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Hechos ocurridos

03/01/12: El rancho de Juan Antonio Pezet en Chorrillos

Juan Antonio Pezet y Rodríguez de la Piedra, Prócer de la Independencia, Vicepresidente del gobierno de Miguel de San Román y Presidente de la República entre 1863 y 1865, adquirió la propiedad de un apacible rancho en el balneario de Chorrillos. El conocido Palacio Pezet, dotado de una elegante terraza morisca y de un florido jardincillo, daba al conjunto aquel un aire encantador lleno de glamour y esplendor. En esta casona se celebraron los más grandes saraos de la época. Fue destruido durante la ocupación chilena de Lima.

El rancho del presidente Juan Antonio Pezet en Chorrillos. Foto: Eugenio Courret.

Según el historiador Juan Luis Orrego (2009), Chorrillos, durante el siglo XIX, era “en un verdadero jardín por la proliferación de árboles y flores de sus plazuelas, esmeradamente cultivadas y arregladas. No había rancho o mansión que no contara con plantas escogidas y finas de las que se sentía orgulloso el propietario”. El villorrio de Chorrillos era muy concurrido, sobre todo en estación de verano, por las familias más acaudaladas de Lima. Muchas de ellas habían establecido allí su residencia por su atractivo y por estar ubicado cerca a Lima, de donde se venía por ferrocarril. Entre los ranchos y palacios erigidos en el balneario –considerado, por cierto, uno de los más hermosos del Pacífico Sur- se encontraban el del artista italiano Ulderico Tenderini, el de la familia Derteano, y del que vamos a conocer hoy, el de la familia Pezet, entre otros.

El balnerario de Chorrillos a fines del siglo XIX.

El palacio Pezet, propiedad del presidente Juan Antonio Pezet, estaba ubicado en la calle Lima, cerca al Malecón, y “estaba provisto de preciosas explanadas, fuentes de mármol de Carrara, plantas ornamentales, enredaderas, glorietas, estatuas florentinas, a las que se agregaban salones de lujo donde tuvieron lugar los grandes ‘saraos’ de la época (Orrego, 2009)”. Construida al estilo morisco, adornada con lozas españolas y decoradas con arte andaluz, el rancho Pezet contaba, además, con tres niveles y una escalera de doble acceso ubicada en su fachada.

Rancho o Palacio Pezet en Chorrillos. A la muerte de Juan Antonio Pezet, asumió la propiedad su hijo Juan Francisco Pezet Tirado.

El balneario de Chorrillos, catalogado por los viajeros extranjeros, como uno de los lugares más elegantes y vistosos de América del Sur, sufrió su devastación en 1881, año en el que fue saqueado e incendiado por el Ejército chileno. El destino del famoso Palacio Pezet estuvo vinculado a la destrucción del pueblo chorrillano. A pesar de respetarse la integridad del rancho del General Pezet (que había ya fallecido en 1879) para su uso como cuartel general de las tropas de Manuel Baquedano, se optó finalmente por que las llamas consumieran la lujosa mansión al igual que casi todo el balneario en los horrorosos días del 13 y 14 de enero de 1881. Algunos inmuebles pudieron salvarse al ser utilizados como almacenes de municiones o víveres, pero fueron muy pocos.

Propiedad de la familia Pezet luego de la invasión chilena a Chorrillos. Lo único que quedó en pie fue la escalera de doble acceso.

Si bien Juan Antonio Pezet no pudo presenciar la destrucción de su rancho de Chorrillos, puesto que falleció en 1879 –antes de que estallara la guerra-, sí lo hizo su hijo Juan Federico Pezet Tirado (1832-1926) que se enroló en las tropas peruanas para hacer frente a la incursión chilena por Lima. Participó así en la Batalla de Miraflores.

Interiores del morisco Palacio Pezet, en la Calle Lima, Chorrillos.

El recuerdo de la casona Pezet de Chorrillos queda impreso en algunas fotografías que nos permiten apreciar el gusto arquitectónico y artístico de una época histórica del Perú. A pesar de sufrir cuantiosas pérdidas, el balneario de Chorrillos pudo sobresalir de los escombros y retomar su rumbo. Hoy podemos continuar degustando de sus plazuelas, glorietas, ranchos y malecones. Cuidemos nuestra ciudad.

