¿Qué rituales y protocolos siguen a la muerte del Papa?
6:00 p.m. | 23 abr 25 (LN/NCR).- La muerte del papa Francisco dio inicio al proceso de sede vacante, que suspende las funciones ordinarias del Vaticano hasta la elección de un nuevo pontífice. Su funeral, con rituales simplificados por el mismo Francisco y previsto para el sábado 26 de abril, dará paso a las congregaciones generales y al cónclave que elegirá a su sucesor. El 23 de abril el cuerpo de Francisco fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá en capilla ardiente durante tres días, para que los fieles rindan homenaje al pontífice argentino.
——————————————————————————————–
El fallecimiento de Francisco dio comienzo al proceso de sede vacante, lo cual interrumpe las actividades normales del Vaticano hasta que se elija un nuevo pontífice. El deceso fue certificado médicamente y luego validado por el camarlengo, el cardenal Kevin Farrell, quien asumió de inmediato el rol de administrador temporal de la Santa Sede. En este contexto, se destruyeron el Anillo del Pescador y el sello papal, actos simbólicos que marcan el final del ministerio del pontífice fallecido.
Uno de los primeros pasos litúrgicos es el traslado del cuerpo del Papa a la Basílica de San Pedro, donde llegó el miércoles 23 de abril y permanecerá tres días en capilla ardiente. Esta exposición permite a fieles, diplomáticos y autoridades eclesiásticas rendir homenaje. Según las normas, el entierro debe ocurrir entre el cuarto y el sexto día tras la muerte, y en este caso, se fijó el funeral para el sábado 26 de abril a las 10:00 h (hora local), presidido por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re.
El funeral de Francisco tiene una característica particular: es el primero que ocurre en un Año Santo desde 1700. La muerte de un Papa durante un jubileo tiene un fuerte simbolismo espiritual, ya que es el año del perdón y la renovación. En ese entonces, el papa Clemente XI cerró la puerta santa que había abierto su predecesor. En 2025, quien suceda a Francisco deberá hacer lo mismo, cerrando el jubileo iniciado por él mismo meses antes de su fallecimiento.
Durante este período, también comienzan los llamados novendiales, nueve días consecutivos de misas en sufragio del alma del pontífice. Estas liturgias, que datan de tiempos romanos, tienen una función espiritual pero también institucional: ofrecer un espacio de duelo y oración mientras se organiza el cónclave. Simultáneamente, se convocan las congregaciones generales, en las que los cardenales analizan el estado de la Iglesia y debaten las cualidades que debería tener el nuevo Papa.
VIDEO. Rito de constatación de la muerte del Papa
VIDEO. Se sellan los apartamentos pontificios; la sede vacante queda en manos del camarlengo
Las congregaciones revisten especial importancia en esta ocasión, ya que muchos de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco y provienen de regiones lejanas o que eran poco representadas, como África, Asia o América Latina. Estos encuentros permiten conocerse y preparar el ambiente espiritual y pastoral para la elección. Se espera que participen 135 cardenales con derecho a voto (menores de 80 años), sobre un total de 252 cardenales vivos. Hasta el miércoles 23 de abril ya se han realizado dos congregaciones generales.
El cónclave se realizará en la Capilla Sixtina y será precedido por una misa votiva Pro eligendo Pontifice. A partir de ese momento, los cardenales quedan incomunicados, sin acceso a teléfonos ni internet, y sometidos a un riguroso aislamiento para garantizar la libertad del proceso. Las votaciones comienzan con una meditación espiritual, y se realizan hasta cuatro por día, requiriendo una mayoría de dos tercios para proclamar nuevo Papa.
Una vez elegido, el nuevo pontífice pasará por la llamada Stanza delle Lacrime (Sala de las Lágrimas), una pequeña estancia donde viste por primera vez el hábito blanco y reza en silencio. Después, será anunciado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el tradicional Habemus Papam. A continuación, impartirá su primera bendición Urbi et Orbi, dando comienzo formal a su pontificado ante los fieles congregados en la plaza y millones que siguen el acto en todo el mundo.
