Universidades unidas por la Casa Común rumbo a la COP30
6:00 p.m. | 5 jun 25 (CEL/RUC).- Más de 200 universidades se reunieron en Río en un compromiso común por un futuro justo desde la educación superior. Convocados por la Red Universitaria para el Cuidado de la Casa Común y con el apoyo de la Santa Sede, el Encuentro —que contó con la participación del cardenal Carlos Castillo y autoridades de la PUCP— propuso una agenda que une justicia climática, deuda externa y espiritualidad encarnada. A diez años de Laudato si’ y con la COP30 en el horizonte, se sembró un itinerario ético y cultural hacia una transformación integral.
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Del 20 al 24 de mayo de 2025, más de 200 universidades de América del Norte, Centroamérica, Sudamérica y la Península Ibérica se reunieron en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) para participar del II Encuentro Sinodal de Rectores Universitarios por el Cuidado de la Casa Común. El congreso fue organizado por la Red Universitaria para el Cuidado de la Casa Común (RUC), con el apoyo de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) -de la que fue presidente el cardenal Robert Prevost, hoy papa León XIV-, el Dicasterio para la Cultura y la Educación, y otras instituciones eclesiales, académicas y multilaterales.
El encuentro dio continuidad al primer congreso “Organizando la Esperanza”, celebrado en 2023 en el Vaticano con la presencia del papa Francisco. En esa ocasión, durante el I Encuentro de la RUC, el pontífice advirtió sobre los peligros del uso indebido del patrimonio común por parte de pequeños grupos que, al privilegiar sus propios intereses, terminan esclavizando a personas y dejando a pueblos enteros al margen, como si fueran desechables. Esta realidad, señaló, es consecuencia de modelos socioeconómicos que explotan los recursos naturales sin considerar su integración con la naturaleza, la cual requiere de métodos muy creativos para su protección.
En esta edición, la RUC impulsó jornadas de diálogo, discernimiento colectivo y formulación de propuestas estratégicas de cara a la COP30, que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil. Que esta cumbre climática tenga lugar en la Amazonía —territorio clave para el equilibrio climático global y símbolo de los desafíos ecológicos, sociales y culturales de nuestro tiempo— le confiere un significado especial y estratégico. El objetivo común: promover una transición justa y sostenible que articule a universidades, gobiernos y sociedad civil en torno al desarrollo de nuevos modelos integrales frente a la crisis ecológica y social.
El evento se realizó en el marco del décimo aniversario de Laudato si’, la encíclica en la que el papa Francisco hizo un llamado urgente a cuidar “nuestra casa común” a través de una ecología integral que vincula medioambiente, ética y justicia social. El telón de fondo del evento puede entenderse a partir de los “cuatro sueños” que el Papa planteó en la exhortación postsinodal Querida Amazonía: un sueño social, cultural, ecológico y eclesial, que deben inspirar y guiar el trabajo colectivo y organizado.
La conmemoración también coincidió con el inicio del pontificado de León XIV quien promovió la iniciativa “Construyendo Puentes”, articuladora de este proceso. Sus primeras palabras después de ser elegido pontífice, centradas en la paz y el desarrollo de los pueblos, dieron al congreso un fuerte contenido simbólico y eclesial. Además, con ocasión del encuentro, León XIV envió un videomensaje a los rectores participantes, alentando a una profunda reflexión sobre la condonación de la deuda pública y ecológica, y a trabajar por la justicia social y ambiental.
Además de rectores y vicerrectores, participaron representantes del CELAM, AUSJAL, Cáritas América Latina y el Caribe, el gobierno brasileño, la CAF, Porticus y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Cada jornada combinó exposiciones breves de expertos con sesiones de “discernimiento social comunitario”, donde se elaboraron propuestas que serán presentadas en espacios oficiales de la COP30. Primero vamos a presentar las conclusiones generales del evento, para luego reproducir reseñas de algunos paneles y conferencias.
VIDEO. León XIV: Universidades, puentes para la justicia y la integración
Conclusiones generales y compromisos
El cierre del encuentro se realizó en el Cristo del Corcovado, un símbolo mundial con los brazos abiertos, donde los participantes expresaron un manifiesto en el que hacen un “llamado urgente al ejercicio efectivo de una justicia ecológica, social y ambiental”.
