Los Prado, una de las familias con mayor poder adquisitivo y status social en la Lima del XX, sumó a la serie de propiedades de las que disponía, la construcción de una espaciosa casa de esparcimiento a las afueras de la capital. La casa de Chaclacayo se convirtió en punto de encuentro para que la familia Prado celebrara en ella saraos en honor de algún visitante, realizara la práctica de cierto deporte de campo o simplemente para que sus miembros se alejaran del tedio que generaba la administración de sus empresas textileras, compañías eléctricas, minas y fundos agrícolas.
Casa de campo de la familia Prado en Chaclacayo, Lima. Para el sociólogo Felipe Portocarrero el “imperio Prado” perduró de 1890 hasta 1970, año en el que el presidente Velasco Alvarado acabó con la fortuna familiar. Foto: Marco Gamarra Galindo.
La casa fue mandada a construir a fines de los treinta por Mariano Ignacio Prado Heudebert, sobrino del presidente Manuel Prado y Ugarteche. “Prado Heudebert era Presidente del directorio del Banco Popular, el emporio comercial que, se dice, fue formado con el dinero que el patriarca Mariano Ignacio Prado ‘aportó’ del erario nacional al fugarse en plena guerra con Chile con los fondos que supuestamente habría de comprar barcos y armas para hacer frente al enemigo”, explica el jurista Fernando Poblete Elejalde, quien visitó la casa en 1998. Prado Heubebert contrae nupcias en 1935 con Mercedes Sosa Pardo de Zela, de cuya relación nacen ‘Marianito’ Prado Sosa, Leoncio Prado Sosa, Mercedes Prado Sosa, ‘Marita’ Prado Sosa y ‘Malena’ Prado Sosa.
Mercedes Prado Sosa, hija mayor del presidente del Banco Popular, Mariano Prado Heudebert, se casó con el abogado Javier Ferrand Cillóniz en el oratorio de la mansión de la familia Prado, en Miraflores. Foto: Revista Caretas.
Los cinco hijos del matrimonio Prado-Sosa, de allí el nombre de la casona, pasaron parte de su infancia y juventud en este inmueble ubicado en Chaclacayo (que por cierto, se fundó como distrito político recién en 1940, por mandato de mandatario Manuel Prado y Ugarteche, tío de Mariano Ignacio Prado Heudebert). “Durante el primer gobierno de Prado y Ugarteche, era conocido que cada dos fines de semana, el presidente y su entonces esposa, Enriqueta Garland -emparentada con la familia Miró Quesada, dueños de El Comercio- descansaban en la casa del sobrino”, detalla Fernando Poblete, estudioso de la historia peruana. “Para relajarse de su faceta presidencial, practicaba aquí el presidente Prado y Ugarteche uno de sus deportes favoritos: la equitación, ante la atenta y dulce mirada de sus sucesivas esposas: doña Enriqueta Garland, con la que tuvo dos hijos y, años después, ante la presencia de doña Clorinda Málaga, su segunda conyugue”, añade.
El conocido Banco Popular, propiedad de los Prado, guardaba el 80% de ahorros de la gente más rica del Perú. Asimismo, los Prado también eran dueños de un conglomerado empresarial que incluía a la Fábrica Nacional de Tejidos, el Ferrocarril Eléctrico de Lima y Callao, la refinería Conchán, Cementos Lima, el diario La Crónica, entre otros. Era un auténtico imperio económico y político.
A la muerte del matrimonio Prado-Sosa, el predio fue materia de un litigio que nunca llegó a resolverse del todo, aunque en buena cuenta quien pasó sus temporadas ahí fue únicamente ‘Marianito’ Prado Sosa, sucesor de su padre en la presidencia del Banco Popular. “Se sabe, además, que don Manuel Prado usó la residencia chaclacaína durante su segundo mandato para celebrar en ella saraos en honor de algunos miembros de la diplomacia extranjera acreditada en el país, sin la mirada acuciosa de los guardias de Palacio”, resalta Poblete Elejalde.
Diseñada por el arquitecto Emilio Harth-Terré, la casa, a finales de los noventa, fue tienda KFC. Hoy ya no existe: fue demolida en el 2011. Foto: Antonio Polo y la Borda.
El inmueble, representante de una época de oro para el reducido número de familias que fueron realmente “dueñas del Perú” -de la que la familia Prado fue parte- terminó de la manera en que lo conocemos –demolido y chancado- porque ese juicio entre herederos nunca llegó a buen fin, situación que aprovecharon las agencias inmobiliarias para cometer un acto más en contra del patrimonio. Acaso una metáfora del poder y fortuna de los Prado.
HOLA, YO ESTUVE CON MARIANITO PRADO CUANDO ESTUVO EXILIADO EN ESPAÑA, YO FUI A ESTUDIAR A LA COMPLUTENSE DE MADRID Y POR INTERMEDIO DE UN AMIGO PEDRO , CONOCI A MARIANITO…EN EL EXTRANJERO SOMOS TODOS IGUALES..MAS AUN QUE VIVIAMOS EN EL MISMO BARRIO Y ERA LA EPOCA DEL DICTADOR FRANCO EN ESPAÑA…NO FUI AMIGO DE EL PERO SI CONOCIDO…AVECES NOS ENCONTRABAMOS EN UN BAR CERCA DEL MUSEO DEL PRADO A CONVERSAR….SUPE QUE HIZO LA LAGUNA AZUL, PERO NUNCA TRATE DE UBICARLO, EL AMIGO PEDRO QUE NOS HIZO CONOCER, FATALMENTE SE SUICIDO EN EL SHERATON TAMBIEN DE BUENA FAMILIA…QUE PENA QUE TERMINARA ASI..RECIEN ME ENTERO..SALUDOS PEDROENRIQUE
No hay crimen que no se pague. Los hijos pagan los pecados de los padres.
Estuve visitando a mi querido abuelito Emiliano Rivera Chavez en el cementerio Presbítero Maestro, y encontré el Mausoleo de la familia Prado, y allí, están los restos de Mariano Ignacio Prado Sosa “Marianito”. Lamentablemente el Mausoleo, luce abandonado y muy sucio (como la gran mayoría de mausoleos y tumbas).