60 mil participan en Asamblea Eclesial (Latinoamérica)

3:00 p.m. | 17 set 21 (VTN/RD).- Con el cierre del proceso de escucha a finales de agosto, la Asamblea Eclesial pasa a la etapa de síntesis que, según Mauricio López del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), tendrá como resultado un documento de discernimiento. Con la Asamblea Eclesial se plantea examinar los desafíos actuales para la Iglesia en la región, con énfasis en una etapa previa de consulta al pueblo de Dios (similar al esquema del Sínodo sobre la sinodalidad). “Lo más importante de esta escucha fue el ejercicio mismo de encuentro con el otro y la otra para dejarnos transformar; eso nos encamina a la conversión“, comentó Lopez.

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Mauricio López, coordinador del Comité de Escucha de la Asamblea Eclesial, aseguró que esta etapa de la escucha forma parte de un proceso mayor y lo más importante es recordar que el camino en actitud de escucha es en sí mismo, de hecho, la experiencia sinodal. “Sin duda, este proceso de escucha ha significado un gran paso. Estos encuentros concretos a través de los diversos medios digitales y presenciales, la búsqueda de la voluntad de Dios y como punto importante tender puentes hacia los y las improbables”, ha dicho. Todo esto “guarda dentro de sí la semilla de la conversión integral que hemos estado buscando con este discernimiento”.

Mauricio López ha explicado que “seguiremos con otras etapas que se conectan con este proceso”, pero resalta que lo más importante de la escucha “es el encuentro con el otro y la otra para dejarnos transformar”, lo cual abre “esa búsqueda conjunta de aquello a lo que Dios nos llama en este momento para construir ‘un ser y quehacer’ de una Iglesia más genuina y plenamente sinodal”. En este marco “queremos reconocer a todos quienes se han apropiado de este proceso que es de todos. Más que un agradecimiento, es reconocer que se hayan hecho cargo del llamado que nos hace el Magisterio de la Iglesia, el Papa Francisco y, sobre todo, los rostros concretos de las y los crucificados en el camino. La participación del proceso de escucha es un don en sí mismo, que bien asumido, nos encamina a la conversión.

Por eso es tan importante que en el cierre de esta fase nos preguntemos qué se transformó en nosotros con esta experiencia, qué nuevos caminos se han abierto, y, concretamente y más allá de las otras fases de la Asamblea, qué compromisos asumimos para en nuestra realidad específica ser una Iglesia más sinodal y abierta a la escucha y al diálogo genuinos para buscar la voluntad de Dios y responder a su llamado”. El laico asegura que este ejercicio de escucha sirvió para “salir de nosotros mismos al encuentro, lo que permite una escucha atenta para ir tejiendo nuevas posibilidades en este kairós ‘tiempo de Dios’ hacia otros caminos para Iglesia, sustentados en el seguimiento del Señor y en la construcción del Reino, ante los signos de los tiempos actuales”.


Balance de la participación

En cuanto a la participación total de la escucha, Mauricio López ha mencionado que “al momento podemos decir con certeza que cerca de 60000 personas han participado de manera directa y formal en los procesos personales y grupales, y estaremos confirmando en breve otros tantos miles registrados en los Foros Temáticos. De hecho, nos habíamos puesto un horizonte inicial de al menos 50000 participantes formales”.

“De seguro muchísimas personas más han participado de tan diversos modos en sus espacios pastorales compartiendo sus anhelos, expectativas, deseos y esperanzas., y que quizás no están registrados formalmente. Estamos seguros que algunas decenas de miles de más no están registrados en la plataforma, pero han participado con pleno compromiso en sus grupos y en sus comunidades. Sin duda nos gustaría tener conocimiento de todo ello, pero esto nunca se trató de masificar la participación por el hecho de alcanzar unos números, siempre fue acerca de producir un movimiento sinodal en la vida del pueblo de Dios y ayudar a abrir caminos, y eso como un aporte a esta Asamblea”, acotó.

López indica “que un esfuerzo de Iglesia en Salida y movilizada como Pueblo de Dios en un momento de tal crisis como el actual, ya es un signo de esta Iglesia Viva, que quiere seguir avanzando para ser más fiel a su llamado, y a ser más Sinodal. Gracias a todos los que se hicieron cargo de este proceso de manera conjunta y sinodal en todas las instancias de la Iglesia, desde la comisión de escucha que he tenido el privilegio de acompañar, en nombre de todos y todas quienes han servido en este proceso, nuestra gratitud y reconocimiento”.