VIDEO. El féretro del papa Francisco ya se encuentra en la Basílica vaticana
A diferencia del caso de Benedicto XVI, cuya muerte no activó un cónclave por ser Papa emérito, la de Francisco reaviva el interés y la atención global sobre un proceso milenario que conjuga solemnidad, mística y poder. Desde películas recientes hasta el seguimiento periodístico intensivo, el cónclave 2025 es también un evento mediático, que expone las tensiones internas de la Iglesia y sus proyecciones hacia el futuro.
Francisco deja tras de sí un colegio cardenalicio radicalmente transformado: más joven, más periférico, más diverso. Este legado condiciona el perfil de su sucesor, que tendrá que afrontar desafíos como la crisis de los abusos, el lugar de la mujer, el papel de los laicos y la tensión entre tradición y renovación. El nuevo pontífice también deberá definir si continúa con la sinodalidad como eje pastoral o adopta un enfoque más institucional y centralizado.
Así, el proceso de sucesión de Francisco no es solo un cambio de liderazgo, sino un examen profundo de hacia dónde va la Iglesia en el siglo XXI. Los rituales milenarios que acompañan la muerte de un Papa se funden con debates contemporáneos sobre ecología, justicia social, autoridad eclesial y evangelización. La mirada del mundo está puesta en Roma, esperando no solo un nuevo rostro, sino una orientación que marque el porvenir de millones de creyentes.
VIDEO. El funeral ya tiene fecha
Palabras clave para entender el tiempo de elección del nuevo Papa
Un cambio de papa, ya sea por muerte o renuncia, es un proceso complicado, con rituales centenarios que implican la transición en el liderazgo tanto del jefe espiritual de la Iglesia católica global como del jefe de Estado del Vaticano. Estos son los términos a conocer -algunos de ellos en latín- para entender el proceso de sucesión:
El camarlengo
Este es el “camarero” -el cardenal encargado de verificar formalmente la muerte del Papa- y luego sellar su habitación y estudio. Entre ese momento y la elección del nuevo papa, el camarlengo administra los “bienes y derechos temporales” de la Santa Sede. El actual es el cardenal estadounidense de origen irlandés Kevin Farrell y es quien anunció al mundo en un video difundido por Vatican News, la muerte del pontífice. En este momento se encuentra la “sede vacante”. La expresión alude al periodo entre la muerte o renuncia del papa y la elección de uno nuevo.
El Colegio de Cardenales y el decano
Hay 252 cardenales en todo el mundo que, como cuerpo colegiado, se encargan de los asuntos de la Santa Sede durante el período entre pontificados, aunque con atribuciones limitadas. De ellos, 135 son “cardenales electores”, es decir, tienen derecho a participar en el cónclave para elegir al nuevo pontífice. Desde hace siglos, la tradición es que el elegido provenga de entre sus propios miembros. La gran mayoría de los actuales electores —108— fueron nombrados por Francisco, según estadísticas del Vaticano.
El actual decano es el cardenal italiano Giovanni Battista Re. Es el jefe del Colegio de Cardenales que informa al resto de los cardenales y a los embajadores ante la Santa Sede de la muerte del Papa una vez que lo sabe por el camarlengo. El decano preside las Congregaciones Generales, la reunión de todos los miembros del Colegio de Cardenales después del deceso y antes del inicio del cónclave para discutir los principales asuntos de la Iglesia.
Todos los cardenales que no están enfermos participan en esta reunión en el Palacio Apostólico del Vaticano. También discuten las preparaciones para el cónclave, bajo juramento y en secreto. Finalmente, el decano convoca el cónclave y preside mientras los electores prestan sus juramentos. Una vez elegido un nuevo Papa, le pregunta si acepta y qué nombre quiere adoptar.
El cónclave
Esta es la reunión a puerta cerrada de los cardenales electores para elegir al nuevo Papa en la Capilla Sixtina. Su nombre, literalmente “con llave”, se utilizó en el siglo XIII para describir el proceso de encerrar a los cardenales hasta que se complete la elección. Debe comenzar no más de 20 días después de la muerte o renuncia de un pontífice. Los electores están aislados de todos los forasteros durante el proceso.