Presidente Juan Antonio Pezet en una fotografía tomada en Palacio de Gobierno. Leer más »

26/12/11: La Casa Prado Sosa de Chaclacayo

Los Prado, una de las familias con mayor poder adquisitivo y status social en la Lima del XX, sumó a la serie de propiedades de las que disponía, la construcción de una espaciosa casa de esparcimiento a las afueras de la capital. La casa de Chaclacayo se convirtió en punto de encuentro para que la familia Prado celebrara en ella saraos en honor de algún visitante, realizara la práctica de cierto deporte de campo o simplemente para que sus miembros se alejaran del tedio que generaba la administración de sus empresas textileras, compañías eléctricas, minas y fundos agrícolas.

Casa de campo de la familia Prado en Chaclacayo, Lima. Para el sociólogo Felipe Portocarrero el “imperio Prado” perduró de 1890 hasta 1970, año en el que el presidente Velasco Alvarado acabó con la fortuna familiar. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La casa fue mandada a construir a fines de los treinta por Mariano Ignacio Prado Heudebert, sobrino del presidente Manuel Prado y Ugarteche. “Prado Heudebert era Presidente del directorio del Banco Popular, el emporio comercial que, se dice, fue formado con el dinero que el patriarca Mariano Ignacio Prado ‘aportó’ del erario nacional al fugarse en plena guerra con Chile con los fondos que supuestamente habría de comprar barcos y armas para hacer frente al enemigo”, explica el jurista Fernando Poblete Elejalde, quien visitó la casa en 1998. Prado Heubebert contrae nupcias en 1935 con Mercedes Sosa Pardo de Zela, de cuya relación nacen ‘Marianito’ Prado Sosa, Leoncio Prado Sosa, Mercedes Prado Sosa, ‘Marita’ Prado Sosa y ‘Malena’ Prado Sosa.

Mercedes Prado Sosa, hija mayor del presidente del Banco Popular, Mariano Prado Heudebert, se casó con el abogado Javier Ferrand Cillóniz en el oratorio de la mansión de la familia Prado, en Miraflores. Foto: Revista Caretas.

Los cinco hijos del matrimonio Prado-Sosa, de allí el nombre de la casona, pasaron parte de su infancia y juventud en este inmueble ubicado en Chaclacayo (que por cierto, se fundó como distrito político recién en 1940, por mandato de mandatario Manuel Prado y Ugarteche, tío de Mariano Ignacio Prado Heudebert). “Durante el primer gobierno de Prado y Ugarteche, era conocido que cada dos fines de semana, el presidente y su entonces esposa, Enriqueta Garland -emparentada con la familia Miró Quesada, dueños de El Comercio- descansaban en la casa del sobrino”, detalla Fernando Poblete, estudioso de la historia peruana. “Para relajarse de su faceta presidencial, practicaba aquí el presidente Prado y Ugarteche uno de sus deportes favoritos: la equitación, ante la atenta y dulce mirada de sus sucesivas esposas: doña Enriqueta Garland, con la que tuvo dos hijos y, años después, ante la presencia de doña Clorinda Málaga, su segunda conyugue”, añade.

El conocido Banco Popular, propiedad de los Prado, guardaba el 80% de ahorros de la gente más rica del Perú. Asimismo, los Prado también eran dueños de un conglomerado empresarial que incluía a la Fábrica Nacional de Tejidos, el Ferrocarril Eléctrico de Lima y Callao, la refinería Conchán, Cementos Lima, el diario La Crónica, entre otros. Era un auténtico imperio económico y político.

A la muerte del matrimonio Prado-Sosa, el predio fue materia de un litigio que nunca llegó a resolverse del todo, aunque en buena cuenta quien pasó sus temporadas ahí fue únicamente ‘Marianito’ Prado Sosa, sucesor de su padre en la presidencia del Banco Popular. “Se sabe, además, que don Manuel Prado usó la residencia chaclacaína durante su segundo mandato para celebrar en ella saraos en honor de algunos miembros de la diplomacia extranjera acreditada en el país, sin la mirada acuciosa de los guardias de Palacio”, resalta Poblete Elejalde.

