LA CAÍDA EN LA BOLSA CHINA: ¿EFECTOS SOBRE EL RESTO DE LA ECONOMÍA?

La significativa caída que ha venido experimentando la Bolsa de Valores China durante los últimos días[1] ha planteado serios cuestionamientos sobre los posibles efectos que pudiera tener sobre el desenvolvimiento de la economía de ese país en el corto y mediano plazo.

Es de esperar que la reducción en el valor de mercado de las empresas que cotizan en bolsa, repercutan negativamente sobre sus capacidades de financiamiento, con lo que se originaría una disminución en sus niveles de inversión; mientras que por el lado de los consumidores, el impacto sobre el gasto sería en la misma dirección ya que al caer el precio de las acciones que estos poseen, los inversionistas experimentarían una caída en el valor neto de sus activos y riqueza. Este efecto conjunto, se traduciría, finalmente, en una reducción de los niveles de producción de la economía.

No obstante, la corrección de la plaza bursátil china no tendría mayores efectos sobre el dinamismo de la economía; lo que se debería al hecho de que la capitalización de mercado es pequeña aún, en comparación con el tamaño de la economía, representando tan solo el 30% del PBI. Por otro lado, la probabilidad de desaceleración en el consumo, producto de la erosión en el valor real de los activos de los inversionistas es también baja, debido a que estos últimos tan solo serían cerca de 30 millones, de un país que cuenta con 1.4 billones de personas; además, la mayor proporción de sus activos financieros estaría concentrada principalmente en cash, o en depósitos bancarios[2].

De igual forma, no se espera un mayor impacto sobre el sistema bancario ya que, por leyes del Gobierno chino, la banca está prohibida de incursionar en el negocio de las empresas aseguradoras (inversionistas institucionales), y estas últimas están prohibidas de financiarse a través de los bancos; es por eso que la sensibilidad de la posición de la banca ante una reducción en el valor de las inversiones de las empresas aseguradoras sería mínima.

Ante esta coyuntura, la aparente “fractura” entre el mercado bursátil y la dinámica de la economía parecería beneficiosa para garantizar la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, el Gobierno chino debería corregir paulatinamente esta fractura puesto que un mercado bursátil articulado con el resto de la economía, potencia la eficiencia de la política monetaria, permitiendo de que el Banco Central pueda actuar a tiempo, en caso de que perciba riesgos inflacionarios en el economía.

[1] Hasta el miércoles 6 de junio, la Bolsa China había retrocedido 21% en tan solo cinco días; originando una pérdida estimada de US$ 490,000 millones de la plaza. Fuente: Gestión: 06/06/2007.
[2] “China: Should we Care About the Stock Market?”. Danske Bank. 08/06/2007.

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