texto, que casi siempre se centraba en el tema de los nuevos medios de comunicación (la internet, redes sociales, etc.). Eunice Ruiz nos propició los instrumentos para poder trabajar correctamente, las sugerencias para mejorar nuestros avances de un ensayo que teníamos que presentar y, finalmente, la posibilidad de contar con su apoyo incondicionalmente.

Eunice Ruiz me hizo recordar la relación de amigo-amigo que tuve con Lisset Córdova (encargada del programa de los Corresponsales Escolares de El Comercio) y Diana Burga, también Jefa de Práctica (de Introducción a la Lengua y Literatura). Muchas veces le resultó difícil descrifrar lo que quería manifestar en mis escritos. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Elizabeth Tavera Peña, Teoría General del Lenguaje
La adquisición del lenguaje y la situación lingüística del Perú fueron los temas principales de su curso. Cada uno desprendía cuestiones complejas, puntos de vista y posturas distintas. Aprendimos que la adquisición de una lengua es innata (desde niños desarrollamos más de lo que aprendemos de nuestros padres) y que la situación lingüística nacional es crítica (desde el punto conservacionista): el 90% de nuestras lenguas oriundas están en peligro de extinción (tienen menos de 100,000 hablantes).

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Elizabeth Tavera está también a cargo de cursos de redacción para asistentes de Gerencia y Secretarias. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »