ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ACTUAL BURBUJA ESPECULATIVA

Durante el tercer trimestre la percepción generalizada del mercado fue de recuperación de la economía. Esta percepción se sustentaba en la reversión del ciclo de inventarios y en el repunte del consumo en Estados Unidos, y se confirmó posteriormente con la publicación de las cifras de crecimiento anual del PBI: 2.8% [1] y 0.4% para EEUU y Europa, respectivamente. En este nuevo panorama, los inversionistas habrían respondido, quizá de manera eufórica, con un mayor apetito por el riesgo. Ello habría producido que el dinero se mueva de activos seguros hacia otros activos más riesgosos: títulos de países emergentes, materias primas, metales preciosos y petróleo, sembrando dudas sobre la posible aparición de una nueva burbuja financiera.

Efectivamente, este fenómeno suele asociarse con la etapa previa a la formación de burbujas especulativas. Hyman Minsky [2] desarrolló un modelo que explica las fases de un ciclo crediticio: 1) desenfoque causado por una particular situación, 2) boom causado principalmente por factores financieros como el dinero barato, 3) euforia causada por la participación de nuevos actores, 4) toma de ganancias producida en la cresta del ciclo, y 5) pánico causado por la ocurrencia de algún hecho importante. Además explica que el impacto de la crisis depende del tipo de deudores que participan en las etapas 2 y 3: a) cubiertos, b) especulativos, y c) tipo Ponzi.

Bajo el esquema de Minsky podría argumentarse que en la posible burbuja actual el desenfoque habría sido ocasionado por los estímulos económicos realizados por los gobiernos, fiscal y monetario. Sin embargo, no queda claro cómo encajarían las etapas 2 y 3 en el momento actual puesto que existe gran reticencia por parte de los bancos a prestar, especialmente para emprendimientos riesgosos. No obstante, la evidencia ha mostrado recientemente un importante flujo de capitales a este tipo de emprendimientos, lo cual llevaría a pensar que difícilmente los inversionistas estén excesivamente apalancados como antes. Si bien aún queda por ver el desenlace de las etapas 4 y 5, difícilmente se produciría una crisis del tipo bancario de la magnitud que se ha visto recientemente, sino probablemente una de tipo cambiario que afectaría a países emergentes más vulnerables por efecto del contagio.

[1] Esta cifra corresponde a la segunda estimación realizada con mayor información. En tal sentido, es diferente de la cifra adelantada de 3.5%.
[2] Minsky (1992) The financial instability hypothesis
[3] Esta fase hace referencia a una actividad innecesaria que se realiza para evitar o retrasar la realización de otra actividad más difícil o menos placentera.

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