Allí, utilizan la frase en latín extra omnes que significa “todos fuera”. Es pronunciada por el maestro de las celebraciones litúrgicas papales, actualmente el arzobispo italiano Diego Ravelli, para pedir a todos los presentes, excepto a los cardenales electores, que abandonen la Capilla Sixtina para comenzar el proceso de votación. En el caso de que algún elector esté enfermo durante el cónclave, existen los infirmarii que son tres cardenales encargados de recolectar las papeletas de votación de aquellos que no puedan asistir personalmente.
Los escrutadores son los tres cardenales, elegidos por sorteo entre los electores, que se encargan de revisar cada papeleta y anunciarla al cónclave reunido después de cada ronda de votación. Luego cuentan los votos -para ganar la elección, se necesitan dos tercios de los votos- y también queman las papeletas. En los últimos tres procesos de elección del papa, los cónclaves fueron cortos y eligieron a los papas en pocos días.
Universi Dominici Gregis
Esta frase en latín significa “todo el rebaño del Señor”. Es la constitución del Vaticano que regula los procesos desde la muerte de un pontífice hasta que se elige uno nuevo. Juan Pablo II promulgó la norma en 1996 durante su pontificado, y Benedicto XVI la modificó en dos ocasiones. La enmienda más significativa fue la eliminación de la disposición de Juan Pablo II que permitía, tras unos 12 días de votaciones sin resultados, elegir un nuevo Papa por mayoría simple en lugar de la mayoría de dos tercios tradicional.
Según la normativa vigente, si el cónclave se prolonga sin alcanzar un consenso, los dos candidatos con mayor número de votos pasan a una segunda vuelta. En esta ronda final, se mantiene el requisito de una mayoría de dos tercios para ser elegido, y ninguno de los dos candidatos puede votar.
La Domus Santa Marta
Esta casa de huéspedes del Vaticano, construida en 1996, aloja específicamente a los cardenales durante el cónclave y se utiliza en otros momentos como hotel para sacerdotes visitantes y funcionarios del Vaticano. También fue el hogar del papa Francisco durante los 12 años de su papado ya que nunca se mudó después de ser elegido Papa, eligiendo vivir en la suite 201, en lugar de los apartamentos papales en el Palacio Apostólico.
Santa María la Mayor
Esta es la basílica en Roma donde el papa Francisco dijo que quiere ser enterrado. Francisco está rompiendo con la tradición de sus predecesores que están enterrados dentro del Vaticano, y dijo que quería estar cerca de su imagen favorita de la Virgen María, Nuestra Señora de las Nieves, una pintura de estilo bizantino que muestra a la Madonna vestida con un manto azul y con el niño Jesús en brazos, que a su vez sostiene un libro dorado con joyas. La imagen se encuentra en la iglesia construida por primera vez en el siglo V y dedicada a la Virgen María. En su testamento, Francisco dijo que quería una tumba subterránea sencilla con solo Franciscus escrito en ella.
El anillo del pescador, el rogito y el lema
Cada pontífice recibe este anillo en la misa que marca el inicio de su pontificado. Lleva este nombre porque Jesús le dijo a san Pedro, el primer Papa, que sería “pescador de hombres”. Hasta la década de 1990, se destruía tras su muerte. Ahora, se “anula”, o se marca de tal manera que no puede usarse como sello. El rogito es el documento, o “escritura”, que enumera los detalles clave de la vida y del papado que se coloca en su ataúd. Está escrito en latín por el maestro de las celebraciones litúrgicas papales. Se guarda una copia en los archivos del Vaticano.
Miserando atque eligendo significa “habiendo tenido misericordia y eligiéndolo” en latín y fue la frase que Francisco eligió como su lema cuando fue elevado a obispo y mantuvo como su sello papal. Fue extraída de las homilías de san Beda el Venerable, un monje del siglo VIII. Proviene de la narrativa del Evangelio de san Mateo, un recaudador de impuestos a quien Jesús llamó a seguirlo.