Diseñada por el arquitecto Emilio Harth-Terré, la casa, a finales de los noventa, fue tienda KFC. Hoy ya no existe: fue demolida en el 2011. Foto: Antonio Polo y la Borda.

El inmueble, representante de una época de oro para el reducido número de familias que fueron realmente “dueñas del Perú” -de la que la familia Prado fue parte- terminó de la manera en que lo conocemos –demolido y chancado- porque ese juicio entre herederos nunca llegó a buen fin, situación que aprovecharon las agencias inmobiliarias para cometer un acto más en contra del patrimonio. Acaso una metáfora del poder y fortuna de los Prado. Leer más »

30/08/11: Yma Sumac nació en el Callao

Ha existido mucha confusión sobre el lugar del nacimiento de Yma Sumac. Algunos arguyen que vio la luz por primera vez en Cajamarca, otros, sin embargo, sostienen que nació en la Calle Cochrane, en el primer puerto del país.

Ima Sumac fue una soprano peruana de gran éxito internacional en los años cincuenta especialmente conocida por su inusual registro vocal, que llegó a abarcar cinco octavas.

La balanza parece inclinarse ampliamente a favor de la segunda teoría cuando se cuenta con la partida de nacimiento de nuestra soprano internacional.

El nombre verdadero de Ima Sumac era Zoila Augusta Emperatriz Chávarry del Castillo, como aparece en la partida de nacimiento (la foto). En el documento se señala también el lugar de parto y el nombre de sus padres. Con la partida de nacimiento, evidencia clara, parece terminada la discusión.

Abel Yataco, periodista chalaco que pudo conversar con la intérprete peruana comenta sobre el tema: “(…) en mayo del 2006 la entrevisté personalmente y confirmó que nació en el Callao. A los cinco años se mudó su familia a Magdalena y luego a Cajamarca. El 1º de octubre del 2003 presenté, en un acto publico, en la fortaleza del Real Felipe, el acta de nacimiento de ella, luego lo publique en diario el Callao, Nuevo Reportaje, Revista la Pluma, también esta misma informacion fue publicada en la revista Gente edicion 157, con mi crédito como investigador periodístico. La diva nació en la Calle Cochrane nº 91 lo que hoy es la primera de Cusco, el 13 de setiembre de 1922, a los tres años cantaba junto a las piedras de Cantolao: es más chalaca que el ceviche. Recuerdo en ese tiempo haber recurrido al alcalde Alex Kuori para que se le haga un homenaje cuando vino al Perú, pero todo quedo ahí. Es hora que le brinde un homenaje como se merece”. Leer más »

10/08/11: La iglesia Santa Rosa y la ampliación de la Avenida Tacna

¿Sabía usted que la Iglesia en honor a Santa Rosa de Lima, ubicada en la primera cuadra de la concurrida Avenida Tacna- ha cambiado mucho de lo que era su fisionomía original? El santuario –donde nació y vivió Isabel Flores de Oliva, más conocida por la devoción como ‘Santa Rosa de Lima’- sufrió para 1959 la demolición de su fachada y de las torres que albergaba su construcción primera.

Iglesia Santa Rosa de Lima, construido en 1728. El frontis del santuario da la cara a su plazuela interior. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Corría la década de los 50’s y Lima continuaba con el proceso de urbanización de la ciudad. Varios edificios, calles y conjuntos habitacionales empezaban a construirse en toda la capital. Las avenidas tradicionales empezaban a atravesar una etapa de ampliación para acabar con el tráfico y la congestión –sufrida con mayor notoriedad desde los 30’s-. “Estas nuevas arterias formaban una especie de pentágono cuya base era el Malecón del Rímac y cuyos demás lados consistían en el ensanche de los jirones Tacna y Abancay, así como la prolongación de las avenidas Wilson y Bolivia (Mapfre, 1992)”. Se iniciaban proyectos ambiciosos de modernización de la urbe. Lima crecía en asfalto y cemento.

Antiguo frontis de la Iglesia Santa Rosa -antes de ser demolida parcialmente-. Al frente de ésta, el jirón Tacna.

