Claves de León XIV: Su primera entrevista en profundidad

3:00 p.m. | 8 oct 25 (RVN/RNS).- El papa León XIV ha ofrecido su primera gran entrevista, incluida en la primera biografía autorizada de su pontificado, León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI. En sus páginas, el Papa habla sin eludir temas difíciles y traza el perfil de un pontificado que pide diálogo sin polarización y defiende la continuidad de las reformas. Entre cautela y apertura, se revela la imagen de un Papa que escucha, administra con lucidez y empieza a dar forma a su propio estilo de liderazgo.

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León XIV ha roto su habitual silencio mediático para conceder su primera gran entrevista como pontífice. Lo ha hecho a la periodista Elise Ann Allen, corresponsal del portal de noticias católicas Crux, en el marco de la primera biografía autorizada por el actual Papa, que busca trazar el perfil más completo hasta ahora de un pontífice discreto, pero que empieza a mostrar su voz en los temas que marcan el presente y el futuro de la Iglesia.

En las páginas de León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI, publicada en español el 18 de septiembre, se desarrolla una conversación a corazón abierto en la que el Papa aborda sin eludir: la tragedia de Gaza, el lugar de la mujer en la Iglesia, la acogida de las personas LGTBIQ+, la herida de los abusos y más. Este diálogo ofrece una primera oportunidad de conocer, en sus propias palabras, el pensamiento del nuevo pontífice sobre cuestiones sensibles.

Sus declaraciones revelan cómo concibe su papel: un papa constructor de puentes, dialogante pero no polémico, y dotado de un fino sentido de la administración. La dirección que propone para la Iglesia es aquella donde el diálogo ocupa el centro, aunque, por el momento, no se vislumbran cambios doctrinales. Crux publicó la transcripción de gran parte de la conversación que León mantuvo en julio con Allen.

A continuación, compartimos de medios especializados, cinco claves de la entrevista, seguidas de una reflexión sobre sus temas centrales y doce citas textuales que condensan el pensamiento del Papa en este primer gran testimonio de su pontificado:


1. El papa León concede entrevistas

Que León haya ofrecido una entrevista tan extensa apenas iniciado su pontificado marca una ruptura con el discreto perfil mediático que mantuvo como prefecto del Dicasterio para los Obispos. Ya como Papa, ha concedido breves declaraciones a los periodistas apostados frente a la residencia pontificia de verano, cerca de Roma. La más reciente —que suma dos conversaciones de 90 minutos concedidas a Elise Ann Allen— ofrece por primera vez un panorama completo del pensamiento de León expresado con sus propias palabras.

Allen declaró a The Washington Post que el Papa pudo revisar el libro antes de su publicación. La entrevista, por tanto, ofreció a León una oportunidad poco común para expresarse directamente sobre asuntos delicados —desde la inclusión LGBTQ+ hasta el futuro de la liturgia anterior al Concilio Vaticano II— sin depender del lenguaje más indirecto de las homilías papales ni exponerse al escrutinio que suelen generar los comentarios improvisados.

El momento también resulta significativo. Que León aceptara una entrevista formal dentro de los dos primeros meses de su elección contrasta con el papa Francisco, quien esperó unos seis meses antes de conceder su primer diálogo en profundidad con la prensa. Sin embargo, hasta ahora muchos lo consideraban poco inclinado a los medios, una percepción forjada por su carácter reservado en la Curia y su escasa interacción con la prensa.

En este sentido, León hereda tanto una plataforma como un dilema. Sucede a Francisco, quien durante sus doce años de pontificado concedió entrevistas cada vez con mayor frecuencia y a medios de todo tipo. Esa constante presencia mediática redefinió las expectativas sobre cómo un Papa puede comunicar su mensaje en la era digital. La temprana apertura de León indica que está dispuesto, aunque con cautela, a responder a esas expectativas a su manera.


