La creación del Ministerio del Medio Ambiente, trae consigo debates sobre qué organizaciones y funciones contemplará. De este modo, se propondría la creación de la Unidad de Prevención de Conflictos Sociales, la cual actuaría como ente concertador ante los distintos conflictos sociales [1].
Mediante esta propuesta plantearían que dicho ente, actúe como localizador de potenciales conflictos ante las distintas inversiones a realizar, y que el Estado pueda tener una respuesta rápida ante el inicio de alguno. Se propone que participe, además, la sociedad civil; así mismo, el ente intentará lograr una mayor participación de los gobiernos regionales y locales mediante la creación de los Consejos de Concertación en estos distintos niveles de gobierno.
¿Son todos los conflictos sociales realmente de índole ambiental? ¿No existen acaso matices políticos, sociales y culturales detrás de muchos de ellos? La labor de dicho ente podría caer en trabas burocráticas y en más de lo mismo. Plantean que identifique potenciales conflictos y advierta a las empresas; sin embargo, cada empresa conoce bien los problemas potenciales antes de invertir ya que los identifican en sus estudios previos. Al parecer, es el Estado quién no cuenta con un claro panorama de los mismos. Si esto fuese cierto, ¿Cuál será la diferencia de lo que actualmente realiza el gobierno ante el estallido de algún conflicto? ¿No es acaso la estrategia de la concertación ya usada desde algunos años e inclusive por algunos aparatos del gobierno como la Presidencia de Consejo de Ministros en conjunto con las empresas privadas? Vale la pena preguntarse si, ante una población con distintas carencias a niveles educativos, alimenticios y de salud, es justo seguir aplazando sus verdaderas necesidades e intentar convencerlos que las actividades, en su mayoría minería, generan valor a sus comunidades, cuando en realidad la experiencia ha mostrado que no ha sido así [2].
[1] Durante el 2007 hubo 43 conflictos socioambientales.
[2] Véase “Ubicando a la Pobreza: el nuevo Mapa de FONCODES” publicado en Ophèlimos el 19 de Noviembre del 2006.