Para generar el espacio de estas construcciones se empezaron a destruir una serie de edificaciones del Centro Histórico. Santuarios y templos religiosos de la época virreinal –como las iglesias Santa Teresa, Desamparados y Belén-, casonas con mucho valor arquitectónico y hermosas plazuelas, entre otros testimonios de la Lima antigua, fueron demolidos para dar paso a lo que las autoridades de ese entonces llamaban ‘modernidad’. El ensanchamiento de las avenidas, por ejemplo, generó un enorme daño a la ciudad pues “crearon (…) pésimos espacios urbanos que terminaron quitándole prestancia y belleza al centro (Orrego, 2010)” y no solucionaron el problema que había dado origen a tales ejecuciones –el tráfico que vemos hoy en día es prueba de ello-.

La Avenida Tacna tomada desde una de las torres de la Iglesia Santa Rosa, antes de que sea destruida para completar su ampliación. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m

La demolición parcial de la Iglesia Santa Rosa de Lima

Una de las avenidas que se amplió fue el Jirón Tacna (con el Puente Santa Rosa, que reemplazó al añejo Puente de Palo, los vehículos pudieron circular hacia el Rímac). En 1961, durante el gobierno del Presidente Manuel Prado y siendo Alcalde de Lima el Sr. Héctor García Ribeyro, se procede a la innecesaria demolición de las dos torres y fachada del templo de Santa Rosa de Lima -levantado en 1728, junto a la casa donde nació la ‘Patrona de Lima’-, para el ensanchamiento de la avenida, al mismo nivel del Puente Santa Rosa. Esta fachada exhibía una interesante portada colonial de típico corte limeño. Su frontis daba la cara a la Avenida Tacna. Hoy en día está al frente de la plazuela interior.

Reveladora fotografía desde el puente Santa Rosa en construcción, a fines de 1959, en la que se puede apreciar la iglesia de Santa Rosa antes de su parcial demolición, vemos su original fachada con imponentes torres y se aprecia claramente todo el espacio que perdio tras la apertura de la avenida Tacna. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m

Con el paso de los años se inicia un proyecto monumental para construir la Basílica de la iglesia Santa Rosa. Los primeros trabajos se realizan en 1986, en el cuarto centenario del natalicio de Santa Rosa, donde además se restaura la Casa, el Jardín y la Casa de Espiritualidad, anexa al Santuario. El 7 de octubre de 1993, el papa Juan Pablo II concede el título de BASILICA al Santuario de Santa Rosa de Lima.

El puente Santa Rosa recien inaugurado, vemos la iglesia Santa Rosa ya sin su fachada original. Se aprecia la curiosidad de las personas por apreciar el panorama desde el puente. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m Leer más »

22/07/11: Cementerio El Ángel: Vida y obra de los ilustres peruanos del XX

Construido en 1959 por el presidente Manuel Prado, el Cementerio General de El Ángel se posiciona, junto al Presbítero Maestro, como una de las necrópolis más representativas y tradicionales del Perú. En sus avenidas y jirones, tal ciudad, yacen en paz eterna los restos de personalidades como Juan Velasco Alvarado, Ricardo de Jaxa Malachowsky, Honorio Delgado, Manuel Scorza, Martín Adán, Lorenzo Palacios ‘Chacalón’, Chabuca Granda, Lucha Reyes, Luis Banchero Rossi y Augusto Ferrando, entre otros. Su construcción surgió ante la necesidad de la ciudad de Lima de contar con un nuevo cementerio -dado que la capacidad del Cementerio Presbítero Matías Maestro, el más espacioso desde el siglo XIX-, había llegado a su límite.

La administración del Cementerio General El Ángel o simplemente ‘El Ángel’ corresponde a la Sociedad de Beneficencia de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Acabamos de dejar Maravillas y la larga avenida que conduce a la Huerta Perdida. La mañana no cesa en su intento por producir frío y quebrajo en los pocos transeúntes reunidos en el Jirón Áncash. Se respira silencio, pronto melancolía. Los primeros mausoleos parecen romper la monotonía del horizonte urbano de este sector de Lima. De pronto, se dibuja un ambiente peculiar, una mezcla entre arte y tragedia que no puede pasar desapercibida. Estamos ante dos grandes cementerios, cargados de historia y también de un pasado que se hace presente –El Ángel y el Presbítero Matías Maestro-. Esta vez, quizás convocados por recorrer el lugar donde descansan los peruanos cuya vida y obra tuvo como escenario las últimas décadas del XX, personajes de gran relevancia en nuestra vida política y cultural, y –a diferencia con el Matías Maestro- voces autorizadas de una cultura nueva que surgió tras la llegada de los migrantes a la capital –ocurrida con fuerza a partir de los 50’s.