Durante las exposiciones, siempre en el contexto de la COP30, han propuesto que los Estados y actores financieros impulsen la remisión de la deuda ecológica, complementando la deuda pública de los países menos industrializados con la deuda ecológica que representan los efectos del modelo de desarrollo actual. El planteamiento se enmarca en el marco del Acuerdo de París y busca consolidar estrategias globales para una transformación efectiva.
El congreso abordó también la importancia de los diferentes sectores sociales en la construcción de un diálogo sincero y de acciones conjuntas. Se convocó a gobiernos, empresas, organizaciones sociales, pueblos originarios y juventudes a “construir puentes de integración entre Norte y Sur, entre lo público y lo privado, entre culturas y saberes diversos”. La meta, según los rectores, es fortalecer una educación transformadora que promueva desde la universidad una responsabilidad ética y social, integrando dimensiones ecológicas, culturales, económicas y espirituales.
El encuentro fue también una oportunidad para recordar que “la crisis climática no es un futuro lejano, sino una realidad que impacta en el presente, especialmente en los territorios y pueblos más vulnerables”. En palabras del secretario general del CELAM, Mons. Lizardo Estrada, “los universitarios son sembradores de esperanza y transformadores del presente”, y advirtió que la destrucción de los ecosistemas es una forma más de violencia contra la dignidad humana.
Los delegados coincidieron en que las universidades poseen un papel fundamental en la implementación de la Doctrina Social de la Iglesia. Como afirmó Mauricio López Oropeza, del Programa Universitario Amazónico (PUAM), ellas son “un interfaz entre las bases y los espacios de decisión” y deben facilitar puentes de diálogo, integración y reconciliación. La propuesta es que, desde el conocimiento y la pedagogía, las universidades continúen siendo “sembradoras de esperanza”, convencidas de que “no hay justicia social sin justicia ecológica y viceversa”.
LEER. Monseñor Lizardo Estrada: “No hay salud, ni futuro, sin una tierra habitable”
VIDEO. ¿Qué es la RUC? ¿Cuál es su objetivo?
VIDEO. ¿Cómo se aplican los compromisos del encuentro de la RUC en las universidades?
Las periferias en el centro del debate climático
Uno de los primeros paneles del II Encuentro Sinodal de Rectores Universitarios para el Cuidado de la Casa Común puso en el centro una pregunta ineludible: ¿cómo pasar de la denuncia a la incidencia efectiva en la agenda climática global desde las periferias? Bajo el título “El camino a seguir: de Río a Belém”, la mesa reunió tres voces provenientes de territorios, espacios eclesiales y sectores sociales diversos, pero con una convicción compartida: sin ruptura epistemológica, sin participación real y sin justicia educativa, no habrá transición justa.
Desde la Amazonía, Mauricio López ofreció una lectura crítica del recorrido iniciado en 1992 con la Cumbre de la Tierra, destacando los aportes inconclusos de la Carta de la Tierra y la Río+20. “Todavía seguimos en deuda con la participación real de las comunidades. Llegamos a las cumbres demasiado tarde, cuando las decisiones ya están tomadas”, advirtió. Para López, las universidades tienen una responsabilidad clave como “interface entre las bases territoriales y los espacios de decisión”, y llamó a una opción preferencial por las periferias, retomando los capítulos 5 y 6 de Laudato si’ como hoja de ruta.
En su segunda intervención, subrayó el valor simbólico y teológico de que la COP30 se celebre en Belém, en plena Amazonía: “Para los creyentes, Belém significa periferia. Significa ubicarnos en medio de los gritos concretos para ser parte”. Denunció nuevamente la “simulación de participación” en los grandes foros climáticos y exhortó a ir más allá del “maquillaje verde” y las “reformas institucionales pasajeras”. La transformación, insistió, exige una ruptura epistemológica real.
Christopher Ljungquist compartió la experiencia de incidencia de la Conferencia Episcopal de EE.UU., incluso durante administraciones hostiles al tema ecológico (Trump): “La verdad es que el poder de la doctrina social de la Iglesia, el mensaje fundamental de solidaridad, del cuidado de la casa común, sí tiene resonancia con la cúspide del gobierno estadounidense”. Subrayó el valor institucional de la Iglesia como puente entre periferias y centros de poder: “No para hablar en nombre de los excluidos, sino para que la periferia hable por sí misma ante quienes detentan el poder”.
