J.A. Pagola: “No me contento con una Iglesia cualquiera”

7:00 a.m. | 22 jul 22 (VN/PPC).- El teólogo español más leído y traducido del siglo XX, José Antonio Pagola, ha publicado el que puede considerarse su examen de conciencia definitivo. A través de “Un creyente apasionado por Jesús” (PPC), un diálogo con su sobrino y periodista Juan Ignacio Pagola, revisita su vida a la luz del Evangelio. En la presentación de la obra, el sacerdote se refirió a la persecución que sufrió tras la publicación de su obra más laureada, “Jesús. Aproximación histórica”. Pagola reconoció que le costó superar los sentimientos contra los que lo condenaron, pero que ese camino le acercó más a Jesús y al deseo de ver una Iglesia mucho más fiel a Su vida. Además, la revista Vida Nueva publicó un extracto de la primera parte del libro.

——————————————————————————————–

José Antonio Pagola hace examen de conciencia. “He venido tantas veces a Madrid a hablar de Jesús que se me hace extraño venir aquí a hablar de mi vida. Pero, como se imaginan, hablaré de Jesús, pues Él es la gran experiencia de mi vida”, comenzó el teólogo español más leído y traducido del siglo XX, durante la conferencia de presentación de su nueva publicación “Un creyente apasionado por Jesús“, en un evento que se convirtió en un homenaje a su trayectoria.

Entre los episodios vitales a los que refirió, no eludió la persecución que sufrió tras la publicación de su obra más laureada, “Jesús. Aproximación histórica” (PPC). “Sufrí mucho en los más de cinco años que duró todo el proceso”, admitió Pagola, que reconoció que “tuve que trabajar mis sentimientos hacia los que me condenaban”. Con el tiempo, descubrió que “todo aquel sufrimiento me estaba llevando a identificarme cada vez más con Jesús, incluso me hacía amar más a la Iglesia (…) por eso, no me contento tampoco hoy con una Iglesia cualquiera. La quiero ver cada día más fiel a Jesús, más llena de su Espíritu”, sentenció.

“El Vaticano II marcó para siempre mi actitud renovadora ante la Iglesia, nunca he mirado mucho al pasado, sino al futuro”, compartió también el sacerdote, que subrayó que “no me ha preocupado conservar las tradiciones más de lo necesario, sino abrir caminos a lo que puede contribuir a la renovación de una Iglesia cada vez más evangélica”. En su vista atrás, se detuvo en su misión como vicario general de San Sebastián con José María Setién como obispo: “No me veía yo mandando o gobernando a nadie”, recordó, repasando algunos hechos como el inicio de sus comentarios al Evangelio dominical, su apuesta por la pastoral de la salud o la creación del Teléfono de la Esperanza. Pero, sobre todo, ahondó en su compromiso por la paz frente al terrorismo etarra. “ETA no debería haber existido nunca”, sentenció durante su alocución.

Junto a José Antonio Pagola, en el acto también tomó la palabra el promotor del libro-entrevista y sobrino del teólogo, que desveló que hace tiempo que sobrevolaba este proyecto que le planteé hace tres años. “Es un maestro de la comunicación y transparenta coherencia vital”, planteó Juan Ignacio Pagola, a lo que añadió su capacidad para “crear siempre algo nuevo y transformador” desde “los deseos de una Iglesia tejida con los mimbres del Concilio”. Además, destacó tres rasgos de él: su pasión por el mensaje de Jesús, su humanismo al estilo de Jesús y su don para conectar con la gente con un estilo sencillo.

Como anfitrión, el director global de PPC Editorial, Pedro Miguel García Fraile, remarcó de José Antonio Pagola que “ha vivido una auténtica pasión”, pero también un viacrucis por seguir a Jesús. “¡Cuántas personas han recuperado la fe y han vuelto a la Iglesia gracias a Pagola!”, ensalzó García Fraile sobre el ensayista, al que agradeció su empeño por ahondar en “un cristianismo más auténtico”. En esta misma línea, destacó cómo ha llevado a cabo “un anuncio del Reino en toda su crudeza, radicalidad y sencillez” y “ha ocupado ese vacío pastoral que otros han dejado”, dejando atrás otras “pastorales del cumplimiento, trasnochadas y ritualistas”.

ENLACE. Transcripción completa de la intervención de J.A. Pagola

 

Así arranca el nuevo libro autobiográfico de Pagola

Vida Nueva ofrece en exclusiva a sus lectores los extractos de la primera conversación que recoge la obra y que se detiene en el viaje de José Antonio Pagola a Tierra Santa que supuso para él una conversión a Cristo, ese “volver a Jesús” que siempre ha acompañado cada una de sus investigaciones y reflexiones.