El Ángel es una verdadera ciudad -una necrópolis- ubicada en los Barrios Altos de Lima. Nótese los nombres andinos que tienen las calles. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Quizás contagiadas con el entorno –tal vez luego de una ardua mañana de trabajo- las floreras, con cierta pausa al caminar, se acercan a nosotros a ofrecer sus rosas multicolores, que se dejan ver marchitas por el paso de las horas. La avenida principal por el que surgen las demás calles está defendida por un aguerrido ángel de mármol. El camino que está a sus espaldas yace desierto, pasivo. Los últimos visitantes de la tarde empiezan su recorrido a casa, acogidos por el recuerdo y la añoranza que implica aquel largo viaje de ubicar el lugar donde algún amigo o pariente lleva descansado ya varios años, evocando para ello la remembranza del último adiós y todos las anécdotas en vida.

La tumba de Lorenzo Palacios ‘Chacalón’ es una de las más visitadas de El Ángel. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Ángel está ubicado en la cuadra 16 del Jirón Ancash, en la zona de los Barrios Altos de Lima. Tiene una extensión de 29 hectáreas, con pabellones, tumbas y mausoleos, además de un crematorio (de aproximadamente 400 metros cuadrados) y una zona para la realización de ceremonias religiosas. Si bien el Presbítero Maestro (1808), el cementerio más antiguo de América, es más amplio en metros cuadrados, El Ángel cuenta con más pabellones o cuarteles que el fundado en la colonia -616 frente a 400-, cada uno de los cuales tiene entre 100 y 200 nichos de mármol, cuarzo y otros materiales.

Lugar de reposo del reconocido arquitecto polaco Ricardo Jaxa Malachowsky que vivió por muchos años en Perú. Diseñó y construyó muchas obras hoy declaradas patrimonios históricos como el Edificio Rímac, Palacio de Gobierno (parte de esa obra pertenece a Claude Sahut), Palacio Legislativo. Fachada del Palacio Arzobispal, Interior del Palacio Municipal de Lima, Club Nacional, Sociedad de Ingenieros, fachada del Teatro Municipal, Caja de Depósitos y Consignaciones, Banco Italiano (hoy Banco de Crédito), Embajada de Colombia, etc. Foto: Marco Gamarra Galindo.

En nuestro intenso recorrido, acompañados de uno que otro guardián –pero generalmente del silencio que parece proteger el reposo de esta verdadera ciudad-, pudimos toparnos con interesantes y refinados mausoleos, tumbas de 1959, promociones enteras de alguna institución policial o educativa (maestros o funcionarios del mismo), pabellones muy amplios como el Santo Cristo, avenidas enteras de nichos –algunos llenos de vida, otros sumidos en el olvido-, perros que súbitamente aparecían y desaparecían, alguna historia trágica que relataban David Pino y Antonio Polo a Marco San Miguel, Fernando Poblete y a mí.

Tumba del General Velasco Alvarado (1968-1975). En 1980, fue objeto de un atentado dinamitero por Sendero Luminoso, en una de sus primeras acciones en el marco del conflicto armado interno. En la actualidad un considerable sector de la sociedad civil respalda la gestión que tuvo Velasco al mando del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (obsérvese las flores). Foto: Marco Gamarra Galindo.

Son muchas las personalidades peruanas que se encuentran sepultadas en El Ángel. A diferencia con el Presbítero, su orientación es más bien popular debido a la existencia en las últimas décadas de camposantos privados ubicados en las periferias de la ciudad. Importantes exponentes del arte, deporte, medicina, política, historia, periodismo y música del siglo XX yacen en el tradicional cementerio El Ángel. Su construcción se inició en junio de 1956 por iniciativa del presidente Manuel A. Odría. Fue erigida en la locación del fundo Anchieta Alta frente a la plazoleta del ‘Ángel de la Resurrección’ o ‘Ángel del Juicio’ (escultura anónima fundida en Francia en 1868 y que estuvo en el lugar desde 1877). El primer cadáver sepultado perteneció al señor Juan Luis Uccelli Rainusso, fallecido el 3 de julio de 1959. La portada de ingreso del cementerio del Ángel, tiene un gran mural pictórico del artista peruano Fernando de Szyszlo, y una escultura de Joaquín Roca Rey.