Ljungquist mostró esperanza en el nuevo contexto eclesial: “El papa León XIV ha vivido en las periferias; puede hablarle al centro con autoridad”. Y propuso una imagen provocadora: “Donde los pies no pisan, el corazón no siente”. Con ella quiso insistir en que toda incidencia significativa debe partir de la realidad concreta: “La Iglesia puede cerrar esa brecha entre la idea y la realidad”.
Federico Montero, dirigente sindical universitario argentino, llevó la discusión al terreno de los derechos sociales. Vinculó la crisis ecológica con la deuda social, y la educación —en particular la superior— como puente entre ambas. “La educación es un puente (…) un puente de inclusión, un puente intergeneracional”, dijo. Y propuso saldar parte de la deuda ecológica con financiamiento para sistemas educativos públicos y gratuitos en el Sur global, citando ejemplos como las regalías del Presal en Brasil o los canjes de deuda por educación. Alertó, sin embargo, sobre el riesgo de que la agenda educativa se convierta en un reclamo meramente corporativo: “Lo importante no es llegar a la COP con acuerdos, sino habiendo recorrido un camino colectivo y transformador”, señaló. Cerró su intervención citando al músico Fito Páez: “Lo importante no es llegar, lo importante es el camino”.
VIDEO. Panel “El camino a seguir: de Río a Belém” (López, Ljungquist y Montero)
La sabiduría que nace del encuentro
Construir puentes de integración, reconciliación y fraternidad fue uno de los ejes que articuló el encuentro de rectores. Desde la jornada inaugural, el evento propició espacios de diálogo y escucha que desembocaron en mociones concretas sobre el papel de la universidad en la transformación de la realidad. Uno de esos espacios de conversación fue el panel compartido por Rita Gajate, rectora de la Universidad Católica de La Plata (Argentina), y el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, quienes aportaron visiones convergentes desde sus trayectorias académicas y pastorales. Ambos coincidieron en la necesidad de una universidad que aprenda desde la crisis, que se reconcilie con el sufrimiento y que construya desde lo invisible.
La reflexión del cardenal Castillo buscó situar a la universidad en un nuevo horizonte epistemológico, pastoral y ecológico. En el centro de su propuesta está la necesidad de abandonar la autosuficiencia académica para reencontrarse con la sabiduría de la vida y la experiencia compartida. Para el arzobispo de Lima, la universidad moderna tiende a absolutizar la razón: “según la línea moderna de pensamiento, lo que elabora el conocimiento depende de las ciencias, sociales, exactas o experimentales, pero siempre se tiende a decir: nosotros somos los que sabemos”. Una lógica heredada de Descartes y Kant que “lleva a pensar que el pensamiento domina la existencia”.
Sin embargo, advierte Castillo, esto desfigura la relación con el mundo: “el pensamiento ayuda a la existencia, pero no puede dominarla, pues la existencia es mucho mayor que el conocimiento; el conocimiento viene después”. Esta inversión de prioridades ha llevado a un estilo de vida tecnocrático, donde “el ser humano domina la naturaleza” y la tecnología impone verdades sin alma. Frente a ello, el cardenal propone recuperar una actitud fundamental: la admiración. “Lo que hace posible que nos relacionemos con la realidad es la intuición y la sabiduría, que no es solo subjetiva ni repetición de lo conocido, sino apertura a la novedad”. Así como las Ciencias Sociales surgieron del asombro ante los movimientos sociales, hoy la universidad debe dejarse sorprender por lo que emerge desde abajo, desde los márgenes.
Castillo recordó cómo Francisco dio visibilidad a estos “movimientos invisibles” en su encuentro con los movimientos populares, mostrando que “son germinales, están escondidos”. Por eso, insistió, las universidades deben insertarse en la realidad, no para renunciar a la teoría, sino para potenciarla con nuevas formas de conocimiento. “Necesitamos ampliar nuestras posibilidades de conocer a través de la experiencia”, afirmó. “Nuestra capacidad de soñar contiene dentro de sí toda la experiencia de la marginación y de las periferias. Estamos llamados a colocarnos en los procesos más insignificantes y valorarlos para que crezcan y florezcan”.