2. Más presencia y peso entre obispos de EE.UU.

Aunque León restó importancia a la idea de que su origen norteamericano le otorgue una influencia especial ante el presidente Donald Trump, sí sugirió que podría tener más peso entre los obispos de su país, quienes con mayor facilidad pudieron desestimar a Francisco por considerarlo alejado de su realidad. “La gente no podrá decir, como lo hicieron de Francisco: No entiende a Estados Unidos, no ve lo que está ocurriendo”, afirmó León. “Creo que eso es importante en este caso”.

Si bien aún no se ha reunido con el presidente, León dijo que sigue de cerca los acontecimientos de la política estadounidense. “Evidentemente, hay algunas cosas que están ocurriendo en los Estados Unidos que preocupan“, reconoció. Aun así, fue claro en que no corresponde al Papa intervenir directamente en la política nacional: “No tengo intención de involucrarme en la política partidista. No es ese el papel de la Iglesia”.

En cambio, León dio a entender que su enfoque podría reflejar la estrategia empleada por su predecesor: emitir mensajes firmes desde Roma para impulsar la acción episcopal. Elogió la carta de Francisco a los obispos estadounidenses sobre inmigración, como “muy significativa”, y destacó que algunos obispos “tuvieron el valor de asumirla”. Ese tipo de gestos, sugirió, muestran una manera de enfrentar las realidades políticas sin participación papal directa, trasladando la responsabilidad profética a la jerarquía local-2.

En ese sentido, los primeros nombramientos episcopales de León ofrecerán señales claras de cómo espera que la Iglesia en Estados Unidos se relacione con su contexto político. Su primera designación —el nombramiento del obispo auxiliar de San Diego, Michael Pham, como nuevo titular de esa diócesis— ya ha generado atención. Pham, instalado en julio, es el primer obispo vietnamita-estadounidense en encabezar una diócesis en ese país y fue él mismo un refugiado. Falta ver si los obispos estadounidenses —por mucho tiempo recelosos de algunos aspectos de la visión eclesial de Francisco— responderán de manera diferente bajo un papa que conoce su propio terreno. Pero León no parece dispuesto a eludir el desafío.

VIDEO. La primera entrevista de León XIV

 

3. La visión eclesial de León se forja en la sinodalidad

Ya sea al hablar de la polarización, la inclusión LGBTQ+, el papel de la mujer en la Iglesia o las tensiones litúrgicas, el papa León remite constantemente al Sínodo sobre la Sinodalidad como punto de referencia. Para él, el proceso sinodal no fue simplemente un evento en el que participó, sino el marco desde el cual discernirá el futuro de la Iglesia. Su visión sinodal se configuró no solo durante su papel destacado en la asamblea sinodal de 2024 en el Vaticano, cuando era prefecto del Dicasterio para los Obispos, sino también antes, en 2022, al iniciar el proceso sinodal a nivel diocesano como obispo de Chiclayo, Perú.

León, quien en la entrevista definió la sinodalidad como “una actitud, una apertura, una disposición a comprender”, ya ha dado muestras de ese espíritu a través de sus acciones. Ha mantenido audiencias privadas con dos figuras emblemáticas de polos opuestos dentro del catolicismo estadounidense: el cardenal Raymond Burke, crítico destacado de Francisco que denunció la sinodalidad como una amenaza a la integridad de la Iglesia, y el jesuita James Martin, promotor de la inclusión LGBTQ+ cuyo ministerio pastoral en este ámbito recibió repetidas muestras de apoyo por parte de Francisco.

El 6 de septiembre, más de mil personas que participaban en una peregrinación jubilar LGBTQ+ atravesaron la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, un acto que contó con la aprobación tácita del Papa y que los organizadores calificaron como un momento histórico de acogida. Días después, los organizadores de una peregrinación tradicionalista anunciaron que León había autorizado la celebración de la misa tradicional en latín en la misma basílica, que sería presidida por el propio Burke. Un gesto impensable bajo el pontificado de Francisco, quien había restringido severamente tales permisos.