VIDEO. Así se introdujo el cuerpo de Francisco en la Basílica de San Pedro
Las reglas del funeral que Francisco cambió: Más sencillo y despojado
A fines de 2023, cuando la salud de Francisco ya preocupaba a devotos y no creyentes, el Papa habló de su propia muerte en diálogo con la periodista mexicana Valentina Alazraki, a quien había recibido en ocasión de la fiesta de la Virgen de Guadalupe. En aquella ocasión, reveló querer ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma, y no en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. “Ya está preparado el lugar”, precisó entonces Francisco.
La Basílica es hogar del ícono bizantino de la Virgen Salus Populi Romani, a la que solía ir a rezarle, dijo Jorge Bergoglio, incluso antes de ser electo al trono de Pedro. “Es mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Sí, hay una ligazón muy grande”, explicó.
En la entrevista, el Papa también sugirió por primera vez que había realizado cambios en el rito de los funerales papales. “Lo simplificamos bastante”, adelantó, agregando con su característico humor: “El ritual lo estreno yo”. Así, en noviembre de 2024, el Vaticano publicó la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que regula los rituales de las exequias del Papa, que fueron modificadas y simplificadas por deseo de Francisco. La Oficina para las Celebraciones Litúrgicas, con la colaboración de varios expertos, señaló que realizó una profunda revisión del texto, modificando el léxico, los textos litúrgicos y cada rito, adaptando todo el ritual a la nueva Constitución Praedicate evangelium de marzo de 2022.
Entre los principales cambios se encontraron la decisión del Papa sobre la constatación de la muerte, solicitando que no se haga en su habitación sino en la capilla, la deposición inmediata del cuerpo del difunto adentro del ataúd, la exposición a la veneración de los fieles directamente en la basílica del Vaticano y no en el Palacio Apostólico, sin el catafalco -el armazón de madera, vestida de paños fúnebres que se erige para la celebración de las honras de un difunto- y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble.
Otra novedad fue “la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana”: precisamente en respuesta al deseo de Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
Según informó Vatican News, la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis fue aprobada el 29 de abril de ese año por el Papa, quien recibió la primera copia impresa el 4 de noviembre. Esta edición reemplazó la aprobada en 1998 por Juan Pablo II, que se utilizó para su funeral en 2005 y para el de su sucesor, Benedicto XVI, en 2023. “Una segunda edición fue necesaria porque el papa Francisco pidió, como él mismo declaró en varias ocasiones, simplificar y adaptar algunos ritos para que los funerales del obispo de Roma expresaran mejor la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices.
“La estructura del nuevo Ordo se ha simplificado revisando o eliminando varios elementos rituales que resultaban difíciles de coordinar o que ahora se consideraban inapropiados. Además, cada secuencia ritual se ha hecho más clara y precisa, del mismo modo que se han definido mejor las competencias y funciones de quienes participan en la preparación y ejecución de los ritos”, declaró entonces el Maestro de las Celebraciones Pontificias.
En ese marco, otra modificación relevante en sintonía con la simplicidad pretendida, fue la simplificación de los títulos pontificios. En la nueva edición, se habla de “Papa”, de “Obispo de Roma”, de “Pastor” o de “Romanus Pontifex” a diferencia de la anterior donde figura, por ejemplo, la expresión de “Summi Pontificis” (Sumo Pontífice), que fue dejada de lado. “El rito renovado es para resaltar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso de este mundo”, concluyó el arzobispo.
El protocolo de las tres estaciones
La nueva edición mantuvo el ritual de las clásicas tres “estaciones”: en la casa del difunto, en la basílica vaticana y en el lugar de la sepultura. Sin embargo, también incorporó algunas modificaciones relevantes. “La estructura interna de las estaciones y los textos han sido revisados a la luz de la experiencia adquirida con las exequias de Juan Pablo II y Benedicto XVI, de las actuales sensibilidades teológicas y eclesiales, y de los libros litúrgicos recientemente renovados”, dijo entonces Ravelli.