En contacto con las cosmovisiones
Otra dimensión central de su intervención fue el llamado a establecer vínculos reales con los pueblos originarios y sus modos de vida. Frente al deterioro ambiental, Castillo propuso recoger modos de existencia que permitan renovar la vida humana: “Son pueblos que no son muy apurados. Nosotros vivimos apurados, y lo apurado calienta, y lo que calienta, destruye”. De ese contraste nace una oportunidad: “se puede contribuir para el desarrollo de un pensamiento lúcido si recogemos modos de existencia que nos permitan repensar el nuestro”. Este aprendizaje requiere cercanía, no sólo académica: “La mejor manera de establecer contacto entre el pensamiento de las comunidades y el pensamiento universitario es el contacto directo, la relación amigable, el acompañamiento mutuo”.
Recordó cómo, en el pasado, los estudiantes latinoamericanos salieron a encontrarse con la pobreza, con los barrios, con la vida concreta. Hoy, propuso, es necesario reactivar esas experiencias, pero con mayor sistematicidad y compromiso. “Lo fundamental es establecer lazos de experiencia”, insistió.
Tecnologías sin alma y la urgencia de lo humano
En continuidad con Laudato si’, el cardenal Castillo alertó sobre los peligros de la “hiper tecnología”, especialmente de la Inteligencia Artificial. De manera específica, se mostró crítico con el peligro de la dependencia ciega: “Yuval Harari ha dicho que no puede sustituir a la inteligencia humana, porque carece de intuición. Trabaja con material ya dado, pero no genera sentido”. Y añadió: “la computación ayuda a simplificar, pero también puede complicar, porque establece un discurso lógico sin sentido”.
El problema no es solo técnico, sino profundamente humano. “Estamos volviéndonos una sociedad individualista pero también ociosa, que va muy rápido para luego no hacer nada”. Frente a esta paradoja, Castillo propuso recuperar un modo de vida contemplativo, capaz de detenerse, escuchar y comprender. “Hay dificultades para pensar los problemas más profundos. Estamos reduciendo todo a: me sirve, no me sirve; lo compro, cuánto gano. Y detrás de eso, está la plata”. Por eso, el camino no es más velocidad, sino más atención: “La preocupación por el otro, la atención a la persona, la comprensión de la complejidad de la realidad, eso nos enaltece, nos hace crecer como humanos”.
Habitar la crisis para aprender
La intervención de Rita Gajate partió de un reconocimiento del tiempo de incertidumbre que atraviesan nuestras sociedades, en el que la universidad se convierte también en escenario de tensiones. Para ella, atravesar ese caos es parte del camino hacia nuevas posibilidades: “la crisis no se resuelve, se habita, y ese aprendizaje es el que permite construir nuevas propuestas”.
La rectora propuso una visión dinámica del conocimiento: “vamos del caos al orden, de la urgencia al trabajo, de la crisis a la esperanza”. Ese tránsito, aseguró, se hace desde una experiencia concreta, territorial, atenta al sufrimiento y a las desigualdades que conviven en el aula: “En una misma clase puedes tener chicos con dificultades psicológicas, familiares, económicas, los que tienen una vida más liviana y los que sufren; en medio de esas condiciones deben desarrollarse, y los maestros aprender”.
Gajate abogó por una universidad en salida, “que se deje preñar por los campos, que va a buscar el conocimiento y lo construye”. Especialmente, insistió, si se asume con amor y confianza hacia los jóvenes: “tenemos que crecer en la comprensión de su actitud. Hoy la universidad cobija muchas realidades, y en todas ellas hay algo que aprender”.
VIDEO. Panel “Construvendo Puentes de Integración, Reconciliación y Fraternidad”
Renegociar la deuda para una transición justa
Otra de las mesas se centró más directamente en la COP30. Bajo el título “El camino a seguir: de Río a Belém”, economistas y rectores debatieron sobre las conexiones entre deuda financiera, justicia climática y desarrollo educativo, articulando propuestas concretas para que los países del Sur puedan transformar sus limitaciones en oportunidades.
Carlos Greco, rector de la Universidad Nacional de San Martín (Argentina), sostuvo que “las deudas públicas se han vuelto una trampa para el desarrollo”. Con recursos destinados al pago de intereses en lugar de salud o educación, “crece la desigualdad y se debilita la democracia”. Frente a ese panorama, propuso un sistema de compensación entre deuda financiera y deuda ecológica. “Los deudores financieros son a menudo acreedores ecológicos, y esa compensación es una cuestión de justicia”, afirmó. La propuesta incluye la condonación parcial de la deuda externa a cambio de inversiones en educación superior y tecnología soberana, lo que permitiría activar “el capital intelectual de nuestras universidades como motor del desarrollo”.