Puertas abiertas

Asimismo, recuerda a quienes “no pudieron participar de manera activa y los que aún tienen dudas y miedos, sientan que esto es una invitación a ser más Iglesia que anuncia el Evangelio y encuentra a Cristo para tejer Reino y que quiere ser más fraterna y sinodal”. Por ahora quedan “las puertas están abiertas y la invitación a seguir adelante porque el proceso continúa, y esperamos con mucha ilusión que se conecte plena y directamente con el camino del Sínodo sobre Sinodalidad que el Papa ya ha anunciado para la Iglesia Universal. Es la persistencia, insistencia y resistencia del Espíritu Santo la que nos sigue abriendo posibilidades para seguir avanzando, ofreciendo nuestra fragilidad, y confiando en el Dios de la vida que nos guía en el camino”.

“Entramos ahora en la fase de síntesis de todos los aportes de la Escucha que será analizada por la comisión de contenidos, quienes elaborarán un documento para el discernimiento que será trabajo por todos los miembros del pueblo de Dios que así lo quieran, y las delegaciones de toda la región que estarán participando en el evento de la Asamblea Eclesial en Noviembre”, explicó.

Un ‘paso’ en el ‘largo y difícil’ camino hacia una Iglesia sinodal

La teóloga colombiana Consuelo Vélez, profesora de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, comentó sus expectativas con respecto a la Asamblea Eclesial, y contó su experiencia de participación en el proceso de escucha:

“He participado de algunos encuentros, organizados por diferentes movimientos laicales o de vida religiosa, con la intención de tratar algunas temáticas y así realizar un aporte que recoja el sentir de más personas. Creo que esos encuentros han sido ricos en sus reflexiones y anima ver cómo hay confianza de que ‘algo’ va a cambiar en la Iglesia. Yo quiero que así sea, espero que así sea, confío que así sea. Pero al mismo tiempo, tengo temores legítimos porque todavía veo que los que más participan son los grupos ‘establecidos’ en la dinámica eclesial y sus aportes van en la línea de lo comúnmente aceptado. Aún, me parece, que no encontramos los mecanismos adecuados para que los que no están en la Iglesia o los que la dejaron por alguna razón, participen activamente diciéndonos lo que ven desde su posición. Esa sería una ‘escucha’ muy valiosa porque entenderíamos mejor por dónde van los desafíos actuales -no desde el horizonte religioso que vivimos- sino desde el mundo tal como él es y dónde, sin duda, Dios habita, habla y nos interpela.

Pero también desde los que participamos activamente sería muy interesante que nos hiciéramos preguntas hondas y desafiantes. Pero no lo he visto demasiado ni en los encuentros en que he estado, ni en los foros que se han propuesto en la página web de la Asamblea. En estos últimos he leído algunas intervenciones desde el horizonte de ‘conservar’ lo que siempre fue así y de lamentarse por el mundo ‘perdido y pecador’ que rechaza a la Iglesia. En los encuentros, aunque se han convocado con temas de actualidad, se percibe que falta mucho para una conciencia crítica que promueva y pida que se haga realidad un cambio de modelo eclesial, un fin del clericalismo, una participación plena del laicado y, especialmente, de las mujeres, etc.

En este sentido quiero recordar lo que dice el documento de la Comisión Teológica Internacional sobre la sinodalidad: un modelo de Iglesia sinodal implica a los sujetos, las estructuras, los procesos y los acontecimientos sinodales. El que implique a los sujetos supone que revisemos a fondo el clericalismo que marca nuestra iglesia actual y se señalen formas, actitudes, estructuras que lo mantienen, buscando caminos que lo transformen. Y, por parte del laicado y vida religiosa supone que nos apropiemos de la participación plena a la que tenemos derecho. Y por plena me refiero a que tengamos ‘voz y voto’ en los niveles de decisión”… (click aquí para leer el artículo completo).

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Vatican News / Religión Digital / Vida Nueva / Foto: Guía Asamblea Eclesial

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