Más que representar una continuidad rígida o una ruptura respecto de Francisco, estos gestos revelan un estilo propio que empieza a perfilarse: un modo sinodal de gobernar la Iglesia. Ya se trate de cuestiones litúrgicas, de la inclusión LGBTQ+ o del papel de la mujer en el liderazgo eclesial, León ha dado a entender que no impondrá decisiones unilaterales. Por el contrario, estos temas se abordarán de manera sinodal. Pese a las críticas que recibió el proceso sinodal de Francisco, es posible que haya servido como incubadora para su sucesor.


4. Un apóstol de la administración

El estado de las finanzas vaticanas fue una de las principales preocupaciones de los cardenales antes del cónclave que eligió a León. El cardenal Blase Cupich, de Chicago, declaró a America Magazine que la reforma en curso de la Curia —incluido el saneamiento de las finanzas vaticanas y la gestión a largo plazo del fondo de pensiones— fue el tema de mayor inquietud al inicio del pontificado. León, por su parte, transmitió calma: “Las cosas van a estar bien”, dijo en la entrevista, reconociendo la necesidad de continuar las reformas, pero rechazando la idea de una crisis financiera.

Parte de esa confianza proviene de la experiencia. Antes de su elección, León explicó que había formado parte de varios consejos financieros del Vaticano. Entre sus colegas curiales, se había ganado la reputación de ser un administrador sereno y competente —una de las razones por las que su nombre ascendió rápidamente entre los candidatos papables. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, dirigió uno de los departamentos más importantes de la Santa Sede, y ahora lleva ese conocimiento organizativo al papado. Uno de los problemas administrativos que señaló fue el funcionamiento aislado de los distintos organismos de la Curia y la necesidad de una colaboración más estrecha entre los dicasterios.

Aunque Francisco impulsó una profunda reforma de la Curia con la constitución apostólica Praedicate evangelium en 2022, León ya da señales de que podrían venir nuevos ajustes. A poco más de dos meses de su elección, ha empezado a proponer cambios legislativos en el funcionamiento del gobierno vaticano, especialmente en lo que concierne a la cooperación interdicasterial.

Esa temprana ambición refleja una clara conciencia de la misión que ha recibido. León parece reconocer que parte de su mandato consiste en lograr que el Vaticano funcione con mayor eficacia, no solo en el ámbito financiero, sino también en el administrativo. Si los primeros indicios se confirman, su pontificado podría inaugurar una nueva fase de la reforma curial, destinada a institucionalizar la actitud sinodal a la que él vuelve una y otra vez.


5. Promover el diálogo sin alterar la doctrina

La unidad se perfila como una de las prioridades fundamentales de León XIV. Ha insistido en este tema en repetidas ocasiones desde el inicio de su pontificado, y todo indica que seguirá dándole un lugar central al abordar cuestiones doctrinales complejas. En la entrevista, el Papa mostró apertura a mantener conversaciones sobre temas como la inclusión LGBTQ+, el papel de la mujer en la Iglesia y la recepción de la liturgia anterior al Concilio Vaticano II. Sin embargo, también dejó claro que esas conversaciones no implicarán, al menos por ahora, un cambio en la enseñanza de la Iglesia.

“Por el momento no tengo la intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia”, dijo al referirse a la ordenación de mujeres. Sobre las cuestiones LGBTQ+, subrayó la importancia de aprender “a entender cómo acoger a los demás, incluso cuando son diferentes de nosotros”. Pero añadió, en referencia a quienes piden que se reconozca el matrimonio entre personas del mismo sexo o las identidades trans en la doctrina: “Creo que la enseñanza de la Iglesia continuará como está, y eso es lo que tengo que decir por ahora”.

Si el papa Francisco abrió nuevos caminos al permitir el diálogo sobre temas sensibles, León podría representar el siguiente paso: mantener esas conversaciones vivas, pero dejando claro que la doctrina permanece intacta. Cómo se concretará esa tensión en la práctica aún no está del todo claro. Por ahora, parece apostar por un delicado equilibrio que busca ofrecer algo tanto a los católicos con mentalidad reformista como a quienes se preocupan por la estabilidad doctrinal.