Desde Brasil, el economista Juliano Assunção (PUC-Río) reforzó esa visión, recordando que “la crisis climática fue causada por los países ricos, pero la están pagando los pobres”. Respaldó una iniciativa de renegociación de deuda ligada a compromisos climáticos, actualmente en discusión en el entorno de la presidencia de la COP30. La idea es liberar presupuestos nacionales para adaptación y mitigación ambiental, bajo mecanismos de control y transparencia. Citando a Marina Silva, señaló: “No hay perdón sin responsabilidad”.
Ambos ponentes coincidieron en que las universidades deben liderar este proceso. “El desarrollo tecnológico no puede quedar en manos del capital financiero global”, advirtió Greco. La academia, dijeron, debe ser protagonista en la construcción de una transición ecológica justa y en la formulación de un nuevo pacto global entre Norte y Sur. “La ruta de Río a Belém no es solo un camino geográfico —concluyó Assunção—, es un itinerario de esperanza que exige caminar con cabeza, corazón, manos (…) y también pies, para saltar los obstáculos del camino”.
VIDEO. Sobre una posible solución a las deudas soberanas (Greco y Assunção)
Otras presentaciones
Panel “Estado actual de la casa común”
-Rafaela Diegoli (Vicerrectora académica – Tec Monterrey)
-Alejandro Guevara (Vicerrector académico – Ibero de México)
-María Eugenia García Moreno (Rectora – Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia)
-Ester Sánchez (Rectora – Universidad Nacional de Cuyo, Argentina)
LEER. Reseña del Panel “Estado actual de la casa común”
Panel “Estado político actual”
-Alex Villas Boas (Universidad Católica Portuguesa)
-Víctor Carmona (Universidad de San Diego, EE.UU.)
-Ernesto Villanueva (Universidad Nacional Arturo Jauretche, Argentina)
-Enrique del Percio (Rector – Universidad de San Isidro, Argentina)
LEER. Reseña del Panel “Estado político actual”
Panel “La mejor política”
-Marina Silva (Ministra Medioambiente, Brasil)
-Anderson Pedroso (Rector – PUC-Rio)
Panel “Estado de la deuda pública y ecológica”
-Michael Lee (Universidad de Fordham, EE.UU.)
-Lizardo Estrada (CELAM)
-Roman Pardo (Episcopado España)
-Vinicius Kede (PUC-Rio)
Información adicional
- RUC aboga por el “ejercicio de una justicia ecológica, social y ambiental”
- Monseñor Lizardo Estrada: “No hay salud, ni futuro, sin una tierra habitable”
- Cardenal Tolentino: “La universidad no es una burbuja fuera de la realidad”
- Universidades en diálogo para cuidar la Casa Común
- La presidenta de la RUC analiza el Encuentro para el Cuidado de la Casa Común
- Imágenes del Congreso Iberoamericano de Universidades, a 10 años de Laudato si’
- Canal en Youtube con la cobertura completa del encuentro en CELAM TV
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- Claves de Laudate Deum: Francisco urge reacción ante cambio climático
- Documental: Los sueños de Francisco para la Amazonía
- La encíclica del Papa para mirar al futuro
- Inversiones éticas: métrica inspirada en Laudato si’
Fuentes
- Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña. (2025, mayo). Reunión de 200 universidades en Río analizará participación en la COP30, a 10 años de la encíclica Laudato si’. ADN Celam.
- Red de Universidades para el Cuidado de la Casa Común. (2025). Preparatoria para la COP30 de Brasil.
- Vatican News. (2025, mayo). RUC trabaja por justicia ecológica, social y ambiental.
- Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña. (2025, mayo). Congreso de universidades iberoamericanas: Las periferias deben estar en el centro del debate climático. ADN Celam.
- Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña. (2025, mayo). Encuentro de la RUC: La crisis no se resuelve, se habita y el aprendizaje construye nuevas propuestas. ADN Celam.
- Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña. (2025, mayo). Carlos Castillo: El pensamiento ayuda a la existencia, pero no puede dominarla. ADN Celam.
- Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña. (2025, mayo). Académicos proponen renegociar la deuda soberana a cambio de justicia climática y desarrollo educativo. ADN Celam.
- CELAM TV. (n.d.). Transmisiones en vivo [Canal de YouTube]. YouTube.
- Videos: CELAM TV
- Foto: Red de Universidades para el Cuidado de la Casa Común