La primera estación, “en casa del difunto”, vio modificado el lugar de la constatación de la muerte, que pasó de ser en la habitación a hacerse en la capilla privada del difunto. La nueva edición también contempló la deposición del cuerpo en el ataúd de madera único y en el ataúd interior de zinc, antes de su traslado a la Basílica. Se suprimió entonces el primer traslado al Palacio Apostólico.
Algunos pasajes del texto anterior fueron precisados, remodelando así también la segunda estación. Dado que la deposición en el féretro tiene lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial. La estación “en la basílica vaticana” contempló a partir de entonces un único traslado a San Pedro, el cierre del féretro y la misa exequial. En la Basílica Vaticana, el cuerpo del Papa difunto se expone directamente en el féretro y “ya no en un féretro alto”. Además, de conformidad con lo que establece el Caeremoniale Episcoporum para las exequias de los obispos diocesanos, durante esta exposición no se coloca el báculo papal junto al féretro.
Por último, la tercera estación, “en el lugar de la sepultura”, incluye el traslado del féretro al sepulcro y el entierro. Esta estación, explica Ravelli, “ha sufrido una importante racionalización debido a la supresión del depósito y cierre del ataúd de ciprés en un segundo de plomo y un tercero de roble u otra madera”.
Los “Novendiales”
En su último capítulo, el libro litúrgico se refiere a las disposiciones de los llamados “novendiales”, es decir, las misas en sufragio del Papa difunto a celebrarse por nueve días consecutivos a partir de la misa exequial. En la nueva versión del ritual se incluyeron cuatro, y ya no tres, formularios de oraciones, ya que se incorporaron todas las que ofrece el Missale Romanum por el Papa difunto y la del obispo diocesano fallecido. A diferencia de la edición anterior, se omitieron los textos del Leccionario, del que sólo se ofrecen en su lugar las indicaciones bíblicas.
Por último, la nueva edición no incluyó el apéndice con el Ordinario de la Misa, las colecciones de salmos penitenciales y graduales y los cantos del Ordinario con notación gregoriana. “El Ordo Exsequiarum Romani Pontificis no está concebido como un misal plenario”, concluyó el Maestro de las Celebraciones Pontificias, sino como un Ordo en el sentido propio del término, es decir, que contiene las indicaciones rituales, el desarrollo de los ritos y los textos propios, pero se remite para todo lo demás a los libros litúrgicos en uso, es decir, el misal, el leccionario y el gradual.
“El resultado, por tanto, es un volumen más ágil, fácil de consultar y preciso en sus indicaciones rituales, un instrumento esencial para la preparación y celebración de las exequias del discípulo de Cristo elegido sucesor de Pedro”, explicó Ravelli.
VIDEO. Un funeral distinto: Papa Francisco rompe la tradición del Vaticano
Información adicional
- Funeral del papa Francisco será el 26 de abril en la Plaza de San Pedro
- El camarlengo presidirá el viernes el rito del cierre del féretro de Francisco
- Publicada la nueva edición del libro litúrgico para las exequias del Papa
- El féretro del papa Francisco ya se encuentra en la Basílica vaticana
- Quién es el cardenal Kevin Farrell, quien administra el Vaticano tras la muerte del papa Francisco
- Sellan apartamentos del papa Francisco en el Palacio Apostólico y Santa Marta
- Las últimas palabras del papa Francisco: así fueron las horas antes de su muerte
- Se realizó en el Vaticano la primera Congregación General de los Cardenales
- Segunda Congregación de Cardenales, se establece el Calendario Novendiales
- Listado actualizado de todos los cardenales de la Iglesia
- Habla sobrino del papa Francisco: “Estaba luchando por entregar un último gesto de amor”
Fuentes
La Nación (2 y 3) / National Catholic Reporter / Crux Now / Videos: Vatican Media – Rome Reports – T13 / Foto: Alessandro Di Meo (AP)