VIDEO. Elise Ann Allen perfila al papa Robert Prevost en su libro biográfico

Entrevista revela a León XIV como un canonista prudente

Cuando León XIV fue elegido, muchos se preguntaban quién era realmente. Lo ideal era esperar entre seis meses y un año para conocerlo de verdad. Cuatro meses después de su elección, en la entrevista con Elise Ann Allen, León comenzó a revelarse. Se presentó como un canonista lúcido y prudente, que no se propone dar marcha atrás en las reformas de Francisco, aunque tampoco busca adelantarlas sin el debido discernimiento.

León se mostró tanto por lo que no dijo como por lo que dijo. No hubo en la entrevista ninguna frase memorable como la de Francisco en su primera entrevista —”no voy a obsesionarme con el aborto”— ni respuestas que hicieran historia como su célebre “¿Quién soy yo para juzgar?”, pronunciada en 2013 al responder sobre los sacerdotes homosexuales. Como un buen abogado, León respondió a las preguntas sin generar titulares, cuidando cada palabra para no dejar margen a malentendidos.

Esto confirmó lo que ya se había percibido el día de su elección: sus primeras palabras fueron leídas de un texto preparado, a diferencia de Francisco, cuyas primeras expresiones parecieron espontáneas. Todos recuerdan su informal buona sera desde el balcón de San Pedro y el momento en que pidió al pueblo que rezara por él antes de impartir su bendición. ¿Alguien recuerda algo que León haya dicho o hecho aquel primer día, más allá de que vestía con un estilo similar al de Benedicto XVI? Pero León no es Benedicto. Sus respuestas no están cargadas de la compleja teología y filosofía que caracterizaban a Benedicto o a Juan Pablo II. Son claras, pero matizadas —propias de un buen jurista—. En ningún momento de la entrevista se distanció de Francisco, ni siquiera en los temas más controvertidos.

Al ser preguntado sobre las parejas homosexuales, León respondió: “Lo que intento decir es lo que Francisco expresó con tanta claridad cuando decía: todos, todos, todos”. Al igual que su predecesor, defendió la posibilidad de bendecir a las personas homosexuales como a cualquier otra, pero criticó que se convierta en un rito público, como algunos proponen. “En el norte de Europa ya están publicando rituales de bendición para ‘personas que se aman’, así lo expresan”, señaló. “Esto va directamente en contra del documento aprobado por el papa Francisco, Fiducia supplicans, que básicamente dice: por supuesto que podemos bendecir a todas las personas, pero no buscar una forma de ritualizar algún tipo de bendición, porque eso no es lo que la Iglesia enseña”.

VIDEO. León XIV expresa su cariño por el Perú en su primera entrevista como Papa

 

Del mismo modo, avanza con prudencia respecto al tema de las diaconisas, que —recordó— “ha sido estudiado durante muchos años”. Como Francisco, afirmó: “Por el momento, no tengo intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre este tema”. También manifestó su preocupación por una posible “clericalización” de las mujeres. Pero introdujo una pregunta nueva: el diaconado mismo no ha sido suficientemente promovido en algunas partes del mundo, especialmente en África, donde muchos obispos prefieren contar con catequistas antes que con diáconos. “¿Por qué hablar de ordenar mujeres al diaconado —preguntó— si el propio diaconado aún no está bien comprendido, desarrollado y promovido dentro de la Iglesia?”.

Algunos esperaban que León liberalizara el uso de la misa tradicional en latín, pero su respuesta fue similar a la de Francisco: “Hoy se puede celebrar misa en latín sin problema, siempre que sea según el rito del Concilio Vaticano II”. Y añadió que, lamentablemente, parte del debate se ha convertido en “un nuevo proceso de polarización, en el que algunos han utilizado la liturgia como pretexto para promover otras agendas. La liturgia se ha convertido en un arma política, y eso es muy desafortunado”.