-Tío, ¿qué te llevó a pasar aquella breve temporada en un lugar tan importante de la vida de Jesús?

En el otoño de 1965 inicié estudios de Ciencias Bíblicas en la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa, de los Padres Dominicos, de Jerusalén. Un centro de gran prestigio y en el que viví durante todo un curso. Una experiencia muy enriquecedora que me proporcionó, además, numerosas claves para descubrir y aprender diferentes aspectos de la vida de Jesús.

-Pero el momento más intenso de tu estancia en Tierra Santa se produjo en primavera, finalizadas las clases.

La experiencia de acercamiento a la persona de Jesús de Nazaret la viví en el lago de Galilea, entre el 15 de mayo y el 15 de junio de 1966, cuando había acabado el curso en Jerusalén. En ese momento ya conocía el delicado estado de salud de mi mamá, a la que los médicos habían diagnosticado un cáncer de páncreas y le quedaban unos meses de vida.


En la Tierra de Jesús

Parece que esa vivencia llegó en un momento afectivamente intenso, y casi siempre inexplicable. Y precisamente por eso fue un instante en el que convergieron las dos influencias más fuertes que ha tenido a lo largo de su vida: la de su madre y la de Jesús. Recordando con él aquellas intensas jornadas junto al lago de Tiberíades, hoy afirma que quizá con el tiempo ha engrandecido ese instante de su vida, pero a la vez es consciente de que nada habría sido igual sin aquella experiencia de Jesús.

–¿Cómo viviste estas semanas junto al lago de Galilea, en la tierra de Jesús?

La vivencia se hizo posible gracias a Periko Núñez, un sacramentino guipuzcoano que estudiaba en el Centro Bíblico de los franciscanos y que me facilitó, a través de estos, un salvoconducto para cruzar a tierra israelí. La casa de los franciscanos, junto al lago de Galilea, me acogió en mi estancia en Cafarnaún. Allí existía una pequeña comunidad de no más de cinco frailes. En aquellas noches de primavera avanzada hacía tanto calor que acostumbraba a dormir en la azotea, bajo el cielo estrellado de Palestina. Durante el día frecuentaba paseos, meditaciones y baños en el lago. El lago fue una atracción constante para José Antonio. Por ello, una de las experiencias buscadas más intensas de aquellas semanas en Galilea fue navegar en un barco de pescadores. La vivencia la repitió en tres o cuatro ocasiones, pero hoy recuerda una de forma destacada. El día en que el lago estaba cubierto de una espesa bruma que cubría el sol.

–El lago, los pescadores, el agua, la niebla… ¿Has vuelto posteriormente en varias ocasiones a este lugar tan emblemático de la vida de Jesús?

Por primera vez tuve ocasión de volver a Cafarnaún con un grupo de religiosas salesianas a las que había dirigido una jornada de ejercicios en Burgos. Fue allí donde surgió la idea de repetir los ejercicios de una semana en Tierra Santa. Sorprendentemente, el día que salimos a meditar en el interior de una barca se precipitó sobre el lago la bruma que yo conocía. Me conmoví tan hondamente que lloré mientras meditaba y contemplaba la bruma que nos envolvía.

–José Antonio, ¿cómo vivías durante ese tiempo en Cafarnaún?

Casi todas las mañanas me dirigía, antes que nada, a visitar los restos de la sinagoga a la que Jesús acudía los sábados mientras vivió en casa de Pedro. De allí bajaba despacio a orillas del lago a contemplarlo. Cada día me organizaba la jornada, bien para subir a las pequeñas colinas que rodean el lago, bien para bordear su orilla. Apenas me topaba con otras personas. Siempre encontraba un rincón para orar y meditar el evangelio que solía llevar conmigo. Me acordaba de que Jesús tenía la costumbre de retirarse a lugares solitarios para comunicarse con su Padre.

Cuánto disfruté meditando en aquel silencio solo roto por el canto de los pájaros. Otras veces subía un poco más lejos, hasta el llamado monte de las Bienaventuranzas, donde el evangelista Mateo sitúa la proclamación que hizo Jesús de las bienaventuranzas y desde donde se contempla una panorámica espectacular del lago. Seguramente, desde algún lugar de esas laderas Jesús veía cómo “el Padre hacía salir el sol sobre buenos y malos”, como dice el evangelista.

Antecedentes recomendados en Buena Voz Noticias
Fuentes

Revista Vida Nueva (2) / Video: PPC Editorial / Foto: Librería Paulinas Granada (Twitter)

Puntuación: 5 / Votos: 1

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *