LA BIODIVERSIDAD PERUANA Y LA ADHESIÓN AL UPOV-91 EN EL MARCO DEL TLC CON LOS EEUU.

Nuestro país está considerado dentro de los 5 principales países del mundo en materia de biodiversidad y riqueza en conocimientos tradicionales. Según Antonio Brack-Egg[1] (consultor para la PNUD en temas de medio ambiente) el Perú es visto como uno de los mayores centros mundiales de recursos genéticos contando con 182 especies de plantas, mientras que nuestra riqueza genética total en cuanto a “plantas de usos conocidos”, suma unas 4.500 especies. Solo por citar algunas de nuestras principales ventajas respecto del mundo, señala el investigador que, por ejemplo: en cuanto a la flora, se calculan que existen unas 25 000 especies (10% del total mundial) de las cuales un 30% son endémicas.

Por el lado de nuestras riquezas energéticas, el Perú posee 66 millones de hectáreas de bosques, y es el segundo país en América Latina y el cuarto a nivel mundial en bosques tropicales; el mar peruano es una de las cuencas pesqueras más importantes del planeta; la puna o pastizales naturales andinos, con una superficie de 18 millones de hectáreas, es un ecosistema de enorme importancia a nivel global por su biodiversidad. De igual forma, estamos ubicados entre los 3 primeros países mega diversos por la superficie de bosques tropicales, y que mantienen cautivos unos 15 000 millones de toneladas de carbono atmosférico.

Tal como se puede apreciar, este sitial del país en biodiversidad le otorga una importancia estratégica a nivel global porque el siglo XXI sería considerado, tal vez, el siglo de la biotecnología y de la ingeniería genética. En este sentido, el Perú podría jugar un rol muy importante en las negociaciones internacionales sobre la biodiversidad y los recursos genéticos.

Entre otras, estas son algunas de las principales razones por las cuales la defensa de nuestra biodiversidad y conocimientos tradicionales se hizo un tema crítico durante todas las rondas de negociación del TLC con los EEUU.

Un análisis del texto final de dicho tratado comercial nos muestra el reconocimiento, por parte de los EEUU, de la biodiversidad y conocimientos tradicionales del Perú[2]. Sin embargo, en este acuerdo comercial también se especifica que las partes firmantes deberán adherirse al “Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales” (Convención UPOV-1991), antes del 1ero de enero del 2008[3].

Lo preocupante en este caso, es que la adhesión al convenio significaría dejar abierta la posibilidad de patentar no sólo las innovaciones genéticas sobre los recursos vegetales, sino también patentar las mismas variedades de plantas que hayan permanecido como desconocidas hasta el momento, lo cual va en contra de la normatividad andina.

Este convenio, además, implica ir más allá de lo estipulado a nivel multilateral en cuanto a la protección de la propiedad intelectual (ADPIC-OMC), ya que en el caso de plantas, el ADPIC permite a los países escoger entre dar patentes, dar un tipo de propiedad intelectual especial o una combinación de ambos, sin especificar que la propiedad intelectual especial sea necesariamente por medio del “Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones vegetales”.

La estrategia de los EEUU queda clara entonces, se estaría buscando patentar la mayor cantidad de recursos vegetales peruanos para posteriormente lograr la producción en masa de estos recursos con, por ejemplo, propiedades medicinales. El beneficio y la alta rentabilidad están garantizadas si tenemos en cuenta que “el mercado anual para productos derivados de recursos genéticos está entre los US$ 500 y los US$ 800 billones. Por otro lado, solo en la industria farmacéutica en este mercado mueve anualmente entre US$ 75 000 y US$ 100 000 millones según algunas estimaciones internacionales”[4].

En lo que nos toca, la solución que debemos buscar pasa necesariamente por adoptar políticas que incentiven la costumbre de proteger nuestras innovaciones, sobretodo en cuanto a descubrimientos de plantas con propiedades medicinales, o semillas de cultivo desarrolladas por nuestras comunidades rurales a lo largo de los años (conocimientos tradicionales).

[1] Brack Egg, Antonio: “Tratado de Libre Comercio y Biodiversidad en el Perú” (junio 2004).
[2] “Capítulo XVIII: Medio Ambiente”. Artículo 18.8.
[3] “Capítulo XVI: Derechos de Propiedad Intelectual”. Artículo 16.1: Disposiciones Generales.
[4] Silva, José Luis; Ruiz Muller, Manuel, y Venero Aguirre, Begoña : “Conocimientos Tradicionales y Acceso a los Recursos Genéticos” Lima, Perú.

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Comentarios

  1. jimena escribió:

    meparece una tonteria

  2. Kamila escribió:

    a mi parecer el TLC es una bueno oportunidad para proteger nuestros recursos naturales. Sin embargo no hay que dejar a lado nuestros beneficios.

  3. PLITER escribió:

    el tlc es una de las buenas negociacioneas que esta haciendo nuestro pais PERU, lo que se debe tener en cuenta es que estas negociaciones no deben de hacer daño de ninguna manera nuestra biodivercidadnatutal y tambien el aspecto cultural propio que tiene nuestro pais. por ende nuestras autoridades estan en la obligacion de analizar cuales son las ventajas y desventajas que tiene, de acuerdo a ello hacer los acuerdos correctos que no haga daño a nuestro PERU.

  4. elena escribió:

    el perù es rico en animales que nos brinda lanaturalesa especialmente en la selva

  5. sharon nuñez cuya escribió:

    a mi tambien me parece q el peru tiene muchas riquesas pero q nosotros no la respetamos ni la a yudamos a crecer maas , por eso para su bien debemos cuidarla y muchisimo.

  6. Nazart Miranda escribió:

    es obvio que adherirnos a la upov va a ser muy ventajoso, pero, ventajoso para quienes?, pues para aquellos que se dedican y cuentan con los elevados presupuestos que se necesitan para las obtenciones vegetales, me hago una pregunta, en el peru cuantas personas se dedican a esto? y en el extranjero?, de acuerdo a las respuestas que se puedan dar uno sabra si en verdad es beneficio para el peru o para extranjeros.

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