También reconoció que el “abuso” del rito moderno —la misa del Vaticano II— no ha ayudado a quienes buscan una experiencia más profunda de oración y de contacto con el misterio de la fe, algo que algunos perciben en la misa tridentina. A su juicio, “si celebramos la liturgia del Vaticano II de forma adecuada, el deseo por la misa tridentina disminuirá”.

Sin embargo, ofreció cierta esperanza a los partidarios del rito tridentino al anunciar su intención de reunirse con un grupo de fieles que lo promueven, algo que Francisco no llegó a hacer. Esa disposición al diálogo nace de su compromiso con la sinodalidad, una característica central del pontificado de Francisco. Mientras este había acusado a los defensores del rito antiguo de actuar con ideología y fuera de comunión, León parece dispuesto a escucharlos de modo sinodal, consciente de que los compromisos ideológicos pueden obstaculizar el diálogo.

León se muestra profundamente comprometido con la sinodalidad, que definió como “una actitud, una apertura, una disposición para comprender que cada miembro de la Iglesia tiene voz y un papel que desempeñar”. Mencionó el proceso de oración y discernimiento utilizado en el reciente Sínodo, conocido como “conversación en el Espíritu”. Pero aclaró que no se encierra en una sola forma de ser sinodal: “Hay muchas maneras de hacerlo —dijo—, de dialogar y respetarse mutuamente. Reunir a las personas, comprender esas relaciones e interacciones, y crear oportunidades de encuentro es una dimensión esencial de cómo vivimos nuestra vida eclesial”.

León no devolverá el papado a un modelo autoritario del pasado. Como Francisco, permitirá y alentará la conversación y el discernimiento. No teme admitir que aún no tiene definidas algunas posiciones y que espera que los problemas puedan resolverse de manera sinodal. Pero, advierte, la sinodalidad no convierte a la Iglesia en una democracia. Quienes lo conocen aseguran que escucha a todos, pero que al final toma una decisión firme, aunque esta pueda decepcionar a algunos.

Bajo el pontificado de León XIV, cabe esperar menos sorpresas y titulares que en el de Francisco. No ha cambiado el rumbo de la barca de Pedro: no está virando de dirección, ni lanzando un “¡a toda máquina, sin importar los torpedos!”. Su estilo, más bien, es el del capitán que mantiene el curso con firmeza y serenidad: “Todo sigue su rumbo”.

VIDEO. Periodista revela quién es el papa León XIV y su vínculo con el Perú

12 reflexiones imprescindibles del primer libro-entrevista de León XIV

La revista Vida Nueva y Religion News Service presentaron varios puntos de la entrevista, citando las palabras de León XIV en cada uno de los temas centrales abordados:

1. Sobre la situación económica de la Santa Sede

“La gente hace muchas afirmaciones sobre la situación financiera del Vaticano. Pero no es la crisis que se le ha hecho creer a la gente. Afortunadamente, tengo un poco de conocimiento y experiencia en muchos tipos diferentes de asuntos financieros. Así que continuaremos trabajando en eso. En la reforma que Francisco inició se tomaron algunas decisiones muy importantes, las cosas ciertamente han mejorado con respecto a hace diez años, y eso tiene que continuar. Hay más cosas por hacer en ese sentido”.

2. ¿Es un genocidio lo que está perpetrando Israel en Gaza?

“La palabra genocidio se está usando cada vez más. Oficialmente, la Santa Sede no cree que podamos hacer ninguna declaración al respecto en este momento. Hay una definición muy técnica de lo que podría ser un genocidio, pero cada vez más personas están planteando la cuestión, incluyendo dos grupos de derechos humanos en Israel que han hecho esa declaración. Es tan horrible ver las imágenes en la televisión, ojalá algo cambiara esto. Ojalá no nos volvamos insensibles, porque no puedes soportar tanto dolor”. (Recordar que la entrevista se realizó en julio, mucho antes de los primeros pasos del actual acuerdo y negociaciones por la paz).