Muchas tumbas y mausoleos están inmersos en el olvido. Evidencia de esto es el estado avanzado de la vegetación sobre el cemento -que por momentos parece querer no dejar rastro alguno-. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Entre los personajes que uno puede visitar está Hermilio Valdizán –médico peruano-, Sebastián Salazar Bondy –dramaturgo peruano-, Zenón Noriega –Ministro de Guerra de Odría-, Juan Velasco Alvarado –presidente peruano-, Honorio Delgado –médico peruano-, Chabuca Granda –cantautora peruana-, Akira Kato –considerado el padre del vóleibol peruano-, Lucha Reyes –la ‘Morena de Oro del Perú’-, Luis Banchero Rossi –empresario peruano-, Augusto Ferrando –popular presentador de la televisión peruana-, Chacalón –símbolo de la cultura migrante-, Flor Pucarina –cantante peruana-, Julio Mau Orlandini –músico peruano-, Martín Adán –escritor peruano-, Ricardo de Jaxa Malachowsky -arquitecto polaco- y el cenotafio de José María Arguedas (que estuvo por muchos años en este cementerio; ahora su tumba está en su tierra natal), entre otros.

Tumba de José María Arguedas -que en realidad es un cenotafio (tumba vacía)- ya que ha sido trasladado a la fuerza, y ante la negativa de su esposa, a Andahuaylas. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

22/05/10: Yungay y el fatídico aluvión de 1970

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio

Era otoño del año 70 y nuestra selección de fútbol había clasificado de manera categórica al mundial de México. La algarabía y la esperanza por este logro reinaban en todas las familias peruanas ya que el Perú desde hacía 40 años no clasificaba a uno y de qué manera la alcanzaba: eliminando a la mismísima selección argentina en la Bombonera.

Todos estaban preparándose para la primera semana de Junio, fecha en la cual debutaría la selección encabezada por Teófilo Cubillas y el “cholo” Hugo Sotil. Pero, como una estocada final a dicha efervescencia y fanatismo que desprendía una de las mejores selecciones de nuestro país y por qué no del mundo, ocurrió uno de los hechos más catastróficos: el terremoto y aluvión de 1970 en la ciudad ancashina de Yungay.

Nevado Huascarán. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Si bien el terremoto del 31 de mayo se sintió en Huánuco, La Libertad, Lima y Áncash, fue éste último el que recibió la descomunal ira de la naturaleza. El desprendimiento de un bloque de nieve y hielo del pico oriental del nevado Huascarán, junto con grandes pedazos de roca, enterraron y desaparecieron a los pueblos de Yungay y Ranrahirca. Mientras que Huaraz, capital de Áncash, se destruyó en un 97%, dejando un total de 80.000 muertos y 20.000 desaparecidos.

El ingeniero geofísico Mateo Casaverde, uno de los sobrevivientes, comentó: “El lodo de aproximadamente 60 metros de alto paso muy cerca de nuestros pies, se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas en Yungay. Al voltear la mirada vimos que había desaparecido”.

Al igual que Mateo, varias personas sobrevivieron porque pudieron correr y refugiarse en el cementerio de la ciudad (antigua fortaleza preinca). Otros que se salvaron fueron los que asistieron al circo “Verolina” y al estadio.

A raíz de este hecho, la ayuda local e internacional no se hizo esperar a pesar de la destrucción de las vías de comunicación de la zona y la falta de planeamiento. Otro hecho lamentable fue el accidente que sufrió una aeronave argentina que llegaba para socorrer a los heridos. Fue por la ayuda de varios países que a la nueva Yungay se le conoce como “Capital de la Solidaridad Internacional”.

En cuanto al fútbol, el Perú jugó en honor a los caidos y pudo remontar un 2-0 a Bulgaria, encaminando una serie de triunfos inolvidables que no pararían hasta 1980. Leer más »