Sorpresiva devaluación china acrecienta temores de guerra de divisas
China anunció este martes de manera sorpresiva una devaluación de su moneda nacional, el yuan, respecto del dólar estadounidense, y desató un temor internacional de nueva ‘guerra entre divisas’ de diferentes países, lo que fue el tema del día entre los operadores y sacudió a los mercados internacionales.
El anuncio del Banco Central chino fue sorpresivo, entre otras razones porque se trata de la mayor devaluación de la moneda en los últimos veinte años, pese a que la entidad de la medida en sí (-1,9% a 6,2298) fue limitada, según apunta la agencia ANSA y reproduce Télam.
En los últimos días, recuerdan analistas locales, el Banco Central había consumado una parte de sus reservas para mantener quieto al valor del yuan.
El problema es que en esta fase de su economía Beijing apunta a dos objetivos al mismo tiempo, que sin embargo están en ruta de colisión uno con el otro: favorecer las exportaciones y frenar la salida de capitales del país.
Sin embargo, las mismas autoridades aclararon que de ahora en más el tipo de cambio (anclado de manera rígida al dólar, con un margen de oscilación de no más del 2%) quedará más expuesto a las oscilaciones y los mecanismos naturales del mercado.
Esto podría, a su vez, abrir las puertas a una nueva devaluación de la moneda.
La decisión había sido reclamada repetidamente por Estados Unidos que, sin embargo, enfrenta ahora un nuevo dilema.
Si en los últimos años tener un tipo de cambio ‘dirigista’ favorecía las exportaciones chinas, ahora la mayor fluctuación a la que quedará sometida la moneda (tras haber roto de hecho su vínculo con un dólar claramente a la suba) apunta precisamente al aumento de esas exportaciones, indicaron desde la agencia italiana.
De una u otra manera, lo que está claro es que la economía del coloso asiático se ha ido debilitando. El PBI paró de crecer a las tasas que tenía acostumbrado a todo el mundo, visto que en el primer trimestre del año la expansión no superó, por ejemplo, el 7%.
Los indicadores que confirman esta tendencia son numerosos, desde las exportaciones y los consumos, hasta las importaciones y el nivel de inversiones.
El Banco Central intentó en los últimos meses revertir esa tendencia a través de diferentes medidas, por ejemplo inyectando dinero en el sistema y reduciendo las tasas de interés.
Esto generó, a su vez, una baja en los retornos de los activos en yuan y favoreció una fuga de capitales que, por otra parte ,está destinada a aumentar a raíz de la suba en las tasas de interés que aplicará la Federal Reserve estadounidense en una fecha aún no clara.
Pekín podría haber devaluado incluso más, hecho que sin embargo podía llevar a la quiebra a numerosas empresas china con deudas en dólares: por ejemplo, las compañías aéreas o telefónicas.
Las autoridades chinas están muy comprometidas en el intento de convertir al yuan en una divisa “alternativa” al dólar y al euro en los mercados mundiales: esta es otra razón por la que el Banco Central prefirió seguir un camino de gradualidad.
La decisión tuvo de todos modos un fuerte e inmediato impacto en las cotizaciones de las materias primas, por ejemplo el petróleo y los minerales que un gigante como China (conocida como la “fábrica del mundo”) absorbe día tras día hasta ahora de manera creciente.
En una franja productiva completamente diferente también quedan afectados sectores como la moda o la industria del lujo (autos y joyas), productos que los nuevos oligarcas chinos no dejan de comprar, por ejemplo a países como Italia y Francia.
En Europa, el anuncio llegó en coincidencia con lo que es en cambio una excelente noticia, o sea el acuerdo alcanzado en Grecia entre acreedores y el gobierno de Alexis Tsipras.
En: unoentrerios