3. La política en EE.UU.

“No tengo planeado involucrarme en la política partidista. La Iglesia no se trata de eso. Pero no me da miedo plantear temas que creo que son verdaderos temas del Evangelio, que ojalá la gente de ambos lados del pasillo, como decimos, pueda escuchar. En una de las últimas conversaciones que tuve con el vicepresidente de Estados Unidos —no he tenido conversaciones directas ni me he reunido con el presidente— hablé sobre la dignidad humana y lo importante que es para todas las personas, sin importar dónde nazcan, poder encontrar formas de respetar a los seres humanos y la forma en que los tratamos mediante las políticas y decisiones que tomamos. Obviamente, hay algunas cosas que están ocurriendo en Estados Unidos que son motivo de preocupación. Seguimos buscando formas de al menos responder y plantear algunas de las preguntas que deben hacerse”.

4. Preocupación por los migrantes

“Algo que hizo Francisco hacia el final de su pontificado, que creo que fue muy significativo, es la carta que escribió sobre el trato a los inmigrantes. Me alegró mucho ver cómo los obispos estadounidenses lo asumieron, y algunos de ellos fueron lo suficientemente valientes como para seguir adelante con eso”.

5. Un Papa, ¿solucionador?

“No veo que mi papel principal sea el de tratar de ser el solucionador de los problemas del mundo. No veo mi rol así en absoluto, en realidad, aunque creo que la Iglesia tiene una voz, un mensaje que necesita seguir siendo predicado, ser hablado y hablado en voz alta”.

6. El papel de la mujer en la Iglesia

“Para la mayoría de la gente, ciertamente está la comprensión de que el papel de la mujer en la Iglesia tiene que seguir desarrollándose. Creo que en ese sentido hubo una respuesta positiva. Espero seguir los pasos de Francisco, incluyendo la designación de mujeres en algunos roles de liderazgo, en diferentes niveles, en la vida de la Iglesia, reconociendo sus dones y su contribución a la Iglesia de muchas maneras.

La cuestión se convierte en un tema polémico cuando se hace la pregunta específica sobre la ordenación. El sínodo había hablado específicamente de la ordenación, quizá, de mujeres diaconisas, que ha sido una cuestión que se ha estudiado durante muchos años. Ha habido diferentes comisiones nombradas por diferentes Papas para decir: ¿qué podemos hacer al respecto? Creo que seguirá siendo un problema. Yo, por el momento, no tengo la intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el tema. Creo que hay algunas preguntas previas que deben hacerse. (…) ¿querríamos simplemente invitar a las mujeres a clericalizarse, y qué ha resuelto eso realmente? Quizá hay muchas cosas que deben ser examinadas y desarrolladas en este momento antes de que podamos realmente llegar a hacer las otras preguntas.

Así es como veo las cosas en este momento. Ciertamente, estoy dispuesto a seguir escuchando a la gente. Existen estos grupos de estudio, como el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que continúan examinando el trasfondo teológico, la historia, de algunas de esas preguntas, y caminaremos con eso y veremos qué resulta”.

VIDEO. ¿Quién es León XIV? Grabación de la entrevista (Parte 1)

 

7. LGTBQ+ y polarización

“No tengo un plan en este momento. Ya me han preguntado un par de veces sobre eso durante estos primeros dos meses, sobre el tema LGBTQ. Recuerdo algo que un cardenal de la parte oriental del mundo me dijo antes de ser papa, sobre que ‘el mundo occidental está obsesionado con la sexualidad’. Para algunas personas, la identidad de una persona implica solo la identidad sexual, y para muchas personas, en otras partes del mundo, ese no es un tema principal en términos de cómo debemos tratarnos unos a otros. Confieso que eso está en el fondo de mi mente, porque, como hemos visto en el sínodo, cualquier tema relacionado con las cuestiones LGBTQ es altamente polarizador dentro de la Iglesia.

