Realidades emergentes: Prioridades en Iglesia de Asia
9:00 a.m. | 22 abr 23 (AN/TT).- “Un punto de inflexión en el camino”. Así ha descrito este momento para la Iglesia de Asia el cardenal Charles Bo, quien presentó el “Documento de Bangkok” con las reflexiones de la Asamblea de las Conferencias Episcopales del continente. Elaborado con el aporte de delegados de todas las Iglesias católicas de Asia, el texto llama a desempeñar un papel activo para abordar -a la luz del Evangelio- realidades apremiantes como los refugiados, los pueblos indígenas, el cambio climático, las cuestiones familiares, la identidad de género, y el rol de las mujeres y jóvenes en la Iglesia, siguiendo el camino de la verdadera inculturación. El documento se presentará durante el Sínodo sobre la Sinodalidad que se celebrará en el Vaticano a finales de este año.
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Con un evento virtual, la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC) dio a conocer oficialmente el “Documento de Bangkok”. El plan pastoral recoge las reflexiones de la Conferencia General que en octubre pasado reunió por primera vez a delegados de las Iglesias católicas de todo el continente en ocasión del 50° aniversario de la fundación de este organismo eclesial. La elaboración del plan también tuvo como insumo lo recogido en la Asamblea del Sínodo Continental Asiático, celebrada del 24 al 26 de febrero. Es un momento que el cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la FABC, calificó de “punto de inflexión para el camino de las Iglesias de Asia”.
Durante la presentación, el cardenal Bo agregó que el documento pone de relieve el “camino recorrido juntos por la Iglesia asiática, respondiendo a la llamada de la idealidad, reflexionando sobre las diversas realidades emergentes a las que se enfrenta la Iglesia en Asia, y vislumbrando nuevos caminos para el futuro”. Explicó que el “Documento de Bangkok”, tiene como objetivo “traducir en la vida de las comunidades las discusiones que tuvieron lugar durante la conferencia, un diálogo solidario y colegial que señaló caminos comunes”. El encuentro se llevó a cabo con el tema “Viajando juntos como Pueblos de Asia”.
Su anterior presidente, el cardenal Oswald Gracias de Bombay, señaló que el documento es un texto para que las iglesias de Asia reflexionen y elijan sus propias prioridades. “Creo que, como sucedió con el ‘Documento de Aparecida’ en Latinoamérica, será el punto de referencia para nuestras comunidades durante los próximos cinco o diez años”, expresó el prelado, haciendo referencia al documento final de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, reunida en mayo de 2007. Describió al documento no como un “producto acabado [sino] el comienzo de [el] camino” e instó a todos a abordarlo como “un documento espiritual, para la oración, para el discernimiento, para la conversación espiritual”.
Monseñor Pablo Virgilio David, presidente del episcopado filipino y coordinador del comité de documentación, dijo que el “Documento de Bangkok” se articula en cinco capítulos inspirados en la narración bíblica de los tres Reyes Magos: “caminar juntos” sobre el tema de la sinodalidad, “observar” los desafíos emergentes en Asia hoy, “discernir” las respuestas a estos desafíos pastorales, “ofrecer dones” en la relación de las Iglesias de Asia con la Iglesia universal, y finalmente “recorrer nuevos caminos” en el estilo de una presencia pastoral actual en el gran continente.
La primera parte, “Caminar juntos”, se inspira en el Sínodo sobre la Sinodalidad. “Los principios básicos de comunión, participación y misión de la sinodalidad han dado una expresión y una ratificación más plenas a la antigua afirmación de la FABC de mantener un triple diálogo: con la religión, la cultura y los pobres de Asia”, afirmó David.
La segunda parte, “Observar”, ofrece una “mirada fenomenológica seria a las realidades emergentes a las que se enfrentan las Iglesias en Asia”, señaló. Esta sección aborda las realidades más impactantes de las sociedades asiáticas: la difícil situación de los migrantes, los refugiados y los pueblos indígenas muchas veces expulsados de su tierra natal; la familia, señalada como fundamento de la sociedad; las cuestiones de identidad de género; el creciente papel de la mujer en las sociedades asiáticas en rápida transformación; la relación entre los jóvenes y el mundo actual; el impacto de las tecnologías digitales; la promoción de una economía equitativa frente a las transformaciones causadas por la urbanización y la globalización; la crisis climática que amenaza la casa común; y el diálogo interreligioso.
La tercera parte, “Discernir”, explora una respuesta a la pregunta de “qué dice el Espíritu a las iglesias de Asia en los tiempos actuales”, en el marco de las realidades identificadas previamente. El desarrollo se plantea en desafíos, hacia los que se solicita que las Iglesias del continente emprendan acciones pastorales: desde la atención a la familia hasta el liderazgo de las mujeres en las comunidades eclesiales, desde un uso más consciente de las tecnologías digitales hasta la promoción de puentes de diálogo y reconciliación para superar las heridas que atraviesan tantas zonas de Asia. Otro compromiso en el que cada Iglesia local está llamada a caminar es la adaptación de los itinerarios de formación del clero al contexto y a la cultura de Asia.
La cuarta sección -“Ofrecer nuestros dones”- reflexiona sobre lo que Asia puede aportar a la Iglesia universal, centrándose específicamente en la cultura y la espiritualidad asiáticas e inspirándose en la exhortación apostólica del Papa Juan Pablo II, Ecclesia in Asia.
En los dos últimos capítulos, se pretende “articular las nuevas direcciones que la federación se siente llamada a emprender en la dinámica más amplia de la vida y la misión de la Iglesia en Asia”. Para ello se perfilaron cinco caminos que pretende seguir: en la evangelización, esperan pasar de un paradigma con un modelo dominante a un enfoque verdaderamente inculturado. Las propias comunidades eclesiales de base, muy extendidas también en Asia, están invitadas a ensanchar los márgenes de la tienda, convirtiéndose en entidades que miren también fuera de sus propias fronteras para ampliar la fraternidad entre hombres y mujeres de todas las confesiones.
En la vida eclesial, se sugiere un salto cualitativo del diálogo a un estilo de verdadera sinodalidad. En el anuncio del Evangelio, pasar del anuncio abstracto al relato de historias de una fe encarnada en la vida. Por último -como estilo general-, el documento pide estar dispuestos a salirse de los caminos habituales para poder abordar las nuevas prioridades pastorales. Todo ello tomando como guía las figuras de grandes misioneros como Matteo Ricci y Alessandro Valignano, que ya en el siglo XVI habían aceptado la llamada a encarnar la fe en un contexto y una cultura específicamente asiáticos.
Ricci, Valignano y otros misioneros de los siglos XVI y XVII “eligieron seguir un camino diferente en sus enfoques de la misión”, dijo monseñor David. Afirmó que la FABC pretende seguir los pasos de Ricci, que optaron por el “diálogo interreligioso e intercultural” en lugar de la vía más cómoda del “mecenazgo real” para evangelizar a los pueblos recién descubiertos.
El “Documento de Bangkok” se distribuirá entre todas las diócesis y parroquias de Asia, y está abierto a nuevas mejoras, dijeron los responsables de la FABC durante la conferencia de prensa.
LEER. Documento de Bangkok (PDF)
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Fuentes
AsiaNews / The Tablet / UCA News / Videos: FABC – Synod.va / Fotos: FABC