Por ahora, debido a lo que ya he intentado demostrar y vivir en términos de mi comprensión de ser papa en este momento de la historia, estoy tratando de no seguir promoviendo la polarización en la Iglesia. Lo que intento decir es lo que Francisco dijo muy claramente cuando decía: ‘Todos, todos, todos’. Todos están invitados a entrar, pero no invito a una persona porque sea o no de una identidad específica. Invito a una persona porque es un hijo o una hija de Dios. Todos son bienvenidos y vamos a conocernos y a respetarnos. La gente quiere que la doctrina de la Iglesia cambie, quiere que las actitudes cambien. Creo que tenemos que cambiar las actitudes, antes incluso de pensar en cambiar lo que la Iglesia dice sobre cualquier pregunta dada.

Me parece muy improbable, ciertamente en un futuro cercano, que la doctrina de la Iglesia cambie en términos de lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio. Ya he hablado sobre el matrimonio, al igual que lo hizo el papa Francisco, sobre que la familia es un hombre y una mujer en un compromiso solemne, bendecidos en el sacramento del matrimonio. Pero incluso al decir eso, entiendo que algunas personas se lo tomarán mal.

En el norte de Europa ya están publicando rituales para bendecir ‘a las personas que se aman’, es la forma en que lo expresan, lo que va específicamente en contra del documento que el papa Francisco aprobó, Fiducia supplicans, que básicamente dice: por supuesto que podemos bendecir a todas las personas, pero no buscar una forma de ritualizar algún tipo de bendición, porque eso no es lo que la Iglesia enseña. Eso no significa que esas personas sean malas, pero creo que es muy importante, de nuevo, entender cómo aceptar a los demás que son diferentes a nosotros, cómo aceptar a las personas que toman decisiones en su vida y respetarlas.

Entiendo que este es un tema muy polémico y que algunas personas harán exigencias para decir ‘queremos el reconocimiento del matrimonio gay’, por ejemplo, o ‘queremos el reconocimiento de las personas que son trans’, para decir ‘esto es oficialmente reconocido y aprobado por la Iglesia’. Los individuos serán aceptados y recibidos. Cualquier sacerdote habrá escuchado confesiones de todo tipo de personas, con todo tipo de problemas, todo tipo de estados de vida y elecciones que se han tomado. Creo que la enseñanza de la Iglesia continuará como está, y eso es lo que tengo que decir al respecto por ahora. Creo que es muy importante.

Las familias necesitan ser apoyadas, lo que llaman la familia tradicional. La familia es padre, madre e hijos. Creo que el papel de la familia en la sociedad, que ha sufrido en las últimas décadas, debe ser reconocido y fortalecido una vez más. Me pregunto en voz alta si la cuestión de la polarización y cómo las personas se tratan unas a otras no proviene también de situaciones en las que la gente no creció en el contexto de una familia donde aprendieran a amarse unos a otros, a vivir unos con otros, a tolerarse unos a otros y a formar los lazos de comunión. Eso es la familia. Si quitamos ese bloque de construcción básico, se vuelve muy difícil aprender eso de otras maneras”.

8. La cuestión de la misa tridentina

“Hay otro tema, que también es polémico, y sobre el que ya he recibido varias peticiones y cartas: la cuestión sobre cómo la gente siempre dice ‘la misa en latín’. Bueno, se puede decir misa en latín ahora mismo. Si es el rito del Vaticano II, no hay problema. Obviamente, entre la misa tridentina y la misa del Vaticano II, la misa de Pablo VI, no estoy seguro de hacia dónde va a ir eso. Es obviamente muy complicado. Sé que parte de ese problema, desafortunadamente, ha hecho —de nuevo, parte de un proceso de polarización— que algunos usen la liturgia como una excusa para promover otros temas.

Se ha convertido en una herramienta política. Creo que a veces el, digamos, ‘abuso’ de la liturgia de lo que llamamos la misa del Vaticano II, no fue útil para las personas que buscaban una experiencia más profunda de oración, de contacto con el misterio de la fe, que parecían encontrar en la celebración de la misa tridentina.

Una vez más, nos hemos polarizado, de modo que [planteamos eso] en lugar de poder decir: ‘Bueno, si celebramos la liturgia del Vaticano II de una manera adecuada, ¿realmente encuentras tanta diferencia entre esta experiencia y esa experiencia?’. No he tenido la oportunidad de sentarme realmente con un grupo de personas que aboguen por el rito tridentino. Pronto se presentará una oportunidad, y estoy seguro de que habrá ocasiones para tratarlo”.

9. Un paso más en la reforma de la Curia

“Creo que se invirtió una cantidad significativa de trabajo en tratar de encontrar la manera de organizar la institución de la Santa Sede, para ponerla al servicio de los demás. Ahora, como en cualquier organización humana, hay cosas positivas y hay cosas que necesitan ser mejoradas. Creo que habrá algunas preguntas sobre Praedicate Evangelium, algunas de las decisiones que se tomaron que probablemente necesiten algún ajuste en algún momento. Uno de los aspectos específicos en los que espero empezar a trabajar en un futuro muy cercano es continuar rompiendo o transformando la manera aislada en que trabaja cada dicasterio”.

VIDEO. Sobre la sinodalidad. Grabación de la entrevista (Parte 2)

 

10. Frente a los abusos: siempre del lado de las víctimas

Las víctimas deben ser tratadas con gran respeto y con la comprensión de que aquellos que han sufrido heridas muy profundas a causa de los abusos a veces llevan esas heridas durante toda su vida. Sería ingenuo por mi parte, o por parte de cualquiera, pensar que [basta] mientras les demos algún tipo de compensación financiera, o nos ocupemos de la causa y el sacerdote sea despedido, como si esas heridas simplemente fueran a desaparecer por eso.

En primer lugar, se necesita una sensibilidad y una compasión auténticas y profundas hacia el dolor y el sufrimiento que la gente ha padecido a manos de los ministros de la Iglesia, ya sean sacerdotes, obispos, laicos, religiosos, hombres o mujeres, catequistas, etcétera. Ese es un problema que nos acompaña, y creo que debe ser tratado con un profundo respeto. Las estadísticas muestran que más del 90% de las personas que se presentan y hacen acusaciones son víctimas auténticas. Dicen la verdad. No se lo están inventando.

11. Inteligencia artificial

Durante su breve pontificado, León ya ha abordado en varias ocasiones el tema de la inteligencia artificial, que promete ocupar un lugar central en su magisterio. Defiende una postura de cautela ante el vertiginoso desarrollo tecnológico, y ofrece a la discusión mundial la larga tradición de la Iglesia en la reflexión sobre la condición humana y sus límites.

“La Iglesia no está en contra de los avances tecnológicos, en absoluto. Pero perder la relación entre la fe y la razón científica deja a la ciencia como una cáscara vacía y fría, que puede causar un gran daño a la humanidad”, afirmó.

También se refirió al papel de la inteligencia artificial en la propagación de noticias falsas y teorías conspirativas. “Existe una verdad, una verdad auténtica”, dijo a Crux, “que no puede ser moldeada por visiones o perspectivas alternativas”. Por otro lado, comentó entre risas los videos generados por IA que lo muestran cayéndose, o las propuestas para crear un avatar suyo que ofrezca respuestas espirituales: “Si hay alguien que no debería estar representado por un avatar, me parece que es el papa”, ironizó.

12. China

Los sectores conservadores del mundo católico se sintieron inquietos por el acuerdo firmado en 2018 entre China y la Santa Sede. Aunque su contenido permanece confidencial, se ha descrito como un pacto que concede a Pekín un papel significativo en el nombramiento de obispos, una prerrogativa tradicionalmente papal. León afirmó que, por el momento, planea mantener el acuerdo tal como está, pero reveló que ya ha sostenido conversaciones tanto con miembros de la Iglesia reconocida oficialmente en China como con la llamada Iglesia “clandestina”, que opera ilegalmente en el país pero cuenta con reconocimiento de Roma.

VIDEO. Lucha contra los abusos. Grabación de la entrevista (Parte 3)

Entrevista completa (compartida por Crux en seis partes):
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